Por Valentina Gilabert
Bebedora compulsiva, fumadora, prostituta, cantante apasionada, madre de una hija, esposa y exesposa. Además de todo eso, Wanita es la reina del Honky Tonk en Australia y la irresistible protagonista del documental I’m Wanita, exhibido durante la última edición del Festival In-Edit.
Tener casi cincuenta años y abrirse paso en la industria musical no es tarea fácil, menos cuando lo que quieres es lograr reconocimiento de tus pares y, en parte importante, de tus más cercanos. No lo es, sobre todo, con tus años más prometedores ocurriendo durante la adolescencia –o al menos según lo que decían– ni con la presión de tenerlo todo para ser exitosa y no cumplir con esas expectativas. Es más complejo, incluso, cuando el tiempo transcurre sin apenas notarlo y veinticinco años pasan volando, viviendo en una ciudad que además de convertirte en una celebridad te lega decenas de frustraciones.
Dicen que pensar en Tamworth, Australia, es pensar en country. Sin embargo, la pequeña localidad está lejos de asemejarse a la gran capital mundial del género, Nashville. Wanita decide emprender un viaje, una búsqueda de su realización personal, precisamente hacia esa ciudad que con los años se ha transformado en un patrimonio musical y epítome del country, donde tantos referentes y artistas de distintos géneros nacieron y se han desarrollado, y donde hasta hace solo unos meses vivía Loretta Lynn, reconocida cantante y compositora de country que falleció en octubre pasado.
Lynn es una de las excusas que llevan a Wanita hacia Nashville, pero no el motivo principal de su aventura. La cantautora viaja para conectar con la música y con sus orígenes. Su madre no tenía educación; su padre, un borracho que desapareció antes de ella se pudiera dar cuenta, dejando un resabio amargo donde la idealización de esa figura inexistente se transformó en el motor para su realización como artista. Dicen que su padre murió por cantar, al menos ese es el relato que escuchó de pequeña. De hecho, Wanita –en un ejercicio de transposición de la realidad– llegó a pensar que el hombre que escuchaba tanto en la radio, Hank Williams, era su progenitor. A pesar de que con el tiempo se dio cuenta que no era hija del ícono norteamericano de música country, gracias a ello se generó esa pulsión por crear música, por convertirse en leyenda.
Wanita comienza un viaje sin retorno en el minuto que decide embarcase en una aventura que habita en el desarraigo, donde se desconecta de su presente –y todas las distracciones que lo conforman– para vincularse a esta nueva figura suya, la del diamante pulido del Honky Tonk australiano. “Cuando avanzamos estamos solos”, dice la protagonista en una travesía donde deja atrás sus responsabilidades, los reclamos de desplazamiento de su hija y a su marido turco con quien pareciera tener diferencias irreconciliables. Avanza como si no necesitara más que su propia motivación.
La película está repleta de declaraciones, como si su protagonista se repitiera a sí misma un discurso que necesita que el mundo escuche: no porque nadie te entienda no significa que no seas una artista. Wanita tiene una personalidad compleja, pero aun así es capaz de generar emoción en lo inesperado, y eso la hace una artista genuina, que cuando más conecta con sus emociones y con su música, deja entrever la nobleza de su corazón.
I’m Wanita permite ver a la artista sin muchos arreglos, con sus decisiones más acertadas, incluso, las conductas erráticas. La muestra al desnudo, con todo lo que ella es, es decir, con todo lo que habría que quererla. Así, el personaje pervive y se instala, desde algún punto, en la memoria musical. El documental retrata a una leyenda que hechiza, y que escapa de su cotidianeidad gracias a la música, pero no solo eso, también convive con ella como su único y gran amor.
Si el espectador al ver esta pieza no la conocía, después de verla no se olvidará de ella. De su particularidad, de la autenticidad y el lujo de verla actuar, pero sobre todo reconstruirse. “Estoy en la era equivocada”, repite una y otra vez, pero su historia pareciera ser que más que eso. Wanita, con todo el tiempo y presente en contra, está en el lugar donde tiene que estar.
Ficha técnica:
Título: “I’m Wanita”
Año: 2021
Dirección: Matthew Walker
País: Australia
Duración: 88 minutos
Género: Documental