Por Gabriela Bravo desde San Sebastián
La directora argentina Milagros Mumenthaler se presenta en competencia oficial del Festival de San Sebastián con Las Corrientes, protagonizada por Isabel Aimé González-Sola y Esteban Bigliardi.
Las Corrientes comienza con una pequeña recepción que le hacen a Lina en Suiza, donde se ha ganado un premio por su trabajo. Frente a los invitados ella posa con su trofeo, sonríe y se mezcla con la gente. Pero cuando ella está sola en el baño, vemos que bota a la basura su recompensa. Desde allí ya podemos pensar que algo le pasa a Lina, pero es solo unos minutos después, cuando ella está atravesando un puente y se lanza al rio, que comprendemos que algo no anda bien en su vida.
Tras este evento Lina no soporta que la toque el agua, lo que le traerá muchos conflictos cotidianos ya que no se puede bañar o no puede sacar a su hija de la tina. La protagonista hará todo para ocultar esta condición a su esposo, comenzando a comportarse de manera extraña o desorientada.
La cinta expone los problemas de salud mental que puede sufrir una mujer que en apariencia normal, pero que si se indaga un poco, se pueden descubrir fuertes tormentos que la atraviesan.
Culturizarte pudo hablar en exclusiva con la directora Milagros Mumenthaler en San Sebastian.
¿Cómo se te ocurre esta idea de hablar en tu película de los traumas? ¿De dónde viene esto?
En realidad, surge primero de una imagen muy fuerte que tuve una vez que estaba en Ginebra. Esa imagen en realidad es la que sucede cuando empieza la película, a partir de un acto imprevisto, la visión de una mujer que se arroja al agua helada. A partir de ahí, yo empecé a pensar ¿quién es ella? ¿Por qué lo hace? ¿Es un acto consciente? ¿inconsciente? ¿Dónde está parada hoy en su vida? ¿Cuál es su profesión? ¿Tiene familia? ¿Hijos? Y ahí es como que uno empieza a tejer este personaje, y pensar en una infancia porque obviamente que alguien que tiene un gesto así, pasar al acto de esa manera, evidentemente es alguien que no podía manifestar de ninguna forma, algo que estaba ahí adentro. Este gesto puede ser consciente o inconsciente, y yo decidí que era como algo inconsciente, que ella no entiende qué le pasa, porque es una mujer que uno podría decir que cumplió con muchos mandatos sociales: ser madre, ser amada, poder amar, una persona realizada profesionalmente, que tiene una vida cómoda, tiene salud. Es una persona que aparentemente tiene todo, que está bien, y, sin embargo, pareciera que los planetas no se pudiesen alinear. Entonces claramente hay un trauma, hay algo ahí no resuelto, y eso es lo que me interesaba. En general, me sensibiliza la infancia, me cuesta pensar un personaje sin pensar en cómo fue su infancia, o cómo fueron esos dos primeros años de vida, definen mucho también lo que uno va a ser como persona. Había un interés por ahí, pero eso nace cuando me vino una imagen muy fuerte y perduró, y me dije, «evidentemente yo tengo ganas de contar algo»
Pero, perdón ¿Viste a una persona lanzarse al río?
Ah, no, perdón, yo digo vi, pero la imaginé.
Este personaje le tiene fobia al agua, sin embargo, pareciera llevar una vida completamente normal: exitosa, tiene un buen puesto, tiene una familia. Pero esta fobia es algo que comienza a alterar su vida cotidiana.
La película en realidad no cuenta un diagnóstico, y yo tengo mis dudas si lo que tiene es una fobia, porque que para mí tiene más que ver con un episodio postraumático de lo que le sucedió a ella debajo del agua, algo que le queda. Entonces el agua la remite a algo que le sucedió ahí abajo del agua, porque yo diría que no hay tiempo en la película para hacer un diagnóstico tan claro, «ah, tiene una fobia». Muchas veces en realidad las fobias no tienen una explicación muy concreta. Uno puede decir: «Algo te habrá pasado de chico que no recuerdas», y a veces no hay nada, simplemente alguien le puede tener miedo a las tormentas, a los rayos y muchas veces no hay una relación directa con un hecho. La protagonista no vuelve del viaje y dice: «Voy a ir al médico y que me diga a ver qué tengo y que me dé pastillas». Es como que ella decide transitar este momento y bucear un poco en ese lugar, un poco desconcertada, un poco corrido, un poco bajo influencia. A mí eso me gusta, pensar las películas respetando mucho a los personajes, qué es lo que ellos quieren. En ese sentido a mí no me queda 100% claro que es una fobia en todo caso. Igual trabajé obviamente con una psicoanalista y hablamos largo y tendido de las posibilidades y después la cabeza es un mundo, es un mundo muy desconocido, todo el terreno de la neurociencia es muy misterioso todavía.
Ciertas fobias a cosas cotidianas provocaban mucha vergüenza en quienes las padecen, porque a veces no entienden lo que les pasa y no pueden explicarlo. También la gente que los rodea no comprenden necesariamente, entonces crean una serie de estrategias para que nadie se dé cuenta de lo que están sufriendo. Esto es lo que se ve también en Lina, el personaje principal.
Sí, ella tiene herramientas y artilugios para esconder lo que le pasa, claramente, porque en el fondo está el fantasma de la madre, entonces hay un temor de no querer tampoco aceptar que por ahí puede sucederle lo mismo, sobre todo ella no quiere exponerse frente al marido, porque creo que ahí se derrumba mucho de ella, queda expuesta.
Ella pareciera jugar un rol frente su marido: ser buena madre, buena profesional. Pareciera que frente a su esposo ella se comporta como una mujer empoderada, pero finalmente no puede sostener esto todo el tiempo.
Digamos, lo sostiene bastante hasta que ya no puede más, básicamente. Pero me parece un personaje muy valiente, porque es un personaje que, si bien es difícil, uno podría pensar que va a la deriva -como las corrientes submarinas- sin embargo, no se deja llevar, ella es la que acciona, entonces, en ese gesto de ella, de accionar físicamente, porque la vemos yendo a trabajar, la vemos ocupándose de la hija, la vemos en su cotidiano, pero también acciona la cabeza de un una manera para decir, «¿Qué es lo que me pasó a mí?,¿Dónde estoy parada?», y eso en la sociedad hoy en día cuando uno está en una metrópolis tan grande como Buenos Aires, es difícil también detenerse y decir, «¿Dónde estoy parado?, ¿y a dónde voy?, Y ¿hay alguna otra vida posible para mí?», como esos cuestionamientos.
¿Qué importancia cree que tiene mostrar este tipo de personajes? El último tiempo con directoras mujeres estamos viendo más personajes que tienen problemas de salud mental, pero visto desde el punto de vista las mujeres, no como locas de patio o histéricas o asociando la depresión solo a llorar o estar en la cama. Aquí vemos una nueva gama de representación de lo que es la salud mental en las mujeres con muchos más relieves ¿Qué opinas?
No sé si tengo una opinión tan informada en el asunto, a mí me gusta mucho nutrirme de libros en general, de la literatura. Yo me imaginé este personaje y en ningún momento me dije: estoy hablando de la salud mental. Me parece que va más por el lado de las sutilezas, no es solo hablar de un diagnóstico, pero si uno mira alrededor, uno piensa; el 80% de la gente en realidad tiene una mini depresión. También Lina es un extremo, por lo que le pasa, por su pasado, por haber sufrido un abandono de parte de la madre, entonces obviamente eso afecta un montón a una persona, pero me interesaba representar dónde posa la mirada Lina, dónde tiene su mirada en esa ciudad, o en su asistente o de repente ve una obra y de repente aparecen unos pasos y los sigue, en ese lugar que no sabemos si realmente está sucediendo o si se lo imagina. En eso que percibe en la calle, a mí me interesaba contar eso, cómo se mezcla ese mundo externo de las acciones y el mundo interno y cómo se amalgaman, y cómo pasamos de un lugar a otro.
La maternidad es un tema importante en esta película, que parece que estuviera tocado tangencialmente, pero finalmente nos damos cuenta de que es algo muy importante para la protagonista.
Es que si no existiera si no fuese madre y no hubiese hija, Lina hubiese hecho una valija el primer día y se hubiese ido. Uno puede pensar eso, pero hay un ancla, hay una responsabilidad, un lazo muy fuerte y yo creo que, justamente, lo que logra Lina es no repetir un patrón, eso también es su fortaleza, cortar con un patrón, porque a ella no le quedó otra posibilidad que huir de esa casa para poder ser una persona medianamente normal. Entonces, sí, yo creo que es un pilar muy importante, aunque uno no esté contando la relación de una madre y una hija, sabemos que la hija está ahí y es el cable a tierra que la que la pone en su lugar, que le da un eje.
Argentina está viviendo un período muy complicado política y socialmente. Pero en el cine se ha visto sumamente afectado por todas las decisiones que se han tomado, en especial el INCAA
No se cerró el INCAA, por ahora se desfinancia, todavía no se cerró. Lo que se apunta es a producir una cantidad de películas ínfimas en el año, entonces lo que en realidad se está matando es más una industria, que es una industria fuerte que había en Argentina y que aparte también con las circunstancias de hoy en día que está tan caro, entonces tampoco viene gente de afuera a filmar, entonces hay un montón de puestos de trabajo que se están perdiendo y un montón de gente no está trabajando hace meses, gente que tiene familia y que se las tienen que rebuscar, que se suben a un auto a manejar un Uber porque no hay trabajo, eso es una realidad. Lo que se está matando es más una industria. El INCAA por ahora sigue funcionando, obviamente muy lentamente, pero no hay un cierre del Instituto Nacional del Cine. Es muy desolador igual todo, primero por la violencia verbal que ejerce este gobierno, en general, de un presidente, es muy difícil. El cine que trabaja con la empatía, con ponerse en lugar del otro y la verdad es que da mucha pena, sobre todo cuando se llenan de discursos, de cosas que no son reales, que son mentiras, que te tratan como si uno estuviese robándole la plata a la gente porque tiene financiamiento del INCAA. Nadie le está sacando nada de los impuestos, te dices, «por Dios», instalan discursos muy violentos. Es una situación difícil.
Sí, qué triste, porque el cine argentino es un cine sumamente rico, con muchas historias, con muchas miradas, es uno de los cines más visibles de Latinoamérica y esto es un verdadero balde de agua fría.
Estas tres películas que están ahora en competencia no dejan de ser. La película venía de la gestión anterior, nosotros empezamos a filmar tres meses después de la llegada de Milei, entonces, si bien sufrimos obviamente las consecuencias de una devaluación muy grande, los precios se duplicaron en casi todo, entonces obviamente el presupuesto se fue al demonio. Pero se decidió seguir y avanzar con el rodaje y hacer la película, pero es como una película que se hace con un plan de fomento anterior, con una coproducción con Suiza fuerte, pues yo soy también suiza y todas mis películas son coproducciones oficiales entre Suiza y Argentina. También las otras dos películas son películas con ayudas de plataforma, entonces, todavía no se refleja en San Sebastián la actualidad del cine argentino.
Es que los procesos del cine son larguísimos, entonces esto se va a ver en 2 ó 3 años tal vez.
Como el año que viene, por ahí, porque ya hace 2 años. La verdad es que sí, es difícil, pero el argentino es muy de altos y bajos, siempre, así que de alguna manera y a veces en las peores crisis es donde surgen las mejores cosas, así que es posible, tengamos esperanza en que salgan muy buenas películas.
Ficha técnica
Título: Las Corrientes
Género: Drama
País: Argentina
Año: 2025
Duración: 104 minutos
Directora: Milagros Mumenthaler
Elenco: Isabel Aimé González-Sola, Esteban Bigliardi, Ernestina Gatti