Entrevista al ensemble Performer Persona Project
Claudio Santana: «Cultivamos una práctica y un
pensamiento que entiende al actor como ser humano en
acción»
Entrevistamos a Francesca Bono y Claudio Santana Bórquez, directores del V Encuentro Fronterizo (del 12 al 21 de enero en Valparaíso, que cuenta con el apoyo del CNCA)
¿Cuales son las novedades para esta nueva edición del Encuentro Fronterizo?
Bono: Para esta quinta edición del Encuentro Fronterizo, por primera vez abriremos las puertas del proceso, esto quiere decir que presentaremos el proceso de trabajo para observadores externos. Intervendremos el Hall del Centro de Extensión del Consejo de Cultura y las Artes (Centex), compartiendo el espacio con las exposiciones que están ahí.
Esta es la mayor diferencia, ya que en los encuentros anteriores habíamos querido resguardar la intimidad del trabajo solamente para los que participaban de él. Principalmente por la naturaleza misma de estos encuentros, que es la de permitirnos momento de acercamiento, desarme y acción significativa, en otras palabras aplicar prácticas que ayudan al vaciado de la mente para acrecentar la escucha de uno mismo y de los demás, sin mediación de los pensamientos cotidianos. Sin embargo, esta vez el desafío será trasladar ese ambiente de atención y cuidado por la intimidad de los vínculos creados durante la práctica hacia un espacio público, abierto a la mirada de quienes quieran venir a observar.
Santana: Lo que se verá será una estructura de acciones, entre todos los participantes en conjunto a los miembros del Performer Persona Project. Por supuesto esto no es teatro ni tampoco pretende ser un espectáculo. Es una composición muy simple, sustentada por cantos, palabras, ritmos, cuerpos y acciones. Una estructura, que hemos denominado a priori con el título de “Un amable desarme”, que tiene que ser recibida como un momento muy libre de flujo armonioso de acciones aún en etapa de estructuración pero que, a pesar de su sutileza, puede ser perfectamente observada por cualquier persona. Nuestra recomendación para el público es no buscar algo para entender, ni siquiera nosotros hemos querido encapsularla en entendimiento lógico o racional, porque esa no es su naturaleza. Para recibir este trabajo y para estar en él se requiere de muy poco: seguirlo con el corazón abierto, como si todos, actuantes y público, estuviésemos compartiendo ese amable desarme.
¿Como ha sido el trabajo en la Capilla del Hospital Siquiátrico del Salvador, con los internos?
Bono: Desde Julio 2017 hemos concretado una alianza con el Hospital Psiquiátrico del Salvador. La Capilla del Salvador se ha vuelto nuestro espacio de trabajo y en más de un momento hemos invitado los usuarios internos a compartir nuestras prácticas con nosotros. Esta comunión ha sido algo muy especial y maravillosa. No voy a decir fácil, porque trabajar con distintas personas y afecciones muy delicadas, ha significado prepararnos metódicamente e interiormente.
Santana: Nuestra necesidad es siempre la de ser fieles a la práctica y al modo de hacer que cultivamos. Esta misma inquietud ha sido el punto de partida para acercarnos a la realidad de los amigos usuarios. Hemos declarado que nos interesa encontrarnos con otras realidades y esta residencia en la Capilla ha sido una prueba de que podemos hacerlo, sin perder la esencia de nuestro trabajo.
El acercamiento ha sido completamente desde lo instintivo, depositando total confianza en el escuchar y mirar lo que hay. Sin esperar nada de nada, ellos se involucran completamente. Son momentos en que compartimos una fiesta llena de compasión compartida y limpieza de todo prejuicio. Ellos nos agradecen y nosotros a ellos por este espacio de plenitud en el hacer y que no requiere explicaciones mayores.
Los amigos usuarios posee una gran libertad, limitada solamente por los diagnósticos médicos, (sobre este tema se puede discutir latamente) y hemos visto cómo, a medida que practicamos juntos y entramos en proceso, ya no hay más un “nosotros y ellos” sino que simplemente un “nosotros”. En lo concreto hemos cantado, jugado, compartido palabras y creado vínculos estrechos con ellos y ellos con nosotros. Proponemos cantos y cantamos, proponemos yoga u otros juegos y jugamos, proponemos una estructura de acciones y ellos ingresan en ella sin problemas. Nos seguimos mutuamente.
Bono: Nos hemos encontrado con una parte humana que ha sido separada de la sociedad que pretende estar cuerda. La pregunta es si esto que hacemos les sirve. Creemos que les brinda un espacio de compenetración física, emotiva y vivencial que los acoge tal cual están en ese momento. Eso mueve y remueve interiormente, hace fluir energías que se estancan cuando existen normas. Pienso que les ofrecemos un instante de expansión del “ser y estar” que permite alinear la mente, el cuerpo y el corazón, así como sucede con nosotros después de haber estado junto a ellos. La experiencia es mutua.
Estamos muy agradecidos de la gestión y ayuda por parte de Dafne Mondaca, periodista, quien junto a Rafael de la Maza, director del Hospital Psiquiátrico del Salvador, nos han permitido desarrollar nuestra práctica en este ámbito tan especial.
¿Como ha ido evolucionando el trabajo de PPProject con los años?
Santana: Interesante mirar lo que se ha hecho en estos casi 7 años de trabajo ininterrumpido de práctica y aplicación de esta práctica para distintos fines.
Siento que ha sido un ir y venir desde la raíz de este trabajo. En este justo momento estamos mucho más cerca de la semilla del proceso performativo en sí que de lo espectacular. Después de haber realizado la performance “Falsificadores del alma” (Fondart 2016), que incluso fue nominada para mejor montaje de teatro por el círculo de críticos de arte, decidimos no hacer espectáculos para dedicarnos completamente a lo que es el Encuentro Fronterizo.
Durante mi carrera estuve como director de distintos montajes, intentando hacer procesos escénicos que pudiesen abarcar y transmitir la experiencia viva de ser y estar en acción. Esto era bastante contradictorio, quiero decir, intentar hacerlo dentro de teatros, festivales o en medio del circuito teatral, lo cual no es el territorio óptimo para esta práctica. Algunos compañeros, como Juan Pablo Vasquez, Braulio Verdejo y Vicente Cabrera, compartían la misma visión y necesidad y esta gran contrariedad nos llevó a plantearnos la necesidad de hacer solamente práctica. Juan Pablo pertenece a este proyecto desde el 2014, hemos vivido muchas experiencias juntos sobre esta búsqueda experimental en Italia y Polonia. Braulio también se integró el 2014. Vicente es el más nuevo en el equipo, llegó durante el montaje de “Falsificadores…” el 2016 y decidió quedarse con nosotros por todo el proceso 2017. Finalmente Francesca Bono, co-directora artística del Encuentro Fronterizo y con quien creamos el formato del Encuentro en el 2015, no solamente se hizo cargo de la producción del Ppproject desde el 2014, sino que fue una gran impulsadora de continuar en el camino hacia esta tierra en donde estamos ahora. Inclusive Francesca de a poco se ha ido integrado al trabajo práctico y esto hace evidente que la necesidad por participar de algo así no discrimina entre actores y no-actores. Insisto en el punto de que se trata de una práctica sobre el arte del actuante que está abierta a quien la necesite y opte por dedicarle tiempo.
Durante el 2017 nos quitamos la contrariedad de hacer teatro de espectáculo y ha pasado de todo. Ese año hicimos 3 ediciones del Encuentro Fronterizo, una en el teatro Ictus con Grzegorz Ziolkowski (también con la presencia de Nissim Sharim), nos fuimos en un viaje que nos llevó a compartir con importantes centros de trabajos y universidades de Italia y Polonia (Fondart Ventanilla Abierta 2017) y, en diciembre, estrenamos nuestro espacio de la Capilla del Salvador. Por cierto esta situación de permanente práctica y proceso no quita que estemos también ofreciendo acciones a un público, lo hemos hecho, pero desde el paradigma que concentra el trabajo actoral en su artesanía primaria. Así fue con la performance-conferencia “Persona” y el caso de la acción “Ánima – un proceso abierto”, la versión sin espectacularidad (sin luces, sin escenario, sin efectos de puesta en escena) del montaje “Falsificadores…”.
Durante estos años hemos recorrido un camino que ha cruzado varios puentes. Desde el Laboratorio Performer el año 2013, hasta montajes con excelente crítica como “Perdiendo la batalla del Ebr(i)o”(2014) y “Falsificadores…”. Sin embargo el estado ideal de esto que hacemos se da mejor en situaciones donde la intimidad del proceso puede ser expuesta y compartida con otros, como lo ha sido el formato del Encuentro Fronterizo.
Por último, habernos trasladado a Valparaíso fue un proceso también difícil de vivir, es otra situación y entorno artístico. Santiago no mira a las regiones y sabe muy poco de ellas. Acá es bastante precario, sin recursos ni circuito estable, pero con un tremendo corazón por parte de los jóvenes artistas que de a poco se abren sus propios caminos de indagación, tengo confianza en ellos.
Debo agradecer especialmente a Giulio Ferretto, director del Departamento de Artes Escénicas de la Facultad de Arte de la Universidad de Playa Ancha donde soy académico, por brindarme el espacio vital y necesario para desarrollar esta práctica y proyectos junto a mis compañeros del Ppproject.
¿Como definirías el trabajo que hacen con PPProject?
Santana: Cultivamos una práctica y un pensamiento que entiende al actor como ser humano en acción. Desde este punto confrontamos distintas realidades y comunidades. Nos confrontamos con quienes desean compartir la experiencia artística plena del hacer y la acción. Es una práctica. Hacemos esto cotidianamente sin tener que estar preparando una obra. Es decir, el proceso de trabajo es igual: se canta, se trabaja con el cuerpo, se elabora desde la palabra, se estructura y se comparte con otros. Digamos que nuestro objetivo es que esto pueda afectar la vida y transformar la mirada de ésta hacia algo con posibilidad. Es hacer que lo simple y común sea algo extraordinario. Podría agregar, para quienes no han visto nuestro trabajo, que por lo general trabajamos siempre en espacio vacío y nuestro cuerpo e interioridad es lo que genera todo lo demás.

¿Cómo ha sido el trabajo que han ido realizando con la comunidad, que se presentará a público en esta edición del Encuentro Fronterizo?
Bono: Para esta edición gracias al apoyo del Centro de Extensión del Consejo de la Cultura y las Artes de Valparaíso pudimos aceptar a todos los postulantes. Pudimos llegar al estado ideal de invitar a todos los interesados a ser parte de esto. Son aproximadamente 30 personas. Las sesiones han sido extensas, mínimo 8 horas cada día. Se practica Yoga, canto, entrenamiento físico y se visionan propuestas de acciones individuales para ser llevadas a un trabajo comunitario. Todo al interior del hermoso espacio de la Capilla del Salvador en Playa Ancha. La idea es dar a entender que necesitamos de la compañía de otros para ir más adelante. Se trabaja en equipo. Hay mucho silencio y atención al proceso personal y al del grupo. No nos detenemos prácticamente en ningún momento. Trabajamos para que la acción fluya y crezca dentro de cada uno y pueda llevarte a dar pasos adelante, involucrándote en las acciones de los demás, reconociendo tus impulsos y siendo fiel a ellos. Esto se puede trabajar y el equipo ha respondido con mucha energía y cuidado hacia el proceso.
Santana: A un cierto punto, sin forzar nada, cada acción y propuesta encuentra su espacio y tiempo. Si se está atento las cosas se establecen naturalmente. Esta es la perspectiva desde donde se trabaja, es decir, pasividad, observación y acción. Algo así como meditación en movimiento para la acción, para hacer algo simple y sutil.
Después de 3 días de trabajo, actualmente tenemos una estructura de lo que presentaremos en el Hall del Centex (el día sábado 20 y domingo 21 de enero, ambos a las 20.00 hrs). No habrá escenario sino que se ocupará el mismo lugar abierto donde están las exposiciones, lo cual nos encanta. No hay más que el espacio y tu cuerpo, nada más es necesario, todo está ahí.

Bono: Agradecemos a Rocío Douglas, directora del Centex, y a su equipo, que nos abrieron las puertas para compartir nuestro trabajo.
Cuéntennos sobre el concepto “El Amable Desarme del Yo”
Bono: El concepto de “El Amable Desarme del Yo” lo leímos en “La sociedad del cansancio”, del filósofo Byung-Chul Han. Él desarrolla la idea de que en nuestra actual sociedad de rendimiento el sujeto vive en un cansancio que lo aísla de los demás. Este sujeto termina auto explotándose y, en ese afán, se pierde del mundo. El amable desarme busca justamente abandonarse dentro de esa fatiga, no luchar más, para volver a encontrarse con el otro que, posiblemente, está igual que tú. En el contacto con otros se recupera la escucha y la mirada, se recupera el mundo.
Santana: Cierto es que este es sólo uno de los conceptos que cruzan este trabajo. Otros planteamientos y filosofías, por ejemplo de Jerzy Grotowski, el gran reformista del teatro del siglo XX, plantea el trabajo hacia el despojo de todo aquello que bloquea la posibilidad de un acto de compenetración contigo mismo. La conocida vía negativa, que busca dejar de hacer algo para redescubrir tu propia posibilidad, justamente tomando conciencia de ti, en los planos físicos e interiores.
Por otro lado Jacek Zmyslowski, quien desarrolló proyectos para-teatrales bajo la supervisión de Grotowski, nos habla de lo que él llama “simple realidad”: no hay milagros, no hay espíritu, no hay imaginación, no hay misterio, sino que todo está ahí, eres tú mismo, tu cuerpo y el espacio.
Para nosotros el concepto del “amable desarme” fue un impulso, algo que tiene que ver con nuestra opción de salirnos de la parte espectacular del teatro, lo que implica alejarse del circuito y el medio. Es trabajar a contrapelo porque a nadie le interesa esto. Bromeábamos entre nosotros de que esto es realmente el teatro off o teatro off-road, algo así como un teatro fuera de las rutas, a campo traviesa.

Este proceso no fue fácil, aún no lo es. Para mí ha sido una batalla por no ambicionar estar en el medio del teatro convencional, sino estar donde mis pies están y mirar donde mis ojos pueden ver. De esta situación también trata el “amable desarme”. Es una forma de yoga aplicado al arte y la vida, algo así como un estado de “no-querer-hacer”.
¿Que otros proyectos tienen para los próximos meses?
Bono: Tenemos un par de invitaciones para este 2018 de regresar a lugares reconocidos en donde se permiten este tipo de claustros relacionados a la indagación primaria sobre el actuante y su repercusión en el sujeto. Tenemos intenciones de conseguir publicar una compilación de varios escritos y artículos sobre lo que hemos hecho, como lo fue la metodología de lo que llamamos la Dramaturgia Práctica. Y por supuesto organizar otros Encuentros en donde podamos ir un poquito más lejos en este modo de hacer. Es un proceso muy lento. Es como un cocimiento que tiene que estar puesto al fuego con paciencia y tiempo.
Santana: Probablemente este material que tenemos, junto a los participantes del Encuentro, será nuevamente mostrado en el mes de mayo en el mismo Centex y nuestra acción como equipo sobre “El amable desarme” alcanzará una versión más elaborada, que se mostrará, también en mayo, para Síntesis Teatral de Valparaíso 2018.
Bono: Además, continuaremos el trabajo junto a los usuarios internos del Hospital Psiquiátrico del Salvador con quienes desarrollaremos un proceso más específico y evaluado junto al equipo médico.
Santana: En marzo guiaremos parte del trabajo práctico para el encuentro en torno a la voz y el cuerpo organizado por la Escuela de Danza de la Universidad de Chile (que incluirá también al Departamento de Teatro de la misma universidad). En otras palabras estamos continuando lo iniciado a comienzos del 2017. Este proceso es lento y sus consecuencias se podrá observar mucho más adelante.
¿Qué le dirías al público de Valparaíso para que vayan a este Encuentro Fronterizo?
Santana: Diría que no es teatro. Que no hay que entender nada. Que se requiere solamente tener ganas de vivir algo distinto y muy simple que puede comenzar con batir las manos y hacer con la voz el sonido “om-om”. Que el Hall de Centex está abierto a la presencia de todos y nosotros les acogeremos con toda la liviandad y goce.
Bono: Que están invitados a poder vivir lo mismo. En definitiva, que se acerquen al Centex, que es para todo público y probablemente se llevarán algo de esta experiencia a casa.
*Créditos Fotos: Javiera Elgueda