Por Macarena Rodríguez
Pantalla en negro, no hay sonido, da la sensación que nada ha comenzado aún, pero de repente en la oscuridad todal se escuchan voces que susurran para no ser encontrados, la pantalla se ilumina, son dos niños, Remi y Léo que se esconden en un pasillo.
Así comienza esta historia que cuenta la estrecha relación de dos niños de 13 años, Remi (Gustav De Waele) y Léo (Eden Dambrine) que tienen una conexión intensa y única formada durante el verano. Eso es lo que muestra la primera mitad de la película, todo va bien hasta que el relato cambia de locación y llegan al colegio. Su amistad no es entendida por sus compañeros. Todo comienza cuando una chica le pregunta si son pareja, Léo responde tajantemente ¡no!, pero aún así las miradas hacia los dos indican lo contrario.
Léo se aleja de Remi producto del que dirán, su amigo aún no comprende el distanciamiento. Así en la segunda mitad de la película empiezan las peleas y los silencios profundos que dejan ver una verdad dolorosa que no quiere ser contada. Producto del distanciamiento, Remi toma una decisión trágica que cambiará la vida de muchos, en especial la de su mejor amigo que se culpará por el hecho sucedido. De esto va la trama e hilo conductor de los 104 minutos de largometraje.
Esta película, dirigida por Lukas Dhont se convierte en su segundo film después del debut con Girl. Éste lo llevó a ganar el premio Cámara de oro del Festival de Cannes, por la cinta sobre una chica transgénero de 15 años que sueña con ser bailarina, pero se enfrenta a un tratamiento hormonal y el bullying que vive en el colegio.
Durante el film la cámara se mueve con energía, en largos travellings de seguimiento, logrando mostrar la juventud de estos dos niños protagonistas. Los planos, en su gran mayoría dan prioridad al rostro y los ojos, mostrando una intimidad profunda, aislando individualmente a cada personaje.
Las temáticas que surgen a partir de la historia de dos amigos son variadas y sutiles, aludiendo a la interpretación personal de cada espectador. El prejuicio es una de las temáticas más visibles dentro del relato; una relación de amistad incomprendida por la sociedad machista y heteronormada. Este es el puntapié para comenzar a hablar de otros temas como la masculinidad frágil que atraviesa Léo, la cual camufla inscribiéndose en hockey sobre hielo, y no solo eso, el protagonista se muestra como un niño que reprime sus emociones como llorar, pero finalmente lo hace en momentos tan cotidianos como quebrarse una mano en el entrenamiento. Otro tema que se toca es la importancia de las relaciones interpersonales en la infancia, donde esté pequeño entorno es crucial, si algo no funciona, todo se desmorona. En esta misma línea, se habla indirectamente de las consecuencias del bullying.
No todo es color de rosa dentro de los temas que se ponen sobre la mesa. Si bien se intenta derribar ciertos estereotipos, inconscientemente se cae en un par de ellos, a través de la sutileza que caracteriza la manera de contar este drama, se deja ver que Remi siente algo más que amor de amigos por Léo tras el rechazo de este; lo cual me parece que cae en el prejuicio de que dos hombres no pueden ser solo amigos.
Si bien Dhont proyecta una fotografía muy bien lograda con imágenes de paisajes amplios, y presenta temáticas contemporáneas, la inmediatez de la vida actual y de los propios niños no se ve reflejada en la lentitud en la cual se presenta la historia, lo que podría generar la pérdida de interés del espectador.
Ficha Técnica
Título: Close
Duración: 104 min
Género: Drama
País: Bélgica
Año: 2022
Dirección: Lukas Dhont
Compañías: Coproducción Bélgica-Francia-Países Bajos (Holanda); Menuet Producties, Diaphana Distribution, Topkapi Films, Versus Productions
Reparto: Eden Dambrine, Gustav De Waele, Émillie Dequenne, Léa Drucker, Igor Van Dessel, Kevin Janssens y Marc Weiss