Entrevista a Víctor Montero de Los Dioses Suicidas: «Lo que más me gusta de mi personaje es que creo que tiene particularidad»

Entrevista a actor de Dioses Suicidas

Víctor Montero: «Lo que más me gusta de mi personaje es que creo que tiene particularidad»

Entrevistamos al actor Víctor Montero, parte del elenco de la obra «Dioses Suicidas» que se está presentando hasta el 9 de septiembre en el Teatro de la Universidad Finis Terrae. La obra es escrita por Antonio Zisis y dirigida por Cristián Plana. Narra el devenir de dos parejas que exploran sus límites morales en una noche marcada por el alcohol y el erotismo.


Cuéntame acerca de tu personaje que está disfrazado de Allende, llamado Miguel.
Estas dos parejas son como parejas al revés. Como que en el caso de Miguel con Julia, Julia es la más inteligente, la más intelectual, de hecho es intelectual. Yo soy más pedestre, más huea. La otra pareja, de Alvaro con Paloma. Paloma es la tontona. La más vacía. Alvaro (Espinoza) es el intelectual, porque justo el personaje de Álvaro que es Leonardo había tenido una aventura con Julia, antes de conocerme Julia a mi, que se expone un poco en la obra. Ellos al parecer enganchaban re bien en términos de intelectualidad. Pero no pasó nada. Entonces como de alguna manera como que la vida se configuró para que cada intelectual se metiera con un hueón tonto. No tonto, pero pedestre, alguien normal. Esa es la idea, de ahí se perfila un poco el personaje, desde un tipo así duro, más pedestre, más simple, más sencillo, más básico. También se expone en la obra, una cierta debilidad hacia el hueveo, como el cachondeo. Porque él todo el rato está en la obra pendiente de lo que hace Paloma (Moreno), de Pascal. De hecho por lo que también se dice en la obra, hubo un episodio de que el huevón se le fue de las manos, se le propasó. Es un tipo, en ese sentido, más básico.
¿Quedó como pendiente eso? ¿Quedó como frustrado él?
El texto de Antonio Zisis era así de cabrón en ese sentido. Como que de alguna manera ocurría, había un par de besos por ahí, había algo, pasaba para allá, pero con la dirección de Plana todos se configuró hacia que el conflicto evidente que tenía Pascal con su pareja Leonardo, era más de ellos, más que por lo que la provocara yo. Siempre se perfiló que Miguel al momento de convertirse en Dios, en el acto único y final, se transformó como en un Jim Morrison, una especie de imán, tiene un nivel de adrenalina que lo transforma en una persona muy atractiva. Jugamos con eso de alguna manera, con lo que hace la Paloma Moreno, pero no avanzó más allá. Por eso no se concreta de alguna manera. Por eso el Plana inventa esta travestismo, donde Julia se pone las alas de Pascal y se trasviste para mi porque ella sabe el deseo salvaje que yo siento por Pascal. Entonces en un momento donde ella nos expone eso claramente como masoquistas, o como que tenemos un juego, de hecho, también después se dice, es parte de nuestro contrato, ella se trasviste en Pascal, y yo comprendo, me pongo los lentes del Papa, y hacemos como las cambiaditas que yo quería, que era swinger, que tampoco se da. Eso es lo atractivo, que no se concreten cosas que se declaran, o podría caer en la obviedad. Se haga todo lo que se dice, por dónde se quiebra la ficción, la situación dramática. Si todo pasara. 
Queda como que hay cosas que no están resueltas. Pero tienen un sentido. 
Claro porque el sentido es que todo se confabula para que lo que se ponga en crisis, la relación que tiene Leonardo con Pascal, de alguna manera nosotros con la Julia, con lo que hace la Celine (Reymond), nos transformamos en unos pequeños demonios. Muy Lyncheanos. Porque al final como que nos pasamos para otro lado de la maldad, para provocar. En el texto ocurre una cosa al final. Hay otro disparo. Pero acá se dejó en suspense. Porque en el fondo en el texto original, el personaje de Pascal, le sugiere, casi le deja en bandeja, de que la única posibilidad de que me demuestres tu verdadero amor, o que me demuestres que yo te importo, es que te dispares, que pruebes, no que te mates, sino que hagas ruleta rusa. Pero acá se dejó en suspense, quizás textualmente no es tan claro lo que hace el personaje de Pascal, no queda tan claro que lo está dejando con esa posibilidad.  Pero las necesidades de la puesta son diferentes a lo textual, escrito. Surgen otras necesidades, otra visión del director, está bien. Se eleva para otro lado, de repente se pueden dejar ciertos giros, se pueden abandonar, pero en pos de otros que pueden ser más interesantes. 
¿Como fue trabajar con Cristián Plana? ¿Habías trabajado con el antes?
No, es un privilegio, de verdad. Como que en mi vida actoral, como que me faltan ene cosas por hacer pero entre ellas, era trabajar con Plana. Se me cumplió un pequeño sueñito.
¿Como surgió esto?
Porque Antonio Zisis se ganó este proyecto, invitando a Plana para dirigir, y ahí entre los dos armaron el elenco. Sé que no fui la primera opción pero fue una muy buena segunda opción. De ahí se fue configurando el elenco para abajo también. Hay una cosa muy bonita con Plana, porque para su primera obra, «Partido», el me llamó a mi. Yo, por alguna estúpida razón no pude y ahí llamó a Marcelo Alonso. Claramente la carrera de Plana se ha configurado diferente habiendo tenido a Alonso en su primer montaje. Conmigo quizás hubiera sido otra cosa. Se dio así entonces una de mis deudas era trabajar con él. Ocurrió, un tipo brillante, lúcido, sensible, inteligentísimo, mesurado, un caballero. 
¿De donde sacaste referentes para crear tu personaje? ¿Investigaste a Allende, o  a algún otro personaje?
El personaje se configuró como esta especie de 3 Chiflados, en uno. Los disfraces son un pretexto, no hay ninguna relación evidente que uno pudiera intentar comprender de porqué estamos vestidos así. Hay una razón tan profunda que llega a ser al mismo tiempo muy pequeña. Jamás, se intentó jugar un Allende, o un Papa de verdad. Ni siquiera justificar de adonde venimos, que estamos disfrazados,  ¿somos ellos? ¿son todos suicidas? Claro, porque Allende es suicida, puede ser, la Cleopatra, se suicida, pero los otros dos no. Jesús bueno, por algún sentido puede ser, pero el Papa no, ¿por qué?¿por qué están así? Acá precisamente tiene la más profunda menos relevancia en el montaje. No importa absolutamente nada. El Leit Motiv es súper profundo porque están vestidos así. Fue un momento de iluminación que tuvo el Plana ¿de dónde vienen? y ¿quiénes son? ¿quienes podrían ser? pero ¿por qué así? entonces jamás jugamos el rol. Que lo interprete cada uno no más.
¿Que fue lo que más te gustó y lo que menos te gustó de tu personaje?
Lo que más me gustó de mi personaje, que estoy como hace un par de montajes intentando entender al personaje desde otra perspectiva. Por una razón de pega estoy con un bigote que quedó por continuidad en un montón de cosas entonces estoy haciendo como 4 obras con el mismo bigote. El «Mundial del 62», la teleserie, entonces, dije parece que el personaje no se configura por lo físico, necesariamente, por lo externo, se configura por el contenido. Entonces si yo estoy hablando de que soy Sergio Livingstone, o estoy hablando de que soy un tipo que encontró un auto botado, o estoy hablando desde un disfraz de Allende, de ahí como que encontré que era más interesante que surgiera el personaje, desde un contenido, desde una exposición interna de un universo, más que ponerse huevadas. Cada obra tiene particularidad, y espero que esta también tenga particularidad. Entonces ¿que es lo que más me gusta de mi personaje? Que creo que tiene particularidad. No es lo mismo, que en “El Automóvil Amarillo”, hay otra tecla, otra cuerda, ocurre otra cosa, porque hay un contenido, hay una situación que te ubica en un lugar. 
¿Que fue lo que menos te gustó?
Lo que más me cuesta hacer es cómo meter al personaje en una estructura de texto tan rígida. Eso es lo que me puede no gustar del personaje o de lo que puedes lograr hacer. Hay una estructura de texto, tan complicada, tan rígida, no digo que es malo que sea rígida. Es tan rígida que creo que no logro jugar en esa rigidez.  No logro todavía conectar bien. No logro todavía juntar esos dos universos. Un texto rígido con una actuación desbordada de alguna manera. Eso es lo que más me puede no gustar de lo que hice.
¿Tu crees que tu personaje es el protagonista?
Es que se dio por un tema que me gusta mucho como fenómeno. Se ve cierta horizontalidad. Yo creo que el protagonista es Álvaro y el principal soy yo. 
¿Cual es la diferencia?
Como en “El Club de la Pelea”. Está el protagonista y el principal. Brad Pitt es el protagonista y Norton es el principal. Uno es el protagonista, pero por quien se mueve la historia, quien la lleva. Quizás también por un tema de rostro, puede que sea el principal, quien la lleva. Por ejemplo en “Pandillas de Nueva York”, el protagonista es el inglés, pero el principal es Di Caprio, porque provoca que el otro protagonice. Yo siento que todo mi esfuerzo está en protagonizar mi colaboración a los demás. Si ese es un tercer lugar, soy el protagonista de ese tercer lugar. Si voy segundo, soy el protagonista de ese antagonista, si voy de primero soy el protagonista del protagónico. Si voy de árbol 4 soy el protagonista de árboles 4. 
¿Se te ocurrió mientras se fue desarrollando la obra? o ¿fue planteado así? 
Mi personaje tiene uno de los textos más interesantes de decir de la obra. Entonces cuando caché que por tener al Álvaro en el elenco se configuraba para que yo hiciera a Miguel, mas pedestre, más duro, mas machista. Pero tenía la oportunidad de decir ese texto. Me sentí el protagonista. No es por el primer lugar, es desde mi lugar, el protagonista. Pero en este caso la estructura dramática más avanzada, el protagonista es lo que hace el Alvaro, que finalmente es alrededor de él que gira la historia. Pero el principal me siento un poco yo porque provoco que se mueva su historia. No es para nada soberbio, es estructura dramática. Hay un sistema solar, hay planetas, y hay asteroides, y hay planetas chicos. El es el sol, yo provoco que haya as movimientos de los otros planetas, a través de mi movimiento. Insisto, teniendo toda el trabajo en equipo, y todo el rato ofreciendo cosas, a mil. Eso es lo que e gusta también.
Director: Cristián Plana
Dramaturgia y asistente de dirección: Antonio Zisis
Elenco: Álvaro Espinoza, Celine Reymond, Víctor Montero y Paloma Moreno
Composición musical: Diego Noguera
Diseño: Francisca Lazo
Producción: Bárbara Donoso
Encargada de prensa: Francisca Babul


DIOSES SUICIDAS. Teatro de la Universidad Finis Terrae (Av. Pocuro 1935, Providencia).
Entre el 29 de julio y el 9 de septiembre
Funciones: jueves, viernes y sábado a las 21.00 horas
Entradas: $6.000 general y $3.500 estudiantes y tercera edad.

Venta de entradas a través de DALETICKET y en boletería del teatro. Horario de funcionamiento: Martes a jueves de 11:00 a 18:00 hrs. Viernes de 11:00 a 21:00 hrs. Sábado de 15:00 a 21:00 hrs.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *