Por Miguel Borzutzky W.
La Mágica Vida de V, es un filme distinto a los que he visto. Es dramático, realista y humano porque no sólo es un documental, es un “pedazo” de realidad cruda. La protagonista es la joven Veera, que se llama a sí misma V, quien trata de jugar variados roles en su vida por temor a enfrentarse a su verdadero yo, debido a su tormentoso pasado. Ella busca diversos caminos e interpreta muchos roles e identidades: ya sea de brujas, magas e invoca a los demonios para liberarse de cargas que lleva en su interior y que la aterrorizan.
Atormentada por traumas de la infancia, V intenta ser más independiente a través del juego de roles vivenciales. Mientras se guía a sí misma y a su hermano, Ville, a quién le dio una infección cerebral a los dos años, que le causó un daño irreversible y le generó problemas mentales. V crece en un ambiente de abuso y golpes, producto de la borrachera del padre que era abusivo con ella, pero lo era más con el hermano a quien trataba de “retardado” y a quien golpeaba con una correa. Incluso, los niños del barrio se burlaban de ella por ser hermana de un niño con una discapacidad, tachándola a ella también de “retardada”.
El director de este documental finés es Tonislav Hristov, un joven de origen búlgaro que se mudó a Finlandia en 2001 y en donde estudió cine en varias escuelas locales en Helsinki. Hristov es especialista en filmar documentales y cortometrajes. Comenzó en la televisión finesa y luego pasó su experiencia al cine. Él cuenta con varios títulos en su bitácora tales como: The Good Postman (2016), Once Upon A Dream (2015), Love & Engineering (2014), Soul Food Stories (2013) y Rules of Single Life (2011).
Lo notable del filme es que es una realidad descarnada que el director y también guionista maneja muy bien. Los diálogos son acertados y muestran la cruel realidad que le toca vivir a la protagonista Veera Lapinkoski que va en busca de su identidad. El filme, que dura 97 minutos, se sitúa en tres lugares: Jämsë, Finlandia; Czocha, Polonia; y Bosnek, Bulgaria y ahí el director juega muy bien también con las luces y las sombras. Finlandia, en medio de la nieve, refleja una suerte de desesperanza blanca; Czocha, Polonia, es un festival al que Veera asiste en donde se disfrazan de brujos y demonios y todo es oscuro y lleno de vapor. La verdad es que otorga una sensación demoniaca, que da miedo; y por último en Bulgaria se meten en una suerte de edificio a oscuras para buscar a un monstruo y destruirlo.
Justamente, la escena de Bulgaria es clave para entender el trasfondo del filme, porque cuando V dice que ella quiere sentirse más liviana, siente que su pasado la retiene porque no puede escapar de sí misma. “Podría disfrutar más de un evento como éste, pero no puedo porque no puedo huir de mí misma”. Esto mientras tiene un diálogo con una compañera que le declara ser gay, pero que ha tenido que salir de closet en reiteradas ocasiones por el qué dirán y porque también se encuentra en una encrucijada parecida a la de V. La amiga afirma que cuando uno esconde cosas de uno mismo se viven dos vidas.
La partitura compuesta por el músico búlgaro Petar Dundakov también juega un rol importante, sobre todo en las escenas de los festivales de disfraces ya sea en Polonia como en Bulgaria, y dan una sensación de temor bastante grande que el director plasma de manera muy sutil cuando las escenas se trasladan a Finlandia.
Alcohol
El padre de Veera y Ville es un alcohólico abusivo que se desquitaba de niño con el hermano de la protagonista. El triángulo que se arma entre los tres es nocivo, principalmente, por la ausencia de la madre que por obligación tenía que trabajar para traer el sustento a la familia. Luego el padre se va de la casa y Veera no le por ve el transcurso de diez años hasta que le toca enfrentarlo al final del documental.
El problema que tienen muchas familias en la sociedad finlandesa, y lo que Hristov intenta mostrar como una suerte de concientización hacia la ciudadanía finesa, es de lo desintegrada que están las familias y de qué manera ven los niños a los padres que son adictos al alcohol. Muchos toman por aburrimiento, por simplemente tener una actitud evasiva frente a la vida y porque carecen de un plan de acción para superarse a sí mismos.
Título: La Mágica Vida de V (The Magic Life of V)
País: Finlandia
Idioma: finés, inglés, polaco y búlgaro
Duración: 97 minutos
Año: 2019
Género: documental dramático
Director: Tonislav Hristov
Guión: Tonislav Hristov, Kaarle Aho
Música: Petar Dundakov
Elenco: Veera Lapinkoski, Slava Doycheva, Ville Oksanen, Mike Pohjola, Asta Tikkanen, Heikki Oksanen y Mikael Saarinen
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