Por Gabriela Bravo desde San Sebastián
Los Destellos es el tercer largometraje de la directora española Pilar Palomero, quien se presenta en competencia oficial del Festival de San Sebastián. En esta ocasión la directora trae una historia delicada e íntima de un hombre enfermo que será cuidado por su hija, Madelen, y su ex esposa, Isabel.
Con un ritmo sereno, Palomero nos introduce en esta situación dura, pero a la vez llena de dulzura, que es cuidar de una persona con la que uno ya no convive, pero que merece nuestro respeto y amor.
Una película que aborda el tema de la muerte, pero que sobretodo nos habla de la vida, de los momentos que podemos atesorar con las personas que queremos antes que nos dejen.
La cinta cuenta con las actuaciones de un sólido Antonio de la Torre, quien interpreta a Ramón, un hombre solitario que debe aceptar la ayuda y los cuidados que le ofrece su hija y su ex esposa, y Patricia López Arnaiz, la ex esposa, quien pese a su reticencia comprende que el tiempo de Ramón está contado y que es mejor aprovecharlo en familia.
¿Cuál era tu reto al contar esta historia?
La película es una adaptación de un relato de una escritora vasca que se llama Eider Rodríguez. El relato se llama Un corazón demasiado grande. Entonces, todo lo que tiene que ver con este argumento es una propuesta que ya parte del relato. Lo cierto es que en el momento en que el productor, Fernando Bovaira, me propuso hacer la adaptación, quise llevarlo a un terreno muy personal. Entonces, yo creo que la película es el resultado del relato de Eider y de mis propias vivencias, experimentando procesos similares a los que vive la protagonista.
¿Habrías elegido esta historia si no hubiese algo íntimo que pudieras imprimir en la película?
Lo que más me tocaba de la historia era la posibilidad de hablar de cómo el vivir de cerca la muerte de un ser querido te coloca de una manera diferente ante la vida. A mí me sucedió, yo perdí a mi padre, y en ese momento, pese al dolor, sentí más que nunca la vida. Era mucho más consciente de que damos por hecho la vida. Y tenía muchas ganas de reflexionar y reflejar en la película cómo dentro de ese proceso de duelo también hay lugar para esos pequeños destellos de belleza, esperanza.
Tenía muchas ganas de hacer una película en la que pudiera expresar todo lo que yo sentí en ese momento, en ese proceso, y que yo no sé explicar con palabras, y quizás por eso hice la película. En esas circunstancias que yo viví, sentí que los cuidados de los demás fueron para mí los asideros. Fui muy consciente de lo importante que es cuidarnos los unos a los otros. Yo había cuidado, pero luego en ese momento me cuidaron, y quería hacer una película que también reflejara esto, no solamente en el núcleo familiar, sino cómo nos tenemos que cuidar como sociedad.
La sensibilidad y la intimidad que puedes expresar en tus películas, ¿cómo lo logras, cómo trabajas con tus actores, cómo creas estos momentos orgánicos?
Todas las películas que he hecho hasta ahora nacen de un lugar muy personal. Por ejemplo, esta, no solo por lo que he explicado de mi padre, sino que también a un nivel más concreto. Hemos rodado en el lugar del que proviene mi familia, yo he escrito el guion pensando en esas localizaciones. Me sucede lo mismo a la hora de crear el casting, intento buscar personas que yo siento que tienen que ver con el personaje, o si no es así, adaptar la última versión del guion antes del rodaje a lo que he podido conocer de los actores. Durante dos semanas nos vamos a hacer unos retiros para hacer improvisaciones, para conocernos y a raíz de ahí ya escribo esa última versión. Intento observar mucho y coger mucho de ellos, les robo un poquito de alma.
Esta película tiene un ritmo sereno, calmo. Uno podría pensar que una cuidadora está siempre corriendo para cuidar a un enfermo; sin embargo, ha decidido hacer lo contrario. ¿Nos puede hablar de eso?
Yo creo que hay un punto de inflexión en la película que quizás al principio el personaje de Isabel, la protagonista, está un poco menos presente en su realidad, pero yo creo que el punto de inflexión es cuando hay una conversación con los médicos de cuidados paliativos y hay una frase que para mí es muy importante, porque además lo interpreta un doctor de paliativos real y que él dice: «La presencia de la muerte hace la vida mucho más interesante.» Para mí, esa frase transforma a Isabel, y empieza a acompañar a Ramón en esos últimos momentos, en ese viaje de disfrutar la vida, pero la vida en lo pequeño, en sentir más el calor del sol, en sentir el tacto, el sabor, en cosas que damos por hecho siempre y que tener la muerte tan cerca te hace valorar más.
Creo que eso es lo que quería transmitir: que fueran escenas que todo consistiera más en transmitir estados emocionales o lo que ellos están sintiendo que en narrar algo, y que tiene que ver con lo que decía antes al principio, de que quizás son cosas que no puedo explicar con palabras, que por eso hice la película. Quería una película que formalmente pudiera hacernos sentir esta sensación de intentar atrapar la vida, retenerla.
En la película no sabemos por qué esta pareja de Isabel y Ramón se separa. ¿A qué se debe?
A mí hay una idea que me fascina y obsesiona, y que creo que todos hemos podido vivir: cómo en nuestra vida ha podido haber alguien que en un momento dado ha sido familia, y con el tiempo ha pasado a ser un desconocido, bien porque la relación se ha roto o en una relación de amistad ha habido un problema. Ese es el caso de la pareja. Los motivos de por qué se separaron no son muy diferentes a por qué se separan las parejas: por qué se acaba el amor, por qué cada uno se va por caminos distintos. Pero lo importante para mí era que, pese al tiempo en el que no han hablado, pese al tiempo en el que han estado separados y pese al rencor que podía haber, el vínculo que los une, que es el amor. Pero no el amor romántico, sino el amor de un ser humano al otro, es lo importante.
¿Cómo se prepara toda esta historia previa, que si bien no se muestra en la película, tiene repercusiones en la relación entre Ramón e Isabel en el momento de la enfermedad de Ramón?
En este caso, la idea es que ellos han llevado vidas separadas después de haber sido familia; han estado separados durante 10 años, pero en ningún momento se deja entender en la película que se separaron por un hecho traumático. Nosotros, por ejemplo, en las semanas de ensayos hacíamos muchas improvisaciones con los actores sobre por qué esta pareja rompió, y son motivos que nos pueden ser muy comunes. Los seres humanos y las relaciones humanas son muy complejas y a veces no hay maldad, sino simplemente no hay entendimiento. Yo creo que eso es lo que les pasa a Isabel y a Ramón.
Lo que me ha parecido muy fascinante en el filme es la atención al detalle, a la textura, al paisaje, al sonido, el hecho de que no usas música. ¿Cuál era la idea detrás de esto? ¿Tienes alguna influencia de Béla Tarr, ya que trabajaste con él?
El haber podido trabajar con Béla Tarr y, de alguna manera, con este grupo de 15 personas que formamos la 100 Factory, yo creo que sí había mucho de observación y de dejar que la realidad haga la película, que no haya tanta representación. En ese sentido, ha sido muy importante rodar en el pueblo de mi familia, porque es un lugar en el que yo he filmado prácticamente todos mis cortometrajes. Entonces, son espacios que conozco muy bien, que he estado mucho tiempo escuchando, sintiendo el lugar. Poder hacer la película desde ahí, por ejemplo, cuando buscan fósiles, es un sitio donde yo desde pequeña he ido a jugar a buscar fósiles. Son sitios con los que tengo una conexión emocional y sé cómo huelen, sé cómo se escuchan, sé cómo se sienten, y el reto ha sido llevar eso al lenguaje cinematográfico.
En la película hay una referencia al libro Platero y yo. ¿Esto está en el libro o lo introduces tú?
No, no está en el libro. Es una referencia personal. Mi padre venía de una familia muy humilde de trabajadores del campo y era el único libro que guardaba de su infancia. Es mi pequeño homenaje a mi padre a través de ese texto.
Ficha técnica
Título original: Los destellos
Año: 2024
Duración: 101 min.
País: España
Dirección: Pilar Palomero
Guion: Pilar Palomero.
Relato: Eider Rodríguez
Elenco: Patricia López, Antonio de la Torre