FESTIVAL CINE EUROPEO Crítica de cine “Un giorno all’improvviso”: La nueva cosecha del cine italiano

 

Por Paula Frederick

Antonio tiene 16 años y sueña con ser futbolista. Camina en mitad del campo napolitano con el sol en la cara, arrastrando un rastrilllo por la tierra fértil y seca, para después parar a mirar los limones y elegir uno; quizás no el más grande, redondo y amarillo, pero seguramente el más maduro. La cámara lo sigue siempre de cerca, casi de manera sofocante, registrando un trayecto cotidiano que podría ser también una vía hacia la madurez, el descubrimiento, la pérdida gradual de la inocencia. Tal vez se trata solamente de un momento de paz, un respiro en medio la incomodidad de crecer. Pero como un rastrillo, los pasos de Antonio dejan un zurco que se ve más grande que él, la huella de una historia presente, de una herida abierta que se esconde debajo del polvo.

Un giorno all’improvviso, ópera prima del director italiano Ciro D’Emilio, presentada en el Festival de Venecia 2018 y parte del Festival de Cine Europeo en Chile 2020, retrata a través de la historia de Antonio el debut en la vida adulta y la pérdida de la figura materna como brújula escencial, como fuerza de gravedad. Mientras Antonio intenta abrirse un camino propio en Nápoles, donde el fúltbol y el sentido de equipo son la única vía de escape a una realidad hostil, se hace cargo de su problemática e inestable madre, Miriam (Anna Foglietta), con la que más allá de todas las dificultades, tiene una bella relación de complicidad.

 

Pareceria que Antonio caminara por una cuerda floja, mirando siempre hacia adelante y luchando para no perder el equilibrio. Su cotidiano es un constante encuentro entre distintas fuerzas de la naturaleza: la madre y sus crisis nerviosas, los amigos que le piden tiempo y atención, las expectativas de su primer amor, la figura pendular de un padre ausente que va y viene. Todos lo empujan en direcciones contrarias. Pero aunque él sabe bien donde quiere llegar, a veces los vientos soplan demasiado fuerte, desestabilizando el camino y haciéndolo perder el sentido de orientación, su norte personal. Pero así como la cámara no lo pierde nunca de vista, Antonio sigue mirando hacia adelante, caminando con paso firme. Abriéndose camino por sí solo, sin más ayuda que la voluntad de avanzar.

Las viñas, la fruta, la tierra, el campo como dimensión primordial donde las cosas siempre florecen y maduran en el momento justo, es donde Antonio y Miriam alcanzan los momentos más genuinos y emotivos de la película, son el imaginario escogido por Ciro D’Emilio para desarrollar la historia que quiere contar. Pero la esencia no se encuentra solo en ese entorno bucólico y campestre, sino también en la contraposición a una Nápoles inquieta, una ciudad que te obliga a moverte para sobrevivir y al mismo tiempo puede hacerte perder el equilibrio. Esos son los dos mundos entre los que se debate Antonio, la frescura de la infancia y del alero de su madre, que parece más niña que él, y la llegada irrevocable de la madurez, que trae consigo la conciencia de lo que se quiere ser en la vida, pero también el dolor de dejar muchas cosas atrás.

Así como el protagonista, Un giorno all’improvviso respira con su propio ritmo, fluye en modo natural y se desarrolla con una dirección clara, comenzando lentamente, no sin errores ni aprendizajes pendientes, a desmarcarse de la madre, del árbol, de la zona de confort, para volverse un fruto consistente y genuino, con forma propia. Que, aunque no tenga aún las medidas justas o todavía no haya alcanzado la madurez, deja ver todos sus colores y, sobre todo, promete la llegada de una buena cosecha.

 

Título original: Un giorno all’improvviso
Director: Ciro D’Emilio
País: Italia
Año: 2018
Elenco: Anna Foglietta, Giampiero De Concilio, Massimo De Matteo, Lorenzo Sarcinelli

Festival Cine Europeo: festivalcineeuropeo.cl
Género: Ficción
Programación: Del 01 al 18 de junio
Reproducciones: Limitadas

 

 

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