Fausto 2 se presentará en Palacio de Adobe

Creación de Juan Carlos Montagna, como director, dramaturgo y actor.
Estrenada en 2008 en Nerja, sur de España. Es la continuación de Fausto, el primer espectáculo basado en Goethe que en 2001 se estrenó en una casa en Madrid. Ambas obras/performance a lo largo de los años se han alternado en presentaciones en múltiples espacios alternativos en Chile y en el extranjero: salones de casas, factorías, galpones, centros culturales, teatros con los espectadores en el escenario, salas de clases, e incluso al aire libre a orillas del mar. Los lugares son las escenografías y el lenguaje genera un ceremonial y la cercanía con el espectador.
Si en la primera versión se establece un combate físico, sensorial y dramático entre mephisto y su discípulo fausto, en esta versión el diablo se ha quedado solo, sumergido en el abandono y en el detrimento de sus fuerzas. Errático y doliente, siempre sobrenatural, pero algo más cerca de lo humano, nos presenta descarnadamente el sentido de la vida y de la muerte, la inutilidad de los vínculos afectivos, la ruptura de las relaciones de poder, el desamor, el despecho, la traición y el fracaso de toda forma de aprendizaje profundo. Montagna como mephisto realiza este viaje de profundis con una corporalidad física y vocal extrema, abordando emocionalidades que asaltan al espectador, siempre con textos de Goethe.
Es el método psicofisico qué ha investigado en su carrera tanto en sus espectáculos como en sus clases como profesor. Sin embargo, este cuerpo escénico desgarrado esta todo el tiempo acompañado de un animus: es el mismo Fausto, que desde el mundo astral lo circunda con travesura, enigma y cariño… pero mephisto ya no lo puede ver ni sentir.
Si en la primera versión el diablo hace oráculos al público en determinadas escenas (sin saber previamente nada de elles y auscultando desde la escena sus energías y carácter), en esta versión se introduce el tarot: algunos de los presentes serán elegidos para recibir un arcano, que les será interpretado en el momento con intimidad, cercanía e intensidad dramática. Ambas dimensiones de estos espectáculos siempre provocaron y siguen provocando impacto.
Tomas Luna es un joven actor, dramaturgo, director y docente, egresado de la PUC, quien por segunda vez encarnara a Animus. Ha practicado muchas veces con rigor técnico y audacia performativa el método psicofisico de actuación del director.

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