FESTIVAL DE CANNES Crítica de cine “Megalopolis”: La decadencia del imperio Coppola

Por Gabriela Bravo desde Cannes

Una de las películas más esperadas en la competencia oficial del Festival de Cannes es Magalópolis, del director estadounidense Francis Ford Coppola, quien compite por obtener su tercera Palma de Oro.

Ciertas críticas de cine son más difíciles de hacer que otras, y esta es una de ellas. Como cualquier cinéfilo, esperaba con ansias ver el último opus del dos veces premiado con la Palma de Oro, Francis Ford Coppola, y debo decir que salgo de la sala de cine siderada.

La leyenda cuenta que Megalópolis es una película que Francis Ford Coppola soñaba con realizar desde hace más de 40 años y en la que invirtió una parte de su fortuna personal para rodarla (120 millones de dólares). Por eso las espectativas eran muy altas.

La película busca hacer un paralelo entre la decadencia del imperio romano y el nuevo imperio encarnado por los Estados Unidos, que estaría viviendo el mismo tipo de derivas que lo llevarán al descalabro. En el papel suena muy interesante, pero en la pantalla es una verdadera catástrofe.

Las primeras escenas son intrigantes, ya que vemos al personaje de Adam Driver salir por la ventana del último piso de un edificio y lograr que el tiempo se detenga. Este inicio nos da la impresión que seremos embarcados en una reflexión profunda sobre la temporalidad del ser humano en el planeta y su trascendencia, sin embargo, esta ilusión solo dura algunos minutos, ya que prontamente somos transportados a un universo híbrido que mezcla los placeres contemporáneos con ciertos toques de arena romana.

La historia se desarrolla en la ciudad Nueva Roma y está centrada en el conflicto que tienen Cesar Catilina (interpretado por Adam Driver), un genio que tiene una visión utópica sobre la ciudad que debería ser construida y el alcalde de Nueva Roma, Franklyn Cicero (Giancarlo Esposito), un hombre conservador que prefiere mantener las cosas como siempre han sido. En medio de este conflicto, está la hija del alcalde que se enamora de Cesar y trata de mediar en la relación de ambos.

El guion, que habría sido reescrito 300 veces, no tiene ninguna consistencia y divaga entre referencias a la antigüedad mezcladas con la industria del espectáculo, que son tan grotescas que incluso uno se pregunta si no estamos frente a una película de parodia. Los personajes son completamente superficiales y los diálogos están llenos de lugares comunes que se asemejan más a una teleserie de media tarde, que a una película de uno de los maestros del cine.

Nos encontramos con los clichés de la mujer bella trepadora que se casa con un hombre viejo y rico, la buena mujer que trata de hacer feliz tanto a su esposo como a su padre, buscando la conciliación a través de la maternidad, el genio incomprendido que es acosado por los fantasmas del pasado, un miembro del jet-set desgenerado que se transforma en un político de extrema derecha. También hay personajes que desaparecen sin una mayor explicación.

Uno podría pensar que la constelación de estrellas de Hollywood que participan en este proyecto podrían salvar de alguna forma el naufragio del guion, pero desgraciadamente no es el caso. Las actuaciones corresponden más al registro del teatro o la telenovela por sus exageradas representaciones.

La estética de Megalópolis desea ser futurista, visionaria y disruptiva, incluso haciendo una especie de “performance” en medio de la película con una persona de carne y hueso que se para en la estrada del cine, se prenden ligeramente las luces e interactúa en un diálogo con Adam Driver. Sin embargo, esta desmesura se acerca más a la estética kitsh que a una innovación.

Megalópolis debía ser el testamento de Francis Ford Coppola que nos legara, y tal vez si lo es, pero no de la forma que pensábamos. A través de esta autoinmolación Ford Coppola muestra lo que es la verdadera decadencia de un imperio, su propio imperio, consumido por una megalomanía y una falta de autocrítica que le permitiera ver que todos sus esfuerzos lo estaban llevando a la catástrofe. Al igual que a los emperadores de Roma, Francis Ford Coppola hubiese necesitado una persona que sostuviera su corona de laureles y que le susurrara al oído: recuerda que eres mortal.

Ficha técnica

Título: Megalopolis

Género: Ciencia ficción

País: Estados Unidos

Año: 2024

Duración:  138 minutos

Directora: Francis Ford Coppola

Elenco: Adam Driver, Nathalie Emmanuel, Giancarlo Esposito, Shia LaBoeuf

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