Por Galia Bogolasky
Entrevistamos al conocido actor de cine, teatro y televisión, Gabriel Urzúa, quien protagoniza esta obra, basada en la real historia del inglés Joseph Merrick (1862-1890), hombre que debido a las grotescas malformaciones de su cuerpo fuera víctima de la explotación y el aislamiento social en la Inglaterra victoriana de los últimos años del siglo XIX, esta nueva versión de la popular obra homónima del dramaturgo Bernard Pomerance es dirigida por Natalia Grez
Asimismo, para esta nueva versión, coprotagonizada por Antonia Santa María, Guilherme Sepúlveda, Mariana Loyola, Germán Pinilla, así como Álvaro Ceballos, el acompañamiento musical está a cargo de banda en vivo que repasa canciones de Pink Floyd, grupo conocido por composiciones psicodélicas y profundas que añaden una capa de emocional belleza a esta historia inolvidable, además de necesaria, sobre la dignidad, la amistad y la búsqueda de la identidad.
Tras su estreno en 1972, en Nueva York, la obra El hombre elefante periódicamente ha sido montada por una serie de artistas, entre estos David Bowie y Mark Hamill Philip Anglim, Billy Crudup, así como Bradley Cooper, al tiempo de ser llevada al cine en 1980, bajo la dirección de David Lynch, y protagonizada por John Hurt, en el rol principal, mientras que Anthony Hopkins interpretara al Doctor Treves.
Esto fue lo que Gabriel Urzúa nos contó.
Tengo entendido que El Hombre Elefante es una obra que empezó a interesarte hace 10 años atrás. Finalmente fue un largo proceso y se llevó a cabo ahora. ¿Cómo fue que descubriste la obra? y ¿cómo se gestó con Cultura Capital y el Teatro Nescafé?
Sí, la verdad que Cultura Capital es una productora en la que he tenido la oportunidad de trabajar ya por 12 años diría yo, y trabajar directamente con Francisco Olavarría, que es la persona que está detrás. Hemos forjado también una amistad, una colaboración. Ese interés que yo tuve al ver la obra en Londres, también la tenía él, y él tenía muchas ganas de comprar los derechos, de hacer una traducción, de hacer el montaje. Durante todo este tiempo él buscó las maneras, el grupo, hasta que salió ahora. Entonces ha sido un camino de pretender hacerlo, querer hacerlo, hasta que ahora ocurrió y estoy muy contento.
Tú interpretas a John Merrick, el protagonista de esta historia que nace con esta deformación. Parte la historia con que es sacado de este circo donde hace un freak show, y finalmente es rescatado por este médico que lo lleva y lo trata de insertar un poco más en la sociedad. ¿Cómo fue para ti interpretar a este personaje? ¿Cómo fue mantener la gestualidad así en tu cara durante todo el transcurso de la obra?
Mucha gente me ha nombrado eso, como que les llama la atención, pero es como todas las cosas en el ensayo, cosas que se hacen en el ensayo. La verdad es que el cuerpo y todo, es primero que todo la referencia de las mismas fotografías que hay de John Merrick. En ese caso una imagen de él, tratando de incorporarla en mi propia imagen. El primer mes de ensayo yo diría que fue un poco más difícil, o dolía un poco el cuerpo, las piernas, y de a poco el cuerpo se va adaptando. Es un trabajo que ya se ha hecho muchas veces, muy repetidas veces, entonces hacer una función durante dos horas no es tan desgastante en comparación a los ensayos que son todos los días, cuatro horas, así que es parte del trabajo no más.
¿Hubo algo más durante el proceso que haya sido un desafío mayor para ti, actoralmente?
Si, creo que mucho más grande que lo del gesto, tiene que ver con ocupar la obra como un canal de mensajes. Los que estamos ahí interpretando esos personajes, contando estas historias, queremos traspasar una idea, una idea removedora, poner en el centro de la obra, un tema que es el que abre, que él despliega, que es hasta qué punto se puede manejar la naturaleza, se puede darle forma según la mirada de uno mismo, ese tipo de cosas, los estándares, quién los pone, quién los impone, y cómo socialmente estamos abiertos a aceptar lo diferente, que yo diría es un tema fundamental que vivimos como sociedad. Así que traspasar ese tipo de mensajes, ese tipo de cosas, es mucho más complejo que interpretar el personaje, por lo menos para mí.
Cultura Capital se caracteriza por hacer mucho musical, pensé que iba a incorporar interpretación musical en la escena. ¿Nunca fue considerado eso?
No, para nada. Tiene este carácter y creo que también es otro riesgo y vuelo que está tomando la productora, Cultura Capital, como por traer textos que son internacionales, que están hechos, y que tienen un contenido que es reflexivo, que es en temas sociales, creo que es una apuesta, y estoy contento de que hayan tomado ese curso también este grupo, porque es la productora, pero también es como dices tú, Natalia Grez, el grupo de los músicos, que más o menos son los mismos que de los otros musicales.
¿Cómo fue el trabajo ahí también con Natalia Grez, la directora? Porque también tiene hartos desafíos de la puesta en escena de la obra.
Trabajar con Natalia es genial, es una directora muy receptiva, muy dialogante y muy intuitiva. A la vez que pone sus ideas para probarlas, va escuchando también al resto y es muy amable trabajar con ella, muy bacán.
Esta obra ha sido representada muchísimas veces en el mundo, es un clásico, también se hizo una película. ¿Tomaste algunos referentes de lo que viste o viste alguna otra versión para tener referente o trataste de despegarte un poco de lo que habías visto y de la película?
Sí, fundamentalmente de una cosa, que es la que, versiones que vi, que vi también una que hizo David Bowie interpretando a John Merrick, y aquí la que yo vi era Bradley Cooper. El texto sugiere, está escrito por Pomerance, y en estos dos montajes también lo hacían de esa manera, que es que proponen que la transformación del personaje es en escena. Eso es algo que yo creo que está absorbido por el texto, por la sugerencia del texto, pero también por estos otros montajes. Me da una sensación de que eso es lo que más lo vuelve político, el hecho de que generemos una convención en la misma obra, que se hace un acuerdo con el público, es decir, de ahora en adelante este actor va a interpretar un personaje, y tú vas a ver que es una ficción, no es real, pero vamos a creer en esta historia. Eso es como un elemento de distanciamiento. Eso sí lo robamos de los montajes, y también lo decía el texto.
Mencionas a Bowie, que él interpretó a este personaje, a John Merrick, y tú interpretaste a Bowie ¿Cómo ha sido tu recorrido por el teatro musical interpretando a grandes íconos de la música como David Bowie, John Lennon?
Increíble, porque fue un paralelo para mí, dentro de lo clásico que es estudiar en la Universidad de Chile, era un poco raro hacer musicales, para teatro más comercial. Entonces, siempre fue como una aventura, pero muy desafiante. Yo solamente me siento muy agradecido por haber tenido la oportunidad para hacer ese tipo de trabajo, porque implica enfrentarse a mucha gente, enfrentarse a cosas que son difíciles para nosotros, como nuestra formación, porque la música, si bien es algo que se puede asumir por ensayos, no es lo mismo que ser músico. Siempre es con mucho respeto al arte de la música, pero sobre todo muy desafiante, y estoy muy agradecido de haber pasado por esa escuela.
Decías que no quedaste tan contento con tu interpretación de Bowie, ¿Por qué? Yo encontré que estuvo increíble.
No, si no es que tan contento, sino que sentí que si se iba a hacer esa obra podría haberlo hecho otra persona, porque yo me sentía un poco joven o un poco inexperto. Estamos hablando de realmente un músico increíble, que atraviesa generaciones, que hizo música por cuatro décadas, gigante. Yo agradecido de hacerla y todo, pero yo podría haber hecho una parte de la obra, no sé, como que no, me sentí como que era algo más grande de lo que yo podía hacerla. Pero qué bueno que también te gustó.
Tu trabajo se ha destacado mucho en teatro gracias a las obras increíbles que han hecho con la compañía Bonobó, ¿Cómo ha sido esa experiencia? Que es otro género super distinto, temáticas distintas, con un humor medio negro, reflexiones interesantes, a través de ese humor muy particular que tienen como compañía, ¿Cómo ha sido ese trabajo con la compañía Bonobo?
Para mí el centro de mi trabajo es pertenecer a la compañía Bonobó. Partimos en el 2011 más o menos, son muchos años. En ese espacio aprendí, y creo que todos los que estamos ahí, a trabajar desde el punto de vista, que lo que hacemos siempre está también bañado por lo que pensamos, por quiénes somos, más allá de interpretar, esto nos exige crear dispositivos, crear lenguajes, no sólo desde armar un personaje, sino que más bien crear un dispositivo escénico para poder decir lo que queremos decir, como dices tú, con el humor negro, cosas que son herramientas, la ironía, el ritmo, servirse de ciertas herramientas y cosas como para poder enunciar ciertas ideas. No son discursos, porque obviamente nosotros tenemos contradicciones, esto se arma en un esquema dialéctico. Ponemos problemas en el espectador, tratamos de hacer, que cuando uno va a ver una obra tú te estés riendo de algo, que dos minutos después estás diciendo cómo me estoy riendo de esto, y estás condenando algo, mientras después te das cuenta que, eso que estás condenando eres tú mismo. Son ejercicios complejos pero masivos, y que mucha gente disfruta, y que tiene que ser entretenido. Para mí trabajar en Bonobó es una escuela siempre, es algo que me invita a poder desarrollar todos mis otros trabajos de una manera más tranquila, más segura, con más confianza. Es fundamental para mí. Por lo demás, siendo tan jóvenes, cuando partimos, tener la oportunidad de conocer tantos lugares, con una compañía de teatro es también impagable, es con el grupo con el que más he viajado, y hemos estado en lugares insólitos, con una recepción de personas increíbles, y poder hacer ese tipo de comparación en el mundo, como qué pasa con el espectador que ve una obra aquí, en una comuna en Santiago, o en otra región, con otro país totalmente distinto, pero que a veces caen reflexiones de las personas súper similares. Para mí es un privilegio estar en esa compañía.
¿Tienen obras nuevas con Bonobo?
Sí, estamos ahora ensayando. Estamos con funciones del Hombre Elefante de jueves a domingo, donde está el Guilherme también, que es parte de la compañía Bonobó, y de lunes a miércoles ensayamos la obra nueva de Bonobó, que estamos para estrenarla en enero. Bonobó hace unos ensayos largos, partimos en abril ensayando, entonces son varios meses y estamos haciendo la obra nueva que está escribiendo Pablo Manzi, que está dirigiendo la Andreína Olivari con Pablo también, y que tenemos una nueva actriz invitada. Para la última obra, que era Temis, estuvo Marcela Salinas, que es una actriz increíble, y ahora va a estar Coca Guazzini, en la obra nueva.
Siempre estás haciendo teatro, y además estás con televisión, ¿Hay algún otro proyecto que tengas de cines, series, o algo que se venga?
Estoy muy contento porque se va a estrenar la película de la Maite Alberdi, En el lugar de la otra, que va a estar en San Sebastián ahora en septiembre, y después creo que en octubre se estrena también en Netflix, o en todos lados, aquí en Chile.
¿Qué personaje haces tú?
Hago un personaje que se llama Domingo, que es como el mejor amigo de la protagonista, un pequeño papel, pero me pone muy contento porque la película es hermosa, y haber participado me pone contento. Por lo general las cosas que son audiovisuales, uno no sabe cuándo se estrenan, y como que uno las abandona. No es lo mismo que teatro, es exactamente lo contrario, que es como viven mientras tú estés ahí parado. En cambio, estas otras se guardan, y si aparecen, bien, y si no… Pero es ese estreno, y estoy grabando algo en la tele, y en verdad parto hoy día grabando.
¿Hay algún formato que te acomode más? ¿Te sientes más cómodo en el teatro, cine, tele?
No, me parece que todos son desafiantes, y en ese sentido son entretenidos. En cada uno también hay algo nuevo que hacer. Lo que estoy haciendo ahora, por ejemplo, es que es en la tele, pero es una especie de falso documental, como en La ofis, como en Modern Family, y luego una cuestión que yo no he hecho todavía, entonces, si bien es la tele, es también algo nuevo. Por eso me parece entretenido cuando aparecen esas cosas, es el teatro, pero también puede ser el teatro musical, o teatro político, lenguaje, las obras en sí son distintas, entonces ya que un director sea otro, ya otro formato. La verdad que no tengo favoritismo, me gusta sobre todo poder hacer todas las cosas.
¿Hay algún personaje que te gustaría hacer, o alguna obra que hayas visto, por ejemplo, o algo que te haya llamado la atención, que te encantaría poder incursionar?
La verdad es que lo estoy haciendo ahora. Este personaje que estamos haciendo en El Hombre Elefante, para mí, es algo que quería hacer y que ahora está ocurriendo, entonces, no estoy proyectándome para otro, estoy disfrutando, viviendo, y desafiándome todos los fines de semana en esta obra, en este personaje.
Esta obra tiene una temporada que es bastante larga para lo que están durando las temporadas actualmente ¿Qué le podrías decir a la gente para invitarla a ver la obra, El Hombre Elefante?
El Hombre Elefante tiene una característica muy exquisita que te invita a remover, y creo que eso que se remueve es entre una reflexión y algo que se siente, algo que se piensa. Es un momento un poco para dejar de lado la vida superficial, o esta que es como una máquina que te toma y que no da tregua, pero que las personas que han ido a ver la obra, y estoy seguro que las que van a ir a ver la obra, van a pasar un momento de inmersión, de entrar en un espacio que es distinto a lo cotidiano, que deja un mensaje, que se disfruta, que tiene una música en vivo increíble, que se puede disfrutar con todos los sentidos. Es un clásico, es una obra maravillosa. Ojalá la mayoría de las personas puedan ir a verla y que estoy seguro que lo van a disfrutar, en verdad.El Hombre Elefante
Ficha artística:
Título: El Hombre Elefante
Dramaturgia: Bernard Pomerance
Traducción: Ignacia Allamand
Adaptación: Natalia Grez
Dirección general: Natalia Grez
Asistencia de dirección: Alessandra Massardo
Elenco:
Gabriel Urzúa (John Merrick)
Antonia Santa María (Sra. Kendal)
Guilherme Sepúlveda (Dr. Treves)
Mariana Loyola (Sra. Smith)
Germán Pinilla (Ross)
Álvaro Ceballos (Snork)
Diseño integral: Catalina Devia, César Erazo
Dirección musical: Felipe Martínez
Banda: Felipe Martínez, Fabrizio Labrin, Gustavo San Martín, Felipe Bórquez
Cantante: Isabel Muñoz
Sonidista: Jorge Castro
Jefatura técnica: Cristóbal Manríquez
Producción ejecutiva: Alessandra Massardo
Asistencia de producción: Vicente Belmar
CULTURA CAPITAL y TEATRO NESCAFÉ DE LAS ARTES presentan:
“El hombre elefante”
Fechas:
Jueves 1 de agosto
Viernes 2 de agosto
Sábado 3 de agosto
Domingo 4 de agosto
Jueves 8 de agosto ¡NUEVA FUNCIÓN!
Viernes 9 de agosto ¡NUEVA FUNCIÓN!
Sábado 10 de agosto ¡NUEVA FUNCIÓN!
Domingo 11 de agosto ¡NUEVA FUNCIÓN!
Horarios: jueves a sábados a las 20.00 horas. Domingos a las 18.30 horas
*Valores: 12.000 a 30.000 pesos (20% descto. para socios Com. de las Artes)
*Ventas: en boletería teatro y a través del sistema Ticketmaster
*Consultas: por whatsapp al +56 9 3387 2403 (lunes a viernes de 11:00 a 19:00 horas)
*Valores no incluyen cargo por servicio del sistema Ticketmaster
*Descuento Comunidad de las Artes previa inscripción gratuita:
https://www.comunidad-delasartes.com/
*Descuento aplicable con el código disponible en la web de la Comunidad
*Descuentos no acumulables y/o transferibles
*Boletería abierta de lunes a domingo de 11:00 a 19:00 horas (excepto 15:00 a 16:00 horas)
*25% de descuento para socios Caja Los Andes (2 entradas máximo por rut)