FESTIVAL DE CANNES Entrevista a la directora de “Clara Sola” Nathalie Alvarez Mesén: “No hay una compatibilidad entre ser santa y tener una sexualidad”

Por Gabriela Bravo desde Cannes

Clara es una mujer de 40 años que vive en una zona rural de Costa Rica junto a su madre y su sobrina, y a la que todo el mundo acude para que los “cure” ya que ella tiene un poder de sanadora.

El primer largometraje de la directora sueco-costarricense Nathalie Álvarez Mesén se presenta en competencia en la Quinzaine des Réalisateurs y nos introduce en el mundo semi mágico, semi trágico de Clara ―interpretado de manera brillante por Wendy Chinchilla― una mujer parca pero intensa, que actúa como una niña y que posee una intensa conexión con la naturaleza.

Venerada como santa, Clara no tiene la oportunidad de desarrollarse como mujer, peor aún, cualquier atisbo de sexualidad es severamente reprimido por su madre, una matriarca que no tiene ningún problema en reproducir el patriarcado en su version más severa.

Culturizarte conversó en Cannes con la directora Mesén

¿De dónde nace esta idea, esta historia? ¿Cómo surge?

El personaje de Clara nace de diferentes fotografías y esculturas con relación a como es, como se mueve. El tema de la película y el mundo donde llegó a parar, viene mucho de mis memorias y de las de mi coescritora en Latinoamérica. En mi caso son muchas mujeres en mi familia, y como siempre ha pasado, he sentido que he tenido que ser de cierta manera, o no ser de cierta manera, y muchos de esos sentimientos vienen mucho de las mujeres. Entonces, este pequeño matriarcado en esta casa que vuelve a reproducir normas patriarcales, me parecía interesante, y quería que este personaje, que vivía por estas reglas, lograra una honestidad consigo misma, una liberación.

¿Cuáles son esas fotografías, esas pinturas en las que te basaste para el personaje?

No sé cómo se llaman, pero es una pintura de Karin Broos que es una pintora sueca que es excelente. Tiene una señora con una escopeta, y de ahí nace el personaje de Fresia, una matriarca controlando su territorio. Y luego hay otra, una fotografía de Gregory Crewdson, que es de una estética súper diferente, pero hay una chica ahí que está como encorvada, en ropa interior y que parece una víctima. Pero me empecé a imaginar como «qué tal si lo que le acaba de pasar no es que haya sido una víctima, sino que ha pasado el mejor momento de su vida, pero hay gente que la está juzgando». Entonces, de ahí nace la escena de la masturbación en el bosque, ella tiene una liberación grande ahí, pero luego llega y es juzgada por eso.

Tú abordas el conflicto que hay entre esta chica que representa la santidad, que es una persona admirada, y su conflicto con el sexo, que no es de ella, es los otros. Esta imagen de la santidad no puede ser asociada al sexo.

Sí, no hay una compatibilidad entre ser santa y tener una sexualidad. Es complicado para ella y no es algo que solo le imponen, es algo que ella también ha aprendido y se autoimpone. Porque hay muchos límites que le ponen pero ella se controla sola, claro que a veces no puede, no lo logra. Quisimos crear un ambiente en una casa que diera esa sensación de opresión con la directora de arte que es chilena, Amparo Baeza. Ella se trajo dos maletas de Chile llenas de cosas, y ha hecho un trabajo increíble con eso, en formar este mundo hermoso, porque la estética es hermosa, pero opresora.

¿Y toda esta imaginería religiosa, por desconocimiento, está presente en Costa Rica, tiene ahí una base, hay mujeres consideradas santas?

Sí, cuando yo tenía 14 años me llevaron a donde una señora que se llama Fresia ―de ahí viene el nombre― porque yo había tenido una experiencia un poco brava. Mi mamá estaba preocupada así que me llevó para donde esta señora, que habla en lenguas y hace curaciones. Es como una rama de la iglesia católica. Ella llegaba ahí y me tocaba el pecho, y movía sus manos, yo no creía en esas cosas, pero algo de esa señora, consolándome sin saber qué me había pasado, hizo que se me salieran las lágrimas sin yo saber por qué. En realidad quizás no tenía tanto que ver con la religión, sino como con una persona que está queriendo ayudar, que me está realmente viendo. Ese personaje, la capacidad de Clara, de curación, de cierta manera que la gente se siente curada, viene de ahí. Sí es cierto o no, en realidad no me importa, porque me importa lo que la gente siente, que sienta cambios. El problema es que se espera de ella curar a otros y ella se ha olvidado de ella, de cierta manera. Quería darle un espacio para que se empezara a curar ella.

No sabemos si el personaje de Clara tiene una discapacidad o es hipersensible solamente, pero ha sido enclaustrada en este mundo de la curación, de los otros y ella no se ha podido desarrollar como mujer, y sigue en una etapa pequeña.

Es un personaje muy honesto, como los niños que son muy honestos, no tienen filtro, o sea, te va a decir la verdad si le preguntas, sin tener miedo de ofender. De esa manera tiene la mirada de una niña, desde el lugar de la honestidad, pero está en el cuerpo de una mujer muy sexual, como la mayoría de la gente. Y la sexualidad es un gran poder que en muchos lugares se oprime.

Y también es un tabú, la masturbación, todo eso, ¿es un poco lo que querías hablar?

Sí, y es algo que se castiga, visualmente se castigan en la película. Es algo que ella, de cierta manera, ha aceptado ―hasta cierto punto de la película― de vivir así su vida porque es lo único que conoce. Pero cuando empieza a darse cuenta que no tiene que ser así, y que puede romper los límites por otros y por ella misma, empieza a salir de ese cascarón. Para nosotros Clara es Clara, no la definimos de ciertas maneras específicas, sino como es Clara con su intuición animal muy intacta. Lo que es una lástima que los humanos hayan perdido muchas veces.

En un mundo donde las personas con discapacidad, o con sensibilidades diferentes, son rechazadas, Clara encuentra el espacio en el que ella puede entrar en la sociedad, que es esta santidad, esto de curar…

Ella entra a la sociedad de esa manera. Y cómo la ve la gente, no la definen de otra manera más que por su santidad. Ella se ha visto tal vez a ella misma, o se ha encontrado a ella misma en ese rol sin saber sentirse de tal manera.

Quería que me hablaras de uno de los problemas más importantes de la película que es la conexión con la naturaleza y con los animales. Y que creo, además, configura un poco un realismo mágico alrededor de ella.

El realismo mágico para mí siempre vino de la naturaleza, creciendo. Esa sensación de estar en la naturaleza sola, sentir que algo te invade, en paz. No tienes que jugar ningún papel porque la naturaleza no pide nada de ti y, si en ese momento tú tampoco le pides nada a ella, hay una comunicación y mucha liberación. Este personaje lograba encontrar sus momentos de paz en la naturaleza. Porque no había problema en que ella tuviera ciertos espacios en los que pudiera caminar, la familia entiende que tiene esa conexión y yo creo que es parte de por qué la gente viene hacia ella, es algo religioso, pero también espiritual que tiene que ver con la naturaleza. Creo que hay una admiración hacia lo que ella hace en su comunicación con la naturaleza.

Que a lo mejor la gente ha perdido, como ella lo dice.

Sí, exacto. Como ellos lo han perdido, lo buscan en ella. Y, de cierta manera, ella quiere ayudar, pero cuando ya es como desesperante, como que le chupan demasiado, entonces es hora de cortar. Espero que impulse a que la gente también corte con cosas que hay que dejar pasar. La imagen de la virgen, eso ya es viejo, eso no tiene que ser un ícono para nosotras, porque es algo imposible de alcanzar. Se nos ha impuesto esta imagen de la virgen y es triste, porque siempre nos vamos a sentir mal, es una imagen imposible.

¿Cómo encontraste a esta actriz, Wendy Chinchilla, que personifica a Clara? ¿Y cómo fue el proceso de introducirse en el personaje, que es sumamente complejo?

Ella es bailarina profesional de danza contemporánea, yo sabía que ella existía desde que yo era pequeña, pero no la conocía. Entonces fui a ver un espectáculo de danza, y ahí fue como «¡Wow!», pero es algo muy diferente a Clara, porque obviamente tiene un rango de movimiento muy amplio. Aunque era increíble su interpretación, era diez años mayor que el personaje, sin embargo, dije que la trajéramos igual. Fue la segunda persona que vino, y entre ella y yo hubo una conexión increíble y un nivel de comunicación muy alto. Estaban los productores ahí y les gustó. Pero me dijeron :»Es la segunda y es mayor, sigamos buscando para ver», pero durante el tiempo que estuvimos buscando, empezamos a escribir el guión pensando en Wendy, porque tenía que ser ella. Lo escribía y había problemas con las edades, con el personaje de la sobrina. Hubo ahí algo, y al final fue como «sí, si funciona tiene que ser Wendy al final». Entonces, lo terminé reescribiendo para Wendy. Tenía que ser ella.

La danza contemporánea es muy significativa, porque el trabajo que ella hace con el cuerpo también es muy importante. Quería que me hablaras del cuerpo en la película, ¿cómo querías plasmarlo?

Los cuerpos mienten menos que las palabras, y ese es un personaje que si habla, pero si no necesita decir nada, lo que quiere decir lo dice con su cuerpo muy claramente. Trabajamos con imágenes de naturaleza, como de loba, con porcentajes de loba, 100 % loba, 80 % loba, 20 % humana, desde el casting. Éramos las dos lobas completamente e íbamos agregando humanidad, pero siempre en Clara quedó un porcentaje de loba, que es esa intuición animal, esa alerta, qué algo pasa. Y ese amor, también, de defender lo suyo y a las personas que quiere, como Yuca, su caballo. Y ese contacto con la naturaleza también, de poder escuchar y sentir la naturaleza. Viene mucho de ahí. Y lo que es ya lo físico, porque es un personaje que está encerrado en su cuerpo, viene mucho también de imágenes internas. Trabajamos con raíces muy pequeñas en la espalda, que la mantenían en su lugar, y si se movía como que cada movimiento le costaba algo.

¿Qué representa para ti estar participando acá en el Festival de Cannes? Después de este período terrible que ha sido para el mundo de las artes, donde todo se cerró y donde hay gente que recién en esta instancia ha podido ir a ver películas al cine.

Yo no había visto. Vi la de apertura y luego esta es la segunda. Es increíble estar acá primero que todo, porque hay pelis que amo que han estado en esta sección y espero que tenga como un efecto sanador en la audiencia. Algo que dijo alguien del público fue esto de sanar, y para mí eso fue para llorar, lloramos juntas (con Wendy). Eso fue muy especial, porque se trata de eso la peli, como de autosanarse. A veces a uno mismo y con la naturaleza se puede tener esa conexión. Hay que escucharse un poquito más.

Título: Clara Sola

Género: Drama

País: Costa Rica

Año: 2021

Duración: 106 minutos

Directora: Nathalie Álvarez Mesén

Elenco: Wendy Chinchilla, Daniel Castañeda, Ana Julia Porras

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