Entrevista al director de “Aullido de invierno” Matías Rojas: «El cine es un lugar donde podemos conectar a través de las emociones”

Por Galia Bogolasky      

Aullido de Invierno (Winter Howl), es una poderosa e íntima obra cinematográfica que entrelaza documental y ficción para contar una historia de supervivencia, culpa y búsqueda de redención. Dirigida por Matías Rojas Valencia, aclamado por films como Raíz y Un Lugar Llamado Dignidad, esta película relata la historia de Ingrid y Franz, quienes viven en aislamiento en la Patagonia mientras enfrentan el miedo al olvido y las cicatrices del pasado. En paralelo, se cuenta la historia de una mujer que busca redimir su culpa (Paulina García), vinculada a los horrores de este oscuro capítulo de la historia reciente de Chile. Aullido de Invierno es un recordatorio de la importancia de no olvidar el pasado para que las heridas de una nación puedan sanar.   

Matías Rojas Valencia ha ganado reconocimiento en festivales internacionales con producciones como Raíz y Un Lugar llamado Dignidad. Aullido de Invierno es su primer documental, y fue seleccionado para importantes festivales como PÖFF 2023, Cinelatino Toulouse, Trieste, FIDBA y SANFIC20, donde ganó como Mejor Película en la Competencia de Cine Chileno 2024. La obra refleja su talento para explorar temas sensibles, con una narrativa que combina poesía visual y profunda reflexión sobre la condición humana.

Esto fue lo que el director nos contó. 

Tu primer documental Aullido de invierno, que se basa en la historia Colonia Dignidad, que es un tema que ya habías abordado en tu ficción anterior, Un lugar llamado Dignidad y que ahora lo haces en un documental que mezcla formatos porque tiene parte documental y parte ficción. Cuéntame cómo surgió esta idea y si efectivamente viene de tu búsqueda del tema de Colonia Dignidad a partir de tu película anterior.

Sí, Aullido de invierno nace de la investigación que hice para Un lugar llamado Dignidad. Durante ese proceso conocí a Ingrid y Franz, alrededor del año 2015-2016. Desde ese momento comenzamos una relación muy cercana entre ellos y yo. Siempre tuve la idea de contar parte de su historia, en presente. En el año de la pandemia, el 2020, escribí el guion y siempre tuve también el interés de generar una pequeña historia de ficción dentro de este documental para generar una estructura, entre comillas, de muñeca rusa narrativa. Creo que Aullido de invierno me entregó la oportunidad para poder realizar ese ejercicio cinematográfico que tenía tantas ganas de hacer.

¿Cómo surgió la idea de hacer esta mezcla de ficción con documental? Con una estructura de tres actos, partiendo por el documental, siguiendo con la ficción y volviendo al documental.

Me apareció esta idea a partir de lo que de lo que veo dentro de la narrativa de nuestro diario vivir. Me explico, por ejemplo, yo puedo estar hablando contigo ahora y después me voy a dormir una siesta y tengo una pesadilla y aparecen cosas que no recordaba y se mezclan, que no tienen sentido a veces y luego continúo con mi día. Es decir, creo que la vida no es lineal, en el sentido de hechos de acción y reacción constantes, sino que siento que lo que nos ocurre es también oblicuo, es disperso, es acuoso. Creo que el mundo de los sueños, de las pesadillas, es parte de nuestro día y agarran una narrativa paralela o diferente, etc. Me parecía interesante llevar a cabo como proceso cinematográfico. El cine siempre está de alguna forma como “obligado” a contar una historia. Cuando vemos una película es ¿de qué se trata la historia? La pregunta primordial. Si bien el cine en gran parte cuenta historia, también es un lenguaje artístico que tiene diferentes herramientas y muy ricas cada una. La idea de Aullido de invierno fue realizar una propuesta hacia las y los espectadores que contuviera, no solo una preocupación en la narrativa, en el argumento, sino también en lo expresivo, en la forma, en el color, en el sonido y que se convirtiera en una experiencia más allá de solo la trama y el argumento.

Los protagonistas de la parte del documental, Franz e Ingrid, son una pareja que se conoció en Colonia Dignidad y tiene una historia súper potente, una relación larga, ella alemana, él chileno, grandes personajes también para tratar en este documental donde ellos viven bien aislados en la Patagonia. ¿A ellos los conociste durante el proceso de tu película anterior? ¿Cómo pensaste en involucrarlos a ellos en este registro documental?

La intención de trabajar con Ingrid y Franz es que ellos se convirtieron en una pieza clave de la investigación para la película Un lugar llamado Dignidad. También había otro aspecto muy importante, que Franz fue el primer niño chileno secuestrado por la Colonia. Él se llamaba, como cuenta en la película, Francisco Morales Norambuena, y lo rebautizaron a Franz Barr. Por otro lado, Íngrid fue una de las primeras niñas que llegó desde Alemania. Entonces me parecía que su historia hacía relación y generaba un eco con respecto a la historia general de Colonia Dignidad, a lo que ocurrió durante estos más de 40 años en completa impunidad y también cómo su historia en la actualidad se relaciona con las cicatrices, con la memoria, con su relación con el pasado. Por eso también era importante que la película estuviese en la parte documental contada en presente. Nunca tuve la intención de mostrar imágenes de Colonia Dignidad. La idea era mostrar la vida en presente de Franz y de Ingrid, porque también ella, Ingrid, me dijo una frase que me quedó dando vuelta cuando recién nos conocimos, que ellos viven en presente el pasado que no tuvieron. Eso me parecía profundamente cinematográfico en el sentido de que genera imágenes, sensaciones y también múltiples aspectos estéticos, formales y narrativos cuando uno piensa en eso. Entonces ahí comenzó la médula del proyecto.

La película aborda el tema de la violación de los derechos humanos en dictadura, que han retratado otras películas. En este caso específicamente en Colonia Dignidad. Marca un gran tema que es la memoria y el trauma. ¿Cómo fue introducir estos temas tan potentes en una película y tratar de tener una mirada puntual, un punto de vista para abordar este tema centrado en esta pareja?

Si bien estoy de acuerdo con que existen muchas películas, documentales, ficciones, híbridos, cine experimental que tienen cercanía con el tema derechos humanos, siento que es un tema específicamente, no sólo en Chile, sino también en todo el mundo, que “es inagotable”. Creo que ahí tributa la frase que dice Ingrid al inicio y al final de la película: ¿Cuántas veces tenemos que contar una historia para que nunca sea olvidada?. Es una frase que me dijo a mí y que decido desde un punto de vista de dirección, instalar en el inicio y en el final de la película para generar una especie de cápsula hacia con el espectador de manera indicativa. Es a propósito para generar reflexiones sobre lo cíclico de la historia de, por ejemplo, en estos momentos en lugares del planeta también se están violando los derechos humanos. Nosotros tenemos una herida en Chile, no cerrada. Entonces creo que Ingrid en un momento me contaba que cuando a ella le pregunten sobre Colonia Dignidad, va a seguir hablando y contando lo que ocurrió ahí porque no se puede olvidar. En ese sentido creo que si se olvida no se cierra. ¿Cuántas veces vale la pena hablar de ciertos temas? Las que sea necesario, pienso. En ese sentido, para mí Aullido de invierno tiene una lógica expresiva y narrativa que se vincula a lo que para mí es también Chile en cierto sentido, un lugar de cosas no resueltas en muchos sentidos, de eventos inconclusos, de misterio, de fantasmas. Creo que todo eso tiene que ver con Aullido de invierno.

¿Cómo fue filmar con ellos en esta locación que es bastante extrema, en la Patagonia, donde se traspasa el frío, la desolación, la soledad?

Ingrid y Franz hasta hace un tiempo vivían en el lugar donde filmamos la película, que es una localidad cercana a Ñireguao, entre Coyhaique y la cordillera, la frontera con Argentina, plena Patagonia, en un lugar aislado, hostil en términos de clima, pero donde ellos encontraron el lugar, este campo donde querían vivir su vida en presente. Lamentablemente ellos ya no viven ahí, porque a Franz le han ocurrido dos accidentes cerebrovasculares, que tienen que ver con las torturas que él sufrió en Colonia Dignidad. Por ende, ahora viven en Nueva Imperial, cerca de Temuco, en La Araucanía. Yo los visité hace una semana, estuve con ellos. Franz no está bien de salud, se está recuperando y hasta el día de hoy, por ejemplo, un dato importante, no hay ningún tipo de ayuda ni indemnización de parte del Estado de Chile para con ellos. Dicho eso, con respecto a la pregunta en específico, de cómo fue el acercamiento y la filmación en este lugar: fue duro por el clima, filmamos en invierno, tenía toda una logística para poder estar allá cerca de ellos. La relación que mantuvimos, no solo ellos conmigo, sino también el equipo que me apoyó mucho. Era un equipo reducido de personas que trabajó sin parar y con muchas ganas, se generó una especie de ecosistema de filmación muy tranquilo. Había una generosidad enorme de parte de Ingrid y Franz para con su historia, con su vida, con abrir su casa. Creo que eso ayudó a que se impregnara en la película estas sensaciones, esto no dicho entre escena y escena que estábamos buscando.

¿Cómo fue filmar la parte de ficción con Paulina García, Amalia Kassai? Es como una especie de cortometraje inserto dentro de este largometraje que se conecta de manera bastante brutal, porque es una historia súper dura. El personaje de Paulina García tratando de resolver un trauma al pasado, de reparar un dolor, una herida. ¿Cómo fue también pensar esa historia? También cuéntame un poco cómo fue el rodaje, si esa parte de ficción fue filmada después de la parte documental o en paralelo o antes, como para entender la forma de construcción de la historia total.

Sí, totalmente. Muy interesante tu apreciación. Tiene mucho que ver con cómo hicimos esta película. Nunca pensé la parte ficción como un cortometraje paralelo. Escuchaba el otro día un comentario de una página, que critican cine chileno. Me pareció súper interesante que la persona decía que sentía que el cortometraje había sido como hecho aparte y que lo habíamos involucrado en la película como para involucrarlo. La verdad es que no. El documental y la ficción fueron escritas al mismo tiempo. Yo tenía la intención de generar un argumento para la historia de Ingrid y Franz y otro argumento totalmente diferente con la ficción, que fuera una película dentro de la película, que se generara esta estructura de muñeca rusa, como nuestros sueños, como las pesadillas, como mencionaba antes, y que el tema estuviera dando vuelta como esta “metáfora” que habla Franz en la película sobre los aullidos de los perros. ¿Qué significan los aullidos de los perros para él? Y ¿Cómo retumban en los bosques, en las ciudades? Esa idea se me quedó dando vuelta y a través de los aullidos se conectaron las dos historias que al final el espectador, las conecta argumentalmente y eso me parece interesante, que el espectador tenga un momento de poder, adentrarse en una historia que tenga ramificaciones, que sea rizomática y que aparezca algo tercero. Tenemos dos historias, tenemos tres capítulos en la película, pero aparece algo tercero.

Me he dado cuenta de eso la mayoría de las veces que he presentado la película en festivales o en Chile en las proyecciones, estando en estreno en sala, y ha sido muy interesante esa conexión con el espectador desde ese lugar, los comentarios, las cosas que aparecen y también las personas que no les parece bien el hecho de que se rompa una linealidad. Por ejemplo, me he topado con comentarios como por ejemplo, de hecho un crítico de Culturizarte, la crítica que me pareció muy divertida/ interesante, porque decía que estábamos viendo la película y que estaba todo bien, pero que de pronto no íbamos a corte comercial. Me parece interesante que a algunas personas se le quiebre la narrativa o la expresión de la película a través de el quiebre argumental. Creo que son posibilidades cinematográficas. Todo lo que sirva para conversar, dialogar sobre no solo historias sino también formas, sensaciones y emociones me parece interesante. Todo eso que ha conllevado la ficción hace que la película tenga un valor para el equipo, para mí, mucho mayor, porque siento que el cine no tiene que revelar historias, no tiene que sacar historias a la luz. Creo que eso es una tarea que la hace mucho mejor el periodismo. Siento que el cine es un lenguaje artístico en el cual nos podemos aproximar a esas historias, que en este caso tienen que ver con un hecho concreto, como por ejemplo Colonia Dignidad, pero que podría haber sido otro hecho, desde lugares donde podemos conectar a través de las emociones, de nuestras sensaciones y eso me parece interesante. También desde un lugar no de molestar solamente, pero siento que la porfía es importante en el arte y en que estas películas, este tipo de películas vayan a las salas comerciales y que las personas, aunque vayan pocas, se enfrenten y se puede pueda ocurrir un momento de apreciación y de comentarios y de crítica. Eso me parece muy bueno.

Esta película ha tenido hartos premios, se ganó ahora el festival del Sanfic que fue súper buen reconocimiento y ha tenido otros premios internacionales. ¿Cómo ves el recorrido que ha tenido la película? ¿Cómo ha sido la percepción también desde fuera? En Chile conocemos la historia de Colonia Dignidad de fondo ¿Cómo has visto la percepción de la gente de otros países, siendo una historia tan terrible y tan local?

El recorrido de la película ha sido súper bueno, interesante para nosotras y nosotros en el equipo, porque tuvimos un estreno en un festival importante como es Tallin en Estonia, que nos acogió con muchas ganas para una película que es compleja porque es como: “pero espérate, no es documental, no es ficción, ¿qué es esto?” Etc. Creo que eso ayudó mucho al viaje de la película. Luego estuvimos en el festival de cine de Toulouse, hemos estado en Fidba, hemos estado en Italia, en Rusia, tuvimos un conversatorio por zoom con la sala de cine en Rusia y fue muy interesante las preguntas que se formaban. En ningún lugar me he quedado con alguna apreciación de parte del espectador de que no entienden el tema o que no les resuena, aunque sea una historia local como lo es Colonia Dignidad. Siento que la historia de Ingrid y Franz, la historia de la ficción y cómo se mezcla todo, me he dado cuenta que se proyecta como una historia universal, porque en cada país hay secretos, hay pactos de silencio, cosas no resueltas. En todos los países hay un aullido, como explica Franz, y ese eco retumba y es una historia cíclica. Me parece muy interesante de hablar, de conversar a través del cine. Sin ir más lejos, hoy día es el estreno oficial acá en Colombia de Aullido de invierno, pero hace unos días tuvimos un pre estreno acá y fue muy interesante, fueron algunos estudiantes de cine y cómo opinaban de la película, cómo se relacionaban con el tema, relacionándolo, valga de redundancia, con la memoria, también de violencia acá en Colombia. La película se proyectó hace unos días en este preestreno en el Centro de Memoria de Bogotá y se dio una instancia muy interesante. Es una película que me ha entregado la oportunidad de poder hablar no solo de Colonia Dignidad, sino también de lenguaje cinematográfico y eso ha sido muy especial para mí.

Se estrenó en salas en Chile ¿Qué le podrías decir a la gente para invitarla a ver la película?

Se estrenó la semana pasada en salas de cine en Chile, en salas comerciales, en red de salas alternativas. Hemos tenido muy buenos comentarios, muy buenos debates, una crítica interesante. Quiero invitar a todas y todos quienes no han podido ver Aullido de invierno, a que se acerquen a las salas donde todavía hay proyecciones, a que vean la película y que podamos, de alguna forma, tener la posibilidad de generar este diálogo a través de lo cinematográfico, lo argumental, lo histórico, el tema de Colonia Dignidad y también, por sobre todo, recordar que personas como Ingrid y Franz, hay muchas más, y que no podemos olvidar y el ejercicio de memoria es importante.

Ficha técnica

Título: Aullido de Invierno

Dirección: Matías Rojas Valencia

Guion: Matías Rojas Valencia

Producción: Chile, Colombia, Argentina (2023)

Producción: Tomás Gerlach, Clara Larraín

Fotografía: Andrés Underesu Cárdenas

Elenco: Ingrid Szurgelies, Franz Bäar, Paulina García, Amalia Kassai, Patricia Cuyul, Clara Larraín

Música: Pierre Novi

Duración: 84 minutos

Distribución: Storyboard Media

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