Por María José Contreras
Paul Seaquist, chileno radicado en España y autor de ejemplares como Vuelo de rapiña, Silencios y Cartagena, presenta su nuevo libro titulado Oink, una obra que reúne 47 cuentos breves que rozan lo ácido, lo repulsivo y lo incómodo.
Un relato que promete hacernos reflexionar y cuestionar a la sociedad actual conforme avanzamos sus páginas. Oink contempla una narrativa cruda y difícil de digerir, pero que, al mismo tiempo, hace que sea imposible dejar el libro a medio camino. Una obra que levanta el deseo por la morbosidad que vive en nosotros.
Cuéntame, ¿Cómo nació la idea de escribir Oink?
No tengo un punto exacto en el que se me ocurrió escribir Oink, yo escribo constantemente, me estoy dedicando 100% a la literatura ahora. Recién había terminado de escribir una novela que se llama Semen, ese es el título que tengo de trabajo, aunque la editorial no quiere publicarlo bajo ese nombre, me sugieren que le inventemos un título nuevo y estoy pensando en Al sudeste de la luna, creo que por ahí voy. Luego de escribir una novela gorda, de 250 páginas, en primera persona, que habla de dolores y melancolías, al terminar de escribirla me dije «me voy a atrever a escribir un libro de cuentos sencillos para sacarme Semen de encima». La idea era que fueran libros cortos sin adjetivos, a mi juicio simples, ocupando la técnica de Hemingway de que fueran un golpe al mentón, eso era lo que quería.
Básicamente, el propósito de escribir Oink fue para sacarme esta novela gigantesca de encima, del cuerpo. Cuando empecé a escribirla no me di cuenta de lo que estaba haciendo y escribí un primer cuento que era sobre empalar a mi vecino, porque efectivamente tengo un vecino que es un poquitito intruso, entonces, a veces lo pillo mirando a través de los árboles a ver qué estoy haciendo. Escribo este cuento y me quedó un cuento súper crudo, pero muy divertido. Ese primer cuento me dio la tónica para el resto del libro, ahí entendí lo que iba a pasar, que era básicamente hacer estos cuentos crudos que de alguna manera demostraran cierto grado de deshumanización no solamente del autor, sino que del resto de la sociedad, así empezó.
¿Qué temas se encuentran dentro del libro?
El propósito principal es que Oink es una radiografía. Lo que hace es hacernos ver ciertas cosas que a simple vista no se pueden ver porque, quizás, simplemente no podemos, no nos interesa verlas o porque nos hemos acostumbrado a que ciertas cosas simplemente sean. Entonces, por ejemplo, el caso de este tipo que empala al vecino, esto pasa diario, hay un nivel de violencia y perversión tan grande que simplemente no lo vemos, eso es lo que hace Oink en estos 47 cuentos, muestra actitudes humanas al límite.
¿Con qué propósito se tocan estos temas dentro de la obra?
Creo que es importante hacer esta radiografía. Una buena forma de describir Oink es que hace una autopsia social, creo que es importante como artista, como escritor, develar ciertas cosas que el resto de la gente ha olvidado ver, es una responsabilidad del autor hacerlo, decir «oigan, atención, hay algo que está mal». ¿Cómo puede ser normal que abramos el periódico y veamos violaciones, ataques xenófobos, que veamos ataques misóginos?, que veamos mil cosas y no nos importen. La normalización de la pérdida de la moral es muy grave.
Se ha comentado que es un libro ácido y hasta a veces incómodo de leer, ¿crees que es así?
Definitivamente. Pienso que como autor a mí me toca remecer, me toca hacer que la gente reflexione, hacer que la gente se cuestione cosas, esa es la función del arte. Cuando lo escribí de pronto escribía ciertas cosas que me remecían y decía «¡Dios mío!, te estás metiendo en un camino súper escabroso». Especialmente hoy día en que todo tiene que ser políticamente correcto, todo tiene que ser tremendamente mesurado. Yo opté por irme al lado opuesto, no quise entrar en el juego de que tengo que autocensurarme, quise hacer todo lo opuesto de que las cosas son así y así son. ¿Qué más ácido que el cuento de esa mamá y el niñito que quieren que les cambien el sexo?, eso está en boca porque está sucediendo en verdad, hay niñitos de 12 o 13 años que están pidiendo cambios de sexo y se los están dando, eso es bastante grave. El libro es duro, pero tiene una ternura muy especial. Durante la presentación leí un cuento que hablaba sobre una familia que se quiebra y es un cuento definitivamente dulce, tierno y de amor. Entonces, sí es un libro políticamente incorrecto, es un libro ácido y todo lo que tú quieras, pero el libro, según el autor, es un libro de amor, sin ningún lugar a duda.
¿Nunca te dio miedo que no fuera comprendido como tal?
Sí, mucho. Todavía tengo miedo de que salte, por ejemplo, algún movimiento feminista o que salte el grupo de israelís porque en unas partes del libro hago unos símiles con campos de concentración. De pronto pienso que esta gente va a saltar, pero mi defensa siempre será que no estoy atacando, sino que estoy siendo irónico para que la gente abra los ojos y se dé cuenta de que estamos todos cometiendo errores garrafales que pueden terminar en cosas muy graves. Yo no soy misógino, todo lo contrario, no soy racista, no por hablar de racismo tú te haces racista, no por hablar de ciertas cosas te conviertes en eso, solo te hace una persona que quiere visibilizar ciertas cosas que quizás han sido olvidadas.
¿En qué se basa la portada y el título del libro?
El título se lo puse porque pienso que nos hemos transformado en cerdos, pienso que el ser humano se ha transformado en un cerdo y el ruido que hace, la onomatopeya, es «oink». Teníamos primero la nariz de un cerdo, esa iba a ser la portada inicial, pero ya que es un libro de amor y que todavía nadie lo ve, que nadie se ha dado cuenta de eso, solamente mi editor y yo, queríamos poner a más cerditos, especialmente cerditos bebés porque nos gustó la idea de que estuvieran queriéndose. Tú ves a uno arriba del otro, que puede ser una lectura de la portada, pero también la otra es que todos esos cerdos estén muertos. Si los miras te cuesta entender si están vivos o muertos. La idea era mostrar este amor entre los cerditos porque el libro habla del amor del personaje principal con su hija, entonces, no es un personaje que está solo, la nariz sola hubiese representado a este tipo solo en el mundo y no, este tipo está con su hija, queriéndose de alguna manera.
Para cerrar me gustaría que dejaras invitada a la gente para que lea tu libro.
Es súper importante que la gente entienda Oink como una autopsia social. No estoy pontificando, pero si estoy diciendo que hay cosas que están bastante mal en el mundo y que tenemos, sí o sí, que darnos cuenta de que esas cosas no están funcionando y creo que esta obra puede servir como rayos x para develar eso que no está bien. No bajo la moral, pero creo que tenemos la obligación de saber que hay ciertas cosas que están mal y que no debemos dejarlas pasar así como así. Oink lo que está haciendo es decir «atención, atención, paren un poco, hay algo que huele mal», como dice Shakespeare en Hamlet «algo huele mal en Dinamarca». Algo está oliendo mal y Oink lo quiere develar.
Ficha técnica
Título: Oink
Autor: Paul Seaquist Caroca
Editorial: Zuramérica Ediciones & Publicaciones S.A.
Año: 2023
Idioma: Español
N° páginas: 176
Encuadernación: Tapa blanda
Dimensiones: 19cm x 16cm
Isbn13: 9789569776366