Por Galia Bogolasky
Entrevistamos a los directores brasileros que ganaron el Premio del Jurado en la categoría Un Certain Regard en el Festival de Cannes 2018. Aquí nos cuentan sobre su película, que está al límite del documental, donde cuentan la historia de una familia de indígenas que viven en una aldea en Brasil.
¿Cómo surgió la película? ¿Cómo se les ocurrió la idea?
Renee: Yo ya tenía una relación con la aldea, desde el 2009 yo trabajaba ahí en esta aldea, haciendo cine, pero otra cosa tiene que ver con la audodeterminación de los pueblos y maneras de que ellos pueden llevar sus costumbres y tradiciones, y cosas que se van perdiendo con el tiempo. Pasé desde entonces muchísimo tiempo ahí en la aldea. Ya tenía una relación muy próxima a toda esa gente. Son amigos, ya vivía con la familia ahí, ya tenía un nombre indígena. Con Joao somos amigos de la universidad y cuando en el 2013, él se fue a filmar «Montaña», su primer largo, me invitó para trabajar. Entonces yo venía directamente de la aldea y empezamos a hablar y le encantó y le dio curiosidad, cuando termina la filmación de «La Montaña», viajamos los dos a Brasil, y estuvimos ahí dos meses y ahí decidimos que tenemos ganas los dos de hacer esta película, él también se quedó muy fascinado con la manera de vivir y de habitar el planeta de esa gente. Entonces yo creo que ahí empezó a nacer la película.
¿Por qué decidieron hacerla ficción? Porque es un docudrama, documental ficción. ¿Cómo decidieron hacerla ficción finalmente y porqué no optaron derechamente por hacer el documental?
Joao: Nos parece que estamos buscando una verdad que quizás el cine puede plantear y ayudar a construir. Es decir, nuestro acercamiento a las múltiples situaciones y secuencias de la película, cambia, no por una decisión previa que sea estética o artística, pero una decisión que está basada en nuestra relación y nuestra posición como extranjeros en esos momentos. Por ejemplo, la película también juega, no solamente con la multiplicidad de secuencias que hay de intimidad, colectivas, todo, pero también con los abordajes cinematográficos de sus secuencias. Es lógico que hay algunas secuencias en la película que serían más cercanas de lo que uno comúnmente hace, como cine documental, que son las secuencias de las fiestas, de las ceremonias, el funeral, las secuencias colectivas donde toda la aldea se involucra. Ahí la gente no está actuando para la cámara, son cosas que estaban pasando por una necesidad comunitaria, y no por una necesidad cinematográfica. Pero hay también otras secuencias donde hay un acercamiento casi lúdico, por ejemplo, cuando los niños juegan con el fuego, o cuando las chicas juegan fútbol, y ahí son secuencias donde salimos a jugar con el cine también y con ellos. Los dos juegos se juntan, son escenas quizás más improvisadas pero donde hay una mirada directa entre juego del cine y el juego de la gente. Hay otras secuencias que son pura ficción, como en el cine clásico de estudios, donde hay una puesta de escena trabajada, plano, contra plano, con montaje, con ensayos inclusive, con tomas y retomas. La película nos parece que una de sus características es la incorporación, permitirse, jugar con las cosas, con abordajes muy distintos en cada secuencia, como la secuencia del comienzo y del final de la película, que era una secuencia donde intentamos traducir cinematográficamente este mundo espiritual, que para los caraoles, esta más o menos en el mismo nivel que, esta distinción entre cuerpo y espíritu, vivos y muertos, inconsciente, y subconsciente, en los caraole no existe. Todo está en el mismo plano. Tratamos también de hacer una traducción cinematográfica de estos encuentros y de esta manera distinta de vivir y de ocupar el espacio y el imaginario también.
Renée: Tiene que ver también con decisiones y limitaciones que uno también ya tiene incorporado porque yo sé muy claramente que no voy a llegar a intervenir el purhagot, que es la fiesta de luto, y de decir: «vos te pones aquí, vos aquí, vos caminas para allá y venis a cámara». Yo jamás lo haría, entonces también tiene que ver con la manera que uno se pone en el juego. Nuestro juego es de mucho respeto porque la verdad que nos sentimos muy bien con esta gente, porque ellos confían en nosotros y nosotros también en ellos, tenemos mucho respeto por todo lo que se pasa ahí. Entonces las cosas se fueron dando de forma natural, no es que tampoco tengamos muy claro que eso es más documental y la cámara va a funcionar de otra forma. Estábamos muy abiertos y es una cosa que va y viene.
¿Cómo lo hicieron con el casting? Ninguno de los personajes actúa. ¿Pasaron por casting? ¿Uds eligieron a los personajes dentro de la aldea?