Por Ana Catalina Castillo
Este cortometraje de la chilena Pam Arias, participante en la categoría internacional de Femcine, nos presenta a tres hermanas cuyo mundo se ha detenido en 1999, año en que murieron sus padres. Así, la historia nos muestra las rutinas diarias de Lena, Vera y Gema, desde que salen de sus habitaciones por la mañana, en fila, hacia la cocina.
Con una estética que recuerda a Wes Anderson por la simetría y la paleta de colores, la obra tiene una marcada teatralidad dada no solo por los encuadres, sino también por la actuación, tal vez como un camino para huir del realismo e insistir en la alegoría del encierro como muerte en vida, pues las hermanas están atadas al pasado y las rutinas aseguran, de alguna manera, la estabilidad que perdieron.
El relato se centra en Lena, la menor, quien aunque ya es grande, sigue teniendo nueve años, como ella misma dice en una de las primeras escenas. Es a Lena a quien vemos despertar cada mañana y con ello conocemos sus pequeños rituales y características: cuida una planta, estudia idiomas, revisa planisferios y sueña con el mundo exterior.
Para concretar este deseo, cuenta con la ayuda de una mujer que es la única visitante que al parecer reciben y que demuestra su interés porque Lena “viva”. El aliento que le da esta especie de mentora del camino del héroe, llevará a que Lena rompa con las rutinas diarias. En términos cinematográficos, las rutinas son las que marcan el ritmo de la narración y, por lo mismo, a partir de este momento la historia avanzará vertiginosamente hasta que la heroína de la aventura consiga salir al mundo.
Es innegable que Todos los años son 1999 es una pieza cinematográfica atractiva estéticamente hablando. Hay una cuidada dirección de arte y varios momentos poéticos, que se reservan a las ensoñaciones de libertad de Lena. Sin embargo, cuesta enganchar emocionalmente con la tragedia que subyace: cómo salir del dolor. Esto porque el impacto visual se impone por sobre la temática y la alegoría se queda más en la forma que en el fondo.
No debe de ser azaroso que los nombres de los personajes vinculen con ciertas ideas que están en el subtexto, aunque no han sido del todo desarrolladas: vera es orilla del camino; gema, el brote de una planta. Ambos significados, entonces, podrían operar como indicios que sostengan el actuar de Lena. De todos modos, la escena final se acerca más a la emoción que se echa de menos, pues tal vez ese asomarse a la ventana augura la salida de las que quedan.
TÍTULO: Todos los años son 1999
DIRECCIÓN: Pam Arias
GUION: Pam Arias
REPARTO: Alicia Rodríguez, Sabina Ojeda, Camila Roeschmann, Samuel Gónzalez, Katty Kowaleczko
FOTOGRAFÍA: René Durán
DIRECCIÓN DE ARTE: Alonso Machuca
MONTAJE: Daniel Tomasello
PAÍS: Chile
Plataforma: Femcine.cl
Ficha Técnica Completa
Dirigida por
Guion
Elenco
Casa productora
Producción ejecutiva
Producción general
Asistente de dirección
Dirección de fotografía
Montaje
Dirección de arte
Sonido
Música
Maquillaje