Entrevista al director de “Mirando fijo algo que explota” Tomás Espinosa: “Queríamos lograr una experiencia inmersiva”

 

Por Galia Bogolasky

Entrevistamos al director y guionista de la película Mirando fijo algo que explota, de la compañía Geografía Teatral que interpela al espectador convirtiéndolo en protagonista. La cinta es protagonizada por Bárbara Vera, Marcela Salinas, Guilherme Sepúlveda, David Gaete y María Paz Grandjean –actriz herida en su rostro por un disparo de Carabineros–.

El registro audiovisual gira en torno a la violación de los derechos humanos y la represión policial contra los manifestantes, que culminó con más de 460 víctimas de mutilaciones oculares. Mirando fijo algo que explota propone un formato innovador en el que se sitúa al espectador como protagonista de la historia. La película narra la historia de un estudiante -sin género específico- que es víctima de uno de estos traumas oculares durante una manifestación. Paralelamente, a través de los diálogos entre personajes que lo interpelan, el espectador vivencia esta misma situación.

El proyecto es la primera incursión audiovisual de la compañía, buscando explorar los nuevos formatos virtuales y visuales a partir de la contingencia por la crisis sanitaria del Coronavirus.

Cuéntame cómo surgió la idea de hacer esta película.

La idea surgió porque el equipo creativo original somos una compañía de teatro. Eso implicó una gran parálisis de nuestra actividad y no solamente como negocio, como recurso vital-laboral, si no que también artístico y la necesidad de expresarnos. Desde esa necesidad partió. Se sumó a que también estábamos detenidos por la cuarentena, no solamente nuestra vida social, si no que también la vida política que está tan vinculada a la calle. Había dos factores que eran súper potentes para nosotros, súper incómodos, súper opresores de alguna forma, hemos trabajado siempre desde ahí. La verdad es que para mí, que luego de que tomé esta necesidad del grupo, fue muy fácil, en términos de inspiración, porque la necesidad expresiva era mucha. De ahí partió la obra-película. Para gran parte del público durante la cuarentena más estricta estas obras por Zoom fueron muy importantes, pero a nosotros, había algo que no nos cerraba. Creemos que Zoom no era nuestra plataforma, la idea era pasarnos a un formato más audiovisual y ahí le buscamos el lado teatral que es esta forma de dirigirse tan particular y directa con el público que tiene la película.

¿Cuál fue el mayor desafío de convertirlo en una obra audiovisual? Versus una obra de teatro online. 

Ya había trabajado por necesidad laboral antiguamente en formatos audiovisuales pero siempre con fines de empresas comerciales que nos habían llamado, llámese publicidad, televisión, etc. Entonces para mí, escribirlo o pensarlo en cuanto a la producción, optimizar recursos, que es un tema súper importante en lo audiovisual, no me costó, lo manejaba, pero el tema artístico no lo había hecho antes. Por ahí me fue fácil escribirlo, pero fue una gran sorpresa el pensar que esto iba a quedar para siempre y que es algo que estoy haciendo junto a mi compañía y tiene un sello comunicacional distinto.

La temática es súper potente porque tiene que ver con la gente que perdió los ojos durante el estallido social y de hecho están trabajando con la fundación Ojos de Chile que le están dando parte de las ganancias de la obra para apoyar a la gente que perdió los ojos. ¿Cómo fue elegir esta temática? 

La verdad es que la película no la visualizo para ellos, si no que es a partir de ellos. Yo tomo la fuerza, la potencia, de lo que pidieron, del testimonio que entregan y dan. Busco que esa potencia se transmita a las personas, que algunas personas sopesando y otras no, somos víctimas potenciales de ese nivel de violencia de Estado. Entonces no es una película en sentido hacia ellos, para mí ellos son la fuerza, no la debilidad. También me atreví a escribir de eso porque hoy en día los artistas estamos cuestionándonos siempre cuando hacemos algo si somos parte de ese grupo, si no somos parte de ese grupo, si éticamente podemos hablar de ese tema o no. Ahí también el fenómeno o concepto de víctima potencial es súper importante que lo asumamos todos, todos somo víctimas potenciales. Las personas a las que les pasó esto son personas que estaban paradas en la calle cumpliendo un derecho cívico que todos tenemos. Sin embargo, ellos tienen una autoridad para hablar desde la primera persona de eso, que no todos la tenemos, pero sí la violencia a la que fueron sometidos ellos, es una violencia a la que estamos sometidos y sometidas todos.

Tú escribiste esta historia, ¿Los testimonios son ficción o los recogiste de casos reales? 

Los testimonios, al igual que la película, está en el híbrido. Tiene imágenes documentales del documentalista y archivista José Miguel Araya y su equipo. Siempre creé la película pensando en este híbrido. El momento más claro de la película es el testimonio de la María Paz Grandjean, una actriz que, mucha gente ya sabe, fue víctima de un proyectil en su rostro y ella cuenta desde un personaje que no es ella, su caso, entre muchos otros personajes. Todo lo que está ahí es real, sin embargo no es testimonio literal sacado de una entrevista y puesto, en todos los casos se menciona ataques a parvularias, un caso absurdo, muy violento, pero que raya lo absurdo, que una fuerza policial ataque un grupo de parvularias. Se menciona la violación de un adulto mayor, un montón de casos y todos son una compresión de puros hechos reales.

Llama mucho la atención de la propuesta audiovisual, ocuparon muy bien los recursos en el sentido de que también es súper fuerte cuando se muestra la mitad de la imagen, porque el otro ojo lo perdieron ¿Cómo llegaron a esa propuesta audiovisual de incorporar este tema de la pérdida de la visión en la obra? 

Eso lo incluí yo desde el inicio del guion, desde que lo escribí y luego mantenerlo en la dirección. Creo que eso nace de mi origen de artista teatral, que a diferencia de otras disciplinas nos estamos siempre cuestionando el formato y siempre sacándole el máximo jugo a las posibilidades expresivas que tenga cualquier formato. Eso hacemos todos los directores que trabajamos en teatro contemporáneo y no en teatro clásico, que es otra línea muy bonita, pero distinta. Creo que ahí están todos los recursos pensados desde mi trabajo, desde mi rol en el equipo y también porque aquí el espectador era muy importante. Queríamos lograr una experiencia inmersiva, en el sentido en que no te puedas parar de tu silla de principio a fin de la película, que a ti te esté pasando efectivamente lo que pasa en la película.

¿Cómo fue trabajar con este elenco? Ustedes han trabajado antes con la compañía en Geografía Teatral, ¿cómo fue volver a plantear este proyecto a través de esta propuesta audiovisual al elenco de la compañía? 

Como compañía funcionamos como un núcleo creativo, somos cuatro personas, y desde ese núcleo creativo llamamos a un equipo de personas que siempre va variando según el proyecto. En este caso Bárbara Vera es la actriz que es parte del núcleo creativo y todas las otras personas son las que habíamos trabajado alguna vez, pero son personas que rotan por el equipo, no están siempre. Lo interesante de este elenco es que también se amplió la forma de elegir artistas con los cuales unos trabaja, ya que son todas personas que desde la dirección admiro mucho, en cuanto a su calidad de artistas teatrales. Son todos personas que todos quienes vamos al teatro regularmente hemos visto. Al mismo tiempo acá hay otro factor que es el respeto político o sensibilidad, no estoy diciendo que todos ellos sean héroes ni mucho menos, porque es una imagen que quizás no interesa realmente hoy en día. A mí, en lo particular, para guiar una admiración. Son todas personas comprometidas sensiblemente con lo que está ocurriendo en Chile en este momento y que se está ampliando, en Latinoamérica, Perú, vemos que están surgiendo las mismas necesidades.

¿Cómo fue el trabajo con Matucana 100?  

El trabajo con Matucana 100, al igual que toda la película, fue muy ágil. En pandemia hay que hacerlo rápido, voy a tu casa, hacer contactos, sin grandes tiempos, en época de emergencia. Matucana nos respondió súper bien. Fue todo muy rápido y en ese sentido fue todo muy colaborativo y muy sintonizado. Es una película que nace de la emergencia política, tenía que salir, para nosotros era importante que saliera cuando se cumplía un año del ataque a Gustavo Gatica. Él ha respondido de forma admirable a lo que le ocurrió y en paralelo a eso fue una especie de punta de una situación, soy muy cuidadoso al hablar de él y de ese caso porque no quisiera poner palabras que quizás no corresponden. Para mí, personalmente, él es emblema de la justicia y de la injusticia, un testimonio vivo, se convirtió en una persona muy importante para todos. Todos muy reflejados en él y hablando de las últimas palabras que he escuchado de él a través de redes sociales, creo que refleja muy bien lo de la película que, en el fondo, la intención es hacerte perder la vista pero te dan una visión infinita sobre lo que está ocurriendo que la puedes compartir. Eso también es una metáfora bien importante que queríamos hacer con la película, para los que no lo han visto es adelantar la sorpresa, pero el formato de la película muestra que pierdes la mitad de una visión, pero esa mitad de visión comienza a ver otras cosas.

¿Cuál es el futuro de esta película? ¿La idea es estrenarla más adelante en alguna otra plataforma, en sala o en algún festival? 

Sí, tenemos 15 años de experiencia como compañía, pero cero años de experiencia como gestor cinematográfico, como industria. En ese sentido vamos dando pasos súper intuitivos, pero tenemos un objetivo claro, que la vea la mayor cantidad de gente posible. Hay muchas tácticas, nos dijeron mándenla a festivales, gánense premios, vuelvan y nosotros no, queremos que esto sea para la gente de acá, que la vea la mayor cantidad de gente posible, si aparecen festivales, si aparecen premios, si aparecen cosas que siguen los circuitos de cine película, bienvenido pero no es nuestro foco. Nuestro foco es que la vea la mayor cantidad de gente posible y que se la cuenten a la mayor cantidad de gente posible, que circule y que quede. Para mí sería un objetivo muy logrado que quede como un archivo. Una de las espectadoras dijo una cosa muy linda: «Cuando mis sobrinos quieran saber qué pasó en Chile, les mostraré esto».

¿Cuáles han sido las reacciones de la gente? ¿Qué comentarios les han llegado?

Partimos con el máximo cuidado. Ojos de Chile no solamente es una fundación que apareció ahora cuando exhibimos la película, si no que ellos nos empezaron a ayudar desde el inicio. Hicimos toda la película, la teníamos lista, y antes de decidir de mostrarla o no mostrarla, pasó por un filtro de ellos. La vieron psicólogos, la vieron víctimas de trauma ocular relacionados a la fundación. Para nosotros ese era un sí o no. Esa fue una pre-reacción interesante que nos dio un gran respaldo y que me permite estar dándote esta entrevista. Me parece que es un tema sensible que no me hubiese decidido a decir si es que yo era la persona para hablar. En cuanto al público en general hay una palabra que se repite mucho que a mí me encanta, me sorprende y me hace sentir muy orgulloso la verdad es que dicen: necesario.

¿Qué le dirías a la gente para que vea la película? 

Si hay gente que ve esta entrevista y se entusiasma en verla, que sepan que nuestro objetivo es la difusión de boca en boca, de seguir viendo la película, de compartir el mensaje y es bonito recomendarla. Es un tema que es difícil pero también abordarlo desde la sensibilidad es importante, no solamente desde la información. A veces estamos muy bombardeados de información, pero poco de profundización. Creo que esta película nos hace profundizar en lo que está pasando y finalmente nos ayuda. 

Funciones hasta el 18 de noviembre en la plataforma www.m100.cl 

El ticket digital podrá ser usado para ingresar a la sala entre las 18:00 y 22:00 horas.

Entradas sujetas al programa «Paga lo que puedas», el cual puedes escoger el valor a pagar según tus posibilidades. Los valores son: $2.000, $4.000 y $6.000 (entradas disponibles por www.ticketplus.cl)      

Ficha artística 

Dirección y Guión: Tomás Espinosa Bertrán 

Elenco: María Paz Grandjean, Marcela Salinas, Barbara Vera, Guilherme Sepúlveda y David Gaete. 

Dirección de Fotografía: José Araya, John Guerra 

Dirección de Arte y Vestuario: Carola Chacón Zuloaga 

Música Original: Alejandro Miranda 

Hair & Make up: Javiera Espinosa Bertrán 

Color Grading: Monserrat Albarracín 

Post Producción de Sonido: Juan Pablo Valderas 

Foto Fija & Making Off: Jonathan Queupunahuel 

Diseño Gráfico: Gabriel Ebensperger 

Producción: Camila Provoste Cid, Barbara Vera Cabrera 

Comunicaciones: Claudia González 

Equipo rodaje Documental: José Araya, John Guerra, Vlady Cortés, Jota Garrido 

  

 

 

 

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