IN-EDIT Entrevista a director del documental «L’Escale» Antoine Sextier: «Quería saber cómo era este templo de la música latina en París»

Por Gabriela Bravo desde París

Las calles de París están impregnadas de historia, esa  que se escribe con hache mayúscula: los reyes, la revolución, la declaración de los derechos humanos, las guerras mundiales, mayo del 68, los atentados del Bataclan. Los grandes monumentos, los palacios, las catedrales, siempre abarrotados de turistas, fotografiando, observando, inundando el paisaje.

Nadie puede negar la influencia de Francia en el mundo de la cultura, sin embargo, a veces las historias, esas que se escriben con hache minúscula, pueden esconder una influencia tan importante como los grandes acontecimientos.

Antoine Sextier se dio a la tarea casi arqueológica de rescatar todos los pedacitos de una historia desconocida y olvidada que tendría una enorme repercusión en la música latinoamericana. Sonidista de profesión, Sextier debuta en el mundo de los documentales con L’Escale, una investigación que comenzó hace casi 10 años sobre un cabaret francés que acogió y difundió a los músicos e intelectuales latinoamericanos durante décadas.

Oriundo de la región de Alsacia, pero residente parisino por más de 20 años, Antoine Sextier habla perfectamente español y conoce la música latinoamericana como si hubiese nacido en ese continente. Casado con una chilena y melómano empedernido, el director conjuga estas dos partes de su propia historia para dar vida a un documental alegre y nostálgico a la vez. Así, el cineasta francés rescata la historia de este humilde cabaret del Quartier Latin en donde pasaron Violeta, Angel e Isabel Parra, Atahualpa Yupanqui, Gabriel García Márquez y otros próceres de la cultura latinoamericana, antes de transformarse en lo que serían.

El documental L’Escale será proyectado en Chile como parte de la selección oficial del 18° Festival Internacional de Cine y Documental Musical IN- EDIT Chile que se llevará a cabo en Santiago del 7 al 12 de diciembre.

En exclusiva Culturizarte entrevistó a Antoine Sextier en París.

¿Cómo nace este documental?

Mi pasión por la música se tranpasó a la música chilena y latinoamericana en general, así comenzó la historia. Lo que me hizo pasar a la acción fue el fallecimiento de Mercedes Soza, porque sentí que esa generación de artistas se iba a morir. La primera idea que me vino a la cabeza fue «si no lo hago ahora van a desaparecer».

Mientras estaba leyendo libros sobre Violeta Parra me encontré con «L’Escale», el templo de la música latinoamericana en París, una, dos, tres veces, entonces me interrogué sobre qué era este lugar. Empecé grabando de manera informal primero a una persona, luego a otra, y así se fue desarrollando hasta que me dije que tenía que hacerlo. Este es mi primer documental, pero tengo la ventaja de ser técnico en sonido, yo conocía el ambiente, he trabajado con directores desde hace muchos años, he trabajado en documentales, reportajes, ficción y cortometrajes. Al ver como los otros lo hacían me sentí capaz de hacerlo, así llegué a hacer todo este proceso de una manera autodidacta.

¿Qué es L’Escale?

L’Escale es un bar pequeño o un cabaret, donde hay un escenario pequeño, una tarima donde tocan los músicos y alrededor hay gente. Esto empezó entre 1952 ó 1953 pero no era un lugar de latinoamericanos, estos fueron llegando poco a poco para transformarlo en un lugar de encuentro de los latinoamericanos de habla española. Este bar duró hasta los años 90 y luego se terminó. En resumen es un bar del Quartier Latin (del barrio latino) que comenzó en los años 50 hasta los 90, era un lugar muy pequeño pero que tiene la característica de que todo el mundo pasó por ahí.

¿Tienes anécdotas con personajes conocidos?

Gabriel García Márquez estaba escribiendo su segundo libro y no tenía plata, entonces sus amigos le dijeron «ven con nosotros, toma unas maracas te pones a tocar allí atrás y te ganas una platita para comer». Esto para mostrar el nivel de bohemia y pobreza que había. Luego él ganó el premio Nobel de Literatura. Una vez en una entrevista que dio en Cuba, él dijo que había tocado en L’Escale. Algo parecido pasó con Mario Vargas Llosa que tiene toda una secuencia en su libro Travesuras de la niña mala que sucede en L’Escale. El documental muestra este aspecto afectivo que muchas personas tuvieron con este lugar, que era pequeño pero grande por las personas que asistían y por el cariño que le tenían.

¿L’Escale es un lugar conocido en París?

No. Esto es algo bien particular y tiene que ver con la visión de ciertas épocas, porque cuando las épocas cambian la visión de las cosas cambia. América Latina está fuera del mapa mental de Francia ahora, pero en los años 70 no era lo mismo, ya que este lugar fue conocido porque desarrolló la música andina en esa época, pero no es un lugar conocido en Francia. Fui a una exposición al museo de le Inmigración sobre el aporte musical de la inmigración en París y L’Escale no estaba.

Tú estás haciendo un trabajo de arqueología musical

Es una palabra que ya ha aparecido en la boca de otras personas. Creo que era necesario porque yo veía pasar el tiempo y veía que esta historia se estaba llendo a la basura, entonces me dije es ahora o nunca. Fue la urgencia lo que me permitió desarrollar este proyecto, tenía los testimonios, las historias y sentí que tenía que hacerlo porque la gente se estaba muriendo, recogí casi sus últimas palabras, fue algo fuerte porque tomé un compromiso con esa gente.

Entonces, tal vez este lugar no es reconocido en Francia, pero ¿influyó en los artistas latinoamericanos cuando estos volvieron a sus países de origen?

Quiero hacer notar una sutileza, no es que este lugar no haya tenido una influencia en  Francia sino que Francia no se ha dado cuenta, que no es lo mismo. Con la visión de ahora lo que pasó en los años 70 no tiene tanto valor pero fue un fenómeno mayor, los volúmenes de discos que salieron eran enormes. Fue una época en donde la gente iba a India, a Katmandú y también donde la gente tocaba la quena en Francia, lo que pasa es que ahora eso ya no es actual, pero es parte de la historia de Francia. Creo que hay un asunto cultural en que Francia tiene que volver a ver su historia y la relación que tuvo con América Latina desde el punto de vista musical, que fue muy grande en los años 70. Hay que ver la generación de mis padres, todo el mundo tenía discos de música andina, y eso viene de algún lugar, de dónde? Entre otros de L’Escale.

Por otro lado, la influencia en la música latinoamericana y especialmente en la chilena es mayor. Hay grupos y personas que tuvieron una influencia directa como Angel e Isabel Parra que estando acá pudieron ver a músicos de Venezuela, Perú, Bolivia, Paraguay. Cuando volvieron a Chile grabaron discos que para los chilenos fue algo completamente nuevo y esto lo adquirieron en París, en el Quartier Latin. También crearon la Peña de los Parra.

Entonces la idea de la Peña de los Parra ¿la traen desde Francia ?

Si, de L’Escale. Por ejemplo en L’Escale había una red de pescador como adorno y los hermanos Parra pusieron la misma en su peña, recrearon la misma decoración minimalista. Gilbert Favres cuando se va a Bolivia y crea la Peña Negra lo hace con este mismo modelo, con actuaciones de pequños grupos de música –de 2 ó 3 personas- que iban alternando. Ese era el modelo de L’Escale.

¿Pero este era un modelo francés o algo específico a L’Escale ?

Después de la Segunda Guerra Mundial viene la era de los cabarets, comenzó a escucharse el jazz, la canción de protesta francesa ( Brassans, Ferré, etc). Entonces este modelo, es el de los cabarets. La gente necesita salir porque ya se había acabado la guerra y los jóvenes habían pasado mucho tiempo encerrados. Es un momento bien específico en Francia, de liberación, donde todavía no existía la TV, entonces la gente salía, iba de un bar a otro, con música en vivo. L’Escale tiene este modelo de cabaret, yo lo estudié porque tenía la especificidad de ser latinoamericano y duró mucho tiempo. Al lado de L’Escale había un cabaret que lo manejaba un español que se llamaba La Candelaria, donde también pasaron los Parra, pero L’Escale fue más emblemático.

¿Cómo se transforma L’Escale en el semillero que fue de los músicos latinoamericanos en París, que tiene un gran impacto en la música de los años 70?

París era un centro cultural en esa época, había muchos estudiantes de Bellas Artes que venían a ver las pinturas, a los expresionistas, había un sistema de becas que permitía venir a Francia a estudiar arte, entonces muchos llegaron sin nada, solo con su maleta y nada más. Así se preguntaron cómo me gano la vida ? Bueno, voy a ir a tocar a L’Escale. Entonces es un lugar de encuentro. La gente iba a la calle Monsieur Le Prince porque había varios lugares, entonces ahí se podía encontrar trabajo y podías salir a divertirte. L’Escale fue un punto central en esto. En esta época ese es un barrio bohemio, popular, algo muy diferente a lo que es hoy. También era un barrio de estudiantes, estaba la Sorbonne al lado, se vivió mayo del 68.  Y hay que saber que el Quartier Latin o Barrio Latino, no es porque había latinos, sino porque se estudiaba el latín, es algo chistoso porque la gente cree que es porque estaban los latinos, pero no es así.

¿Este lugar sirvió para que artistas latinos produjeran discos en Francia?

Hay que pensar que esto es antes de The Beatles, el mundo no era solo anglosajón. Entonces la música exótica que escuchan los franceses era italiana, española y dentro de este mundo están los latinos. Hay un real interés del público, la gente quiere tener música de todo el mundo. Pero es la quena la que pegó con más fuerza. Hay una señora que se llama Ariane Ségal que trabajaba para Barclays – quien graba los primeros discos de Violeta Parra en París- que dice: «voy a hacer un disco de quena» y su empresa le dijo que no. Entonces ella creó su sello, sacó el disco La flûte indienne con los Calchakis y vendió millones. Una forma de estrategia de marketing era mostrar al «indio real», yo recuerdo cuando chico ver las carátulas de los artistas con el poncho y todo lo demás. Se vendió porque era un sonido nuevo. De L’Escale salieron un montón de discos y grupos, porque las productoras decían por ejemplo « quiero un disco de arpa » entonces llegaban a L’Escale tomaban un músico de arpa, un músico de aquí, otro de allá y se iban a grabar el disco. No había el concepto de artista tan formal como ahora, era más relajado.

Hoy con el mundo globalizado y conectado nos cuesta pensar que cada país tenía su música y sus músicos. Pero pareciera que este lugar fomentó un «latinoamericanismo» en la música, que también tuvo su expresión en los movimientos políticos

Primero que todo L’Escale era un espacio físico donde había un público. L’Escale se desarrolla al mismo tiempo que Cuba, el Che Guevara, Mayo del 68, los golpes de estado de América Latina. Todos estos fenómenos se produjeron en paralelo y todo está ligado. Los latinoamericanos formaban un grupo en París, algunos estaban politizados y otros no.

Pero esto también tiene que ver con la mirada del público francés, antes del 68 el público es más formal, después ya comienzan a ir con el pelo largo, barba, bolsos de lana, es notable el cambio. Después del 73 la música latinoamericana es política y así les gusta a los franceses.

¿Cómo un francés se interesa en este tema tan específico de la música latinoamericana ?

Tiene que ver con mis gustos, porque sobre todo es una música popular, es una música pop. Lo que a mi me motivó es que es una música que viene de la gente, que se aprende a través de la familia, en la calle. Me gusta la cultura latinoamericana de las regiones : que un valle tenga una música propia, que esta otra región tenga otra sonoridad diferente, también por la profundidad de la música, que es increíble.

¿Esa música la escuchaste cuando niño?

Cuando chico vi a Quilapayún en la TV y ni me acordaba. Buscando material en el Instituto Nacional Audiovisual (INA) vi que todos estos grupos pasaron en la TV, al lado de Dalida (cantante muy famosa en Francia) estaban los Calchakis, donde la presentadora se equivocaba con el nombre y ellos  explicaban los instrumentos que usaban. Esta música formaba parte del paisaje televisivo francés, era algo popular.

Pero es cuando conocí a mi esposa chilena que traté de comprender, ahí me puse a investigar para saber. Qué es una cueca, escuchar el sonido de una trutruca, cuáles son los ritmos, yo no conocía nada, entonces fue la curiosidad lo que me motivó. Así conecté con este lugar francés, que sinceramente estaba al lado, a unas cuantas estaciones de metros y donde algunos de sus protagonistas aún están vivos. Llegué justo en el buen momento porque ya muchos se estaban haciendo viejos. Quería saber cómo era este «Templo de la música latina» en París.

¿Qué personajes conocidos pasaron por L’Escale?

Violeta Parra, Ángel e Isabel Parra, Atahualpa Yupanqui, Brigitte Bardot con su padre venían muy seguido, hay uno video clip donde Brigitte Bardot está vestida con ropas folclóricas de Colombia. Serges Gainsbourg hizo canciones con Los Incas. Entre los años 50 y 70 fue parte de la cultura pop de Francia.

Otros que también participaron fueron Gabriel García Márquez, Eduardo Falú, Alejo Carpentier, Miguel Ángel Asturias. Pablo Neruda era amigo de uno de los músicos de L’Escale. Los Machucombo que fue un grupo que vendió muchos discos.

Una anécdota de este grupo es que la dueña de L’Escale, Madame Louise, dijo que iba a vender el cabaret  y que lo iba a transformar en un almacén, los Machucombo acababan de sacar « Pepito » una canción que vendió 7 millones de copias y le dijeron, « no, nosotros te compramos el local », así que ellos fueron los dueños hasta los años 90.

¿Te costó mucho hacer este documental?

Empecé en 2013. En esta fecha comencé a grabar las primeras cosas. Lo que más me costó fue encontrar la manera de contarlo porque me gusta mucho la historia, los detalles, entonces lo más difícil fue el trabajo de selección. Lo otro es que no hay ningún video de L’Escale al interior, entonces todo fue testimonios, fotos, animaciones. Batallé para conseguir las fotos, llamé a todo el mundo para conseguirlas. Algo complejo fue encontrar a los testigos más antiguos porque me interesaba llegar al principio de todo esto, afortunadamente pude encontrarlos.

Simpaticé con muchos de los entrevistados, nos llamamos, tuvimos una conexión, y es que había mucho humor y libertad, ellos tienen otra visión del mundo, vivieron relajados haciendo lo que les gustaba. Es gente feliz, que está contenta con su vida y no tienen esta concepción pequeño burguesa, es gente muy generosa.

Me gustó mucho conectar con esta historia y también con la generación de mis padres. Imagínate que la gente llegaba sin nada y los franceses los acogían, con una buena actitud, con curiosidad y ahora no es lo mismo. Es también una mirada sobre Francia porque esta historia se vivió bien, fue algo fluido, un real intercambio, entonces da para pensar en cómo podemos recuperar un poco de eso, sin ser nostálgico.

Este documental quiero que sea una puerta para que otros sigan investigando, porque , por ejemplo, en Chile es una pieza del puzle que faltaba.

Ficha Técnica

Título: «L’Escale»

Dirección: Antoine Sextier

Género: Documental Musical

 

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