Por Gabriela Bravo
El mundo está invadido por imágenes de hombres fuertes, llenos de testosterona, que ofrecen como única solución frente a todos los problemas, la fuerza y la violencia. Durante décadas, tanto hombres como mujeres hemos visto en la pantalla grande la imagen de la virilidad representada como un hombre intrépido, que no duda, que siempre tiene la solución para todo y que, por sobre todas las cosas, no se va a detener dos minutos para cuestionar los sentimientos que lo atraviesan.
Bueno, es agradable saber que el mundo está cambiando y con él, las narrativas que se ofrecen sobre las diferentes masculinidades. Por lo menos esta es la impresión que deja Ari, el tercer largometraje de la directora francesa Léonor Serraille, que se presenta en competencia oficial del Festival de Berlín en busca del preciado Oso de Oro.
La cinta narra la historia de Ari, un hombre de 27 años, profesor en un jardín infantil que sufre un colpaso nervioso tras recibir la visita de una inspectora del ministerio de Educación. Sobrepasado por su trabajo, Ari decide dejar todo e irse a su ciudad natal. Una vez de vuelta en el hogar familiar, el padre de Ari, aburrido de ver a su hijo siempre dubitativo y temeroso del futuro, lo echa de la casa para que la adversidad lo ayude a forjar un carácter y que se convierta en un “verdadero” hombre.
Desamparado emocionalmente, Ari irá a buscar refugio en sus amistades de la infancia, quienes lo acogerán de manera muy distinta, los unos y los otros.
Desde el punto de vista de la sociedad, pareciera que Ari tiene problemas de salud mental, que está deprimido y que no consigue adaptarse a las exigencias de la vida cotidiana. A través de planos cerrados de su rostro y de las reacciones de su cuerpo, la directora nos invita a conocer a un hombre hipersensible que no está enfermo, sino que vive en un mundo tan lleno de estímulos, exigencias y convenciones, que no es capaz de encontrar su lugar.
De manera poética, la directora francesa hará que su protagonista comience un periplo existencial al ir visitando a sus amigos de antaño, recorriendo una casa y otra, una familia y otra, observando, escuchando y comprendiendo los diferentes tipos de “adultez” que cada uno de sus amigos ha construído. Esta exploración de un hombre adulto que observa la vida como un niño que recién comienza a descubrirla nos trae ciertas reminisencias del libro El Principito de Antoine de Saint-Exupéry, quien viaja de planeta en planeta conociendo personajes que le irán revelando diferentes aspectos de la condición humana.
En este punto cabe destacar la gran actuación de Andranic Manet- Ari- quien a través de su físico delgado y frágil, su ojos penetrantes y su voz suave, logra encarnar a un hombre confundido, sumergido por sus emociones que prefiere huir que afrontar sus responsabilidades.
La directora francesa Léonor Serraille, quien también es la guionista de la cinta, aborda el tema del desasosiego de la juventud pero desde un ángulo distinto, con un personaje novedoso. Ari es la encarnación de una generación que siente que las cosas no están bien, pero no saben qué hacer. Una generación que desde muy temprana edad comienza a cuestionarse sobre el rumbo de la vida: ¿he tomado las buenas decisiones?, ¿estoy a la altura de la situación?, ¿soy la persona que creo ser?. Algo que contrasta de manera ostensible con el padre de Ari, que es un hombre criado a la antigua, que ocupa todo su tiempo en hacer cosas para no dejar espacio a las interrogaciones que pudieran “complicar” su vida.
Léonor Serraille se dio a conocer con su opera prima Bienvenido a Montparnasse (Jeune Fille), cinta con la que ganó la Cámara de Oro en el Festival de Cannes en 2017 y se presentó en competencia oficial del mismo festival en 2022 con Mi Hermano Pequeño (Un Petit Frère).
La maestría que tiene esta película es que le da un lugar a un hombre que siente que no encuentra su lugar en el mundo. La directora posa su mirada en un personaje que en apariencia banal, el típico compañero de trabajo que no se queda a las fiestas, el amigo que no cuenta nada de su vida, la persona tímida y reservada que prefiere ceder la palabra a los otros, pero que sin embargo, tiene una vida interior llena de cuestionamientos que los otros son incapaces de descifrar. Puede parecer contradictorio, pero la gran potencia de esta película se basa en que su personaje principal está construido con todos los elementos que la sociedad juzga como debilidades: la vulnerabilidad, el desconcierto, la indecisión, la culpa, el sentimentalismo. Casi sin que nos demos cuenta Serraille invita al espectador a una profunda reflexión sobre la masculinidad y la sociedad actual. Una cinta delicada y filosófica, pero a la vez entretenida y emotiva.
Ficha técnica
Título: Ari
Género: Drama
País: Francia
Año: 2025
Duración: 88 minutos
Director: Léonor Serraille
Elenco: Andranic Manet, Pascal Rénéric, Théo Delezenne, Ryad Ferrad, Eva Lallier Juan