FESTIVAL DE SAN SEBASTIAN Crítica de cine “Cuando cae el otoño”: El veneno que ocultan los champiñones

Por Gabriela Bravo desde San Sebastián

El prolífico realizador francés, François Ozon, no da respiro a su público, ya que desde que comenzó su carrera de director, éste no ha dejado pasar dos años sin estrenar una película y esta cadencia se aceleró en 2020 pasando a un estreno por año. Acostumbrado a las alfombras rojas más prestigiosas del mundo, en esta ocasión el francés se presenta en la competencia oficial por la Concha de Oro del Festival de San Sebastián con su obra Cuando cae el otoño.

En esta ocasión Ozon presenta un drama protagonizado por dos mujeres de la tercera edad que viven en el campo. Así seguimos la solitaria vida de Michelle, una mujer que lleva una vida simple, que se encarga de su jardín, del aseo de su casa, que le gusta leer y que sale a recoger champiñones en el bosque con su mejor amiga Marie-Claude.

Michelle tiene una hija, Valérie, que vive en París y con quien no cultiva muy buenas relaciones. Sin embargo, Michelle es capaz de soportar el comportamiento desagradable de su hija para poder ver a su nieto, Lucas, a quién adora.

Durante las vacaciones de Lucas, ambos van a la casa de Michelle para pasar un momento juntos, en esta ocasión Michelle sale a recoger champiñones fresco para preparar la comida, pero ella no conoce tan bien como su amiga Marie-Claude la diferencia entre los buenos y los malos champiñones, lo que provocará una severa intoxicación a Valérie, quien será la única que los comerá. La hija, convencida de que su madre la ha tratado de envenenar, le dice que nunca la dejará sola con Lucas ya que es un peligro para su seguridad. En ese momento algo se quebrará en el interior de Michelle.

Françoise Ozon juega con los estereotipos que el espectador puede tener sobre una mujer de edad avanzada y con una apariencia de una abuelita dulce y tierna. Lo que creemos que es una historia dramática sobre la soledad de los ancianos, se transforma en otra historia, más oscura y retorcida. De cierta manera, sin decirlo de manera explícita, Ozon muestra la dificultad que tienen las mujeres que cargan con un pasado complejo para sentirse legítimas en su maternidad.

Me parece muy rescatable que el director francés haya entregado el rol protagónico a dos mujeres de la tercera edad, que parecen tener realmente la edad que dicen tener. Tanto Hélène Vincent (Michelle), como Josiane Balasko (Marie-Claude) interpretan de manera impecable sus roles. Sin embargo, creo que algo en la construcción del arco sicológico de estos dos personajes no funciona completamente, ya que pareciera que François Ozon no se decide a explorar profundamente las pasiones más bajas del ser humano, sino que prefiere mostrar pequeños indicios para que el público se haga su propia opinión, sin embargo, esto deja muchos cabos sueltos, que podrían ser considerados como contradictorios en los personajes.

El ritmo de la película hace referencia directamente al ritmo de la vida cuando se ha alcanzado una cierta edad, todo es más lento, más rutinario, con menos sobresaltos. Esto también se puede ver en la elección de los colores que utiliza en su fotografía, colores otoñales, que nos sitúan en una época del año, pero también en una época de la vida.

Sin duda no es el mejor trabajo de François Ozon, pero es una historia que merece ser contada y sobre todo, creo que le hace bien al séptimo arte comenzar a pensar que las mujeres de la tercera edad son capaces de ser protagonistas de todo tipo de historias.

Ficha técnica

Título: Quand vient l’automne/ Cuando cae el otoño

Género: Drama

País: Francia

Año: 2024

Duración: 102 minutos

Director: François Ozon

Elenco: Hélène Vincent, Josiane Balasko, Ludivine Sagnier, Pierre Lottin

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