FIDOCS Crítica de Cine “Los Hiperbóreos”: Un viaje surrealista a los abismos de la historia chilena

 

Por Victoria Bustos Arancibia

La nueva cinta de León y Cociña Los Hiperbóreos, pone a prueba los límites de la realidad, produciendo una experiencia que, como sus precedentes, se opone a las categorías convencionales de narración cinematográfica. Esta obra es un viaje paranoico y provocador, que encuentra su eco en las inquietudes de una sociedad que a menudo se siente atrapada entre el pasado y el presente, la ficción y la verdad.

A modo de collage bizarro entre acción en vivo, muñecos, stop-motion y la colaboración actoral de la psicóloga y actriz Antonia Giesen (quien interpreta una versión de sí misma en el largometraje), la cinta entrelaza diversos elementos y géneros que van desde el docudrama y el folklore a la fantasía y el delirio, con secuencias propias del surrealismo en el ámbito de una instalación teatral en desplazamiento constante. Este eclecticismo visual, exige la atención de todos los espectadores a cada segundo.

Así Antonia nos narra cómo es que alguna vez habría tenido un paciente que escribió una especie de guion cinematográfico como parte de un tratamiento clínico, indicado por Giesen. Supuestamente este guion dio lugar a toda una producción para dar vida al oscuro legado de Miguel Serrano, un diplomático y escritor chileno que propagó ideologías neonazis el siglo pasado, y quien habría inspirado o directamente comunicado estas ideas desde el más allá al paciente, un hombre identificado como “el metalero”. Los Hiperbóreos no es esa película –un dispositivo narrativo que nos obliga a cuestionar qué es real– es más bien el documento al estilo del metacine de que alguna vez existió esa película, sobre Miguel Serrano, sobre sus teorías esotéricas y visiones de mundo fascistas. Es un ejercicio de memoria que recrea la película que pudo ser pero que se perdió, ya que fue extraída junto con material y equipo de filmación desde los estudios de León y Cociña, y compañía.

Serrano, últimamente relegado al olvido, resurge como un espectro que provoca un examen crítico no solo del pasado ideológico de este país, sino de las repercusiones que esos pensamientos insidiosos aún pueden tener en la actualidad. El llamado a recordar es, en última instancia, un llamado a reconstruir tanto la creación artística del equipo creativo, como también el ayer dictatorial de Chile.

La película aborda a Miguel Serrano, no desde una perspectiva histórica o de tipo biopic clásico, en cambio lo inserta en un contexto más amplio que abarca desde la dictadura de Pinochet hasta los ecos de sus líneas extremistas, que confluyen con el mito del hiperbóreo, una figura mítica en las tradiciones nórdicas, y se cruza con las leyendas más fantásticas de la supremacía racial de los Nazis. León, Cociña y Alejandra Moffat exploran este fenómeno mediante una visión caleidoscópica, tan absurda como aterradora. Lo que sigue es una travesía por paisajes extraños llenos de ciencia ficción y conspiración política, mientras que Antonia va perdiendo los vínculos con la realidad que nos estaba narrando, y trata de cumplir con una particular misión. Ante estos eventos, el espectador es invitado a disputar los límites de la percepción individual y colectiva, y a reflexionar sobre la historia universal y la manipulación humana de la misma.

La ambición visual de Los Hiperbóreos es indiscutible. Expande el sello distintivo del estilo que ha trabajado la dupla chilena, especialmente en La Casa Lobo (2018) y Los Huesos (2021), fusionando esta vez títeres y actores de carne y hueso, incluyendo la participación en escena de sus directores con una presencia híbrida, explorando en una película propia lo que pusieron a prueba con su participación en el universo onírico de Beau is Afraid (2023) de Ari Aster. Además, la elección de realizar la filmación dentro del Centro Cultural Matucana 100, un espacio que se convierte en parte activa del relato, añade una capa de interactividad que invita a la audiencia a ser partícipe del proceso en función de testigo. Es cine, escultura, teatro, arte conceptual, testimonio, manualidades, todo a la vez.

El diseño sonoro y de arte hacen un trabajo excepcional al crear un ambiente cargado de tensión y confusión, consigue calzar el sonido con cada mundo entre los cuales salta la historia, sumándose a las texturas vibrantes y los colores apagados con los que juega el filme, presentando una puesta en escena que recuerda a un laboratorio de experimentación artística.

Los Hiperbóreos no es para todos, pero sí una película que promete despertar todos los sentidos. Su historia diluida entre la locura y la razón, y la pluralidad de formatos, puede resultar desconcertante para algunos y difícil de digerir. No obstante, su fragmentación parece ser exactamente lo que mueve a la propuesta estética y conceptual de sus creativos, la cual incluso en el desenlace se mantiene en las fronteras de lo ambiguo. Finalmente, logra ser una vivencia de cine única, la cual provocará discusiones sobre su significado mucho después de que las luces se hayan apagado en la sala de cine.

Ficha técnica

Título: “Los Hiperbóreos”

Duración: 70 min

Año: 2024

Género: Documental; Ciencia ficción; Experimental

País de Origen: Chile

Director: Cristóbal León y Joaquín Cociña

Guion: Cristóbal León, Joaquín Cociña y Alejandra Moffat

Reparto: Antonia Giesen, Francisco Visceral, Jaime Vadell

Producción: Catalina Vergara

Fotografía: Natalia Medina

Edición: Cristóbal León, Joaquín Cociña y Paolo Caro Silva

Sonido: Claudio Vargas

Música: Valo Aguilar

Distribución: Storyboard Media

Estreno en salas de cine: 28 de noviembre de 2024

Competencia Nacional FIDOCS Edición 28

 

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