Por Galia Bogolasky
Entrevistamos al director de la película protagonizada por Kat Sánchez (Sayén) en el papel de Carola y Francisco Melo en el rol de Pacífico, la cinta explora los límites entre la ambición y la supervivencia en una de las regiones más inhóspitas del planeta: En medio del desierto de Atacama, un pirquinero (Francisco Melo) y su hija adolescente (Kat Sánchez) ocultan un tesoro que podría cambiar sus vidas para siempre: una veta ilegal de oro. Cuando un minero descubre su secreto e irrumpe violentamente en la mina de oro, padre e hija se defienden con consecuencias fatales. Con su padre gravemente herido y un cadáver que ocultar, la chica deberá tomar su lugar, enfrentarse a un grupo de mineros y a su propia inmadurez, mientras lucha desesperadamente por su sueño de una vida mejor.
Juan Francisco Olea le tomó una década materializar Oro Amargo, su segundo largometraje como director. En el intertanto, mientras seguía desarrollando su carrera como realizador, fundó un reconocido local especializado en preparaciones de estilo texano. Olea dirigió El cordero (2014), su primera película, la miniserie Martín, el hombre y la leyenda (2018) y diversos comerciales y videos corporativos.
Esto fue lo que nos contó sobre Oro Amargo
¿Cómo surgió la idea de hacer Oro Amargo? En la Avant Premiere comentaste que había cambiado mucho. Cuéntame cómo fue ese proceso.
Exactamente. Esta película nació hace 14 años más o menos. Con mi socio, productor y guionista llegamos a esta historia a través de una noticia, de una mina en la cual exclusivamente trabajaban y administraban mujeres, nos llamó la atención, decíamos: “¿Por qué es noticia esto? ¿Por qué es tan especial?” Y es porque, efectivamente la minería en Chile, culturalmente y dese hace muchos siglos atrás, siempre ha sido un trabajo de hombres. Incluso hay esta creencia de que las mujeres “dan mala suerte” en la mina, mala suerte al minero, se les pierde la veta, hay derrumbes, etcétera. Entonces dijimos: “Acá hay un conflicto bastante interesante”. Empezamos a modelar un poco esta historia, de cómo podemos hablar de esto y tener una fuerza antagónica muy importante, y surgió el personaje de Carola, que, de hecho, se basó en una de las primeras investigaciones que hicimos en el norte de Chile, en una de estas minas de pirquineros, de una mina que se llama “La Carola”. Y dijimos: “Ya, ahí tenemos nuestro personaje”. Fuimos, investigamos, hablamos con los mineros, vivimos un tiempo con ellos, es decir, nos quedamos una semana. Grabábamos su comportamiento, su trabajo, su forma de hablar, y fuimos dándole carne a lo que sucede alrededor de Carola, este personaje, una niña que queda sola contra este mundo de minería y tiene que valerse por si misma para llevar adelante este negocio familiar, que es la mina, y tratar de sobrevivir a todo este antagonismo que es el machismo que se vive allí.
Llegó hasta cierto punto la historia y la fuimos trabajando entre medio de otros proyectos. Desde el 2012 hasta el 2018 después de varias revisiones, repasando el guion y trabajándolo a nuestros tiempos logramos ganarnos el Fondo Audiovisual para filmar esta película. Justo en un momento donde el guionista original de esta historia murió, el año 2018, y nos quedamos con esta película, con este guion, con un fondo ganado y con muchas complicaciones. El trabajo lo pospusimos un año y dijimos que lo íbamos a filmar para el 2020 y sucede que llega la pandemia, así que no pudimos filmar esta película. Nos habíamos asociado con Juntos Films, que querían producir esta película, ellos tienen mucha experiencia en películas de ficción y a nosotros nos hacía falta un partner que nos ayudara con todo el tema de producción, engrosar el presupuesto, conseguir co-producción, porque no era una película muy barata de hacer, quizás incluso estábamos apretados con el Fondo Audiovisual, más encima con pandemia, más aún, las complicaciones de filmar en pandemia eran mayores, engrosaban mucho más el presupuesto. Para no quedarnos sentados esperando a ver que pasa en el mundo y con toda la incertidumbre, dijimos: “Ya, trabajemos el guion”, ahí entró un guionista que se llama Agustín Toscano, que es argentino, ellos habían trabajado con él y le gustaba mucho el cine más comercial, entonces intentamos darle una vueltita a esta historia y la transformamos de un drama, más que nada, a un thriller. Ahí es donde entra este personaje antagónico que se pelea con el papá, que termina muerto, que ellos tienen que terminar lidiando con este problema, y empezó a agarrar un poquito más de forma a lo que es actualmente la película.
También se unió de Juntos Films Moisés Sepúlveda y Pancho Hervé como guionistas. Seguimos trabajándola en conjunto. Yo nunca metí las manos en el guion, pero siempre estuve en el proceso creativo, dando ideas, destrabando ciertas cosas, viendo desde mi ángulo de dirección. Desde un inicio, como director en este proyecto, guiando un poquito también la parte audiovisual del guion, y ya era una historia que ya sentía parte mía y teníamos que llegar a puerto.
Le fuimos metiendo a este género cinematográfico: el thriller, a ratos neo-western, sobre todo con el desierto, que nos hizo mucho sentido también después, con el director de fotografía, Sergio Armstrong, llevarlo a este lenguaje cinematográfico, que es el western. Hoy día está un poquito de moda también, porque hay varias películas que salen medio neo-western, y es un género ya en sí mismo. Este tema de los duelos, sobre todo esta chica que tiene que enfrentarse, como luchas de poder contra los mineros, tenemos estos planos muy estilo de duelo en el desierto, y el desierto de Atacama, que tiene esta épica, que también vemos en los westerns, y nos hizo mucho sentido, y avanzamos en esa senda para finalmente llegar a lo que es hoy en día: Oro Amargo.
Desde tu película anterior, El Cordero, que fue hace 10 años atrás aproximadamente, hasta esta película, ¿Cómo fue tu evolución como cineasta para llegar a esta producción?
La primera película, El Cordero, la hice saliendo recién de la escuela, de haber estudiado cine. Es una película que hicimos con presupuesto, prácticamente del bolsillo. De ahí un poquito que estábamos trabajando, haciendo videos corporativos, juntando luquitas, pidiéndole plata a la familia, a los amigos, etcétera. Es una película que, uno como director la hace una vez, pedir favores a todo el mundo y la gente que trabajó como director de arte, director de fotos, lo hacían más por el reel, más que por la plata. Estábamos todos unidos en esta cosa, que esta iba a ser nuestra primera carrera de cine, hacer una película así. Salió la película, nos fue súper bien, fue largo el proceso de postproducción, sobre todo que obviamente uno se gasta todo en la filmación, y después tiene que salir al mundo a ver cómo la vende, cómo la distribuye.
Empezamos de a poquito, a festivales, echando a correr la cosa, y finalmente una película que se filmó a fin del 2011, terminó estrenándose el 2016, entonces fue un largo proceso, estábamos muy enfocados en eso, y entre medio haciendo artes comerciales, videos corporativos, etc. Entre medio estábamos con esta película, pero algo que extendió un poquito y pausó el trabajo en Oro Amargo, fue que se nos acercó el guionista de Los 80, Rodrigo Cuevas, con este proyecto que es Martín Vargas, la serie de Martín Vargas que se televisó en Mega. Él llegó, así como medio desesperado, nos dijo: “Chiquillos, necesito postular al CNTV este proyecto, porque hay otra serie de Martín Vargas postulándose. Si gana, y se hace, este guion que trabajé por tantos años y que lo quiero mucho, tendré que guardarlo en un cajón y olvidarme y pasar el trago amargo”. Dijimos: “Ya, feliz, pero quedan dos semanas para la postulación”, y una postulación se demora al menos dos o tres meses. En dos semanas levantamos la postulación, nos ganamos el fondo y nos mantuvo también muchos años trabajando en esa serie, hasta que se televisó y fue muy rico. Ese fue como mi segundo gran proyecto de ficción, también siempre guiando, y con una cierta tendencia también, a los productos audiovisuales más comerciales.
El Cordero, siendo una película chiquitita, que cabía dentro del art house, del cine arte, igual tenía esta cosa del thriller, del crimen, que a mí me encanta mucho. Martín Vargas, una épica de época, de un deportista chileno con locaciones espectaculares, peleas, y ahora Oro Amargo que también tiene vocación comercial, este thriller neo-western de suspenso, acción, un poco de comedia entre medio, entonces, ese fue más o menos el desarrollo de mi carrera hasta el día de hoy.
Te quería preguntar sobre la temática que aborda Oro Amargo, porque es una película que tiene varios temas. Cuéntame un poco las temáticas que aborda la película y cómo las fueron trabajando.
Uno; es la forma de vida de la minería en el norte de Chile, así como uno la ve en esta película, así es. Están en la mitad de la nada, es un trabajo muy duro, muy aislado, en condiciones adversas, es lo que queríamos transmitir. Como temática también está el tema que hablábamos, de este machismo que hay detrás de la cultura del minero, y del cual Carola, este personaje, de cierta forma logra irrumpir y demostrarles también a los mineros “esto no es algo de hombres, es de alguien fuerte nomás, que puede ser cualquier persona”. Mucha temática de feminismo y también la temática de la ambición, que eso es fundamental, sobre todo que le da el título a esta historia que se llama Oro Amargo. Es básicamente por esta frase que escuchamos mucho cuando estábamos en el proceso de la construcción de esta película, en el norte de Chile, que se dice que “donde hay oro aparece el diablo”, y es básicamente la ambición. ¿Y por qué el diablo? Porque cuando hay oro, empiezan los robos, empiezan las venganzas, empiezan los saqueos y la ambición, incluso la muerte.
Nosotros escuchábamos historias allá de gente que al encontrar oro empezaba la riña, la venganza; se mataban entre ellos prácticamente por este mineral. Incluso en la mina donde nosotros estábamos —y esto ya lo sabíamos, ya estaba metido en el guion—, en la mina para hacer la filmación como locación principal, el dueño de la mina nos decía que él trabajaba solo cobre. De hecho, uno de los piques donde hicimos el pique de oro era efectivamente, un pique de oro, y tenía oro. Y le dijimos: “¿Por qué lo tienes abandonado?” Y nos decía: “Es que yo en el oro no me meto, porque donde hay oro aparece el diablo.” Y yo decía: “¿Pero por qué?” Él me decía, yo acá, en mi mina de cobre, saco cobre. Saco harto mineral, con más o menos porcentaje de cobre. Ahí, el cobre puede estar presente de forma cruda, que es donde salen los mejores trozos, o en óxido de cobre, o en ciertos minerales que contienen cobre, pero tienen que llevar un proceso químico que nadie en la casa lo hace. Uno lo manda a Enami; Enami tiene sus plantas, donde procesa, después te pagan, y todos felices. En cambio, el oro se encuentra en su estado natural. No tiene como “subproductos del oro”. Entonces, cuando encuentran oro, es donde empieza el robo. Porque es muy fácil deshacerse de una pepita de oro, de un polvo de oro. En la casa uno puede separarlo de cierta forma, hacer una amalgama y después ir a venderla. Con el cobre, te tendrías que llevar a tu casa dos camionadas para que sea rentable, y tener una planta como la que tiene Enami para procesarla. Entonces ahí es donde nos mostraban ciertos dispositivos y técnicas que tenían los mineros antiguamente para robarse el oro de las minas de oro. Agarraban todo el polvillo que sacaban, tiraban algo para el funcionamiento de la mina, pero había otro mejorcito. Este se lo guardaban, se lo echaban en el pelo de repente, después cuando llegaban a la casa, se sacaban el gorro, el casco, se sacaban todo este polvillo, lo separaban y lo vendían. Entonces había mucho robo y mucha codicia. Si alguien encontraba oro en alguna parte, llega el otro por detrás, se lo robaban y se mandaba a cambiar, porque si encuentras una cantidad sustancial de oro, te vas, lo vendes y te haces otra vida. Entonces, ahí es donde comienza la ambición, es una de las temáticas centrales de esta película, la ambición y la lucha de poder.
Cuéntame un poco cómo llegaste a decidir el proceso de casting. Tener a Francisco Melo de protagonista, que a pesar de que es un actor súper reconocido, no ha hecho mucho cine, y a una debutante, que es Kat Sánchez, que es una revelación. ¿Cómo fue llegar a ellos? Y a los otros actores secundarios, que son todos súper reconocidos actores chilenos.
El primer actor en hacerse partícipe de esta película fue Pancho Melo. Analizando cuál era nuestro casting más o menos, lo más importante, obviamente, al partir el casting, era tener a Pacífico y a Carola, los dos actores principales. Después de varios nombres, necesitábamos a alguien fuerte. Nos estábamos basando en uno de los personajes de nuestra investigación, que era un señor de barba larga, flaco, alto, encorvado, que usaba un gorro. Le decían el Eminencia, un minero real, y nos hacía este semblante parecido a Pancho. Sobre todo que la película es como un poco “Carola en la tierra de gigantes”. Pancho tiene esta altura, esta impronta, esta voz profunda que nos hacía mucho sentido, para qué hablar de su calidad actoral, por eso estaba también en nuestra planilla, así como de los posibles. Hablamos con él y le encantó el proyecto, le encantó esta vuelta al cine, tanto así que fue productor ejecutivo de la película, entró con muchas ganas, ahí ya amarramos la primera patita.
Después nos faltaba Carola, gran tema. Para mí Carola, desde el guion, nunca supe ponerle cara, porque básicamente cuando buscas actores siempre son de mayor edad, y Carola necesitaba un personaje que representara a una niña menor de edad. Uno no sale a buscar tanto porque realmente están recién saliendo, recién descubriéndose. Alguien que tenga el coraje de llevar adelante esta película, que no es solo actuar bien, es el peso del desierto, el peso de la lucha que tiene, porque prácticamente todos los otros personajes son antagonistas, incluso su padre a ratos. Luego tiene que manejar camionetas con viejos atrás, tiene que ser un minero siendo una niña, y convertirse de la noche a la mañana. Yo no le tenía cara a nadie, entonces hicimos un casting extenso, hicimos un casting en el norte de Chile, en Copiapó. Se hizo un llamado masivo a actrices, niñas, que hayan estado en escuelas de teatro, vinieron todo el mundo. Dentro de ese casting, también hubo gente que casteamos dentro de Santiago y era bien difícil. En el último llamado, cuando mandaban sus videos, hicimos una preselección, y ese día convocamos a Pancho, porque era muy importante también tener el feeling de padre e hija. Se siente en la película, se siente esta complicidad, se siente esta cercanía entre los personajes. Teníamos que tenerlo desde el casting, porque no es como: “Ya, mira, tú vas a ser el papá, tú vas a ser la hija, y conózcanse”. Entonces hicimos el casting con Pancho. Llegaron varias chicas, y cuando apareció Kat, hizo una escena, repetimos, hicimos la otra escena, y yo la miré y dije: “Ella es Carola”. Para mí, indiscutible. Cuando terminamos miro a Pancho y le digo: “Oye, ¿qué tal?” — “Ella es, ella es. Listo.” No había otra. Desde entrada se sentía esta química entre los dos, como padre e hija. Esa cosa como que se miraban y se reían. Entonces, funcionó súper bien. También su impronta me calzó mucho con lo que yo había leído y habíamos escrito de Carola. Fue un match perfecto. Y no solo eso. Yo siempre tenía el personaje de Carola como algo medio abierto, porque es una película que habla del feminismo, que la protagonista es mujer y que es importante que venza el machismo. Yo puedo hablar mucho de eso, pero les doy la posta a una niña que ella tiene que hacer el gol. Yo puedo guiar de cierta forma con un guion y con dirección, pero Carola fue —Kat, en este caso— fue la que llevó ese personaje adelante y ese discurso.
El trabajo con ella en el set fue exquisito, fue desafiante. Y yo confiaba mucho, y me lo propuse también a mí mismo, confiar en sus instintos de cómo llevar adelante la escena, cómo enfrentarse en la escena. Más allá del guion que lo que estaba escrito, darlo vuelta, discutirlo, y que ella se tome, se empodere del personaje y lo lleve más allá. De hecho, incluso mucho de los diálogos que están en la película son de ella en base al guion y la escena creada, pero ella los modificaba para que la cosa fuera genuina, como ella le diría las cosas a estos antagonistas con los que se enfrentaba.
La película ya ha ganado premios y ha recorrido festivales, cuéntame cómo ha sido ese recorrido y qué expectativas tienes ahora con su estreno en salas chilenas.
La película se estrenó por primera vez en Polonia, en el Festival de Varsovia, un festival maravilloso. La recepción del público fue increíble. Allá ganamos un premio. Después estuvimos en el Festival del Cairo, la gente y la recepción del público fue increíble, siendo que es una cultura muy diferente a la nuestra. Sobre todo, estamos tratando un tema también del feminismo, que allá es un tema muy sensible por su cultura. Terminaba la función, yo fui con Kat a ese festival, y se acercaban a preguntarle, a hablarle, a felicitarla: “Oh, tan valiente que eres”, fue una inspiración para muchas de las mujeres que fueron a la sala a ver la película.
Luego tuvimos un estreno en India, tuvimos un estreno en Bérgamo, en Italia, donde ganamos premio del público incluso. Siento que también hubo mucha conexión con el público, porque, de cierta forma, Italia es muy cercano a nosotros en cultura, en forma de hablar y todo eso de Sudamérica. Hubo una conexión muy rica con el público, que nos permitió ganar el premio del público. La gente votaba.
Estuvimos en el Festival de Cine Latino de Chicago. Ahora estamos en un festival internacional de Seattle, y en un mes más vamos a estar en el Festival de Guadalajara, en la selección oficial de películas internacionales. Entonces como recorrido de festivales, estoy muy contento.
La recepción aquí en la Quebrada del Ají ha sido maravillosa. Tuvimos nuestra Avant Premiere acá en Chile, y la gente salió fascinada del cine, que lo habían pasado muy bien comentando la película y todo, porque tiene esta cosa, esta vocación de película comercial, que ha funcionado súper bien. Estoy emocionado porque la gente la vaya a ver al cine, porque yo sé en mis adentros que lo van a pasar muy bien. Lo que tenemos que lograr ahora es que la gente vaya al cine a verla, porque, a diferencia de algunas películas que ven en la casa, sí puede funcionar, pero esta es una película para verla en el cine. Ver estos paisajes en pantalla grande, el sonido que se trabajó envolvente, con toda la psicología de Carola… sin duda es una experiencia para vivirla en la pantalla grande.
FICHA TÉCNICA
Título: Oro Amargo
Duración: 83 minutos.
Rodaje en: Desierto de Atacama, Chile.
Dirigida por: Juan Francisco Olea, Chile
Guión: Francisco Hervé (Chile), Moisés Sepúlveda (Chile), Agustín Toscano (Argentina), Malu Furche (Chile), Nicolas Wellmann (Chile).
Una coproducción de: Juntos Films (Chile), La Santé (Chile), Plotlessfilm (Alemania), Tarkiofilm, (Uruguay), Whisky Content (México).
Producción: Francisco Hervé (Chile), Moisés Sepúlveda (Chile), Daniela Raviola (Chile), Felipe Egaña (Chile), Virginia Bogliolo (Uruguay), Tom Schreiber (Alemania), Arturo Pereyra (México), Juan Bernardo Gonzalez (México).
Producción ejecutiva: Francisco Melo (Chile), Julian Gerchow (Alemania)
ELENCO: Katalina Sánchez, Francisco Melo, Michael Silva, Daniel Antivilo, Moisés Angulo, Carlos Donoso, Carla Moscatelli (Uruguay), Matias Catalán, Carlos Rodríguez (Uruguay), Anibal Vásquez.
Distribuye: Cinecolor Films