Por Gabriela Bravo desde Cannes
Una de las características del Festival de Cannes es que permite al público encontrarse con miradas e historias que vienen de las cuatro esquinas del mundo. Una de ellas es la película Freda de la directora haitiana Géssica Généus que entrega su visión de una juventud haitiana que se mueve entre la incertidumbre y la voluntad de salir adelante.
En competencia en la sección Un Certain Regard del Festival de Cannes, Géssica Généus presentó su primer largometraje de ficción, donde, a través de la historia de Freda, una estudiante universitaria, trata de mostrarnos un retrato de la sociedad haitiana desde el interior.
En una entrevista exclusiva para Culturizarte, la directora nos cuenta detalles de su película
¿Por qué mostrar la juventud de Haití?
A lo mejor es un cliché, pero son el futuro y lo otro es que en Haití hay 70% de jóvenes, es una población muy joven. Entonces te encuentras con un pueblo completamente perdido y abandonado por el gobierno, en un momento clave de su existencia en el que hay dos opciones: continuamos o esto explota. Por supuesto que no estoy diciendo que es una fatalidad, que solamente nos podemos construir en nuestra juventud, pero concretamente si esperas construir algo positivo para un país, esto tiene mucho que ver con lo que los jóvenes de 20 a 40 años hagan y deseen contribuir con su propio país, ya sea en el gobierno, las instituciones, etc. En este momento casi no hay universidad porque no hay profesores universitarios, no hay hospitales, ni estructuras ni lugares de esparcimiento. Hay muy pocos espacios de reflexión donde uno se puede nutrir intelectual y humanamente, por lo tanto tienes una juventud que esta estresada y depresiva, ya que te preguntas cómo puedes construir o proyectar un país en 20 ó 30 años cuando su juventud esta en ese estado. Solo estoy haciendo una constatación
Es una constatación de un país que no ofrece perspectivas a sus jóvenes y que ellos tratan de desenvolverse como pueden.
Es exactamente eso. Ellos tratan de construir un sistema que les permita sobrevivir y que no corresponde forzosamente a los códigos morales estipulados. Me parece que la cuestión de la elección es un lujo, siempre digo que la elección no es un bien que pertenece a todo el mundo, e incluso a veces tienes tan pocas opciones de elegir, que pareciera que no eliges nada. Lo que vemos es que están en una búsqueda de emprender, que las cosas que tienen valor para ellos sigan nutriéndolos para seguir en la lucha, resistiendo.
Hay un aspecto que aborda la película, que es la influencia de la colonización francesa. Por un lado están los universitarios que reivindican la «negritud» y a sus héroes, y por otro lado esta la vida común y corriente donde las personas de piel más clara son tratadas mejor sin que nadie se cuestione el tema. ¿De dónde viene eso?
Encuentro que es un tema del que no se habla mucho: el colorismo. Se habla mucho del racismo porque es algo sistémico. El colorismo es menos sistémico pero tiene una fuerza terrible porque es el oprimido que se sacrifica en el altar. Por ejemplo, una persona oscura de piel va a aceptar ceder su puesto a una persona de color más claro, porque siente que debe hacerlo, siente que esa persona merece más que ella. Mi mamá me decía: «Yo traté de salvarte, bueno no te salvé de tu nariz ni de tu pelo, pero hice todo para que tu piel fuera más de tipo morena y menos negra». En su cabeza ella se dice que me esta «salvando» para que yo tenga un estatus social mejor. Mi mamá es oscura de piel, una mujer preciosa pero que está convencida de que tuvo menos ventajas que otros, debido a que su piel no era clara. Esta obsesión crea un malestar, pero lo peor es que es la propia gente que crea su sufrimiento ya que están autoflagelándose, pensando que es una maldición que les cayó encima y que no tienen los atributos necesarios para obtener ventajas en este mundo.
Es lo que pasa con las dos hermanas en la película, que es lo que yo misma viví en mi propia familia. Vengo de una familia muy precaria, de un medio muy complejo y mi hermana y yo estábamos en esta dinámica. Ella es más oscura de piel y yo más clara, lo que provocó conflictos a lo largo de toda nuestra vida y lo que ha hecho que hoy ya no nos hablamos con mi hermana. En Freda expreso mi deseo, de que a pesar de todo las hermanas sigan conectadas, porque nosotras no pudimos hacer eso en la vida real. Quise mostrar que pese a todas las construcciones hechas alrededor de ellas para que se separen y se odien, sigan manteniéndose unidas en un nivel espiritual, gracias al amor que se tienen.
El personaje Freda es como un pelo en la sopa, ya que alrededor de ella todo el mundo está lleno de certezas pero ella se lo cuestiona todo. ¿Por qué un personaje así?
Es exactamente eso. Ella no quiere creer que la realidad es algo fijo, que no hay opciones y que todo ya está escrito: la religión decidió que tenemos que ser así, los padres dijeron que tenemos que ser así, la sociedad nos dice cómo tenemos que ser. Ella no quiere estar en esa dinámica porque no da esperanza, sino más vale acostarse en el ataúd y esperar que nos entierren. Si uno quiere seguir viviendo hay que cuestionarse sistemáticamente y vivir con esperanza, no de que las cosas se van a transformar de forma extraordinaria por milagro sino mas bien en una dinámica de mutación, donde las cosas van a ir tomando otra forma, que no van a quedarse fijas.
El hecho de estar con mi familia en estas condiciones no es una fatalidad, puede cambiar y yo tengo que ver qué decisiones puedo tomar para facilitar ese cambio y mejorar nuestra existencia. Yo creo que alguien que desea cambiar está en un cuestionamiento permanente, no en la certeza. La certeza es como una cárcel, por supuesto que hay lugares y momentos donde es necesaria. Yo no creo en la incertitud, pero creo en el poder de la decisión. Decidir es distinto de tener una certeza, porque hay momentos en los que hay que tomar decisiones para seguir avanzando, incluso si no estamos seguros. Yo siempre digo: «No tomo una decisión porque estoy segura, lo hago porque en algún momento alguien tiene que tomarla». Pienso que es importante mostrar eso porque hay tanta gente que toma decisiones que luego les traen consecuencias nefastas y otros que consiguen sortear la fatalidad, pero todos están en la misma condición.
El personaje de la madre es un tanto esquizofrénico, metafóricamente hablando, ya que es una mujer profundamente religiosa, pero que hará la vista gorda cuando su hija se acuesta con varios hombres, esperando que se acueste con el adecuado para que los saque de la pobreza. ¿Es este un personaje que representa la dicotomía de la sociedad haitiana ?
Es una metáfora. Desgraciadamente mi madre es esquizofrénica realmente, pero este personaje quiere representar el hecho de que construimos muchas apariencias, pero en la intimidad. En secreto hacemos lo que tenemos que hacer para obtener lo que queremos lo más rápido posible. Delante de los otros nos ponemos en las manos de Dios, pero secretamente nosotros también movemos los hilos, luego si las cosas nos resultan decimos: «Ah, fue gracias a Dios», pese a que lo que hemos hecho no tenga nada que ver con los valores de la biblia. Desarrollamos muchos mecanismos para sobrevivir a nuestras decisiones, porque tú sabes que estás haciendo algo contrario a los valores que preconizas, pero al mismo tiempo buscas todos los mecanismos para justificarlo o te haces el tonto, como si no hubieses visto nada, y eso es muy humano, aparentar que no hemos visto nada, hacer abstracción de todo. Hay gente que literalmente apaga su cerebro cuando ven algo con lo que no están de acuerdo pero que no tienen la valentía de afrontar, o esperan que esto pase rápidamente y dar vuelta la página lo antes posible. Ese es el personaje de la madre, que por un lado reza pero por otro se pregunta cuanto tiempo más tendrá que esperar para que la gracia divina intervenga, se pregunta si no se va a morir tratando de encontrar el equilibrio, la paz, una estabilidad financiera, no tener que preocuparse todos los días, es ahí que la fe se fragiliza.
¿Cuánto de Gessica hay en Freda y viceversa?
La historia de Freda es como si fuera una combinación. Una parte de Freda es la mujer que trato de ser hoy, una parte de Esther, la hermana, era la mujer que era antes. Para mí son las dos caras de una misma medalla.
¿Qué representa para ti estar en el Festival de Cannes de manera presencial?
Es algo enorme. El hecho de que los actores estén aquí es una hazaña, porque tuvimos que sacar la Visa para venir a Europa, las vacunas, el confinamiento de 7 días antes de venir al Festival, fue una inversión muy grande de energía, de tiempo, de dinero y también en lo humano. Incluso para ir a buscar las Visas fue complicado porque había tiroteos, algunos tuvieron que tomar un barco porque las rutas estaban cortadas. Hubo toda una logística para salir de Haití y una para llegar a Francia. Creo que haber podido hacer esto fue una gran cosa. Es un enorme regalo, la verdad es que me cuesta creerlo todavía, me parece desquiciado todo el camino que ha recorrido esta película y el haber llegado hasta acá, a Cannes.
¿Piensas que el hecho de ser una mujer haitiana entrega otra visión del conflicto que se desarrolla en su país?
Hace mucho tiempo que yo hago cine en Haití, pero como vengo de un barrio difícil, siento que la gente me abre fácilmente sus puertas, saben que vengo de un mundo real. Cuando tú vas a ver a la gente de forma sincera eso se siente, yo no quería falsificar la realidad, solo quería que todos los que quisieran pudieran existir. Cuando filmamos, toda la población se movilizó por nosotros porque no teníamos los medios necesarios para mantener la seguridad, no podíamos pagarle a todo el mundo, la gente vino sola a proponer su ayuda sin pedir nada.
¿Fue complicado el rodaje?
Muy complicado, porque veníamos de un confinamiento de 3 meses, que no fue por el Covid, sino por razones políticas, todo el mundo estaba encerrado en sus casas porque el ambiente estaba muy inseguro y había muchos crímenes y cuando la gente comenzó a salir por la fuerza porque ya no daban más, fue en ese momento en que pude ver las locaciones, pero había barricadas, cadáveres en las calles. Seguimos adelante y tratamos de elegir los lugares que ofrecieran más seguridad al equipo. Sin embargo, siempre fue bastante peligroso filmar y estar en la calle. Hay muchos cineastas que están tratando de filmar en estos momentos, pero no lo consiguen, por eso tratamos de que el equipo fuera lo más reducido posible para crear una pequeña burbuja que nos protegiera y nos permitiera rodar la película
La situación es compleja en Haití ¿Piensas que esta instancia le pueda servir a la película para que la situación de tu país se de a conocer en otras partes del mundo ?
Eso espero, porque esa es la idea, permitir que esta mirada desde el interior exista en el exterior. Durante mucho tiempo se habló de nosotros en la prensa y pocas veces tuvimos el derecho de expresarnos y de decir lo que nosotros pensábamos de nosotros mismos. Esta película permite que el punto de vista de los haitianos exista.
Ficha Técnica
Título: Freda
Género: Drama
País: Haití
Año: 2021
Duración: 93 minutos
Directora: Géssica Généus
Elenco: Néhemie Bastien, Fabiola Remy, Djanaïna François