FESTIVAL STGO OFF Entrevista al actor de «Mover Montañas» Alberto Velasco: «Chile es una estrella más en mi camino»

Por Paulina Geldres

En el marco del festival Santiago Off -del 23 de enero al 1 de febrero- Alberto Velasco; oriundo de Valladolid, llega desde España con la puesta en escena de Mover Montañas. Esta obra, al igual que una montaña, se cimenta desde las raíces de la tierra y conecta con lo más espiritual de la esencia humana: el folclore. Durante su paso por Chile, el actor, bailarín, director y guionista de 41 años reflexiona junto a Culturizarte sobre el poder transformador de la danza como herramienta de expresión y activismo.

Si Mahoma no va a la montaña, la montaña va a Mahoma. Pero, ¿cómo es el viaje de la montaña? ¿Cómo es que la montaña toma sus ríos, sus bosques, sus flores y sus grietas y llega a Chile?

Tendríamos que ir al origen de los tiempos y por qué Alberto es Alberto. Yo siempre pienso que la vida es una gran montaña. A veces como inamovible, impertérrita, que siempre está ahí, que nunca se la echa en cuenta. Últimamente pienso que podemos hacer de la montaña lo que queramos. Mover montañas viene un poco de la necesidad de agitarme para descubrirme. Muchas ideas que yo tenía aprendidas de mi mismo sobre lo que yo era o lo que quería ser, e intentar reconstruirlo en un viaje de reencuentro con mi montaña como base, como ese lugar al que siempre vuelves, que es el folclore.

¿Cómo fue el proceso de creación de este homenaje al folclore y a las tradiciones?

Yo creo realmente que llevo entrenando toda la vida para hacer este homenaje. Porque yo empecé bailando folclore en el pueblo (Valladolid). Hace muchos años no había chicos ni gordos que bailasen. Entonces, ya entendí que no podía hacerlo. Nadie de mi familia me lo dijo, fue un aprendizaje social, cultural. Al cabo de los años, cuando estudié arte dramático, me reencontré con la danza. Pero el folclore siempre resonaba en mí, siempre me vibraba, me atravesaba. Con los años empecé a trabajar con flamencos, y poco a poco, fui encontrando unas piedras en el camino. Ese fue el inicio, el aterrizaje a Mover montañas.

¿Cuál es la mayor satisfacción que obtienes al presentarte en espacios públicos, en comparación a un teatro más tradicional o a proyectos audiovisuales?

Siempre decimos que el teatro está vivo, pero es en la calle donde está vivo de verdad, hay más libertad. El espacio público nos lo han robado durante mucho tiempo los estamentos. Creo que las personas tenemos el poder de reclamarlo como propio, a través de la danza y el baile. Porque también nos han quitado la cosa de bailar, como que solo pueden bailar unos elegidos, y es una mentira enorme. Es en la danza donde más libertad veo. Hay mucho riesgo. Siento pánico a veces cuando voy a la calle porque no sé qué va a pasar. Pero noto mucha conexión. Hay mucha gente que viene realmente a vivir el rito conmigo, noto mucho aliado y aliada, y me hace muy feliz.

¿Has notado alguna reacción sorprendente o especialmente gratificante del público mientras presentas la obra?

Hay gente que está bailando a su bola, casi sin mirarme, pero me da igual. Es como que lo están viviendo a través de ellos, que los ha traspasado de alguna manera. Eso me gusta mucho. Con el tiempo hay gente que me escribe por las redes sociales y me hace unas reflexiones preciosas. Emociona mucho que gente que no es de mi cultura les vibre como propio, y que una persona irlandesa, anglosajona, me diga que le recuerda a su folclore. Una persona colombiana o filipina. Pues es muy emocionante. Me constata que somos mucho más, que estamos hechos de la misma pasta.

¿Cómo crees que la danza puede comunicar mensajes sociales y culturales de manera efectiva?

Tiene un poder tremendo. El audio del principio de Antonio Gales, de “todo el mundo tiene derecho a danzar”, es un poco la filosofía de toda la pieza. Cuando tú pones música en un puesto de la verbena, en las fiestas del pueblo, cuando celebran a la Virgen y la gente baila sin pudor, y baila para celebrarse, y para este encuentro que es tan poderoso. Esa libertad, si lo transformamos en hecho escénico, me parece que dobla su mensaje. Creo que en el espacio público se multiplica aún más todavía, como que logra una comunión muy grande. Es lo que hay que aprovechar para hacer mensajes positivos. Estoy en esa época, antes era más terrorista. Pero ahora solo creo en el poder del amor, que es el único capaz de transformar esta sociedad tan hostil.

La obra tiene una fuerte carga de activismo performativo. ¿Cómo es que homenajeas el folclore y, al mismo tiempo, rechazas elementos que perpetúan la discriminación? Sea gordofobia, racismo, machismo, etcétera. Muchas veces encontramos dentro de las mismas tradiciones y dentro del mismo folclore. 

Totalmente, es como contradictorio y habita todo en un mismo sitio. Hay tradiciones que son solo para las mujeres, solo para los hombres, las niñas. Esa contradicción me parece muy interesante de trascenderla, de habitarla, de ver qué sucede, pero sin enfadarse. Yo creo que la tradición ha generado espacios y lleva a un recorrido en el que se van abriendo grietas y se va abriendo comunicación. Luego, algo muy peligroso, es que las tradiciones se han politizado. Se ha hecho un cajón muy pequeño con una mente muy estrecha que va en contra de las tradiciones, porque las tradiciones son mestizaje. Un pueblo llega con otro pueblo, se juntan y crean cosas nuevas. Esa es la maravillosa condena del ser humano, de entenderse con lo que trae.

¿Qué papel juegan los elementos visuales, como el vestuario o las máscaras, dentro de la narrativa de Mover montañas?

Son un personaje más, igual que el espacio, que el público, que la música. La imagen, para mí, cuenta muchísimo. Además, abre resortes a nuestro imaginario muy poderosos, porque una imagen ya te lleva a algo. Me parece que lo uso también muy perversamente, como jugando en contra. De una manera pongo esta imagen visual y luego intento que choque por otro lado. Me gusta que lo señales porque tiene mucha importancia para mí.

Durante tu interpretación, una voz femenina narra: hoy es tu fiesta, hoy es tu romería. Sabemos que una romería es una peregrinación a un templo católico. Pero peregrinación también significa: el recorrido de la memoria. ¿Podrías afirmar que Chile ya forma parte de tu propia romería y la de Mover Montañas?

Gracias por ese regalo de reflexión que me das. ¡Por supuesto! Chile está constelada conmigo. Es una constelación que dice: «Haremos romerías paganas por la constelación de Orión« Eso es lo que quiero. Chile es una estrella más en mi camino. Voy a brillar y recordaré esto siempre. Imagínate el regalo de venir a Chile, estar bailando aquí frente al Palacio de la Moneda con la bandera chilena detrás, no es mi bandera, pero sí es mi bandera también. Al final, una bandera es un trapo con significado, y ahí está el que tú le quieras dar, yo me sentía chileno.

Ficha técnica:

Título: Mover Montañas

País: España

Creación e Interpretación: Alberto Velasco

Coreografía: Alberto Velasco, Manuel Liñán y Osa + Mujica

Música: Mariano Marín

Textos: Alberto Velasco

Voz en Off: Petra Martinez

Vestuario: Sara Sánchez de La Morena

Máscaras: Iker de la Calle.

Coordenadas

Festival Santiago OFF

Horario: 19:00hrs

27/01 Paseo Bulnes

28/01 Parque Quinta Normal, Frontis Museo de Ciencia y Tecnología

Funciones: 27 – 28 de enero / 2025

Edad recomendada: +8 años

Duración: 40 minFunciones: 27 y 28 de enero.

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