FESTIVAL DE SAN SEBASTIÁN Entrevista al director de “Six days in spring”, Joachim Lafosse: “Pasé 40 años de mi vida a comprender lo que sucedió esa semana”

Por Gabriela Bravo desde San Sebastián

La película del director belga Joachim Lafosse se va con dos galardones en la mano del Festival de cine de San Sebastián: mejor director y mejor guion, coescrito junto a Chloé Duponchelle.

Six Days in Spring cuenta la historia de Sana, madre de dos hijos, que había planificado salir de vacaciones en familia junto al entrenador de fútbol de sus hijos, pero que a última hora se encuentran sin alojamiento. Sin saber qué hacer los niños le proponen a la madre que vayan a la residencia balnearia de sus abuelos paternos, que en esa fecha siempre está desocupada y que se encuentra en una lujosa zona de la Côte d’Azur en Francia.

Pese a las dudas de Sana, quien se ha divorciado recientemente, decide ir a escondidas a la casa de los abuelos para pasar una semana de vacaciones. La madre, que no se siente cómoda de ir a la casa de sus exsuegros, impone una serie de reglas a los niños, como no utilizar la electricidad ni el agua caliente o no tomar el desayuno en la terraza para que los vecinos no hagan preguntas.

Durante esos días Sana trata de mantener a sus hijos en una burbuja de bienestar que la realidad hará estallar prontamente. La cinta es un relato íntimo sobre la angustia que puede generar en una madre no tener los recursos para darle a sus hijos la vida a la que estaban acostumbrados.

Una película que pareciera contar un hecho anecdótico, banal, pero que esconde un trasfondo profundo sobre la familia y la sociedad.

Culturizarte pudo conversar en exclusiva con el director Joachim Lafosse.

Su película se construye a través de un no-evento, de algo que pareciera muy pequeño, casi anodino para una gran parte de la población pero que genera toda una historia para los personajes

Para mí lo que muestra la película es con la facilidad que se puede llegar a la precariedad, puede ser algo muy rápido, por ejemplo, un divorcio. Es interesante que pienses que es un evento pequeño porque lo que ves en la pantalla es un recuerdo de mis vacaciones. Cuando era niño, como de la misma edad que los niños de la película, justo después del divorcio de mis padres, que fue bastante violento, con mi madre teníamos que ir de vacaciones y el departamento que íbamos a arrendar no estaba disponible y le dijimos a mi mamá: “¿Por qué no vamos a la Côte d’Azur, que no esta tan lejos? Y mi madre que había dudado mucho, nos dijo a mi hermano y a mí: “Está bien, vamos. Tengo las llaves, pero no le digan nada a su padre ni a sus abuelos. No vamos a utilizar ni la electricidad ni el agua caliente”. Esto fue hace 40 años.

Durante una semana nos encontramos en esta casa, a la cual íbamos todos los veranos, pero ahora estábamos escondidos. Y durante toda mi vida me he estado preguntando: ¿qué fue lo que sucedió ahí? Hoy como adulto entiendo. Entiendo la dignidad de mi madre, que no quería pedir ayuda a la gente con lo que tenía un conflicto. Hoy entiendo que -pese a que estuvimos escondidos y nos pidió que mintiéramos- nos enseñó a nunca renunciar a nuestros deseos. Ella tenía un amante, lo que no es ningún crimen. Nos demostró que, a pesar de las dificultades, todos tenemos derecho a disfrutar del sol y el mar.

Estoy muy contento con el formato de esta película porque hace sentir a todo el mundo que ciertas cosas que nos parecen evidentes, como usar el agua caliente, prender la luz, puede que en algún momento de la vida no tengamos el dinero para ello. Esa fue la semana en que descubrí las diferencias de clase social. Para mí estábamos en la casa de mis abuelos paternos, es decir, tres meses antes no había ningún problema y ahora debíamos escondernos.

Esta madre, que nunca había trabajado, porque era mi padre quien pagaba todo, vive un divorcio y tiene que ponerse a trabajar, pero como no tiene muchos estudios no le pagan bien, por lo que tiene que buscarse un trabajo de noche también. Mi padre no nos va a cuidar. Entonces pasamos de una vida lujosa y burguesa a una vida con una madre soltera que hace todo lo posible por sacarnos adelante. Es esto lo que yo quería contar. Yo hago películas sobre las crisis familiares, con todo lo que eso engendra, como la violencia y el sufrimiento que pueden causar a los niños, a las madres o a los padres. Pero esta película me alejaba un poco de la crisis, mostraba los efectos de la crisis, a través de un evento muy simple.

Su película comienza como un drama familiar, pero también presenta aspectos de thriller social, sobre todo por el personaje de la madre, que esta en un estado de alerta constante, pese a estar de vacaciones.

Es que eso es la precariedad, ya sea financiera o psicológica, es estar frágil. Creo que donde hay precariedad y vergüenza, también surge la culpabilidad. Nunca son los poderosos los que tienen vergüenza y se sienten culpables. En la vida hay tanta gente que se esconde, por ejemplo, para cargar el celular porque no tienen electricidad o tratan de buscar agua caliente para tomar una ducha, es un fenómeno que está creciendo. Esto no es el corazón de la película. No soy sociólogo, pero creo que, a través de Sana, la protagonista, y su historia en apariencia pequeña, de un evento que parece anecdótico, nos permite ver la magnitud que pueden tomar las cosas. Se sabe que el divorcio provoca una gran precariedad en las mujeres.

En la película, la madre, Sana, trata de proteger a los niños de esta realidad.

Trata, pero no lo consigue. Uno de los hijos le dice: “mamá, tal vez el abuelo podría entender”, pero el niño no entiende lo que sucede. Y quizá el abuelo podría comprender, pero la madre no se atreve o no desea preguntar, porque ya hubo mucha violencia en esa separación. Una cosa muy simple que nutre la película es que un divorcio es el término del amor conyugal, sin embargo, los padres continúan siendo padres, los padres no deben separarse, deben continuar educando a los hijos juntos. El problema de Sana es que ella sabe que como padres se han separado, que a ella no la van a ayudar más como madre. A partir del momento en que ella ni siquiera desea preguntar si puede ir a la casa de veraneo es porque nadie le dijo: “sabes, tu puedes seguir viniendo a la casa con tus hijos”. Nadie se preocupa de las dificultades de Sana. Lo que a mí me dio mucha rabia cuando era niño fue ver toda la opulencia de la familia paterna y no ver ninguna reacción de su parte cuando teníamos ir a quedarnos al restaurant de mi mamá, cuando ella trabajaba, para hacer nuestras tareas. Recuerdo que yo mismo me decía: “Nuestros abuelos podrían hacer algo por nosotros”, pero no hacían nada. Todas estas son preguntas que no debería hacerse un niño, pero es lo que engendra una separación parental.

¿Por qué tuvo el deseo de mostrar esta historia hoy?

Pasé 40 años de mi vida a comprender lo que sucedió esa semana. Lo conversé en psicoanálisis, lo hablé y hablé y, aun así, creo que no lo he comprendido del todo. Para mí sigue siendo una interrogante. Para el niño que yo era, en la escena en que están en el auto y no tienen donde ir, los niños dicen: “mamá, podemos ir a la casa de nuestros abuelos”, para ellos no significa nada, pero para ella es todo un evento. A partir de mis 25 o 30 años fue que yo me dije, esto si fue un evento en mi vida. Lo que me gustó es que en un principio te dices: “es algo insignificante, una anécdota, una historia divertida”. Sin embargo, es algo mucho mas complejo de lo que me imaginaba.

¿Cómo eligió el elenco? Porque su actriz protagonista, que representa a su madre, es negra y los hijos son mestizos. ¿Fue una decisión artística?

Cuando uno tiene hijos con alguien y luego se separa, los hijos tienen la piel de la madre y del padre, no se les puede separar en dos, no pueden perder una parte de la piel cuando los padres se separan, por lo que hay que cuidar a todos los miembros de la familia cuando los padres se separan. Pero socialmente hablando, también es lo mismo, no se le puede decir a alguien, no, tu no mereces estar aquí. La familia, para mí, es el primer lugar político, hay familias de derecha y otras de izquierda, hay familias que cuando se separan dicen: “protejamos a los niños” y hay familias que se destruyen sin importar que esto destroce a los hijos. Los dos existen, pero lo que yo quería mostrar son las consecuencias de las familias que se destruyen y que no les importa que los niños sigan siendo bien acogidos. Y mi pregunta es, ¿cuándo se termina una familia? ¿cuándo los padres se separan? Por supuesto que no, si se tiene hijos, la familia continua. Personas blancas que han tenido hijos con personas de otros colores, hay muchas, y esos niños son el futuro, que uno lo desee o no, por mucho que se hagan teorías al respecto, serán siempre nuestros hijos. Esa es la magia del cine, hacer visible lo que uno siente.

Esto resulta interesante, porque la madre desea pasar desapercibida en este universo de gente rica y blanca, pero es imposible.

Ella ni siquiera tiene derecho a pasar desapercibida. No es lo mismo ser anónimo que tener que esconderse. En un momento, ella sale de la casa para tener 5 minutos de libertad y alguien la reconoce, quizá para saludarla simplemente, pero ella no puede aguantarlo, tiene que huir. Insisto, no soy sociólogo, soy cineasta, pero si una película que es vista por un gran número de personas siente lo mismo que está sintiendo uno de los personajes, tiene sus mismas inquietudes y logra formularlo, quiere decir que hay una dimensión política, porque reconocemos una problemática.

¿Su madre ya vio la película?

No, pero estoy impaciente de que la vea. Yo he hecho diferentes películas en donde ella puede reconocer ciertas cosas, tengo 11 películas, entonces, ella ya se ha reconocido en ciertas escenas. Pero prefiero dejarla sola viendo esta película y que me llame después si lo desea. Lo mismo con mi padre.

Mis padres son fantásticos porque cuando éramos niños nos dijeron: “pueden contar lo que han vivido, pero no se olviden que es su propia percepción. Las cosas son distintas dependiendo del lugar desde donde se mira”. Yo tengo un hermano gemelo, y ellos me decían: “Joachim, tú has vivido esta experiencia de una cierta forma, pero tu hermano la vivió completamente diferente”. Esto nos permite contar nuestras historias, pero con la condición de decir que no es la verdad, sino que es mi punto de vista.

Es imposible terminar esta entrevista sin preguntarle por las acusaciones que se le han hecho de acoso sexual y acoso laboral por diferentes actrices.

Cuando descubrí las acusaciones, en un principio, tuve reacciones defensivas, de protegerme, incluso de negarme a aceptarlo. Tuve que dar unos pasos hacia atrás y me di cuenta de que lo que tenía que hacer era escuchar y reconocer los sufrimientos que había engendrado por mi estrés, mis angustias y la gestión de mi ansiedad. Hacía años que sabía que tenía que evolucionar en ese aspecto. Me di cuenta de que necesitaba tiempo para escuchar y reconocer. Conocí a una persona que se encarga de la “mediación reparadora”. Es una profesional que me ayudó y me permitió poder presentar mis disculpas a cada una de las personas que dieron su testimonio. Algunas personas aceptaron esta mediación, otras no, lo que entiendo perfectamente. Lo que entendí es que hoy no deseo usar palabras que no correspondan y que se puedan malinterpretar, y que esto genere más sufrimiento. Creo que la prensa y los media no son el mejor lugar para la reparación y la restauración.

En lo que me concierne, mi palabra debe darse en un lugar protegido, a través de profesionales. Yo hice películas sobre la liberación de la palabra. Creo que es muy importante que a las personas que he hecho sufrir, y que por tanto las amaba, a personas a quien les debo mucho, con quien hice mis primeras películas, puedan hablar. Para mi es importante escucharlas, pero sé que no será suficiente para reparar ese sufrimiento, sin duda, nunca será suficiente, pero es importante que lo escuche y lo reconozca. Sí, hace 20 años en 2006, yo traté de besar una asistente, pero tuve tanta vergüenza en el momento en que comprendí que ella no quería besarme, que no tuve la valentía de hablarle después y pedirle disculpas. Luego retomamos el trabajo, hicimos otra película juntos, y nunca más hablamos de esto. Esta persona, como era mi asistente veía mis dificultades, mis angustias, mi estrés, ella veía que no tenía todas las herramientas necesarias. He hecho 15 años de psicoanálisis, lo que me ayudó, pero no me entregó las herramientas necesarias para poder manejar mis angustias, ansiedades y el estrés. Debo decir que Me Too fue algo formidable porque nos cuestiona sobre cómo podemos hacerlo mejor desde el colectivo, en el rodaje de Six Days in Spring había referentes para hombres, mujeres y niños. Pude compartir mis fragilidades, mis dificultades, mis inquietudes. Si hay algo que me ha permitido el hecho de escuchar el sufrimiento que provoqué, es estar atento a mi estado y mis fragilidades. Cuando estoy así, tengo que decirlo, porque incluso si algunas personas no entablaron una demanda contra mí, esto no quiere decir que no hayan sufrido. Mi prioridad es que desde hace un año que estoy tratando de encontrar las palabras adecuadas para pedir perdón, eso es lo más importante. Escuché lo que han dicho, no voy a poner en duda la palabra, ni el sufrimiento de mis colaboradores y colaboradoras, no puedo quedarme en la negación, no es una solución, no nos lleva a ningún lado. Yo no soy una persona anónima, debo promocionar mis películas, si me cuestionan sobre este tema voy a responder, pero no diré nada más.

Ficha técnica

Título: Six Jours ce Printemps-là/ Six Days in Spring

Género: Drama

País: Bélgica

Año: 2025

Duración: 94 minutos

Directora: Joachim Lafosse

Elenco: Eye Haïdara, Leonis Pinero Müller, Teodor Pinero Müller, Damien Bonnard, Emmanuelle Devos

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