ESTACIÓN LAV Crítica de cine “Surire”: Los tiempos de la naturaleza

Por Julio César Olivares

En el marco de Estación LAV, y diez años después de su estreno oficial, volvió a exhibirse en la pantalla grande Surire, documental de la dupla de Bettina Perut e Iván Osnovikoff (El astuto mono Pinochet contra La Moneda de los cerdos, Los reyes) que observa a los últimos sobrevivientes de la cultura aymara en el Salar de Surire, en la frontera con Bolivia, a 4.300 metros sobre el nivel del mar.

En este escenario vemos a un puñado de ancianos residentes y otros visitantes de la zona, con la maquinaria de una faena minera que deambula por el paisaje como telón de fondo, entremezclada con flamencos, llamas y vicuñas. Desde la observación y el lenguaje visual, la obra de Perut y Osnovikoff retrata este espacio único en el que conviven la belleza natural, el absurdo humano y el ocaso de una cultural.

Así, en un espacio geográfico amplísimo que combina lagunas, volcanes, diversos tipos de vegetación y un sol omnipresente, la cámara de los documentalistas chilenos decide contar la historia mediante planos fijos que realzan la majestuosidad del paisaje, así como el lento transcurrir de la vida en la zona, y con elementos visuales notables, fruto de cineastas avezados, como la vibración de la imagen que se produce ocasionalmente producto de la distorsión que impone el calor extremo. Si bien su trazo lento y contemplativo no la hace accesible a todos los públicos, es ese extraordinario valor de las imágenes que presenta Surire el que eleva la cinta como una imprescindible dentro de la cinematografía local.

En el salar de Surire conviven paisajes fascinantes por sus características geográficas con la operación diaria de una minera y la película se erige sobre esa tensión, lo que destaca en tomas fijas donde camiones entran o salen del paisaje provocando un contraste, una disonancia captada a través de la visualidad. El retrato de los ancianos residentes de la zona, los últimos aymara de Surire, es sumamente horizontal. La dupla creativa opta por un acercamiento a los pueblos indígenas que dista tanto del paternalismo como de la reivindicación. Por el contrario, los capta en sus actividades diarias, en la rutina y en sus tiempos muertos.

En un filme así, contado con las pausas y respiros de su entorno natural, el fondo se juega en escenas como el corte de pelo de un perro, el despellejamiento de una cabra (“Ya no tengo fuerza, hasta una cría me la gana”, dice una de las protagonistas) o la lijada de sus pies rocosos, con profundo naturalismo.

Como tantos pueblos ancestrales en diversos momentos de la historia, el documental sugiere que los aymara que habitan esas condiciones climáticas y de aislamiento extremo, están desapareciendo. La aparición de las mineras y las tensiones que eso provoca entre lo viejo y lo nuevo, los que estaban desde antes y los que vienen llegando (en términos relativos, claro, a esta altura llevan décadas ahí) es un símbolo de eso. La ancianidad, la soledad y el deterioro de las fuerzas de los protagonistas es otro.

Sin embargo, fruto de su trabajo ante todo observacional, la fuerza de la película radica en su capacidad de motivar preguntas antes que entregar respuestas. Surire habla de naturaleza y de humanidad; de los ritmos tan diferentes que tienen una y otros; y de la pérdida de un modo de vida, pero, ante todo, invita a la audiencia a mirar la belleza del salar, ver a los ojos a sus habitantes y conversar al respecto.

Esa es una de las fuerzas del cine de Perut y Osnovikoff que tan en claro queda en esta cinta de ya diez años de vida: no son protagonistas ni buscan serlo, no se ponen al frente de la cámara, ni tampoco plantean una tesis de la que están seguros. Ellos, ante todo, observan. Esperan el momento adecuado en que pase algo o, a veces, aquel en que no pase nada. Entienden los tiempos de la naturaleza y actúan conforme a ellos, no a las prisas humanas. Ahí reside la verdadera riqueza.

Ficha técnica

Título: “Surire”

Duración: 80 minutos.

Año de estreno: 2015.

País: Chile.

Directores: Bettina Perut e Iván Osnovikoff.

Esta película es parte de la cartelera de Estación LAV.

Estación LAV es un espacio donde la ciudadanía puede conectar con la sostenibilidad y los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, a través de actividades culturales y creativas abiertas a todo el público y de acceso gratuito.

Se desarrolla entre el 1 de abril y el 5 de mayo, al interior de la Estación Baquedano del Metro de Santiago.

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