Por Vale Jauré
Como su nombre lo anuncia, en español: No esperes demasiado del fin del mundo, Radu Jude, su director, ya nos avisa el tono y hasta la larga extensión de su nueva película, una mezcla entre demencia real y una realidad alienadora.
A este director rumano lo pudimos conocer en la versión de 2021 del Festival Internacional de Valdivia (FICValdivia) con la disruptiva Sexo desafortunado o porno loco, en que ya la idea del video encontrado y la filmación en la calle nos describía perfectamente su estilo; que se basa en el sentido del humor y en el particular tratamiento de los materiales.
En esta ocasión nos centramos en Angela, quien es una ayudante de producción que trabaja para una empresa audiovisual rumana y que para cumplir con sus labores debe conducir por Bucarest y el resto del país. Con una cámara puesta en el asiento del copiloto la vamos acompañando en su largo trayecto, donde debe realizar trámites personales, familiares, cumplir con las horas laborales y tratar de mantenerse despierta. Entre cafés, Redbulls y música a todo volumen debe ir de un lado para otro con el fin de cumplir una misión encargada por una multinacional que los subcontrata, que es buscar testimonios para un spot de seguridad laboral.
Estamos ante una película de gran aliento, que pasa por distintos momentos en que se inicia con el reto al espectador de enfrentar el diálogo entre la historia de Angela con otra película rumana de 1981, que sigue a una protagonista femenina del mismo nombre en su labor de taxista. Luego, está el uso del blanco y negro, y finalmente, una larga toma fija a color en que lo interesante está frente a nosotros, pero en donde queda claro que a todo el fuera de campo no le importa para nada, aunque digan lo contrario. Es una pieza enorme en que hay un trabajo físico e interpretativo de la actriz Ilinca Manolache que hace que conectemos directamente con ella, y que queramos ir a donde ella nos quiera llevar.
Angela, además de su trabajo de ayudante de producción, tiene una cuenta en Tik Tok en que utilizando un filtro (que le agrega barba y cejas, dando la apariencia de hombre) crea el personaje de Bobita, quien es un misógino, pro Putin y racista que, junto con entregar escenas muy graciosas, le aporta niveles de profundidad a la crítica del mundo en que se mueven los personajes, que hay que decir, es bastante parecido al nuestro.
Es que es una fotografía lo suficientemente amplia y compleja del estado actual de las cosas y el ánimo que habita a quienes transitamos este momento histórico. Hay un claro ataque a la precariedad laboral, en que Angela debe grabar videos a quienes sufrieron accidentes laborales para concientizar a otros trabajadores mientras ella misma es explotada y no le permiten casi dormir. Por otro lado, está la locura de un tráfico vehicular, repleto de autos enormes, de conductores violentos y de enajenación. Asimismo, un machismo evidente al ver que es una mujer la que se encuentra al volante (y peor aún ¡si es rubia!).
Sin duda es una gran comedia negra, en que todo es ironía. Salvo, quizás un momento de silencio total en que desfilan una tras otra una larga cadena de imágenes de animitas a lo largo de un camino (se dice que son más de seiscientas en un camino de 200 kilómetro). Silencio para observar la muerte que está al borde de la ruta, mientras hemos estado corriendo de un lado para otro.
Es un largometraje lleno de matices que se hace cargo de dar con los elementos claves del instante en que fue filmado, como una pequeña cápsula del tiempo bien afilada y sin temor a ir en contra de todos e incluso en contra de nosotros mismos.
Ficha técnica
Título original: Nu astepta prea mult de la sfârsitul lumii
Año: 2023
Duración: 2h 43min
País: Rumania
Director: Radu Jude
Guión: Radu Jude
Elenco: Ilinca Manolache, Nina Hoss, Uwe Boll, Katia Pascariu, Sofia Nicolaescu, Dorina Lazar, Ovidiu Pîrsan, László Miske
Productores: Diana Caravia, Adrien Chef Claire, Dornoy, Radu Jude, Ankica Juric Tilic, Giorgos Karnavas
Edición: Catalin Cristutiu
Plataforma: Pronto en Mubi