Por Gabriela Bravo desde Cannes
El director ucraniano Sergei Loznitsa vuelve a la competencia oficial del Festival de Cannes con su último largometraje de ficción Two Prosecutors (traducción: Dos Fiscales), un drama ambientado en la Unión Soviética durante la época más represiva de Stalin.
Un anciano famélico es conducido hasta una celda despojada de todo, salvo de una pequeña estufa. El viejo lleva en la espalda un saco mugriento, lleno de cartas. Por orden de un militar, este esparce el contenido del saco en la celda y las cartas inundan el suelo. Instalado al lado del fuego, el hombre abre una carta y lee, luego otra y otra, para finalmente enviar al fuego puñados de cartas sin ni siquiera abrirlas. Son los reclamos y súplicas de prisioneros que tratan de hacer llegar peticiones a la justicia para clamar su inocencia y expresar su indefectible adhesión al proyecto comunista. Estamos en 1937, en el periodo más represivo del Stalinismo de la Unión Soviética.
Desde los primeros minutos de la película el director nos sumerge en el ambiente al cual nos quiere introducir, un mundo lúgubre en el que las tonalidades de negro y gris invaden toda la pantalla y donde la luz del día pareciera ser el único refugio frente a esta vorágine de tinieblas. Una luz que solamente dura algunas horas.
Casi como un milagro, uno de esos mensajes llega hasta las manos de Alexander Kornyev, un joven abogado que acaba de ser nombrado fiscal. Alertado por la gravedad del relato, Kornyev decide ir directamente a la prisión para hablar con el detenido y cerciorarse de que no se ha cometido ninguna injusticia. Es aquí que comenzará un viaje Kafkiano hacia el corazón de la burocracia soviética.
La película está basada en la novela Two Prosecutors de Georgy Demidov, un ex prisionero político detenido en 1938, que pasó 14 años en el Gulag y que escribió el libro con sus experiencias en 1969, pero que solo pudo ser publicado en 2009.
Al igual que la realidad que desea mostrar, Sergei Loznitsa utiliza un lenguaje audiovisual muy austero, sin movimientos de cámara, con planos fijos que solamente cambian de encuadre, lo que favorece esta sensación de estar encerrados, incapaces de moverse con libertad. De la misma manera, una forma de tedio y aburrimiento se instala en el relato de la película para acentuar lo absurdo de la maquinaria burocrática soviética que no está preparada para resolver nada, sino que está construida para controlar y desmantelar cualquier atisbo de insubordinación.
Podríamos decir que la cinta está estructurada como una “falsa” película de suspenso, ya que desde un principio el espectador sabe cuál será el desenlace del protagonista, sin embargo, lo interesante es el recorrido que este hará. El personaje de Alexander Kornyev es el arquetipo del funcionario diligente que trata de hacer su trabajo lo más apegado a la ley. Por supuesto que con el conocimiento histórico que tenemos, el personaje de Kornyev parece ridículo al querer enfrentarse solo al sistema soviético, sin embargo, esta historia muestra hasta que punto, miles de buenas y honestas personas fueron condenadas sin haber cometido ningún delito.
Two Prosecutors marca el retorno de Sergei Loznitsa al cine de ficción, ya que sus últimas cintas habían sido todas documentales: The Invasion (2024), The Kiev Trial (2022), The Natural Histoy of Destruction (2022), Babi Yar. Context (2021).
Tras ocho años, el director vuelve a la competencia oficial por la Palma de Oro del Festival de Cannes con una historia que denuncia todos los engranajes de una sociedad antidemocrática, dispuesta a sacrificar a sus miembros más valiosos por conservar el poder. Tal vez les suene a una historia conocida.
Ficha técnica
Título: Two Prosecutors
Género: Drama
País: Ucrania/ Francia
Año: 2025
Duración: 118 minutos
Director: Sergei Loznitsa
Elenco: Aleksandr Kuznetsov, Alexander Filippenko, Anatoli Beliy