Por Galia Bogolasky
La obra Nuncajamás, una producción de la compañía del TNCh, dirigida por Mario Monge y escrita por Sebastián Carez- Lorca, dupla creativa que previamente tuvieron su temporada con la obra ABISMO.
Nicolás Pavez interpreta a Samuel, un hombre que sueña con un sistema de hogares en el que solo habiten niñas y niños, sin la supervisión ni opresión de los adultos. Para ello desarrolla el proyecto Nuncajamás, su propia residencia. Sin embargo, el lugar y sus integrantes atraviesan una crisis que sumergirá a Samuel en lo recuerdos de su propia infancia que emergerán en las sesiones con una reconocida analista piscológica.
Nuncajamás aborda el problema de la institucionalización de las niñas y niños que no tienen tutores, es decir, sobre la transformación de las infancias en productos, resumiendo sus vidas a un subsidio. El elenco está compuesto por Belén Herrera, Nicolás Pavez, Nicole Vial, Sol Barrera, Cristóbal Bravo y Karla Torres
Cuéntanos sobre la obra Nunca Jamás. ¿Cómo fue que llegaste a participar de esta producción del Teatro Nacional?
Me invitó el mismo teatro, Claudio Martínez, él me ofreció la entrada a esta obra. La verdad es que la recibí con mucha sorpresa, con mucho entusiasmo porque yo había trabajado en el Teatro Nacional y andaban buscando al personaje de la obra, al protagonista, a Samuel. Entonces, pensaron en mí y yo lo acepté con mucho agrado. Yo no conocía a la compañía, no había trabajado con ellos ni los conocía tampoco. Me encontré por primera vez con este proyecto, por lo demás muy interesante, que traía detrás harta investigación, había harto trabajo y yo llegué ahí, como colado.
Tú interpretas a Samuel, un empresario que está tratando de crear un proyecto que busca reemplazar el Sename. Entonces, cuéntame un poco sobre tu personaje y las motivaciones que tiene.
Como tú bien comentas acerca de aquello, la obra retrata el problema que hay en este minuto de quién se hace cargo de niños y niñas en condiciones de abandono. Por lo tanto, a partir de esa pregunta, ¿Quién se hace cargo de aquellos? Surgen un montón de instituciones, la obra lo muestra así, es que hay instituciones subsidiadas o de lleno, privadas, que se hacen cargo de esta situación y que eso se transforma en un negocio más. Dentro de este panorama se ubica Samuel, que genera un plan piloto, él está innovando en esta idea de esta institucionalidad, a raíz también de que él proviene de una. Es un chico ex-Sename. A partir de allí surge este proyecto de hacerse cargo de los niños y las niñas, pero desde una particularidad. La teoría que tiene que ver con esto es que el proyecto piloto prescinde de adultos. Son los propios niños y niñas las que se organizan, no hay monitores ni gente adulta que se mete en este asunto, sino que son los propios hermanos y las hermanas. Ahí está el proyecto que Samuel anda buscando. Es un sobreviviente, una persona que anda buscando cómo ganarse la vida al mismo tiempo que cumplir sus propios ideales. Hay una nomenclatura y un paralelismo, tal vez con el propio sistema que se realiza a partir de los negocios, pero que, obviamente, por debajo está buscando algún tipo de sentido detrás de todo esto. Es una persona que se encuentra en ese minuto con un problema porque quiere hacer este plan. Este nuevo proyecto, pero no le resulta porque algo ocurre en el interior de esta institución nueva y que lo obliga a buscar una evaluación psicológica. En eso se abre la obra y comenzamos a ver a este personaje en todas sus dimensiones.
Es interesante porque la obra aborda este tema desde una perspectiva tratando de incorporar el concepto de Peter Pan, Nunca jamás, y este concepto de involucrar esta historia haciendo este paralelo en el fondo. ¿Cómo fue para ti también interpretar este personaje que tiene esa referencia?
Es una carga simbólica, que al menos nosotros la conocemos desde Hollywood, tengo la impresión. Por lo tanto, es una historia de fantasía, una historia liviana, que como todo cuento infantil que perdura en el tiempo tiene, por cierto, un trasfondo bastante oscuro. El paralelismo que existe entre Peter Pan y la obra también intenta justamente hacer ver ese espacio más oscuro, más tenebroso. Desde el punto de vista de la dramaturgia, se escribe que este personaje busca ser una especie de Peter Pan sin saberlo y lo recuerda en un momento de la obra. Al recordarlo aparece este mundo de fantasía en él, que, en una primera instancia aparece como una cuestión bien fantasmagórica. Pronto ya se empieza a reconciliar con aquello y empiezan esos recuerdos a ser más enteros y empiezan a familiarizarse con su propia vida, con sus propios recuerdos. Lo interesante de aquello es que junta una historia de fantasía, de este trasfondo oscuro que habla acerca de la orfandad y la gran orfandad del Sename chileno y todo lo que conlleva, en términos emocionales, tristezas profundas, dolores, que imagino responden a cómo nos vamos criando, no solamente desde el Sename, sino que también cómo nos vamos criando como seres humanos en la sociedad en la que vivimos. Hay algo detrás, en nuestras formas de educarnos, nuestras formas de entender la niñez, nuestras formas de legitimarnos como seres humanos, que a lo mejor son conversaciones que aún no se dan o que hemos querido darlas, pero que no nos ponemos de acuerdo en eso.
La obra aborda el drama del Sename, pero también cómo lo hace en este tono más lúdico. Da esa sensación de que fuera también una obra familiar a momentos, muy transversal ¿Cómo lo ves tú? ¿Realmente está pensada para todo tipo de público?
No, en una primera instancia no, pero se fue dando así. Yo creo que, la obra al posicionarse desde un punto de vista humano, levanta los espacios más de ternura, los espacios más emocionales, los espacios más sensibles, más particulares también. No es una obra discursiva en ningún caso, no obstante, tiene una postura a qué hacer después de esto. Es una obra que puede ser entretenida para la familia, justamente por los temas que nosotros estamos tocando ahora, acerca de Peter Pan y la orfandad. Poder comprenderlo desde ahí me parece que es un territorio no explorado y que, siendo así, nos permite mirar a algo que quizá no queremos ver tanto, que nos cuesta ver, porque es difícil hacerse cargo de tu propia vida también, es difícil hacerse cargo de vidas, de las infancias inocentes que están allí y qué nivel de esfuerzo requiere eso. Es bien complicado, es bien denso. Poder mirarlo desde esta perspectiva, tal vez más familiar, más liviana, independiente de la profundidad que pueda llegar a tener, me parece que es un camino acertado.
También tiene todo un trabajo de investigación súper importante. Desde tu perspectiva como actor, protagonista de la obra, ¿Cómo ves este montaje? y ¿Cómo fue el trabajo con el elenco y la dirección de la obra?
El Teatro Nacional, la Universidad de Chile, financia este proyecto, hace el anclaje con gente que viene egresando hace poco, que tiene algunas obras, hacen esta función muy bien, a partir de la dirección de Cristian Keim, de poder crear espacios para gente más joven que pueda dirigir. Yo me encontré con gente que es de otra generación, pero que tenemos una tradición de la Chile como escuela. Creo que dialogamos muy bien en ese sentido, hay una densidad teórica que va apareciendo ahí, que a mí me apasiona un montón.
La obra incorpora varios elementos, por ejemplo, tiene toda esta puesta en escena creada por Norton Maza, que es una eminencia de las artes visuales. ¿Cómo fue su incorporación?
Norton Maza también aparece para mí como una sorpresa, como un invitado más. Él ha coqueteado con el teatro antes, pero no se había dedicado a hacer puestas en escena como esta, es su primera. Su trabajo es muy generoso, me parece a mí que es muy funcional a todos los problemas que tenía la obra, en tanto problema narrativo, porque no es una obra lineal y tiene muchos espacios. Desde ese punto de vista él crea unos volúmenes, estamos muy acostumbrados justamente a hacer eso, y a partir de los movimientos de eso se genera magia, al menos es la intención de eso, desde la simpleza. Norton tiene una historia que se acerca precisamente a esto que nosotros estamos hablando, y me parece que, muy sensiblemente, él va aportando con pequeños detalles y que de alguna manera interceptan con su obra misma, la forma en que él tiene de crear arte. Fue un diálogo muy fluido, fue un trabajo rápido, lo hicimos en dos meses, si lo pudiéramos concentrar en ensayo, en estudio y todo eso. Todo fue llegando, Andrés Parot se sumó después con las luces, y se va armando una obra que evidentemente tiene que ir desarrollándose después del estreno, propio de las producciones que tenemos actualmente, de la rapidez con la que trabajamos, y también así mismo como se va desarrollando, va llegando el público. Ha sido un fenómeno bastante interesante, hemos recibido opiniones muy diversas, pero en general me quedo con una buena sensación finalmente del trabajo.
¿Qué le podrías decir a la gente para invitarla a ver la obra?
Yo creo que es interesante poder ir a mirar, cuando hablamos de Sename, ir a mirar de qué se trata todo este asunto, porque son preguntas fundamentales. El gobierno de Michelle Bachelet se hacía cargo de la niñez, ha habido un esfuerzo importante por crear salud para niños y niñas, la educación parvularia, etc. No hay una pregunta fundamental al respecto de quiénes somos cuando somos niños, cuando somos niñas, y cómo se desarrolla el intelecto, la emoción, la creatividad, en los primeros años, ya pensamos sobre eso. Pero pensar sobre la niñez, cuando existen problemas como estos, son muy profundos, me parece que es importante al menos realizarse esa pregunta como sociedad, y no dejar que estas cosas las resuelvan otras personas, y ya está. Es una pregunta que no solo resuelve ese tipo de problemas, sino que también a la interna, familiar, de qué manera uno se relaciona con el mundo de la niñez. Por otro lado, me parece que es un trabajo bien completo, un trabajo digno para el Teatro Nacional. Personalmente lo paso muy bien, creo que estoy haciendo un buen trabajo. Me parece que si hay gente que disfruta de la actuación, me encantaría que la pudieran ver, y poder viajar con este ser humano, el que estoy interpretando, que es muy complejo, y que va desenredándose con harto humor, porque se pasa bien también, no es una cuestión densa para nada. Entonces dejo hecha la invitación para que puedan disfrutar de ese espectáculo.
¿Tienes algunos otros proyectos para esta temporada ya sea en teatro o en algún otro formato?
Me estoy dedicando a las clases en este minuto, ese es mi sustento. En enero vamos a tener tres o cuatro funciones en el Teatro Nescafé de las Artes de El asilo contra la opresión que dirigen Los Contadores Auditores. He tenido harto teatro este año, me encantaría seguir trabajando en lo que me gusta hacer, en lo que sé hacer. También probar otras plataformas como actor, me gustaría seguir desarrollando plataformas cinematográficas y televisivas.
Ficha Artística
Título: Nuncajamás
Dirección: Mario Monge
Dramaturgia y asistencia de dirección: Sebastián Carez-Lorca
Elenco: Belén Herrera, Nicolás Pavez, Nicole Vial, Sol Barrera, Karla Torres, Cristóbal Bravo
Diseño escénico: Norton Maza
Diseño de iluminación: Andrés Poirot
Diseño de vestuario: Fabián Torres
Asistencia de diseño: Nicolás Zapata
Diseño sonoro: Vicente Cuadros
Investigación: Patricia Castillo y Claudia Hernández del Solar
Producción: Teatro Nacional Chileno