Entrevista al actor Francisco Germain: “Era más atractivo usar algo real para construir una ficción”

Por Galia Bogolasky

Entrevistamos al actor que escribió y protagonizó el monodrama Dosis (tal vez no fue suficiente prozac). La obra, de 35 minutos de duración, trata de Javier, un hombre de 31 años diagnosticado con un Trastorno obsesivo Compulsivo, pero estabilizado hace ya un tiempo luego de varios años de terapia. Con la llegada de la pandemia sus demonios mentales rebrotaron con más fuerza que nunca, hasta el momento en que colapsa y se encierra en un auto. El texto lo muestra cuando lleva dos días en esa situación, intentando -en vano- contactar a su psiquiatra. Germain no solo se inspiró en su experiencia con los Trastornos Obsesivos Compulsivos para crear un personaje en una situación crítica, sino que asumió el desafío de protagonizar un monólogo a través de la plataforma zoom.

Francisco Germain es actor y guionista. Es conocido por sus videos humorísticos de formato breve a través de Faramalla, su canal de YouTube. Esta es la primera obra que crea para The Cow Company.

¿Cómo se gestó la idea de hacer esta obra Dosis para The Cow Company?

La necesidad o el gusto de hacer teatro. Al principio me resistía bastante a este teatro por Zoom, vi varias obras y no me gustaba mucho. Pero debo reconocer que se pasa bastante mejor actuándolo que viéndolo. No porque las obras no sean buenas, para nada. Yo creo que las obras están súper buenas. La obra que más he presentado era un monólogo también. La sensación es tan diferente, actuar por Zoom. Hay varias cosas en común, que es en vivo, pero el hecho de que no estés en un escenario, en que actúes mucho menos con el cuerpo, que no te desplazas. Siempre se me enseñó que el escenario era un espacio extra cotidiano, tienes que tomarlo como tal y eso te permite actuar diferente. Porque una cosa es la verdad escénica, pero otra cosa significa que uno ande con una energía cotidiana. Yo vengo de una escuela de teatro en que se me enseñó siempre que la energía debía trabajarse de manera extra cotidiana, y lo complejo es que aun así tienes que lograr total verdad y naturalidad.

¿Cómo ves el teatro por Zoom?

El teatro por Zoom es esencialmente nuestro espacio cotidiano, es extraño y es más cercano a estar actuando como en tele, grabando un video, pero está la adrenalina de que es en vivo. Entonces verlo me era muy poco amable y lo encontraba muy poco teatral. La primera vez que me invitó Marcos (Alvo), tuve una súper buena experiencia y después me fue invitando más veces. Lo fui pasando cada vez mejor. Hasta que hice una obra interactiva, en que el público va decidiendo qué es lo que pasa, y eso es totalmente distinto. Ahí tienes un espacio muy interesante de ver, porque ahí realmente usas la tecnología a favor de un espectáculo más interesante. Cuando fui haciendo cada vez más obras y experimentando obras cada vez más interesantes, además de ir agarrándole el gusto, lo empecé a disfrutar más. Una cosa era la costumbre, de que me sentía más adaptado al nuevo formato, pero después empecé a encontrarle la gracia a este neoteatro. Como decía Nicolás Oyarzún, es otra cosa nueva. No es que sea teatro, pero es una especie de neoteatro.

¿Cómo nació esta obra?

Luego de tener esa experiencia, se me ocurrió hacer esta obra. Antes no me había pasado. Durante todo el 2020, cuando me invitaron, la pasé bien, pero no tenía ninguna intención de escribir algo para teatro por Zoom, nada. A pesar de que me gusta y he escrito varias obras, he actuado varias, escribo todo lo que yo actúo y subo a mi canal de Youtube, no tenía mayor inquietud en hacer teatro por Zoom escrito por mí. Cuando le agarré el gusto, a fines de febrero, le digo a Marcos que quería hacer un monólogo. Se me ocurre uno donde pasara todo dentro de un auto, un poco como la película Locke donde actúa Tom Hardy, pero yo quería que interactuara con gente, y que esas personas tuvieran apariciones incidentales. El me propuso que sea un monólogo total, que nunca veamos a las otras personas. Eso fue cuando la idea estaba un poco más parida de que era esta persona, porque yo tenía que darle una razón por la que no podía salir del auto, por qué el monólogo sería entero en el auto. Era medio descabellado que estuviera manejando mientras hacía la obra, así que dije: “Hagamos que no pueda salir”. Entonces se nos ocurrió que no pudiera salir porque tenía TOC. Justo como yo tengo TOC, lo tengo súper controlado y el personaje de esta obra lo tiene mucho más severo de lo que yo lo alcancé a tener, yo nunca estuve tan atrapado. Era una idea que me era muy cómoda trabajar, porque era lo que a mí me genera en este caso, lo que para mí es “traumático”. Lo que implica cierto dolor no es complicado de trabajar, no me es tortuoso, quizás otras cosas sí, que no he experimentado, pero en este caso no era complicado. Se pasó super bien de hecho, la escribí muy rápido gracias a eso. Escribía y ensayaba lo escrito, y ahí iban saliendo nuevas cosas. Fue mezcla entre escritorio y auto.

¿Cómo surge la idea?

La idea surge como una especie de necesidad y gusto por hacer teatro en este nuevo escenario. ¿Y por qué ese tema? Se dio, tenía el capricho de hacer un monólogo, eso es lo que pasó, tenía el capricho de hacer un monólogo en el auto, y todo fue fluyendo según lo que me iba diciendo Marcos y lo a mí se me iba ocurriendo. También era un desafío. Marcial Tagle, que vio la primera función, me dice que me meto en la pata de los caballos, y sí, creo que es bonito salir airoso de ese problema. Porque perfectamente, podría haber salido algo muy malo. Podría haber sido poco mateo, o que simplemente no se me ocurriera nada bueno por un buen rato, o sí es que era muy lenta. Yo tenía miedo de que fuera lenta, había visto otros monólogos que eran adaptaciones para Zoom, y yo me quedé dormido. Entonces dije que podía pasar perfectamente, y fue bonito salir airoso de meterse en la pata de los caballos.

¿Cómo fue para tu escribir un monólogo sobre un tema que es tan propio tuyo? ¿Cuánto de ficción incorporaste? o ¿es totalmente autobiográfico y salió por experiencia propia?

Es cero autobiográfico. Yo conozco de adentro la enfermedad o el trastorno. Es cero autobiográfico en cuanto a lo qué le pasa el personaje. Lo que siente, el estado que se trabaja, que es lo que más trabajé, el estado en una crisis hipomaníaca de trastorno obsesivo compulsivo. Eso sí es familiar, eso sí es biográfico, pero yo no quería hacer drama-terapia. Lo respeto, pero no era mi intención. Si bien eran puros estados que eran familiares conmigo, estaba en un estado más grave tal vez y era muy desde adentro, todo lo que cuenta el personaje y todo lo que pasa es ficción. Para mí era más atractivo hacerlo ficción, era usar algo real para construir una ficción total.

Si te voy a dar el dato que hay ciertos nombres que sí son homenajes. Por ejemplo, el apellido que yo me pongo es el segundo de mi abuela, el doctor tiene el apellido de una psiquiatra que yo tuve.

¿Por qué querías que fuera monólogo y que no tuviera interacciones con otros actores? ¿Es por ser teatro online? o ¿tenía que ver con la temática de la obra?

Son varias razones. Primero por experiencia, no quiero sonar muy antisocial, pero yo me manejo muy bien trabajando sólo, me es muy cómodo. Hay otras personas que hacen todo lo contrario, que les complica, a mí me sale bastante bien. También, yo hice un monólogo que era una adaptación de Hamlet contada por el que limpia el escenario, y te lo comento porque es la obra que más he girado. Yo he hecho más teatro, pero esa es la obra que más tiempo he realizado, la hacía para colegios y en un inglés súper accesible. En un principio eso nació para tener algo de pega, pero después la seguí haciendo porque era una época donde estaba cesante y empecé a hacerla sin parar. Me resultó muy bien, a pesar de que yo creo que esa obra con un segundo ojo, una persona que me viera de afuera, porque no hubo ningún director, me dirigí, hubiera crecido un montón, lo tengo súper claro. Pero en ese momento había circunstancias que no me permitían llamar a alguien más, tenía que hacerla luego.

Esto tiene algo similar, tenía la ansiedad de hacer luego algo, pero en este caso no es de hacer por apuro, sino porque venían otros proyectos. Entonces tenía que hacerla luego, y quería que hubiera esta aparición incidental, pero fue Marcos el que me emplazó o desafió de alguna manera a que fuera completamente monólogo. El hecho de que lo fuera con apariciones incidentales, me lo propuse. Además, teniendo la experiencia exitosa previa, porque con Hamlet by Me me fue súper bien, también fue por el autodesafío. Es como quien escala una montaña y piensa después en escalar otra más difícil. Uno se pone una zanahoria al frente, así como el perrito con la zanahoria y trata de ponerse algo más ambicioso que lo anterior. Fue ver si es que lo logro. Sobre todo, porque yo había visto monólogos y me había aburrido mucho, dije: “ya poh, metámonos en la pata de los caballos a ver cómo me va”. Y justamente quería que hubiera apariciones incidentales para que dieran más ritmo a la obra, y fue Marcos, lo responsabilizo, que me dice que no, que mejor lo hago entero yo sólo. Me terminé de convencer, porque al principio yo no estaba tan convencido, fue cuando definí la razón y las circunstancias dadas del personaje. Cuando terminé eso, dije: “ya, vamos con esto”, pero no significa que para adelante yo quiero seguir escribiendo puros monólogos, ni nada de eso.

La temática es fuerte porque es un tema de salud mental que afecta a mucha gente. Tú lo abordas desde el drama, y también con el humor, que es lo que te caracteriza en tu trabajo. ¿Cómo haces para que un tema, tan dramático, y tan intenso emocionalmente, logre ese tono incorporando el humor?

En este caso fue bastante más orgánico, más natural de lograr, más “dramedy”, de que la comedia surgiera sola. Porque al vivirlo de adentro, viví muchas experiencias que si las miro de afuera son divertidas, yo me puedo reír de eso, y experiencias que eran muy dramáticas. Yo me río del hecho que, en un momento, y esto no está en la obra. Por eso te digo que es totalmente ficción la obra, tenía un problema en el que estaba en un momento donde el TOC estaba más severo, y me costaba mucho levantarme de las sillas, tenía que levantarme de una silla con una imagen positiva o sino tenía que volver. Todos se habían ido a recreo, y yo en el colegio, estaba en octavo básico, no podía levantarme y no quería que me vieran. El TOC te da mucha vergüenza cuando te lo ven. Más encima la gente no lo entiende. Hoy en día es más conocido, pero en ese momento hubieran dicho que tenía algún tipo de demencia. Entonces me quedé sentado yo sólo, esperé que todos se fueran y dije: “ya, a mí tiempo voy a poder pararme”. Todo en un recreo largo, y no podía, estaba con un TOC súper severo. De repente llega un compañero y me ve sentado, imagínate la imagen, era un colegio con cursos de 40 alumnos, entonces ve en el centro a un tipo sólo, como película de terror. Me miró, se quedó callado y me dijo: “puta el hueón freak”. Fue una imagen súper dramática, pero yo la miro para atrás y me da mucha risa cuando lo recuerdo. Entonces algo así vi, pensé: “¿De qué manera lo podría plantear para que la gente se ría?”. Yo tengo muchas de esas situaciones. Para mí fue más fácil meter estas situaciones que generan risa, pero sin faltar el respeto a la enfermedad y a la gente que la vive. Hay algo en la comedia, que en estos tiempos no se puede hacer humor de nada, y es real. Creo que hay algo que es inmortal, y que es el autobullying. Nadie puede meterse en cómo me río de mí mismo. Ahí yo me pongo tajante: “ustedes no se metan en cómo yo me burlo de mí”. En este caso más que burlarme de mí, porque es un personaje ficticio, lo que hago es dejar que luego de un momento dramático, de crisis, aparezca sólo este momento cómico. Eso fue ocurriendo gracias a que yo lo viví desde adentro de manera súper natural, porque quizás si fuera una experiencia más ajena, tal vez no hubiera podido. También por lo que es fácil “llegar a la comedia”, es por lo rápido que piensa uno en el TOC, entonces uno es muy divergente, tiene fugas de ideas y eso es muy fácil de que sea gracioso. Por ejemplo, cuando yo estoy diciendo: “me atendía Tanía, la secretaría, que es Tanía”, de repente digo “usted tiene fetiche con los rusos”, y digo “sí, pero ella era Tanía Pérez”. Hay mucha gente que me escribió que se rió con eso. Es una corriente de pensamientos que va muy rápido, aparecen nuevas cosas, nuevas ideas y ahí es donde entra el humor. Yo sabía que esa era de las herramientas esenciales que tenía que usar, lo verborreico, el pensamiento tan rápido que de repente salen ideas totalmente inesperadas.

Se logró y sé que es súper difícil. Por ejemplo, creo el apellido como McDonagh o Mc algo, es un director que dirigió y escribió Escondidos en Brujas In Bruges, y también Tres anuncios por un crimen con Frances McDormand. Esa es una clase maestra de cómo puedes pasar del drama a la comedia. La trama es de una madre que busca a la persona que violó y quemó a su hija, es horrorosa. Sin embargo, yo la vi dos veces en el cine, y se reía el cine entero. Hay una escena de violencia intrafamiliar, después te ríes porque tiran una talla. Eso es una habilidad súper compleja, que yo admiro mucho. En este caso yo creo que funcionó bien, pero no me atrevería a hacerlo con cualquier otra cosa, no es fácil.

¿Tienes otros proyectos de teatro online a futuro?

De teatro online no. Me encantaría escribir más cosas y un desafío que me planteó Marcos, que está súper en pañales. Ya estoy avanzando con un proyecto más audiovisual, que es lo que más he hecho últimamente. Una próxima serie con la Sigrid (Alegría). Produjimos una serie hace un año y medio, que estamos vendiendo actualmente y se marca en el estallido social. También es un dramedy, es más comedia, pero también tiene harto contexto.

¿Es una webserie?

Las webseries hoy en día están súper difusas, porque antes tenían que ver con todo lo que era web, y no online, pero hoy en día todo es web. La webserie era algo que solía tener capítulos muy breves de duración, entre cinco y diez minutos, entonces esta no calificaría. La idea es que sea para plataformas de streaming porque los capítulos son entre 20 y 30 minutos. Es una serie que hicimos con un elenco bien estelar, y que se enmarca en el estallido, pero no es política. Es de tres anarquistas que quieren generar un falso atentado, es como una comedia de equivocaciones más bien, todo lo que puede salir mal, sale mal. Tratan de ayudar a Chile, dejan una cagada gigante. Son tres anarquistas que se enmarcan en algo que no son capaces de resolver. Eso ya se grabó, y está lista. Está en venta actualmente y con difusión afuera. No sé cuándo se lanzará, pero me interesa que se lance aquí, porque es una serie muy chilena. Quizás haya que hacer doblaje, porque está actuada muy en chileno. Eso está avanzando diariamente, es un proceso largo y hay que tener paciencia.

El próximo proyecto, ya empecé a escribir la escaleta. En este caso es una webserie, son capítulos cortos de siete minutos y que tienen que ver también con un trastorno de la ansiedad. Pero en este caso, va por otro lado, es más ligado a la depresión y también es una comedia. Quiero tratar con mucho respeto la depresión, pero a su vez, me siento más en el derecho de hacerlo porque también la conozco de adentro. El TOC te puede llevar a crisis depresivas súper fuertes, porque te ves atrapado en ti mismo y es muy común. Yo tuve cuadros depresivos de meses, porque te das cuenta que, a pesar de saber lo que tienes, y sabes que no pasa nada, no puedes salir de ahí. Estás atrapado en ti. Entonces la próxima serie tiene que ver con la frustración y la depresión endógena, pero tratada con respeto y comedia a la vez.

¿Vas a tener más funciones de Dosis con The Cow Company?

The Cow Company se ha caracterizado por tener obra nueva cada semana. Creo que casi siempre ha sido así. Eso hace que lamentablemente las obras mueran muy luego, porque siempre se pueden volver a hacer. Se vuelven a hacer cuando es para una función privada, función vendida. Eso me encantaría hacerlo, y lo conversamos con Marcos. Es probable que suceda y que apuntemos las fichas para allá.

¿La segunda función fue grabada o en vivo?

En vivo, y agregué un par de cosas nuevas. Fue súper linda repetir con mejoras, algunas cosas no salieron tan bien como la anterior, pero quedé muy conforme. Obviamente hay cosas que le cambiaría, y quizás más adelante si lo haga, yo también tengo la grabación, mientras más tiempo pasa, más uno piensa que le cambiaría todo. Probablemente me pase, pero actualmente mi impresión es de suma satisfacción. Me siento pagado. Era un desafío súper personal, no tenía que ver con lo monetario. Cuando me lo planteé, dije: “ya, lo tengo que hacer”. A los 25 te planteas miles de cosas y no cumples con ninguna. La cantidad de obras que escribí y que no presenté, más de 50 obras que dejé a medias. Es muy común que uno tenga miles de ideas, uno es muy barroco para las ideas, los proyectos, y no concreta nada. Aquí me obligué, dije que tengo que cumplir esto. Porque yo la quería hacer en marzo, pero entré a grabar una serie, en el Teatro Municipal de Las Condes. No podía escribir ni ensayar porque me tomaba mucho tiempo. Además, estaba trabajando en otras cosas, y normalmente, si tuviera menos de 30 años, hubiera puesto esto como excusa. Hubiera dicho que no se pudo hacer porque justo vino una serie, ahora no, vino una serie y entonces lo hago después. Lo terminé haciendo en mayo.

Título: Dosis (tal vez no fue suficiente prozac)

Guion: Francisco Germain

Elenco: Francisco Germain

Dirección: Francisco Germain

Producción: The Cow Company

Plataforma: www.cow.cl

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *