Por Galia Bogolasky
Entrevistamos a la reconocida actriz chilena, quien interpreta a la diva alemana en Marlene, espectáculo de teatro musical que debutó el 23 de mayo en Casa Tudor, luego en el Teatro Nescafé de las Artes, y ahora se presenta en el Centro Cultural GAM y el Teatro San Ginés. El musical es dirigido por Juan Cristóbal Meza, quien es el autor de la idea original y Elsa Poblete está a cargo de la dirección de actores.
Este musical recorre la vida y la obra de la diva alemana a partir de canciones como Lily Marlene, My Way y La vie en Rose. Marlene Dietrich fue un ícono en la década de los 50. Actriz y cantante, cultivó una imagen irreverente que plasmó en el uso de ropa masculina, el lucimiento de sus largas piernas, un desparpajo arrollador y romances con hombres y mujeres. El musical Marlene, dirigido por Juan Cristóbal Meza y protagonizado por Francisca Walker, recorre la vida de la diva a través de las canciones más emblemáticas que entonó, relacionándolas con su biografía y con cada capítulo de la historia que le tocó vivir.
Esto fue lo que la actriz nos contó sobre su trabajo en el musical Marlene.
¿Cómo llegaste a interpretar a la icónica Marlene Dietrich?
Fue un llamado que me hace Juan Cristóbal Meza, él me convoca a este proyecto. Yo la verdad es que no la conocía a Marlene, la había visto en fotos porque es una referente, está dando vuelta siempre su imagen, es muy icónica, entonces la había visto, pero nunca me había metido a averiguar quién era y cuando me dijo: «Es Marlene Dietrich, ¿la ubicas?», y yo “no mucho, voy a averiguar”, y empecé a averiguar sobre su vida y me volví loca. Encontré que era el personaje demasiado entretenido, era un sueño, fue como: «wow, no puedo creer que me toque interpretar a este ícono, a esta reina”. Fue una invitación muy bien recibida, le dije: “voy, voy, voy, inmediatamente voy”.
Tu cantas, bailas, actúas. ¿Cuál que cuál fue el mayor desafío para ti?
El mayor desafío creo que fue encontrar el lenguaje de la obra, porque yo he hecho varios musicales, entonces ya vengo con el training hecho y bailé ballet desde muy chiquitita, entonces dije: «Me encantan los musicales, quiero estar siempre haciendo esto». Decidí entrenarme siempre, estar siempre tomando clases, tengo mi profe de cabecera y todo entonces el desafío pasó, por una parte, obviamente el lado logístico, soy madre, entonces coordinar teleserie, maternidad y obra de teatro es un desafío y, por otro lado, encontrar el lenguaje escénico fue super desafiante para todos porque no sabíamos muy bien lo que íbamos a hacer, en qué estilo, teníamos un texto, sin embargo, temíamos que llegara a “¿es una imitación de Marlene?” No, hay momentos de imitación, pero es una interpretación de lo que nosotros opinamos sobre ella, pero en esta canción, por ejemplo, hablamos de su infancia, entonces imaginémonos cómo fue su infancia, en esta canción hablamos de su sentido del humor y de su visión sobre el amor y sobre los amantes, ya hablemos de eso. Entonces terminó siendo un collage de varios elementos que rodean la vida de Marlene y la misma vida de Marlene para poder armar este montaje. Cada ensayo era super desafiante en el sentido de que teníamos que montar la coreografía, cómo la montábamos, qué montábamos. La traducción también, con qué traducción nos íbamos, qué refleja mejor lo que queremos decir con esta canción, hay hartas disponibles, hicimos nosotros nuestra propia traducción de cada canción, entonces el proceso de montaje fue super desafiante. También ella es contralto, canta muy bajo y yo soy soprano, entonces, por ese lado también hubo un trabajo vocal que tuve que aprender y también la última canción es super desafiante y hay técnica y ensayo tras ensayo, en términos vocales también de cada canción, cada una con su complejidad también.
¿Qué aspectos de la vida de ella, en todo este proceso de investigación que tuviste, te llamó la atención o que pudiste rescatar de su historia para trabajar el personaje?
Hay varios aspectos, me gusta mucho su visión libre de la vida, es libertad entre comillas, ahí voy a hacer una observación después. Ella tiene una frase que dice: “que el corazón hable y yo me encargaré del resto”. Tiene varias frases para el bronce. Es una mujer que se deja llevar mucho por lo que ella siente, más que por lo que dirá la gente. Pero igual tenía ciertos cánones, se preocupaba igual de mantener ciertas composturas que corresponden a la época. Puede tener miles de amantes, pero los amantes, una vez que llegaba la mañana tenían que salir de la casa por la puerta trasera o por la ventana y volver a tocar el timbre para tomar desayuno con ella en la mañana, como para que la hija no cachara. Encuentro muy entretenido ese aspecto de su vida, porque yo soy una persona bastante tradicional, entonces siempre me llama la atención estas personas con vidas más caóticas y que se atreven finalmente a dejarse llevar, al desorden, a darle rienda suelta a sus pasiones. Eso me llamaba mucho la atención, por un lado. Por otro lado, su rol como madre también me conmovió mucho, enterarme de que ella fue una mujer que tuvo una madre super ausente, que crece en un internado, la mandan al internado siempre porque están siempre con crisis económicas, porque se muere el papá, después se muere el padrastro. Obviamente, hay una falta de padre en ella también. Cuando tiene su hija decide no separarse nunca de ella, es la solución que ella encontró para ser una buena madre y resultó ser lo que más perjudicó a su hija, porque su hija no desarrolló una vida propia, sino que siempre tuvo una vida alrededor de quién era su madre. Siempre estuvo entre medio de los sets, ayudando, era prácticamente hasta el final de sus días, la asistente de su mamá y lo fue toda la vida desde muy chiquitita. Es un dolor que tiene ella, que su hija la culpa y escribe este libro que se llama Marlene, que son 600 páginas de mucho rencor, pero ella estaba haciendo lo que podía también, lo que sabía, lo que ella creía que estaba bien para proteger a su hija, para mantenerla cerca. También su visión de la guerra y de lo valiente que es, de ir al frente de batalla y abiertamente hablar contra Hitler, siendo de Alemania. En una época en que Hitler era el que dictaba todo y dictaba la forma de pensar de todos los que vivían ahí, estaban todos con mucho miedo y ella, al contrario, estaba abiertamente planeando formas de matar a Hitler. Hay una anécdota muy divertida en que ella planeaba seducirlo, porque Hitler siempre quería que ella volviera a Alemania y fuera parte de la estética nazi, fuera como una diva nazi, entonces ella planeaba entrar desnuda a la pieza de Hitler, seducirlo y matarlo con una horquilla que iba a estar envenenada, que iba a estar en su pelo, pero cómo iba a sacarse la horquilla sin que se dé cuenta, “¿cómo lo voy a envenenar sin que se dé cuenta?” “Ah, ya sé, con una horquilla en mi pelo”. Es creativa, es divertida, es lúdica, pero también tiene un punto de vista de la sociedad super claro y tiene muchas cosas que decir en su época, eso es muy llamativo.
¿Cómo fue para ti interpretar este personaje en un musical que, a diferencia de los otros que habías hecho, tú eres la única intérprete, aparte de los músicos que están en la escena, todo el peso actoral está sobre ti? ¿Cómo fue para ti hacer un monólogo musical?
Es bacán, es un desafío que tomo con muchas ganas, porque es una gran oportunidad. Me siento muy afortunada de haber sido yo la elegida. Tiene una música muy rica, muy contundente, un personaje muy contundente, entonces lo tomo como una oportunidad única. Además que es un espectáculo que lo puedo hacer hasta que tenga 60 años, es un caballito de batalla que puedo tener siempre, un as bajo la manga. Entonces lo tomo con mucho entusiasmo y con mucho profesionalismo también. Me he preparado mucho, me obsesioné, antes del estreno no dormía, un mes entero que no dormía pensando y cantaba entre medio de mis sueños, bailaba entre medio de mis sueños. Era mucha responsabilidad, harto nervio, pero también harto goce, porque me obsesionan los musicales. Cada vez que hago musicales, si tú le preguntas a cualquier persona en mi casa, me absorben, me absorben todo, la vida entera. Estoy siempre pensando, mientras estoy cocinando, estoy pensando en lo que podría hacer en tal parte. Es un tremendo desafío, pero lo tomo con mucho gusto y mucho goce también.
Un aspecto del personaje es que es una mujer que se vestía con vestuario tradicionalmente de hombre, que en esa época no era común. Hay toda una propuesta del vestuario, de la puesta en escena de esta obra. ¿Cómo fue para ti meterte literalmente en su vestuario y ponerte en su rol como una mujer que va por distintos caminos de género, experimentando?
Me encanta, incluso me compré un par de ternos después de esto. Encuentro que todos tenemos nuestro lado femenino y nuestro lado masculino, y a veces hay pocas oportunidades para explorarlos. En este montaje a mí se me da esta oportunidad de entender cuáles son mis aspectos masculinos. También dentro de la capacidad de seducción que tenía ella, que ocupaba ambos roles para seducir a ambos sexos. Eso es muy atractivo y también es muy entretenido de aprender. Cómo el masculino aborda, estamos hablando desde lo típico. Desde lo que se espera, el masculino aborda, la mujer recibe y ella es las dos cosas al mismo tiempo, aborda y después mira con ojos de inocencia y es tremendamente femenina cuando se deja abrazar y se deja llevar por el amor. Eso se ve en todas sus películas. Tiene una mirada muy misteriosa, sus personajes siempre guardan secretos. Eso también es un aprendizaje para mí como actriz y que te da una presencia escénica diferente, te da más herramientas para enfrentar los personajes y para la vida también.
¿Cómo fue ahí el trabajo con Juan Cristóbal Meza, director y creador de la obra? Pensando que él es un músico está en una puesta en escena que es una obra musical y que prácticamente toda la obra es cantada, es en base a la música?, ¿Cómo fue para ti trabajar con él en el desarrollo del personaje, de la historia de la narrativa, pensando que el foco está en lo musical?
Ese fue uno de los mayores desafíos, entender qué era lo que estábamos haciendo. Al final encontramos respuesta en que es un Cabaret literario, que es lo que inventó finalmente Marlene, cuando ella se retiró de las películas lo empezó a hacer en Las Vegas e hizo muchas giras haciendo esto, que es cantar canciones y tener pequeñas intervenciones entre medio, hablando sobre temas de las canciones y teniendo un relato paralelo. Eso fue una guía muy clara de lo que queríamos hacer, el cabaret literario. Pero también el Vodevil, que son pequeños numeritos en cada música, cada canción tiene su propio relato, su propio encanto, su propia coreografía, sus propios personajes, sus propios aspectos de Marlene. Juan Cristóbal tenía muy claro esto, tenía muy claro lo que quería de cada canción de manera intuitiva. Juan Cristóbal es un artista muy intuitivo y tiene muchos referentes en la cabeza. Yo aprendí un montón con este montaje. Nos mostraba referencias, decía «mira esto, yo me imagino esto”, “ya, pero ¿cómo llevamos eso en escena?”. También trabajamos con Mónica Valenzuela, que es la coreógrafa, partimos haciendo las coreografías, eso fue el primer paso al montaje y a entender lo que íbamos a hacer. Entonces fue; “¿cómo lo ponemos?, podríamos hacer esto, podríamos hacer esto otro, no esto no funciona”. Encontramos un juego en algo y lo hacíamos con música y después: “Hagamos acá esto y tú la persigues a ella, ella te persigue a ti como los monitos de antes, donde perseguían a las mujeres y ya sí, y eso habla también de la posición de la mujer en esa época”. Entonces trabajar con Juan Cristóbal fue aprender constantemente. Él sabía lo que quería, pero también él estaba abierto a propuestas y era muy lindo cómo la obra iba tomando vida propia. De repente aparecían cosas y todos decíamos: «sí», y de repente había cosas: “No, eso no”. Pero era muy claro cuando la obra empezaba a hablar sola. Hoy en día lo que tiene este montaje de especial, que lo diferencia a otros musicales importados, yo creo, que como es Cabaret, es un lenguaje que igual existe en Chile, igual existe en el tercer mundo, Cabaret existe en todo el mundo. Es una forma artística super democrática, en todas partes hay hoy un Cabaret, ha habido circo, ha habido esta forma de expresión. Nos permitimos mucho el juego, el Cabaret es puro juego, es un espacio de libertad, donde la gente iba y primero veía un espectáculo de una persona tocando un lápiz como flauta, después veía a unas prostitutas bailando, después veía a un cantante de ópera y después un mago. Yo creo que eso también lo tiene esta obra y se hace muy cercana. No son temas lejanos, no es una cosa cosmética o puesta. Salió de nosotros la puesta en escena. Creo que eso la hace súper orgánica y Juan Cristóbal tenía una visión súper clara de lo que quería y de repente la obra empezó a vivir sola y a crecer y a crearse a sí misma. Eso fue un proceso muy rico de vivir, es un tremendo director.
Esta obra se presentó hace un par de semanas en el Teatro Nescafé y ahora se va a presentar en el GAM. ¿Qué le dirías a la gente para invitarla a ver el espectáculo en el GAM?
Les invitaría a vivir esta experiencia que creo que es única. Yo no recuerdo haber visto un montaje así en Chile y cuesta también crear a veces obras que sean especiales, porque hemos visto tanto también. Es una invitación a ver algo especial, algo entretenido, algo que tiene juego y además que van a aprender sobre esta tremenda mujer, que fue Marlene Dietrich.
Ficha artística
Título: “Marlene”
Protagonizada por Francisca Walker junto a Martina Córdova
Dirección: Juan Cristóbal Meza
Dirección de actrices: Elsa Poblete
Coreografías: Mónica Valenzuela
Escenografía e iluminación: Ramón López
Producción: Raúl Urzúa Davis
Imágenes y fotografías: Rodrigo Hoffmann, Daniela Murden
Música: Berlín Orquesta
Texto: Juan Cristóbal Meza.
Coordenadas
Funciones
23 de mayo en Casa Tudor
28 – 29 de mayo Teatro Nescafé de las Artes
19-20-21-22 de junio Centro Cultural GAM
Todos los jueves de julio en el Teatro San Ginés