FESTIVAL DE CANNES Entrevista a directora de «The Year of Everlasting Storm» Dominga Sotomayor: “Es muy importante que los gobiernos se den cuenta que la cultura no se puede meter en un Excel”

Por Gabriela Bravo desde Cannes

La única chilena que presentó una película en el Festival de Cannes 2021 fue la directora Dominga Sotomayor, quien fue parte de la cinta colectiva The Year of Everlasting Storm (El año de la tormenta interminable) en la categoría Funciones Especiales de la selección oficial.

Entre los directores que participaron con sus cortometrajes se encuentran el iraní Jafar Panahi, Anthony Chen de Singapur, Malik Vitthal, Laura Poitras y David Lowery de Estados Unidos y Apichatpong Weerasethakul de Tailandia.

¿Cómo entras en este proyecto The Year of the Everlasting Storm (El año de la tormenta interminable) junto a tantos directores conocidos?

Fue una invitación. Hace un año me escribió una productora de Estados Unidos, para decirme que estaban haciendo este proyecto inspirado en Jafar Panahi, pero yo no sabía con qué otros directores iban a estar, tampoco sabía que iba a ser un largometraje. Me habían dicho que estaban haciendo cortos de pandemia de bajo presupuesto, que respetaran las reglas de sus países, la cuarentena.

Jafar Panahi iba a hacer uno de los cortos y me pareció muy bonito que estuviera, siempre ha sido una gran inspiración, me encantan sus películas desde El Espejo, incluso las más antiguas. Siempre ha tenido que trabajar como con muchas limitaciones por lo que ha pasado en Irán, y me pareció bonito.

Yo estaba haciendo clases, estaba haciendo otras cosas, no tenía planes de filmar, y era un proyecto con muy pocas expectativas, o sea, muy poco ambicioso, tenía un presupuesto chiquitito. Nos dijeron: “no hagan nada que no se pueda hacer en sus países”, y les dije que sí. Era en un tiempo bien acotado, creo que había que filmar y entregar el corto en un mes, una cosa así. Bueno, estábamos en julio en Chile del 2020, y fue un momento súper tenso de la pandemia. Por una parte había pasado el estallido social, donde estuve súper involucrada y súper movida, vivía muy cerca de la Plaza Dignidad, estuvimos todos muy juntos, nunca había estado tan junta con la gente como en ese tiempo. Me acuerdo de la marcha de las mujeres, millones de mujeres en la calle, fue muy fuerte pasar de eso -que fue dos días antes- a estar todos separados. Entonces yo creo que esto quedó en el aire y se ve en el corto cuando las protagonistas van a la ciudad y está vacía. Realmente no era como ahora, solo teníamos un permiso que todos respetábamos, además, porque estábamos súper paranoicos, y era un permiso para salir dos horas a la semana.

¿Elegiste a tu mamá porque era en tu idea original?

Fue todo súper espontáneo, yo siempre trabajo con mi familia, mi mamá ha estado en muchos de mis cortos, y mi hermana también. Las dos han actuado antes en cosas mías. Entonces salió muy espontáneamente, era como obvio que las únicas personas que estaba viendo eran ellas, entonces me pedía el permiso el viernes y me pasaba todo el fin de semana en la casa filmando.

También llamé a Inti Briones, que fue el director de foto de Tarde para morir joven, y le dije que tenía este proyecto nuevo, para ver si me podía ayudar, y me dijo que no podía salir porque iba a tener una guagua y estaba en cuarentena absoluta. Me ayudó un día, me prestó un lente, pero fue lindo como la ficción surgió de todos esos detalles: ver a mi mamá, la protagonista, que fuera a conocer a su nieto. La ficción surgió muy espontánea, con lo que tenía a mano. Yo usé la cámara casi todo el tiempo. Inti por Whatsapp me explicaba algunas cosas, me decía algunos filtros, me ayudó en la distancia.

Estuviste casi sola…

Hice sola la cámara, Pascual, que es mi hermano, me ayudó con el sonido, otra amiga, que se llama Nayra, me ayudó otro día con el sonido. Nunca había hecho algo más chico en mi vida, con las dos actrices y dos personas ahí filmando. Eso fue bonito, acordarme de los cortos de escuela también, esa época donde una hacía algo sin nada. También me hizo preguntarme qué tanto se necesita para hacer una película. La libertad que significa hacer un corto así, como que dije: “me gustaría hacer un largo así”, hacer una película con cinco personas. Tuve una bonita posibilidad de filmar en pandemia, con esas restricciones. No lo hice pensando que tenía que hacer un largometraje, no sabía, solo hace un mes nos dijeron: «van a ir todos juntos y le queremos poner este título», pero yo no sabía, fue un proyecto súper honesto. La idea era; hagamos algo sin pensarlo mucho. Hubo mucha improvisación, y creo que eso captura el estado emocional de ese momento. Hemos hablado con los otros directores, y nos dicen: «ah, es una película sobre la pandemia», y no sé si es sobre la pandemia, es en la pandemia. Entonces es bonito que sea un documento, un registro, que a cada uno le cruzó de manera tan distinta.

Todos los cortometrajes son diferentes pero hay elementos que en todas las culturas se repiten. Es un estado parecido de todos, pero distintos.

Es que en la historia de mi vida nunca habíamos tenido una crisis tan global. Estamos todos, desde Tailandia hasta Irán, viviendo lo mismo y es muy impactante. En un tiempo donde las redes sociales mezclaron todos los territorios, estamos todos en un mismo territorio en crisis básicamente. Es una gran tormenta emocional, real, una crisis. Entonces fue bonito ver todos los cortos juntos acá en grande, nunca los había visto en grande uno tras otro. Hay muchos elementos que se repiten, como la resiliencia, la celebración de la vida, que es lo importante, tenemos que seguir unidos, de aferrarse a lo esencial en tiempos en los que la muerte está tan cerca. Es loco las conexiones que hay entre los cortos, las comunicaciones por los teléfonos, hay muchos puntos de unión, aunque nunca lo hablamos. Porque cada uno desarrolló su corto solo.

¿Tú no sabías quiénes iban a participar?

No sabía. Me habían dicho quizás un par de nombres, pero no sabía quiénes iban a ser los últimos y tampoco sabía qué iba a ser, era todo muy secreto.

¿Cómo fue para ti presentarlo en Cannes? En persona, porque en Chile la situación está complicada, ha sido terrible, los latinoamericanos no han podido venir al festival. Presentar en una sala llena, con tus colegas directores, ¿qué se siente?

Ha sido muy surrealista este festival para mí, porque ha sido muy duro en Chile para todas las personas de la cultura. Siento que la pandemia solo mostró más evidentemente la fragilidad de los trabajadores de la cultura, del cine, del teatro, de las artes en general, han sido tiempos súper difíciles. Entonces me siento un poco como la cara, con una responsabilidad de representar, de decir lo importante que es que el gobierno se preocupe y le ponga más foco a la cultura. Porque al final, cosas como esta, son súper importantes para visibilizar Chile afuera. Yo creo que es muy importante que los gobiernos se den cuenta que la cultura no se puede meter en un Excel. Es clave, siento yo, que los trabajadores de la cultura sean considerados trabajadores, tengan derechos sociales. Me da mucho miedo en estos momentos de tanta crisis, donde hay obviamente cosas muy terribles pasando, como hambre, seguridad social, las muertes, obviamente la cultura empieza a quedar en un segundo plano. Yo creo que la pandemia nos ha demostrado lo importante que ha sido la cultura para mantenernos vivos y motivados, leyendo, viendo películas, más que nunca la gente está viendo películas chilenas. Entonces yo creo que ha sido súper importante en este encierro poder seguir viendo, leyendo, escuchando música.

Ha sido súper raro estar acá, porque no había ido al cine hace dos años. Estamos abriendo un cine en Chile, hemos sufrido lo que es el cierre de los cines, soñamos que se abran en Chile. Y estar acá es como si no estuviera pasando nada -hay muchas medidas de seguridad- pero pasé de estar en invierno encerrada, a estar acá presentando la película. Es como que me hace soñar con que en Chile puede pasar pronto, abrir los cines, es súper raro.

Me siento demasiado afortunada de haber filmado algo en pandemia, porque fue casi como un accidente. Iba a filmar una cosa que no resultó, esto fue solo una cosa muy chiquitita, es lejos mi película más chica. Éramos cuatro personas, y que la única película que he tenido en Cannes como directora, y junto a directores que admiro un montón, ha sido una sorpresa gigante. Me siento muy agradecida, muy afortunada de estar acá, yo sé que todo el mundo quiere salir de Chile y no se puede, yo tuve que estar un mes haciendo papeles, fue súper difícil, pero ha valido la pena. Creo que es indispensable que sigamos recordando lo importante que son los festivales de cine para visibilizar las películas, que nos sigamos entusiasmando con hacer cine, con distribuir cine. Personalmente ha sido súper importante para tener energía de nuevo y seguir haciendo películas. Ahora tengo que volver a Chile a hacer una semana de cuarentena en un hotel, es pesadísimo todo, pero vale la pena y la experiencia acá ha sido increíble. Soy una fiel creyente de ver películas colectivamente, es tan bonito ver a toda la gente reaccionando junta en un cine, encontrarme con directores que han pasado lo mismo que yo en otros lugares del mundo. Ha sido súper bonito en verdad, como una gran celebración después de años.

Cómo ha sido la participación de Chile, porque no hay stand de Chile físico, pero hay online. Sin embargo, hay una gran cantidad de películas, de cortometrajes, de animaciones, que se están presentando. ¿Cómo los calificarías?

Yo siento que Chile siempre ha tenido buena presencia en los mercados, y la gente valora mucho el cine chileno, entonces encuentro muy bueno que a pesar de las dificultades, se hizo este sistema híbrido. Hay participantes desde Chile, otras pocas que pudieron venir, yo creo que hay harta expectativa con el cine chileno, entonces es importante tener cuidado de las películas que vienen. Como te decía antes, me da miedo esa fuga de fondos de la cultura, creo que es importante seguir detrás del fondo de la cultura.

Hay muchos proyectos, películas chilenas que están por venir. Estoy esperando con muchas ganas poder ver las nuevas películas chilenas que están en post producción. También creo que fue súper bueno este mercado para reactivar conexiones, nosotros estamos por filmar un par de películas. Pudimos ver a los agentes de ventas en persona, coproductores, nunca es lo mismo por Zoom, estamos todos como mareados del Zoom. Acá nos encontramos y vamos a filmar la película de Manuela Martelli en agosto, así que nos encontramos con los agentes de ventas y con la coproductora argentina. Es súper importante el contacto humano, y es distinto, aunque uno crea que no. Es muy difícil para mí confiar en alguien que nunca he visto en persona, por ejemplo, para mi próxima película, entonces ha sido lindo.

¿Cuáles son tus proyectos a futuro?

Estoy retomando mi próxima película que se llama Niebla y que está inspirada en Noruega, posiblemente se filme ahí, estoy terminando el guion, quiero terminarlo este año. Y mi otro proyecto es que me estoy mudando a Boston en agosto, estoy haciendo clases hace un año en Harvard. Hice un año de clases remotas, desde Chile, y ahora me voy en persona a mediados de agosto a empezar un año de clases.

Cuéntame de tu centro cultural llamado CCC

Ha sido muy bueno estar acá también porque he conseguido muchas películas para mostrar, tenemos dos retrospectivas que vamos a anunciar pronto para el cine. Hay un montón de directores que admiro mucho y que me dijeron que querían que se mostraran sus películas en Chile, entonces hay muy buena voluntad de la industria para que llegue cine de nuevo a las salas. Y yo creo que CCC quiere hacer eso, como la celebración de reencontrarnos. Apenas se pueda -que va a ser muy pronto- vamos a abrir un cine al aire libre, con proyecciones seguidas, con cine de acá, de otros festivales, de otros lugares del mundo que casi nunca llegan a Chile, ese proyecto me entusiasma mucho. Y también creo que la pandemia ha sido especial, porque, aunque queríamos que fuera un lugar de encuentro en persona, físico, se ha convertido en un lugar de encuentro virtual, hemos hecho proyecciones. Ha estado súper vivo el CCC a pesar de que esté cerrado el espacio físico, y ha ido creciendo la comunidad. La gente el cine lo conoce y lo reconoce como una posible nueva casa del cine chileno, y la gente de otros países sabe que existe y quiere mostrar las películas allá. Entonces yo creo que ha valido mucho la pena estar acá para eso, para seguir dando a conocer el proyecto, y esperemos que se pueda abrir lo antes posible.

Título: The Year of the Everlasting Storm

Directores: Jafar Panahi, Anthony Chen, Malik Vitthal, Laura Poitras, Dominga Sotomayor, David Lowery, Apichatpong Weerasethakul.

Género: Documental

Duración: 115 min

Año: 2021

 

 

Loading

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *