Por Paulette Waissbluth
Joan Cárcamo es estudiante de arte en la UNIACC, vivió gran parte de su vida en Chiloé y Punta Arenas hasta que inició la universidad, y se trasladó a Santiago para cumplir sus metas personales como artista. El sábado 10 inauguró su primera exposición personal Joga Bonito con cuadros inspirados en futbolistas y elementos representativos de este deporte. La muestra abarca desde el año 1995 a 2010, aproximadamente. Estarán en exhibición durante junio y julio en la Biblioteca de Santiago, Matucana 151.
¿Cómo fue tu experiencia realizando tu primera exposición personal?
Fue una experiencia muy grata, estaba bastante tranquilo después de haber montado y dejado todo listo, ahí se fueron todos los nervios y de ahí fue solo disfrutar y saludar a la gente que llegaba, fue como preparar una fiesta y dejar todo listo mientras esperas a que lleguen los invitados y pasarlo bien. Estaba nervioso porque era mi primera exposición y quería hacerlo bien. Desde que empecé a pintar, mi idea siempre fue que la primera exposición tenía que ser algo bien hecho con todo lo necesario, iluminación buena, texto bueno, montaje bueno, y eso me tenía un poco estresado, nervioso, habían algunos cuadros que colgamos y se podían caer, por ejemplo, estábamos probando justo cuando montamos, entonces, a veces podía ser que algo no funcionara. Eso me tenía muy nervioso.
¿Cómo fue el proceso de selección de los cuadros?
Con el curador, Rodrigo Arqueros, arrendamos un taller hace un año y medio y en todo ese tiempo nos hemos ido conociendo tanto como personas y pintores, porque él igual pinta, entonces, ambos tenemos muy claro los estilos de pintura que cada uno tiene y cómo vamos avanzando, cómo vamos progresando y evolucionando la forma de nuestra pintura. En ese sentido, las obras se escogieron para que tengan una lógica narrativa en cuanto al camino que se hace al ingresar a la sala y al salir, y también que los cuadros tengan coherencia en cuanto a lo pictórico, al gesto de la pincelada. Habían muchos cuadros de fútbol que se dejaron afuera justamente por eso, porque eran mis primeros cuadros de fútbol, que tenían otra técnica y no entraban con la lógica de la exposición.
¿Qué técnica tienen tus cuadros?
Antes yo pintaba mucho más pastoso, eso quiere decir con mucha más pintura en el pincel, pero en el último tiempo mi pincelada está mucho más aguada y mucho más rápida. Antes me demoraba como dos semanas en terminar un cuadro, ahora es como a la primera, también mucho más gestual, expresiva y desordenada. Todo eso se va entendiendo en la exposición, había un cuadro que tenía esta técnica más pastosa, se llama «PUPI», lo dejamos netamente por un gesto de la cara, pero en verdad ese cuadro no iba a ir por el tema de la técnica diferente al resto, el cuadro estaba muy rellenado y yo últimamente estoy buscando la transparencia y que se vea el fondo.
¿Quiénes te ayudaron a montar la exposición?
Estoy muy feliz de toda la ayuda que tuve por la gente que me rodea, siento que fui paciente dentro de lo poco paciente que soy, me considero bastante trabajólico y muy ambicioso, a veces, con algunas cosas, pero esto yo sabía que se iba a dar en algún momento, porque cuando uno trabaja harto las cosas se dan y, en ese sentido, todo se fue armando de una forma circular, empecé a trabajar el texto con Rodrigo y su papá, también está la Cami, una amiga del taller, me ayudó con el tema del plotter de corte y el Max, un compañero del taller, que es arquitecto y me ayudó con el montaje, y eso fue hace rato cuando empezamos a pensar en la exposición. Después, cuando fue llegando la fecha ya tenía todo hablado con mis amigos y compañeros, fue una ayuda super espontánea. Estoy contento por ese lado, con el apoyo de mis profesores también.
¿Sientes que es importante tener el apoyo de amistades y profesores en este mundo?
Totalmente, ese apoyo igual se da porque me ven enfocado en eso, me ven esforzándome harto, pero también porque son personas con mucha voluntad, cariño y amor que se genera entre todos, lo que es super importante y en esta exposición se vio mucho reflejado el apoyo de amigos y no solamente de oficio, sino también de mis amigos cercanos y que quiero mucho.
¿Cuál es tu experiencia con el fútbol y por qué lo usas como fuente de inspiración para tu arte?
Desde chico juego y consumo fútbol, es una relación de aficionado y también de jugador amateur. Desde muy chico he estado en clubes deportivos rodeado de niños que estaban en las mismas que yo, yendo todos los días a la multicancha. Desde mi infancia se generó un lazo a partir de la pertenencia social que genera el deporte tanto a nivel barrial como clubes deportivos o una sede, donde celebrábamos nuestros cumpleaños junto a los otros niños del club, entonces, se terminaron convirtiendo en familia y amigos. Con el fútbol hay un lazo muy nostálgico y sentimental de mi infancia. Más o menos como a los trece o catorce años, con un fanatismo muy grande, el fútbol es uno de los deportes más grandes del mundo, tiene una industria muy grande con mucho dinero invertido a nivel mundial y eso genera mucho fanatismo, de chico ya tenía a mis ídolos de este deporte, me compraba videojuegos relacionados también, entonces más o menos hasta la adolescencia toda mi vida giró en torno a eso, en la semana se entrenaba y los fines de semana teníamos campeonatos, además mi papá entrenaba a mi equipo desde los nueve hasta los catorce cuando me salí. En Punta Arenas mi vida giraba en torno a eso. Después me alejé un poco del fútbol, ya de más grande en una iniciativa media pretenciosa adolescente como irme más al lado intelectual, pero cuando empecé a desarrollar mi obra me di cuenta de que gira mucho a partir de la memoria, del recuerdo de mi infancia, y es muy importante poder reconocerse, entenderse y aceptar quién ha sido uno y poder reflejar eso en tu arte, reflejar quién eres. Hice el ejercicio de buscar entre mis recuerdos y el fútbol es de la primeras cosas que se me viene a la mente, negar u ocultar eso es algo estúpido porque recuerdo haberlo pasado demasiado bien en esa época, fue una infancia muy grata, y de ahí parte poder generar una iconografía nostálgica que es un lenguaje que no es solo mío, sino de mucha gente que consume esto, mis cuadros de fútbol están enfocados en la época entre 1995 hasta 2010 más o menos cuando yo crezco, y veo gente que puede entrar a mis cuadros desde un lado pictórico de la técnica, pero también desde la iconografía, el personaje y lo que genera a nivel sentimental y nostálgico.
Varias piezas de la exposición salen de la tela tradicional como los rectángulos de plástico que uno ve en la calle, ¿a qué se debe esta variación y qué significan?
Las piezas de plástico, los legos viables y advertencias de piso mojado llegan a mi proceso creativo porque un semestre anterior de cuando los empecé a pintar investigué sobre el plástico y lo que se puede hacer con él, desde ahí lo vi como algo que podría usar porque siempre me ha gustado economizar en cuanto a gastos. El arte latinoamericano en general es así, es muy precario a nivel de recursos y se hacen cosas con lo que se tiene. Empecé a observar mucho la calle, como soy de región hacía el ejercicio de observar el ambiente urbano de la ciudad de Santiago y me encontré con estos legos viables que son topes y se me ocurrió pintarlos. Estos objetos funcionan como límites urbanos, y empecé a darle una vuelta al concepto límite, relacionado a mi pintura saliéndome de un lienzo y rompiendo ese límite y, segundo, empezar a pintar un límite dentro de mi imagen que vendría siendo el fútbol, las pinturas que están dentro de estos objetos delimitantes son límites de la cancha relacionados al fútbol, o se pinta un árbitro que vendría siendo un delimitador también. Ahora estoy desarrollando otra obra con este concepto, pero llevándolo al límite del poder, cómo estos límites urbanos tienen una relación con el poder, que vendrían a ser personas que nos ordenan. Pero respecto a estas piezas de la exposición particularmente es eso, el límite pensado desde el concepto que tiene el objeto y también pintar el límite dentro del imaginario que es el fútbol, esa es la relación más directa. Eso da paso también a que empiece a pintar sobre plástico y me enamoré de que la textura sea muy lisa, fui dejando de lado el bastidor y la tela, en cambio, el plástico me entrega más rapidez y ahí empecé a buscar más materiales parecidos, en la exposición hay pinturas sobre melamina, madera, metal, por ejemplo.
¿Cuál ha sido el rol y la influencia que ha tenido la universidad en tu pintura?
Al principio tuve una relación media extraña con la universidad porque empezamos online, pero siempre he entendido el arte como un camino que va más allá de lo académico, es más un descubrimiento personal. Uno puede nutrirse individualmente viendo, escuchando o leyendo gente. Eso lo entendí desde un principio y tenía un sentimiento que la universidad no es tan importante, siempre marqué una distancia muy clara entre lo que aprendí en la universidad y lo que estaba generando yo afuera, como cursos, leyendo cosas por mi cuenta, y he generado una carrera muy desde fuera de la universidad. Pero con el tiempo me fui volviendo más humilde en ese sentido y fui entendiendo que la universidad es algo mucho más grande que tú. Entendí que la academia tiene cosas buenas de las que puedes generar y entender tu arte, esa es la labor que termina haciendo la universidad, hacernos entender nuestro arte a nivel teórico y poder explicárselo a otra persona, saber lo que estás haciendo. Uno a veces puede pensar que tal cosa funciona para eso, pero el espectador es quien juzga lo que haces, entonces, la universidad te enseña mucho a ser metodológico para que tu intención artística se vea bien reflejada al momento de exponerla. Siento que tengo una relación media extraña, porque, por un lado, me ayuda bastante pensar mi arte, pero también siento que a veces es excesivamente académica, pretenciosa o complejiza mucho las cosas generando conflicto. Sí me ha ayudado a entender el arte, pero no ha sido fundamental para mí.
¿Cómo sientes que influye ser de región y todo lo que conlleva venir a vivir a otra ciudad en tu desarrollo artístico?
Ser de región siempre es un plus, te afianzas bastante de la gente de acá en un sentido incluso idiosincrásico como la forma de ver las cosas en general. El choque, cuando cambias de ciudad con algo completamente diferente causa algo, entonces, siempre va a ser positivo a diferencia de estar estático en una misma ciudad, es un cambio que genera algo en ti. A mí me pasa que viviendo acá me siento muy estimulado, quizás una persona que nació acá puede tener una vida mucho más plana y todo le es normal porque ya lo conoce. Yo acá siempre estoy tratando de descubrir la ciudad, ir a una nueva comuna, moverme más, ir a partidos, y eso siempre es un aporte que quizás no se nota tanto a nivel material porque estamos haciendo un gasto extra en arrendar aquí, pero a nivel de estímulo creativo y de vida es una motivación, vine a Santiago a conseguir metas y ese es el mantra que tenemos los de región.
¿Cuáles son tus próximos proyectos?
La exposición Joga Bonito funciona como un cierre de la temática del fútbol, es muy pronto para declararlo con certeza, pero siento que es lo que se viene, quiero empezar a entenderme como pintor y explorar otras temáticas. Ahora estoy preparando dos exposiciones, una es el 20 de julio con Mercado Gris junto a dos pintores más que se va a tratar de flores y ornamentos. El 21 de julio una exposición personal en Casa Andacollo, aún estoy pensando sobre qué la voy a hacer, sigo interesado en lo iconográfico y lo nostálgico pero con otras cosas de la infancia como la televisión en los 2000, por ejemplo, recién estoy pintando las obras que van para eso e igual es interesante preparar una exposición de cero y hacer cuadros específicos para una exposición.