Festival Teatro Container cierra su sexta edición con
gran encuentro comunitario y la Cocina Pública
● Con un almuerzo en Cerro Lecheros se dio por finalizado el VI Festival Teatro Container en donde participaron vecinos del barrio y, además comunidades invitadas de regiones como Atacama, Biobío y Maule.
● Durante los diez días de festival, se logró una convocatoria de más de 9.500 personas quienes participaron de las distintas actividades y obras desplegadas en la ciudad de Valparaíso.
Era una edición de aniversario. Diez años desde la primera vez que se realizó el primer Festival Teatro Container en Valparaíso, aventurandose en una propuesta de formato poco convencional para montajes teatrales: la utilización de un contenedor marítimo. La aventura ha dado frutos y tras una década de trabajo -en esta sexta versión- el Festival ya se ha instalado en la ciudad puerto construyendo una sólida línea de trabajo la cual apunta a tres ejes: intimidad, ciudad y comunidad.
Este último, fue protagonista del cierre. La plaza Balzac en Cerro Lecheros fue el lugar elegido para montar la Cocina Pública, transformando el sitio en un gran comedor en donde los vecinos cocinaron cerca de 50 kilos de porotos granados, que más de 300 personas disfrutaron en conjunto. Además, la jornada estuvo acompañada por un concierto titulado “Canciones pa` la Memoria”, liderado por el músico Carlos Canales. El repertorio estuvo compuesto por canciones que fueron creadas colectivamente en procesos de arte colaborativo sucedidos entre el 2014 y el 2017 en comunidades de las regiones de Atacama (Chingüito, Chañaral, Las Pircas), Valparaiso (Cerro Cordillera), Maule (Alto los Moran) y Biobío (Talcamavida).
Estas mismas comunidades fueron convocadas por el Centro Cultural Teatro Container para reunirse en Valparaíso -en el marco del festival- para participar del “Encuentro de Comunidades por la autodeterminación cultural”. En esta instancia lo vecinos participaron de un proceso de reflexión en el que conversaron de sus territorios y comunidades identificando que las prácticas culturales locales se ven amenazadas por la actividad industrial, la que desregulada, destruye el vínculo de los habitantes con sus entornos naturales.De este proceso quedan como testimonio las banderas en que los participantes plasmaron estas historias y conversaciones, bajo la dirección conjunta de Kinetika y el Centro cultural Teatro Container.
El rito de cierre comenzó con un gran gesto hacia el mar. Una procesión de 60 banderas, pintadas a mano durante todo el festival, caminó desde la Tornamesa Barón, atravesando el borde costero, hasta la Plaza Balzac en Cerro Lecheros. Estas banderas, que abordan la relación de los habitantes con el mar, representan el sentido más profundo del festival, pues fueron construidas en una acción colectiva, que invitó a la ciudad a pensarse a sí misma. En esta edición aniversario el festival logra consolidar la relación entre su propuesta programática y asuntos públicos de interés común, planteando que un festival de arte es una actividad política.
Una de las obras que desencadenó esta reflexión, fue el Museo de la Memoria y la Amnesia del Mar, emplazado en Villa Container. Visitado por cerca de tres mil personas, a través de un activismo amoroso, el proyecto ideado por Gonzalo Ilabaca, despertó en la ciudadanía la inquietud sobre su relación con el mar, a través de tres preguntas
¿Cual es tu recuerdo más bello y más triste que tienes con el mar? ¿Cuál fue la última vez que te bañaste en una playa de Valparaíso? ¿Qué harías con el borde costero?.
Una vez más el público respondió a la invitación, acudiendo a los contenedores emplazados en 11 puntos de la ciudad. Las obras teatrales El Golpe, Hablame como la Lluvia, El Contagio, Sabe el Mundo que me habla, Et Sorores, Darle Voz a un árbol y Manifiestos en el aire, realizaron 48 funciones a tablero vuelto. Asimismo, las instalaciones permanentes como el Museo del Pueblo de Tralca Mahuida y El Lugar de mis cuerpos fueron visitadas constantemente durante los días de festival. De este modo, desde la inauguración con la intervención de a Viva a Voz desde Plaza Victoria a Parque Italia, cerca de diez mil personas fueron partícipes activos de la sexta versión del Festival.
A diez años de la primera realización del Festival, los resultados son más que positivos. Se espera una nueva edición para el 2020, para la cual ya se están trazando líneas. Durante la semana de realización del festival, se comenzó a pensar un proyecto en conjunto con la compañía de danza francesa Ex Nihilo, para presentar en la próxima versión.
El festival es organizado por el Centro Cultural Teatro Container y para esta edición contó con el apoyo de múltiples organizaciones, con el patrocinio de la Ilustre Municipalidad de Valparaíso, el auspicio de las empresas Contemar, Transportes Mateluna, Dedaluz y Restaurant El Peral, además del cofinanciamiento del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, a través de un Fondart Nacional, convocatoria 2018.