En una nueva apuesta por la novela negra, después de su paso por la ciencia ficción con Ceres (Minotauro, 2021), Martínez vuelve a librerías con su quinto libro publicado, que llega de la mano de Tajamar Editores.
Con Los tres duelos del detective Bernales, José Miguel Martínez vuelve a la novela negra, género que ha ido cultivando a lo largo de su trayectoria literaria y que le valió el favor de la crítica con Tríptico de Granola (2020), su tercer libro. Ahora, con esta nueva obra, Martínez retoma donde los dejó al gordo Granola y al detective Bernales —personajes presentados por primera vez en El diablo en Punitaqui (2013)—, demostrando una vez más una solvencia escritural que está a la altura de la ambición que propone su nuevo trabajo.
La novela narra la historia del detective Bernales quien, inmerso en la bruma de la morfina, se entrega a reconstruir la crónica de los acontecimientos. Lo imaginado y lo deseado, lo ocurrido y lo que pudo o debió haber ocurrido, la voluntad y la ataraxia, se dan cita en el monólogo de Bernales para dar cuenta de tres versiones de un mismo duelo, tres versiones del momento en que en cámara lenta vio cómo la bala de un revólver Colt buscaba a toda velocidad incrustarse en su cuerpo y condenarlo así a la silla de ruedas.
Por medio de un lenguaje poético que encierra una profunda compasión, evocando las tradiciones del género, Martínez profundiza en la intimidad y la humanidad de personajes que ha explorado ya en buena parte de su obra. “Bernales no tiene claro los eventos de ese enfrentamiento con Granola y, mediado por una reciente adicción a la morfina, va a intentar reconstruir en su memoria el momento del duelo”, señala el escritor. “Es una novela policial en la superficie pero, en definitiva, se trata de una novela interior, que toca algunos temas como la disolución familiar y también la reconstrucción de la memoria personal.”
La obra, publicada por Tajamar Editores y disponible a partir de esta semana en librerías, fue también finalista de la primera versión del concurso Puerto Negro de la Universidad Andrés Bello. Además, a fines de abril fue presentada por las escritoras Paula Ilabaca y Julia Guzmán en el Café Literario Santa Isabel de Providencia. “En esta gran novela se entrecruzan narraciones que pueden aclarar y, al mismo tiempo, oscurecer los hechos”, escribe Julia Guzmán Watine en su texto de presentación. “Sin embargo, eso no importa porque no estamos frente a una investigación convencional, nos enfrentamos a una pesquisa, entre la espesura de otros misterios, que se impregna de los fracasos, las obsesiones y las decisiones destructivas de los personajes”.
Arquitecto, escritor y traductor, Martínez escribe desde Frutillar, en el sur de Chile. Ha publicado el volumen de cuentos El diablo en Punitaqui (Tajamar Editores, 2013; Premio del Consejo Nacional del Libro y la Lectura 2012), las novelas Hombres al sur (Tajamar Editores, 2015) y Tríptico de Granola (Tres Puntos Ediciones, 2020; Premio Pedro de Oña 2017), y el volumen de relatos de ciencia ficción Ceres (Minotauro, 2021). Ha traducido, además, a James Baldwin, S. Craig Zahler y Jack London, escribe ensayos y crónicas para el diario digital Cine y Literatura, y es conductor del podcast Cátedras Paralelas, donde conversa sobre libros y lectura.
Los tres duelos del detective Bernales
José Miguel Martínez
Tajamar Editores
196 páginas
Precio de referencia: $23.900
Contraportada
Suena un teléfono. El detective Bernales, inmerso en la bruma de la morfina, se entrega a reconstruir la crónica de los acontecimientos. Lo imaginado y lo deseado, lo ocurrido y lo que pudo o debió haber ocurrido, la voluntad y la ataraxia, se dan cita en el monólogo de Bernales para dar cuenta de tres versiones de un mismo duelo, tres versiones del momento en que en cámara lenta desenfundó su Smith & Wesson y vio cómo una bala de un revólver Colt buscaba a toda velocidad incrustarse en su carne.
Suena un teléfono. Bernales contesta y vuelve a su pesadilla doméstica: la pila de platos sucios en la cocina; la silla de ruedas; la suciedad y el polvo; las jeringas vacías por doquier; las fotos de diversos crímenes dispuestas en el suelo, muebles y sillas, armando un gran rompecabezas ya tatuado en su piel. También vuelve a su realidad irrevocable: Franca, su esposa, lo ha abandonado con su hija y de ahora en adelante solo deberá vivir para fundirse en el Gordo Granola, el criminal al que persiguió sin éxito por años. El mismo Granola con el que, veinte años antes, fumaba amistosamente en la Plaza de Punitaqui mientras le contaba de las pesquisas por los crímenes recientemente ocurridos: El mismo Granola con el que también fumó otros cigarros minutos antes de enfrentarse con él y ver cómo de su revólver Colt una bala giraba y giraba a toda velocidad para incrustarse en su cuerpo y condenarlo a la silla de ruedas. Pero suena un teléfono.
En esta nueva novela José Miguel Martínez retoma donde los dejó en Tríptico de Granola, su anterior obra, al Gordo Granola y al detective Bernales. Entre lo sucedido, lo onírico, lo imaginado, lo deseado, lo reconstruido, Martínez muestra una solvencia escritural que está a la altura de la ambición de este arco narrativo que va y viene de los distintos posibles presentes a los distintos posibles pasados, arco teñido de un lenguaje poético que encierra una profunda compasión. De Tríptico de Granola la crítica dijo:
«Una sorpresa muy grata […] Una original construcción».
Juan Carlos Galindo, El País.
«Un relato bullente de acción, movedizo, centrado en una estirpe maldita de hombres que se nutren de violencia. Martínez […] logra generar una historia oscura y perversa de muy buena factura».
Patricia Espinosa, Las Últimas Noticias.