Entrevista al autor de la «Trilogía de la desolación» Ernesto Garratt: «Tratemos de buscar lo positivo, aunque sea en las historias más tristes»

Por Pilar Alcántara 

Entrevistamos al escritor chileno, Ernesto Garratt, escritor, periodista, guionista y crítico de cine, que ha participado como jurado en los festivales de Londres, Moscú y Cannes. 

Ganador de premios literarios como mejor novela para jóvenes Marta Brunet, el Santiago Festival Internacional de Cine por su apoyo a la difusión periodística y crítica del cine chileno. Y autor del libro Error de continuidad, recientemente publicado en España logrando internacionalizar su obra literaria. Autor de la Trilogía de la desolación, Allegados, Casa Propia y Educación Universitaria.

Me gustaría que me contaras cómo surgen las novelas Allegados y Casa Propia, ambas novelas, por cierto, premiadas.

Esos tres libros forman con Educación Universitaria una trilogía y las tres novelas surgen, básicamente, como una manera de contar algo que estaba o yo tenía más o menos normalizado que es el allegamiento, la idea de estar allegado, la idea de la precariedad. Una de las cosas que hizo súper bien la Concertación fue instalar una idea de arribismo, o sea, no la Concertación en sí misma, sino como la cultura simbólica de la Concertación en la transición democrática que todavía no termina, fue instalar esa idea de que había que ocultar o ponerle tierra a los orígenes que uno tenía, especialmente si eran muy humildes. Aferrarse a esa idea de arribismo y de ascenso social a como dé lugar. Un hito fundamental en mi vida fue el nacimiento de mi hija, soy un padre tardío, y quise contarle a mi hija, porque en el fondo podría llegar a oír ella de adulta que su papá es raro, loco o zafado y fue así como decidí escribir estas tres novelas que son una trilogía, como dice la editorial, La trilogía de la desolación que es un titulazo. Básicamente ese fue mi primer motivo, fue dejar en claro que uno no puede traicionar sus orígenes y contar esos orígenes, que en mi caso es mi historia de allegado junto a mi madre. Quería plasmarlo en estas páginas a través de una autoficción, pero yo creo que es más que nada una ficción. Conozco muchos escritores que escriben de su propia vida y no le llaman autoficción, le dicen novelas. Ese fue el origen.

Eres periodista, crítico de cine y escritor ¿Los premios reafirman tu carrera literaria? ¿La trilogía estaba pensada de antes de los premios?

Sí, yo escribí los tres libros casi al mismo tiempo, entonces a medida que pasaban los años los iba puliendo o iba haciendo algo más como cuidando el estilo, aprendiendo a ver el tema de la revisión que es algo que usualmente no tenía. Los premios surgen después.

Cuando me gano la beca creativa del Ministerio de Educación para escribir, me sorprendió mucho. Después me gano el premio Marta Brunet en la sección de mejor novela juvenil. Yo no tenía idea que estaba haciendo una novela juvenil, tampoco pienso que lo sea, simplemente es una novela. También me sorprendió después cuando me gano el Municipal de Santiago, como que te reafirman y es bacán para el ego, creo que es súper bueno que te digan “oye, estás haciendo un buen trabajo, sigue así”.

Desde el punto de vista de contar las historias eso venía de antes. Esa trilogía empezó y se terminó sola en un muy reducido periodo de tiempo y todo lo que ha venido después es el trabajo de edición, pero es bonito, es bueno por un lado porque las novelas, por lo menos desde el punto de vista de la beca de creación, se defendió sola, son premios sin nombre.

¿Cuándo se publica Educación Universitaria que es tu último libro?

Este año, en enero de 2024. El lanzamiento es a principios de este año y es la tercera parte, que está disponible en Hueders, se vende en pack con los tres libros. Se trata del último año en la historia de la trilogía del protagonista, ya en su primer año de universidad y ocurre en el primer año del retorno a la democracia. Ocurre mucho de la historia en el lugar donde funcionaba la escuela de periodismo de la Universidad de Chile en aquellos años que, por irónico y sorprendente que parezca, había sido unos pocos años antes el cuartel de la DINA dirigido por Manuel Contreras, entonces te encargo las vibras de ese lugar.

El libro relata costumbres y describe la cultura de una clase social chilena que llamada “la clase media”. ¿Era intencional el lector se identifique con los libros, que fueran tan chilenos?

Quizás sí, a mí me encanta leer, ahora estoy leyendo la traducción española de una saga llamada Blackwater de Michael McDowell. Siempre que leemos cosas de afuera o ambientadas en Nueva York o en Madrid tenemos que, tal vez por costumbre o colonialismo, aguantar y leer esas cosas. A mí me parece que Chile, en términos culturales y sociales, es muy interesante lo que nos está pasando, los procesos políticos que hemos vivido en los últimos años, los procesos sociales, los procesos económicos. Más que fijarnos en las historias que están pasando afuera, neutralizar los chilenismos o el hecho de ser chileno y hacer que nuestros dialectos, nuestras maneras de expresarnos frente al mundo y nuestras historias sean algo completamente neutro, que es lo que buscan todas las personas que quieren tener éxito, te dan un check si tu lenguaje escrito es neutro. Yo quise mostrar todo lo contrario, es decir, que las cosas pasen en zonas reconocibles de San Miguel, de Ñuñoa, especialmente la Ñuñoa real, no de la caricatura que se ha hecho ahora, el Santiago Centro, zonas que cohabitamos distintas personas de esa llamada ilusión óptica que es la clase media chilena. No existe la clase media hace mucho rato en Chile, solo es una clase baja que vive de una precariedad más bien disfrazada, en un constante endeudamiento. Quise hablar de eso, de esos códigos y que nos sintiéramos parte de eso, que no nos avergonzáramos de contar esas penurias, esas faltas de recursos o esas precariedades que avergüenzan tanto a la gente. Yo me acuerdo que en mi último trabajo que tuve, el dueño de la compañía donde yo estaba trabajando, que era un trabajo creativo, le comentaba que yo escribía allegado, yo estudié allegado y él como que se enojaba. Él es de fuera de Santiago y se enojaba y decía “no, no tienes para qué hablar de tus orígenes pobres, no tienes por qué hacer eso”. Me llama la atención esa falta de dignidad o esa falta de orgullo a la hora de hablar de los orígenes de uno por muy precarios que sean, no todos somos descendientes del rey de España y todo bien con eso.

En el libro Educación Universitaria, tú haces una crítica ácida a esta idea de la movilidad social por la universidad, esta consigna que se entregó mucho tiempo de que la universidad te iba a permitir moverte de esta clase baja que estamos conversando.

Claro, los tres libros tienen títulos de cosas que son elementos que están en una ficha social cuando tú vas o ibas a pedir ayuda a la municipalidad, cuando uno era más pobre. No es que yo ahora no sea pobre, pero en esos tiempos, en esos orígenes, con mi mamá teníamos la precariedad absoluta. La ficha social a la que siempre enfrentábamos en las entrevistas con los asistentes sociales era “ustedes son allegados, no tienen casa propia, educación básica o media, no tienen educación superior”. Si uno va completando esa ficha y si tienes educación universitaria, la promesa de éxito que te ofrecía, especialmente, el modelo neoliberal. “Vas a ganar lo mismo de pensión que tu sueldo con las AFP” como prometía falsamente el líder de la estafa piramidal, que ya conocemos, el hermano del difunto presidente Sebastián Piñera. Eso, para mí, es una promesa no cumplida, es una nueva estafa lo que se perpetúa. Tuve de compañeros a personas super creativas, super buenas pero que formaban una clase social alta y entrar a ese tipo de colaboración al trabajo o trabajo soñado era exclusividad de ellos, era un club de los chicos donde se perpetúa y se reproduce el mismo sistema social que hay antes. La educación universitaria a mí me sirvió mucho y me ayudó a llegar a muchos lados, pero como muchas otras personas de origen de clase baja o muy baja, te cuesta más y tienes que pegarte una carrera mucho más larga y mucho más extenuante. Es una promesa que no es real, al final, te das cuenta que es solo un lindo negociado. Lo que vemos con Marcela Cubillos y su escandaloso sueldo de 17 millones de pesos mensuales que no sé judicialmente en qué va a terminar, la cuadratura de la Universidad San Sebastián como caja chica y pagadora de la UDI con el señor Andrés Chadwick a cargo, tampoco sabemos judicialmente en qué va a terminar. La educación se convierte en una extensión y modelo más de la estafa piramidal, que significa vivir en Chile, especialmente considerando los pilares de la AFP, la ISAPRE y todo ese modelo económico que nos tiene aún más sumidos en una especie de miseria óptica, creemos que estamos súper bien, pero en verdad no.

Durante la pandemia surge Error de Continuidad. ¿Eso es antes de Educación universitaria o Educación Universitaria se gesta antes y se publica?

Los tres libros, Allegados, Casa Propia y Educación Universitaria, se escribieron juntos. La trilogía corre por su propio carril. Error de Continuidad es un libro que surge por la urgencia de la pandemia, surge también por una iniciativa del editor que me hace esta oferta de escribir una novela de ciencia ficción y lo hacemos. Trabajé muy bien con él, Martín Muñoz Kaiser, un gran saludo a él, un gran editor. Lo que resultó fue una novela muy en la onda Pulp, muy en la onda ciencia ficción, con humor oscuro, publicada en el año 2020 y que la acabo de publicar en España. Es el primer libro que publico afuera y fue publicada por Editorial Lastarria y De Mora en La Madre Patria. Tuvo visibilidad en Madrid, en Casa América, en Barcelona, en la librería Fahrenheit, y después en Valladolid, que es la sede matriz de esta editorial española.

En el libro, se plantea la paternidad de una niña neurodiversa. ¿Cuál es tu motivación de visibilizar el trastorno del espectro autista en tu novela?

Yo creo que es muy importante visibilizar la salud mental. No me había dado cuenta, pero muchas personas me han comentado que eso también se puede ver en la trilogía de Allegados. La salud mental es algo súper dejado de lado y algo, tal vez, intangible. No es lo mismo una persona que tenga una fractura de pierna, lo ves que ande cojeando y con muletas, las muletas de la salud mental son invisibles muchas veces.

Quería visibilizar, quería hablar de que, por ejemplo, una niña o un niño que es neurodiverso, con desrregulaciones y diferentes necesidades, no es que sea mañoso, no es que esté mal enseñado, es que ese tipo de caja o etiqueta suelen ser súper dañinas y lo que hacen es crear más ansiedad y más frustración en distintos aspectos de este tema de salud, para los mismos niños que tienen TEA hasta los cuidadores de los niños, generalmente, no se analiza el entorno.

Lo que quise con Error de Continuidad fue cuestionar esa idea de quién está equivocado y quién no, con la historia de este continuista que tiene que tiene que evitar los errores de continuidad de una película, pero que termina sin explicación científica o razonable, encerrado en los propios errores de continuidad de su vida. Eso es bien neurodiverso, porque generalmente las personas con TDAH, TEA, viven en un eterno presente, donde a veces te aparecen errores de continuidad, porque no te acordabas que tal cosa era así, o no lo tenías claro, son maneras neurodiversas de pensar y analizar la vida. Quería que fuera una comedia, que fuera ciencia ficción y también súper chistoso porque había dejado un poquito atrás la trilogía de Allegados que es bien triste y oscura, entonces quería reírme de algo, quería reírme mucho haciendo este libro cuya estructura son los últimos siete días de rodaje de una película. Si Dios creó el mundo en siete días, yo quería destruirle graciosamente la vida al protagonista en siete días, en una semana.

¿Las notas de pie de página surgen por la publicación en España?

La edición española tiene menos notas pie de página que la edición chilena. Lo que sí tiene la edición española al final es un glosario de cuatro páginas para explicar los chilenismos, por ejemplo, lo que significa “al tiro”, “cachái” y una serie de otras palabras que, quizás, sean demasiado procaces para comentarlas acá, pero la idea es que tuvieran una definición y una claridad para los lectores españoles que se interesen en leer esto. Es un súper buen momento para subrayar y valorar el labor y trabajo de la editorial Lastarria y De Mora, porque ellos han sido un puente fundamental entre escritores de Chile y Latinoamérica, que gracias a ellos están siendo publicados en España. Acaban de publicar, por ejemplo, la primera novela que hizo la escritora Cynthia Rimsky, ella se acaba de ganar el premio Herralde, la primera mujer chilena en ganarse ese premio y, además, es la primera persona de Chile que se lo gana desde que lo obtuvo Roberto Bolaño ya hace mucho tiempo atrás.

Creo que hay que valorar el ojo, el criterio y no porque me hayan publicado a mí, yo creo que yo soy un error de continuidad en su catálogo, pero valorar el criterio y el buen gusto de esta editorial que está haciendo ese trabajo. Un mensaje que se lo mando allá a la gente de España, al agregado cultural, al señor Berger, que tuve alguna comunicación con él. Le mando un saludo también al embajador de España que estuvo presente en los lanzamientos, muy interesado en la cultura chilena, entonces para que pongan ojo con este tipo de iniciativas que son muy relevantes para la cultura chilena.

¿Cómo te sentiste en esta experiencia? ¿Cómo fue internacionalizar tu carrera? ¿Qué te publiquen en España?

Es bacán. Yo soy un escritor tardío, empecé a escribir hace seis años, yo nunca había escrito ficción y que ahora algunas personas sientan que este tipo de trabajos pueden ser interesantes para públicos de otros países, me parece alucinante. Fue una experiencia muy feliz, hice muchísimos amigos, muchísimos circuitos de contacto. Hablé con muchas personas valiosas y sentir, experimentar y comprobar que el trabajo que uno puede hacer es valorado y entendido, es algo que debería ser una condición sine qua non cuando te dedicas profesionalmente a escribir ficción o ser un escritor, es algo increíble. Es primera vez que me publican afuera y me siento súper agradecido por todos quienes creyeron en esto, que para algunos puede ser una cosa poco relevante o puede ser algo súper fácil de hacer. Yo tengo una buena agenda porque fui 30 años periodista y entrevisté a muchas personas, pero de ahí a conseguir apoyos y conseguir ayudas, o ayudas morales que te digan “oye, escribes bien”, “oye, estás bien en esto, estás bien encaminado”, es bien difícil. Ahí viene un comentario, un pelambre de mi parte, creo que nos falta ser más solidarios y menos egoístas con los demás, con los que están empezando, con los que quieren seguir. Nos falta ser más generosos, hay demasiada competencia en el medio, se puede entender, es la condición humana, pero a veces falta eso, ser más solidarios. Para mí, fue bacán ir afuera y haber tenido esta experiencia y me encantaría que más gente pudiera también.

¿Cómo ha sido tu relación con Hueders, tu editorial?

Ellos son un siete. Hacen ediciones preciosas de los libros, trabajan muy bien todo el ecosistema editorial que uno pueda pedir. Creyeron en esto, ellos nunca habían trabajado una trilogía que cruzara los temas sociales, la fantasía, el registro de ciencia ficción y distintas cosas. Fue súper bueno que creyeran en ese tipo de valores que no eran parte de su catálogo, que los incorporaran, que creyeran en esta trilogía, que terminaran de publicarla y que apoyaran 100% eso, el concepto de tener los tres libros, el concepto de los títulos, el concepto de hacer una especie de Harry Potter a la chilena, pero más oscuro, más intenso, y tal vez, más loco.

¿Cómo llegas tú a Hueders? ¿Ellos se acercan a ti después de los premios? ¿Cómo se hace este match entre la editorial y tú como escritor?

Hay un compañero de la universidad en común, que me presenta a la gente de Hueders, empiezo a trabajar con Álvaro Matus, que es el editor, empiezo a trabajar con el dueño, que es Rafael López. Al principio, cuando les planteo el tema de la trilogía, no me dicen que no, pero me dicen que vamos viendo cómo van funcionando los libros. El primer libro funciona mejor de lo esperado y así vamos publicando hasta que resulta el final de la trilogía. Para el último episodio, era post-pandemia, eran situaciones bastante difíciles y la editorial independiente tratando de sobrevivir fue muy difícil, así que nos ganamos un fondo de publicación del libro, lo que nos ayudó muchísimo a poder llegar a imprenta y tener las ediciones disponibles, que están desde hace meses en el catálogo de Hueders y de algunas librerías.

¿Qué proyectos tienes a futuro? ¿Qué se viene para los próximos años?

El plan es que no hay plan. Sigo trabajando, sigo escribiendo. Hice un cortometraje que se llama Wingka que ganó premios en Lebu. Ahora estoy editando mi segundo cortometraje, estoy dedicado a una especie de transición hacia el mundo audiovisual. Estoy trabajando en guiones de proyectos que pueden adaptar Allegados, por ejemplo. Quisiera complementar con eso, la escritura que estoy haciendo, que tiene que ver con un tipo de literatura bien chilena y que tiene que ver con lo que somos, desde una óptica más bien de fantasía y ciencia ficción, sobrenatural, pero siempre lo que somos, con este mundo y estas ganas de ir hacia el audiovisual, hacia ese tipo de registros.

¿Cuál es tu impresión como periodista, escritor, guionista, dramaturgo y crítico sobre el uso de inteligencia artificial en el futuro de las artes?

El futuro de las artes la veo muy bien, como siempre. La inteligencia artificial es muy tonta, no tengo ningún problema con eso.

Ernesto, te dejo el micrófono abierto, si quieres decirnos algo más, para cerrar esta entrevista.

Te quiero agradecer un montón la oportunidad de hablar de mis libros, es demasiado esencial tener lugares y resguardo para hablar de lo que pasa en literatura. No existen esos lugares en la televisión abierta, los grandes medios no quieren que pensemos, tampoco es que uno esté hablando de física cuántica, pero uno plantea temas que pueden ser incómodos. Me gustaría decirles que tratemos de no solo leer mis libros, sino de leer, ojalá literatura chilena, también leer muchas mujeres, autoras chilenas que son estupendas y que están ahí. Cuando tratemos de leer, tratemos de buscar lo positivo, aunque sea en las historias más tristes y no lo digo como una consigna o una especie de propaganda, no, me refiero a lo positivo en el sentido de que haya buena escritura, buena literatura. Creo que somos demasiado negativos con el trabajo de los otros. Ahora que estuve 11 días en España voy a ser como Amaro Gómez y voy a empezar a hablar español, creo que no valoramos lo mucho y lo talentoso que somos.

Ficha técnica 

Título: Trilogía del Desamparo la saga completa: Allegados, Casa Propia y Educación Universitaria

Autor: Ernesto Garratt

País: Chile

Editorial: Hueders

Año: 2024

Idioma: Español 

Nº de págs: 480

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