Por Joaquín Pinto
Entrevistamos a Gabriela Hernández, quien interpreta como artista invitada, junto con la artista internacional Viviane Muynck la obra Molly Bloom, dirigida por el artista belga Jan Lauwers, hecha por primera vez 1999. La obra, que se está presentando en el Festival Santiago a Mil, consiste en la adaptación teatral del último capítulo de la famosa novela Ulises de James Joyce, publicada en 1922. En Penélope, el nombre de este último capítulo, Molly Bloom, esposa de uno de los personajes principales del libro, inicia un soliloquio extenso, sin pausas ni comas, en el que repasa su vida sexual como esposa y como amante. Rememora la experiencia de sus relaciones, sus infidelidades, compara a su esposo Leopold Bloom con su amante Boylan, fantasea con Stephen Dedalus y piensa en el transcurso del tiempo sobre su cuerpo y su sexo. Todo sin ni una cuota de pudor, lo que será un verdadero impacto para la época en la que se publica la novela
¿Cómo surge la invitación para protagonizar a Molly en esta adaptación teatral del capítulo de James Joyce?
Carmen Romero me llamó y me dijo que iban a hacer este monólogo con un excelente director belga, y que lo hacía con alguien mayor, cosa que a mí me extrañó mucho porque Molly, el verdadero personaje, tiene treinta y tantos años. Pero a él le gusta hacerlo con una mujer mayor, que recuerda no solo su infancia, su juventud, sino que también la parte de una mujer madura que no está viviendo esas cosas, sino que todo lo está recordando. Eso le da una proyección mucho más fuerte para saber cómo es más o menos la vida de una mujer, sobre todo de Molly.
Me seleccionaron, jamás supimos las unas de las otras que postulábamos. Me llamó y yo le dije que conocía la obra bastante, desde los 17 años que había leído Ulises de James Joyce y quedé fascinada. Es muy difícil de leer el libro entero, pero lo he leído en varias versiones. Lo he leído mucho y siempre quise hacer el monólogo final de la mujer de Leopold Bloom que es el protagonista. Estaba tan entusiasmada y vio, yo creo, que conocía tanto del tema y de James Joyce, de su vida, que por alguna circunstancia me eligieron a mí.
¿Cómo ha sido la experiencia de trabajar con estos dos artistas a nivel internacional? ¿Qué es lo que más pudieras destacar de su trabajo?
Una maravilla, dos personas generosas, talentosas, sencillas y agradables como toda la gente que realmente vale. Ella (Viviane Muynck) me ha dado varios tips, incluso empezamos a ensayar por zoom. Yo leía la obra por zoom, hacía algunas escenas desde mi casa y ella me ayudó mucho. Después, ya acá en Chile, tomó la dirección Jan Lauwers y hemos trabajado bastante. Es muy inteligente, creativo, un excelente director.
Yo lo único que desearía es haber tenido un par de días más porque han sido muy pocos para un monólogo tan difícil y tan largo, pero estamos haciendo todo lo posible para que salga bien. Muy agradable la experiencia con gente cordial y generosa.
¿Ha sido un poco convulso el trabajo que han tenido que hacer por el tiempo?
No convulso porque ellos son muy tranquilos y les gusta lo que yo tenía más o menos preparado y ahora me están dirigiendo en algunas cosas, con esto sí y esto no, etc. Pero los ensayos no han sido son convulsos. A mí me hubiera gustado ensayar más, por supuesto. Trabajamos bastantes horas, pero con tranquilidad, realmente haciendo un trabajo creativo y artístico.
Joyce escribe el texto en 1922. Más adelante Jan y Viviane hacen esta adaptación en 1999 y hoy reaparece en el teatro. En tu opinión ¿Qué actualidad tiene el texto o cómo se ha reactualiza en el nuevo contexto de hoy en día?
El texto es mucho más actual que la mayoría de algunas obras que se dan. Es acerca de la mujer, de lo que siente una mujer respecto de los hombres. Es bastante feminista, sobre todo ahora que el feminismo ha vuelto a renacer, porque feminismo ha habido desde muchos años atrás, la lucha feminista no es de ahora. Ha tenido olas de feminismo muy fuertes. Recuerdo en los años 60’s, yo vivía en Estados Unidos y había un movimiento feminista enorme con Susan Sontag y Betty Friedan. Va y viene, pero esta vez parece que definitivamente se van a ir consiguiendo más cosas, pero hay que estar siempre pendiente. Basta una sola cosa para que volvamos al patriarcado absoluto. Por suerte hemos votado bien las mujeres y no vamos a ir para atrás, ni con el Ministerio de la Mujer ni con que no puedas optar a becas si no eres casada y en esas cosas en las que estuvimos a punto de caer. Estoy muy contenta con eso, muy feliz y creo que con esta ola de feminismo estamos cada vez más… empoderadas no me gusta la palabra, porque es como tomarse el poder. Los hombres han comprendido mucho más que somos muy parecidas en ciertas cosas y diferentes en otras, pero en cuanto a derechos e igualdad tenemos que estar a la par.
Totalmente. Me recuerda a Butler quien dijo que el feminismo habrá que defenderlo constantemente.
Simone de Beauvoir, en realidad. Y muchas lo han dicho también, muchas. Porque se ha vivido así, en los 60′ hubo un movimiento enorme y después se fue al hippismo, vino el reino del libre mercado y todas las cosas se fueron a echar a perder de nuevo. La desigualdad en los sueldos, al mismo trabajo menor salario. Ser mujer ha significado al igual trabajo ganar menos, hasta un 27 por ciento menos.
¿Qué expectativas tienes respecto a la recepción del público? Se estrenó en Santiago a Mil con Viviane Muynck.
El estreno fue fantástico, estuvo absolutamente lleno con el aforo permitido. Mucha gente que se veía que hablaba francés y alumnos de francés, se me ocurre, del Instituto Francés de la embajada de Bélgica. Estuvo lleno y el aplauso fue maravilloso. Es que es un texto tan fuerte en cierto sentido, con ironía, con humor y con un poco de despecho, es muy interesante. El estreno de Viviane estuvo estupendo.
Luego de asistir al ensayo me quedé pensando en la complejidad de trabajar esta adaptación. La escenografía es más bien acotada y, en ese sentido, nos lleva a concentramos cada vez más en la interpretación del monólogo mismo que es, verdaderamente, como un río de pensamientos y recuerdos ¿Cómo ves tu este desafío y cómo lo enfrentas?
Ciertamente, todo es desafiante. Es una hora casi y media hablando. Ella (Viviane Muynck) tiene un apuntador en escena que, a veces, puede conversar un poco con la apuntadora. Yo no voy a tener ese apuntador. Tal vez si hubiera tenido más meses de ensayo, un mes más, estaría todo bien. Pero eso es lo de menos, lo importante es el texto, lo que dice y cómo lo dice esta Molly Bloom, que viene de vuelta de todo.
Sobre Molly ¿Cuál es la mirada que tiene respecto de los hombres y de su posición como mujer?
Ella es una mujer muy sexual y le gustan los hombres, pero le gustan más en el sentido físico. No es desprecio hacia los hombres, sino que, como viene de vuelta de todo, ella dice: «Los hombres siempre son así, así son. Quién los entiende, son como niños», son esto son lo otro. Pero en el fondo, los ama. Ser feminista no significa no amar a los hombres, sencillamente tratar de igualar los niveles donde están, que ellos no estén por allá arriba y nosotras a mitad de la escalera. Ella es una feminista sin saberlo y, al mismo tiempo, ha estado sometida a varias vejaciones y a varios amores también porque ella es muy libre, es un espíritu libre. Ella misma lo dice: «A mí no me van a encadenar, yo no voy a seguir el patrón que siguen todas las demás mujeres de mi época». En 1922 era la época de los «locos 20’s», en el período entre guerras había un desorden en todo sentido en el mundo que permitió que las mujeres también tuvieran otra ola de darse cuenta. Eran soldados, algunas trabajaban en las fábricas de armas, eran las enfermeras en las guerras, eran de todo. Y después, cuando volvían a la ciudad, eran las mamás y las dueñas de casa, cuando combatieron igual que los hombres, tanto en la primera, como más adelante cuando escribió esto James Joyce. En la Guerra Civil española, entre el 36 el 39, habían contingentes enteros de guerrilleras y cuando llegó Franco, la mujer al convento. Entonces, siempre el tema feminista hay que defenderlo a capa y espada.
Un aspecto que me parece interesante de esta adaptación es que es interpretada por mujeres de mayor edad. Teniendo eso en cuenta, vemos que Molly piensa sobre su sexualidad, su cuerpo y el tiempo que ha pasado ¿Cuál sería la reflexión que entablas con este papel? O ¿de qué modo te interpela?
Es verdad, puede ser interpretada por cualquier mujer, pero es una difícil pregunta. Una siempre está revisando sus experiencias, igual que lo hace Molly. Yo ahora voy a cumplir 83 años y siempre he sido bastante auto investigadora. Nunca he ido a un psicólogo ni a un psiquiatra. Cuando lo necesitaba no tenía plata y cuando tenía plata no lo necesitaba. Pero siempre he sido muy auto analítica. Bueno, las mujeres en general. Una piensa: «No voy a volver a caer en este mismo, no voy a tropezar con la misma piedra” y a veces se tropieza. Pero una siempre va analizando su vida. La vida no nos pasa a las mujeres así «tuve esta, tuve la otra», no. La mujer realmente -tal vez porque somos madres o lo que sea- siempre analiza más profundamente. Hay hombres que también lo hacen, pero en general no, la mujer analiza más profundamente sus experiencia, porque le cuesta más todo. Quedarse sola con los niños, educar niños sola, que no te den la pensión, en fin, todos los problemas que puede tener una mujer o aguantar a un hombre machista. Sí, los hombres también nos aguantan, pero siempre la balanza se inclina a que la mujer sea la que más sufre. Eso es efectivo, mira todos los feminicidios. Ya tienes para pensarlo un año entero.
¿Algo más que te gustaría agregar para invitar a las personas que nos leen a asistir a la obra?
Primero, yo creo que todos necesitamos conocer cómo fue el siglo pasado con todas las guerras que hubo, cómo vivieron hombres y mujeres esos períodos y cómo era la sexualidad en aquella época: cuándo ha sido un poco más liberal y cuándo hemos vuelto a la típica dueña de casa con los ruleros en el pelo y la escoba en la mano. Es una obra entretenida, con bastante humor, con bastante ironía, con bastantes descripciones fuertes y es muy entretenida. Además, siempre es bueno conocer a James Joyce, uno de los genios irlandeses que ha habido junto con Samuel Beckett, Dylan Thomas y Oscar Wilde. Irlanda, como ves, ha dado muchísimos genios que cambiaron la literatura mundial, como fueron Beckett y Joyce, quienes fueron íntimos amigos además. También el Ulises entero estuvo censurado durante años. Lo que yo sé de las notas que he leído, lo tradujeron y su primera publicación fue en francés que son siempre más liberales. Después se publicó en otras partes en inglés y ahora en todos los idiomas. James Joyce cambió toda la literatura, ahí empezó la novela moderna realmente. Conocer una partecilla de la obra del gran James Joyce, para los que estudian literatura inglesa e irlandesa por supuesto saben quién es, pero para los demás, que no sabemos tanto, porque no está en los planes de educación, es una gran oportunidad. Generalmente no hay espacio para aprender tanto, pero después cuando uno sale del colegio puede seguir aprendiendo hasta el día de hoy. Hay que leer, hay que informarse por curiosidad, no por hacerlo, sino por curiosidad y saber cómo ha sido este mundo. Por qué hemos llegado a donde estamos, por qué de nuevo una ola de feminismo y así vamos a ir para delante y no para atrás.
Ficha artística
Creación y adaptación Viviane De Muynck y Jan Lauwers, a partir de Penélope, último capítulo de Ulises, de James Joyce
Dramaturgia Elke Janssens
Asistencia de dramaturgia Melissa Thomas
Vestuario Lot Lemm
Diseño de iluminación Ken Hioco, Jan Lauwers
Director técnico Ken Hioco
Jefa de producción Marjolein Demey
Técnicos Tijs Michiels, Saul Mombaerts
Coach de francés Anny Czupper
Producción Needcompany
Coproducción La Filature (Mulhouse), Festival Temporada Alta (Girona), Festival de Otoño (Madrid), La Rose des Vents (Villeneuve d’Ascq), La Passerelle (Saint-Brieux), Espaces Pluriels (Pau), con el apoyo de las autoridades flamencas
** Para ingresar se exigirá pase de movilidad y el resultado del tamizaje o formulario online de control de síntomas para la trazabilidad UC. Niños y niñas mayores de 12 años de edad también deben presentar su pase de movilidad.
Funciones presenciales
4, 5 y 6 de enero, a las 20.30 horas
Entradas en Puntoticket.com
Edad recomendada + 16 años
Duración 80 minutos