Por Ana Catalina Castillo
Con la dosis precisa de farsa teatral, cine noir y reivindicación feminista, Ese crimen es mío reúne los mejores rasgos del cine de François Ozon, que atrapa sin soltar al espectador con una trama bien urdida, humor inteligente y actuaciones brillantemente logradas. Basada en la pieza teatral homónima de 1934 escrita por Berr y Verneuil, juega desde el inicio con su origen al presentar la imagen de un telón rojo que, una vez abierto, nos sitúa en el escenario donde ocurre el incidente detonante que hará avanzar la historia.
Ambientada en el París de 1935, Ozon instala durante los primeros minutos la intriga policial. Se ha cometido un asesinato y la principal sospechosa es Madeleine (Nadia Tereszkiewicz), una joven actriz que, en busca de un papel, logró arrancar de los abusos de un famoso productor teatral al que minutos antes del crimen había visitado. Con la ayuda de su amiga abogada y compañera de departamento, Pauline (Rebecca Marder), Madeleine se declara culpable. Juntas intuyen que la atención mediática del caso podrá traer buenos dividendos y sacarlas de las precarias condiciones en que viven, y así ocurre. Lo que sigue es mantener el engaño.
En esa dinámica, el director francés hace gala de toda su pericia, pues es capaz de lanzar por boca de sus personajes discursos feministas sin mucha corrección política y de ridiculizar a quienes ejercen cargos de alta jerarquía en el ámbito judicial con elegancia y fino humor negro. Muchos de estos momentos están a cargo de eximios actores franceses como Fabrice Luchini, quien logra las escenas más hilarantes de la cinta en su papel de juez simplista y algo ingenuo. Por si eso fuera poco, en un giro crucial de la historia irrumpe y llena la pantalla la gran Isabelle Huppert en un registro no habitual en ella, pero en un papel a su medida.
Gracias al ágil montaje que recurre a la estética del noir para los flashbacks, el ritmo invita al espectador a seguir las pistas que se van dejando por el camino para ir intuyendo hasta dónde llegarán los personajes para conseguir lo que se han propuesto. Esto, porque la historia se va complejizando gracias a otros elementos que gravitan en la trama: intereses económicos, románticos y ciertas venganzas.
Ese crimen es mío destaca también por un exquisito diseño de producción y una banda sonora que homenajea las películas de Billy Wilder, muy presente en la historia no solo por la atmósfera, sino también porque Madeleine y Pauline asisten a la función de Mauvaise graine, cinta de 1934 escrita y dirigida por Wilder.
Ese ejercicio de metacine se conjuga con otros de metateatro, como ocurre durante el juicio en el que se formaliza a Madeleine, ocasión en la que ella declama más que testifica; estrategia que Ozon maneja con sabiduría para deslizar sutiles caricaturas de un sistema machista y fácil de corromper.
Con Ese crimen es mío el prolífero y multifacético François Ozon demuestra que siempre puede sorprender con su estilo único y le suma en esta ocasión el espíritu de la comedia francesa tradicional que él revisita con maestría.
Ficha técnica
Título: Ese crimen es mío (Mon crime)
País: Francia
Año: 2023
Dirección: François Ozon
Elenco: Nadia Tereszkiewicz, Isabelle Huppert, Fabrice Luchini, Dany Boon, Jean-Christophe Bouvet, Rebecca Marder
102 minutos
Distribuidora: Zeta Films
Coordenadas
Festival de Cine Las Condes
Parque Araucano
Viernes 5 enero 21hrs