Entrevista al director de “Dignidad” Julio Jorquera: «Es una invitación a recorrer nuestra historia, no buscando una polarización, pero sí para generar una reflexión»

Por Galia Bogolasky 

Entrevistamos al director de la serie que se acaba de estrenar en Amazon Prime y en Mega, sobre Paul Schäfer y su culto en Colonia Dignidad, el enclave alemán en Villa Baviera, en las cercanías de Parral. La coproducción chileno-alemana narra uno de los sucesos más oscuros de la historia reciente de Chile.

La serie está inspirada en hechos reales que sucedieron en los años 90, período en que se descubrieron las aberrantes prácticas que tuvieron lugar en la localidad conocida como Villa Baviera, amparadas por la dictadura de Pinochet. 

Basada en la historia real que vivieron muchos niños que fueron reclutados, adoctrinados y abusados en la localidad conocida como Villa Baviera, esta ficción fue realizada en Chile por Invercine & Wood, y por la productora Story House Pictures de Alemania, en coproducción con el fondo de televisión CNTV y el canal Mega. Su distribución internacional global está a cargo de Red Arrow Studios.

Para Dignidad se reunió a un elenco que junta a actores alemanes, como Götz Otto en el papel de Schäfer, con chilenos, como Antonia Zegers, Julieta Figueroa y Alejandro Trejo. El protagonista es Marcel Rodríguez, un actor paraguayo-alemán quien interpreta a Leo Ramírez, el joven abogado que trata de atrapar al líder de este culto y cuya investigación articula este relato que va de los hechos reales a la ficción. 

¿Cómo surgió hacer este proyecto de hacer la serie Dignidad

Es un proceso bien largo, de productores. Es un proyecto que primero se le presenta al CNTV y desde ahí comienza esta carrera para la búsqueda de los socios para poder hacerla de la forma que se hizo. Era una serie ambiciosa, entonces, los recursos que había no eran suficientes como para poder haberla hecho de esa manera, era muy importante que los alemanes fueran alemanes. Esa mitad alemana, o 60 % alemana que tiene la serie era muy importante. Fue un proceso de casi cuatro años desde que el proyecto se adjudica al CNTV hasta que se exhibe. Desde que se da la luz verde del proyecto con Alemania, eso fue muy rápido, los guiones se empezaron a escribir con mucha velocidad, vino el rodaje y la postproducción también fue intensa porque teníamos que estar al aire el 19 de septiembre del año pasado, porque se estrenaba en Alemania para la navidad en Alemania, que para ellos es cuando más televisión se ve. Para ellos era importante poder estrenar en esa fecha.

¿Siempre fue planificado así?

Siempre fue planificado así. Siempre fue la primera ventana de exhibición Alemania, porque la distribuidora era una plataforma nueva que se llamaba Joyn y Dignity era la serie que inauguraba esa plataforma, por eso también la importancia de que estuviera lista para esa fecha. De acuerdo con eso se van tomando las otras ventanas de exhibición, de hecho, la serie se exhibió en HBO en Europa en agosto y después Latinoamérica ahora con Amazon Prime.

¿Cómo fue dirigir en alemán? ¿Hablabas alemán?

No sabía alemán, pero tenía ayuda con traductores. Los actores principales eran bilingües, entonces, no había problema. Al principio pensé que iba a ser más complejo porque igual la fonética es distinta, donde se acentúan las cosas, es muy distinto, pero uno se va a acostumbrando y como uno está tan metido en todo, empieza a la serie a ser parte de uno, entonces, como que esa dificultad ya ni siquiera existe. Se empieza a dar con mucha fluidez, pensé que podía ser una dificultad más grande de la que fue.

¿Cómo llegaron a elegir esta temática? Tú venías de dirigir Mary & Mike, que también hablaba sobre la dictadura, los crímenes cometidos, y la tortura. ¿Cómo fue elegir este tema que es del abuso y los crímenes cometidos en dictadura? 

No ha sido una búsqueda personal mía. De alguna manera me han invitado a participar en estos proyectos como director y también en la escritura en el caso de Mary & Mike, pero más allá que sean esas temáticas, es parte de la historia de Chile. Creo que el retratar nuestra historia siempre me genera mucho interés, pero no es algo pensado, no es una búsqueda si no que se ha ido dando y de alguna manera, así como se van dando estos temas, es como que uno se va metiendo en este mundo de las series y entrando en ese mundo de esta televisión y cómo se va transformando la cinematografía.

Tú además habías dirigido un largometraje que se llama Mi último round, pero tu mayor experiencia ha sido en series. ¿Cómo ves la diferencia entre las series y las películas? ¿Vas a seguir por este camino de las series o tienes otro proyecto cinematográfico?  

El cine es como el hermano mayor. En el fondo me acomodan mucho las series de televisión. De alguna manera, el lenguaje del cine va permeando el mundo de la televisión, que antes no se filmaba de esa manera, eran muy distintos el cine y la televisión. Creo que este tipo de series van trayendo el cine a la televisión, de alguna manera me acomoda y tiene una ventaja que para mí es súper importante que es la audiencia. En el cine nos cuesta entrar a las audiencias y con las series puedes entrar a muchos mercados, imagínate en todos los lugares que se está dando Dignidad, eso para mí es muy importante. Creo que ambas pueden convivir perfectamente, va dependiendo de los proyectos, porque a veces uno tiene varios y sale uno, otro no. De alguna manera, se han ido dando los proyectos y son los primeros que han salido y se han tenido que ir realizando.

Hay muchos actores alemanes, y el protagonista Marcel Rodríguez es paraguayo-alemán, junto con Antonia Zegers que es actriz chilena. Además de los actores alemanes que interpretan a Hausmann y a Paul Schäfer. ¿Cómo fue el proceso de casting para llegar a este elenco?

Complejo, al inicio del proyecto los productores alemanes siempre nos propusieron a David Striesow que hacía a Hausmann, a Götz Otto que era Schäfer y Jennifer Ulrich que era Anke, ese era nuestro casting ancla. De ahí empezamos a hacer la búsqueda y donde había mayor dificultad eran los actores que tenían que hablar español y que tenían que hablar alemán. En ambos tenía que haber algo nativo y era muy complejo que alguien hable nativo, es muy difícil. Había actores que hablaban alemán. Nosotros hicimos una búsqueda en Latinoamérica porque en Chile no existía, salvo algunos personajes como Amaya Forch, porque ella había estado muy chica en Alemania y sabía alemán nativo. Pero en los hombres no había, en Latinoamérica había algunos que hablaban alemán, pero no tenían el acento nativo que era la exigencia para poder entrar en el mercado de Alemania. También se buscó en Alemania, y ahí vivía Marcel y Nils, que son de padres latinos. Así llegaron, llegaron muy encima del rodaje porque no aparecían, afortunadamente eran grandes actores.

Me llamó la atención Julieta Figueroa, es chilena, pero en toda la serie habla en alemán. 

Ella vive en Berlín hace varios años, ella apareció en los primeros castings y estuvo desde el primer minuto para ese personaje. Nosotros abrimos un abanico de búsqueda de todos los actores que pudieran hablar alemán en Chile, después se hizo un filtro si tenían el acento nativo o no y ahí se iban descartando y algunos, como el personaje de Julieta, que no necesitaban un acento nativo porque había sido un chileno que había sido criado en la Colonia Dignidad, entonces se permitía esa licencia.

Ustedes filmaron en la misma locación de Colonia Dignidad, en Parral. ¿Cómo fue ambientar el lugar? ¿Qué fue lo que rescataron del lugar original y que fue lo que adaptaron y tuvieron que hacer de nuevo?

Ese lugar está como intacto, eso fue un privilegio y un acierto para la serie. Creo que no habría quedado igual si hubiésemos tenido que recrear algún parecido muy particular, tiene una carga también que permea mucho más allá de lo que uno puede hacer estéticamente o la construcción, si no que se genera una atmósfera particular. Los actores también se cargan en ese lugar, hay algo que no se puede expresar, queda ahí en la pantalla y es algo que captura solo la cámara. También por temas de producción, porque había lugares que no eran tal cual a como queríamos que fueran y ahí entra la estética usamos otra locación que es en Coya, en el campamento americano de Coya, que queda en la sexta región, de Rancagua hacia la cordillera. Ahí estuvimos filmando algunos sets y lo otro aquí en Santiago.

¿En la comunidad ecológica?   

Sí, en distintos lugares, algunos sectores de campo de acá cercanos a Santiago, ciudad. En Colonia Dignidad, Villa Baviera que se llama ahora, estuvimos dos o tres semanas. Después otras dos en Coya y el resto acá en Santiago.

En la serie está la historia del presente que está situada en el año 97 y el pasado en el año 76, y son estas dos tramas de cuando los protagonistas eran niños y después cuando el abogado-fiscal va a buscar a Paul Schäfer y enfrentar su pasado. ¿Cómo fue hacer estas dos tramas en paralelo? Desde la ambientación hasta hacerse cargo de esta historia política. 

En la dramaturgia, el tema era cómo contar la historia de Colonia Dignidad, porque es una historia que atraviesa muchos gobiernos, son 40 ó 50 años de historia, entonces, había que tomar etapas y algunos temas a tratar. De alguna manera, llegamos a cómo podemos hacer el viaje lo más largo posible, y así llegamos a que nos interesaba mucho el momento donde se abre Colonia Dignidad, las primeras investigaciones donde Chile irrumpe en la Colonia Dignidad, la policía, ese era el ancla donde nosotros debíamos partir la historia. De ahí construimos este paso y ahí vimos cuántos años podían ser más atrás y de alguna manera mezclar esto con lo que fue la Colonia Dignidad en la dictadura.

Muestras la época más álgida de la dictadura, los primeros años, y después los primeros años de la transición. Aparece esta figura del fiscal, pero en esos años el sistema judicial no contaba con esa figura, fue poner en contraposición la dictadura versus los primeros años de la democracia. ¿Cómo fue enfrentar estos dos momentos?

Ahí tomamos licencias de lo que era el sistema judicial, porque lo principal de esta historia era que pudiéramos contar una historia universal, que se pudiera entender en cualquier parte del mundo, no la podíamos hacer tan particular ni tan documental como para que lo entendiéramos los chilenos. La idea era que la serie pudiera viajar, que es en el fondo lo que le está ocurriendo. La manera de hacerla era de esa forma y tomarnos las licencias. A mí me parece interesante porque esa es la manera en que se hacen las series de televisión. Lo otro es algo muy localista que no tiene mucha sintonía y para poder hacer transversales estos temas hay que ayudar a la audiencia también, para que tenga interés en verlo, si no, se transforma en algo muy de nicho que no era la idea del proyecto.

Como está basada en hechos reales, toma elementos más documentales de la realidad que pasaron, pero además incorporas la ficción porque tienes que hacerla universal y porque es una serie dramática de ficción que no es un documental, que, además, tiene que entretener, provocar y generar un montón de cosas a la audiencia. ¿Qué elementos decidieron mantener intactos de la realidad y cómo fue incorporar la ficción?

Casi todo lo que se cuenta ahí surge a partir de la investigación, lo que si posiblemente ocurre es que no sucede efectivamente quizás en la línea temporal. Hay cosas que pasaron antes o después, pero la mayoría, o cambiamos los nombres o pusimos dos personajes en uno, ese tipo de licencias. Pero todo lo que está ahí, como el contenido de las cosas que se hablan, surgen a partir de una investigación, hay datos certeros de que eso si ocurrió, se cambia un poco la forma, pero de fondo tiene que ver con una gran investigación que se hizo.

En la historia, a pesar de que su tema principal es esta investigación judicial, también hay una historia de amor entre Anke y Pedro/Klaus. ¿Cómo llegaron a eso? ¿Es ficción o también se basaron en un caso real?

Esos personajes de Anke y Klaus son ficción, pero sí hay muchos personajes que se enamoraron en la Colonia, se tuvieron que separar, los separaron, etc. De hecho, una de las particularidades de la Colonia es que destruía la familia, en el fondo, no permitía que hubiera lazos entre las personas para poder tener una manipulación total de todos. Esas historias son reales pero la forma que están contadas, los nombres, no. Pero creo que hay muchas Anke y muchos Klaus dentro de la Colonia.

Algo muy impresionante son las escenas de los niños, hay varios niños que actúan súper bien, pero hay escenas de tortura y una muy fuerte de un asesinato. ¿Cómo enfrentas esas escenas con los niños? 

Ese es un acierto de Roberto Matus, director de casting de la serie. Imagínate buscar niños que hablaran alemán en Chile, que actuaran. Parecía muy difícil, pero no fue más difícil que encontrar a nuestros protagonistas. Aparecieron, estaban ahí, maravillosos los niños, nuestro problema era cómo lo hacíamos y que los padres estuvieran de acuerdo con que sus hijos pudieran trabajar en una serie con esta temática. Se dieron todas las cosas para que ellos fueran y en todas las escenas estaban sus padres presentes, en eso tuvimos mucho resguardo. Filmábamos las cosas por separado para que para ellos pareciera un juego y no traumarlos con una escena de tortura. Se hace como una artesanía, uno filma un plano o dos planos y ahí lo va montando y se va generando lo que uno va viendo. En el hacer es muy distinto y ahí está la magia de esto.

Hace cinco años se estrenó una película, Colonia, con Emma Watson y  Daniel Brühl‎. ¿Tomaste algunos referentes de ahí, la viste, qué te pareció? ¿Se quisieron despegar de eso? Porque igual es una película reciente que tiene temas en común. 

La película tiene una diferencia grande en la temática porque trata en un momento en la dictadura y la vi una vez y no la quise ver mucho porque no me interesaba. La miré en términos de producción, cuánta gente había, cómo lo hacían, porque había un valor de producción alto en la película y teníamos que estar a la altura de eso porque inevitablemente iba a haber una comparación, pero creo que la miré con esos ojos más de que si me gustó o no. Son miradas muy distintas, quizás tiene que ver con una mirada más localista, que la siento un poco externa, pero es parte de eso, porque son extranjeros que vinieron a filmar. Creo que lo que ayudó en la serie es que acá estaban las dos partes, había guionistas alemanes y chilenos, esa comunicación entre esos dos mundos ayudó a que la serie tenga ese carácter.

El equipo técnico, los chilenos son muy reconocidos, Sergio Armstrong, director de foto, de los mejores. ¿También había alemanes en el equipo técnico? ¿Cómo fue ese trabajo más técnico? 

Había una directora que hacía una segunda unidad con su asistente de dirección y ese era el equipo alemán, había un productor acá. El equipo de Alemania era más de producción y de guiones, el crew era de Chile, era el 90 % de chilenos.

¿Habías trabajado con ellos?

Sí, conocía a todo el mundo y el elenco. Alemania irrumpió más en el rodaje con elenco y esta segunda unidad que se hacían algunos días. Teníamos un problema logístico, ya que los actores de Alemania venían por una cierta cantidad de tiempo no más, entonces, estábamos obligados a hacer estas dos unidades en paralelo los primeros días porque los actores tenían otros compromisos y había que poder sacar todas las escenas en cierta cantidad de tiempo.

La serie estrenó en Mega y en Amazon Prime, en paralelo. En Amazon están todos los capítulos de una. ¿Cómo fue esa colaboración o gestión con distintas plataformas? Una en televisión abierta y otra por una plataforma online por streaming ¿Cómo lo ves tú a través de estos dos canales de exhibición?

Siempre es bueno que la serie se pueda exhibir, creo que es importante destacar que la serie se está dando por la plataforma del CNTV para quienes no tienen acceso a Amazon Prime o no quieren verla doblada en Mega, que, a mi juicio, algo muy personal, creo que pierde mucho la serie al verla doblada porque es parte de lo dramático, este idioma que divide. El idioma en este caso no es para que nos entendamos, que entiendo perfectamente que todas se doblan, pero en este caso es un punto donde no hay entendimiento de algo o donde uno se puede refugiar, entonces es narrativa. Quienes no tienen acceso a Amazon Prime pueden verla por la plataforma de CNTV.

No sé si la televisión abierta puede convivir con el streaming, en eso tengo dudas porque los intereses son distintos y porque en la televisión nuestra no hay un interés. Tengo una crítica muy grande a nuestra televisión abierta. Creo que se conformaron con la audiencia que hay y no cautivaron las nuevas audiencias y ahí entró el streaming y entran todas las plataformas que van dejando atrás y se van quedando más atrás. Lo que le ocurre a la política también en nuestro país, una política de 20 años atrás implementada en una sociedad muy distinta, muy diversa y que de alguna manera la siento un poco paternalista. Es parte del cambio, pero parece que la televisión no tiene interés en cambiar. Creo que se va globalizando todo y es una lástima porque perdemos identidad. La televisión es muy importante, no es decir que es mala o que no sirve, es importante, pero tiene que tener objetivo, no solo es entretener, tiene que haber de todo. Cada cual tiene derecho a elegir lo que quiere ver también, esa transversalidad que se plantea.

¿Cuál fue el mayor desafío en todo este proceso? Del rodaje, de la serie o de todo le proceso de creación. 

Fue complejo, no fue una tarea fácil, sobre todo el ponerse de acuerdo y esta búsqueda de la historia. Fue un proceso complejo con un buen aprendizaje para todos los que participamos y de alguna manera, el poder convivir estas dos culturas muy distintas, que lleguen a acuerdos y cómo lo vemos y hacemos. Eso fue difícil, fue engorroso, pero salimos de ahí de todas las discusiones que son parte del proceso creativo. Pero creo que esas realidades tan distintas, de alguna manera fue unirlas y entender de nuestra parte que esta serie tenía que entrar en otras audiencias también. Creo que esa mirada un poco mezquina nuestra de decir, esto no se hacía o se hacía, es un tema importante. Creo que los alemanes nos permearon eso y produjeron que esta serie pudiera tener una audiencia mucho más amplia y se está demostrando ahora con todas las plataformas en las que está y cómo se van moviendo.

La serie quedó un poco abierta al final, ¿hay alguna posibilidad de una segunda temporada?

No hay nada claro, pero sí, en términos de escritura siempre se dejó abierta para posibles nuevas temporadas. Está la intención, pero llegó la pandemia y todas las cosas cambiaron, ahora hay que ver y me imagino que va a depender de los resultados de cómo le va a la serie, no sé. Pero ha sido con intención de una segunda temporada.

¿Qué le dirías a la gente para invitarla a ver la serie?

Que es una invitación a recorrer nuestra historia, no buscando una polarización, pero sí para generar una reflexión, más que provocar a algo o decir que algo fue o no así. En el fondo lo que permite la serie es que se hable del tema y que esté en la agenda, en las casas, medios, etc. Para que esto no se repita y que de alguna manera surjan temas de conversación más que plantear algo tan concreto o un mensaje tan directo. En el fondo una serie, una película, una obra de teatro, abre preguntas para que surja el diálogo y es algo de lo que nos alejamos cada vez más, pero el diálogo sirve en lo social para construir una sociedad mejor.

Título: Dignidad

Género: Drama histórico, Documental, Acción

Dirección:        Arriagada, Nancy Rojas

Protagonistas: Götz Otto, Devid Striesow, Nils Rovira-Muñoz, Marcel Rodríguez, Jennifer Ulrich, Antonia Zegers, Martina Klier

País de origen: Chile, Alemania

Productor(es) ejecutivo(s): Macarena Cardone, Matías Cardone, Jens Freels, Patricio Pereira, Andreas Gutzeit, María Elena Wood

Empresa(s) productora(s): Megamedia, Story House Pictures

Distribuidor: Amazon

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