Entrevista a actores de Los Monstruos: La obra mas premiada del Teatro Argentino 2016, se presenta en el Teatro Municipal de Las Condes.
Mariano Chiesa: “Es una obra que todo el tiempo te hace caminar sobre una cuerda floja”.
“Los Monstruos”, la multipremiada obra de teatro musical dirigida por Emiliano Dionisi y Martín Rodríguez, y protagonizada por Natalia Cociuffo y Mariano Chiesa, es una mirada sin filtro a la relación entren padres e hijos. En su estreno en Chile, entrevistamos a sus protagonistas y al director musical, quienes nos contaron detalles del obra, del proceso creativo, de las dificultades y desafíos que tuvieron que enfrentar, y sus expectativas con su estreno en nuestro país.
Claudio y Sandra saben que sus hijos tienen cualidades únicas, que los separan de la media. Ellos son especiales ¿O no es así? Es cierto que tuvieron algunos problemas de conducta, que no hacen amigos fácilmente y que casi nunca los invitan a los cumpleaños. Mejor, solo un buen padre sabe proteger a su hijo de un mundo monstruoso ¿O no es así?
Natalia Cociuffo: Mi personaje es Sandra, la mamá de Lola, que tiene nueve años, es ama de casa, trabaja en una oficina, tiene una vida bastante normal en apariencia. Está casada con Alfredo, no tiene un matrimonio feliz, tuvo una infancia un poco complicada, tiene una madre fuerte también. Es una madre muy intensa, muy controladora, muy sobre protectora de una nena de 9 años que es muy tímida, muy introspectiva, ella es todo lo opuesto a la hija. Todo lo que ella presenta la sofoca mucho a la nena, entonces la nena tiene una personalidad muy retraída, dónde todos los maestros, todo el mundo le dice que es muy calladita. Es una nena muy adulta, porque la madre la trata de igual a igual. Hay una escena muy puntual que no quiero develarla, pero donde se nota mucho el tipo de relación que tiene con esa hija. Lo compuse un poco buscando las mujeres de mi vida, un poco mi madre, un poco mi abuela, un poco algunas tías, algunas amigas, viendo a amigas como crían a sus hijos.
Mariano Chiesa: Mi personaje en la obra es el papá de un nene. Es un padre soltero, tiene unos cuarenta y tantos años, no le han salido muy bien las cosas en la vida, pero hace todo para que su hijo sea feliz. Le es condescendiente en absolutamente todo, y el todo el tiempo hace todo lo que tiene a su alcance para que su hijo sea feliz y que no se sienta esa falta de la madre. Tengo el placer también de poder hacer a mi propio hijo. Yo hago a Patricio también. Patricio tiene 11 años y no hay cambios de vestuario, no hay cambios cinematográficos de luces, lo que se hace es jugar simplemente con una postura corporal y cambiar el tono de voz un poco para que la gente pueda imaginarse. Es una obra que te permite imaginarte un montón de cosas. Hay personajes que no están en escena y el público tiene que ir llenando esos espacios, o esas posibles preguntas que te está dando ese personaje que no está en escena. Es una obra, nos gusta decir, donde el espectador tiene que estar muy atento.
¿Cómo construiste al personaje? ¿En qué te basaste? ¿Tienes hijos?
Natalia: No soy madre, entonces tuve que organizar un mundo que no lo tengo. Tengo perros, entiendo de ese amor y de ese momento donde también no toleras o no tienes paciencia y tienes que educar, otra cosa, son perros, pero quiero decir, esa angustia y el amor desbordado, como casi todo al mismo nivel por momentos, por amigas que tengo y veo como es su mundo y veo como son los pensamientos, la cotidianidad de esas mujeres, con esos padres, con esos maridos, entonces fui armando un poco ese rompecabezas. De todas maneras siento que cada noche Sandra encuentra algo en el vivo.
Mariano: Hoy es la primera vez que puedo decirlo, pero si, voy a ser papá. La verdad es que hubo una diferencia muy grande entre mi primera función sabiendo que voy a ser papá y mi última función sin serlo. Más allá de todo eso, nosotros fuimos componiendo obviamente con marcación del director, de Emiliano Dionisi, y siempre vas robando de cosas que te han pasado en la vida. Yo le he robado a un amigo que tenía que era mucho más grande que yo y ver como trataba a su hijo, mi hermano viendo como trataba a Camila, mi sobrina, mi papá diciéndome exactamente una frase que dice la obra, diciéndome: “¿Sabes que pasa Mariano?, nadie te enseña a ser papá”. Realmente se fue componiendo de esa forma, se fue armando, fueron un mes y medio más o menos de armado de la obra, se montó, participó de una cosa que se llama La Bienal en Buenos Aires, que es un concurso dónde se abría para 700 obras la posibilidad de poder ganar un subsidio. Entre esas 700 fueron elegidas 50 y dentro de esas 50 ganó “Los Monstruos” y nos encontramos con Natalia trabajando por segunda vez, nosotros trabajamos mucho en teatro comercial, y cuando leímos la obra, no podíamos creerlo. Era ¿cómo interactúo con el aire? Era tres veces más difícil, era un desafío muy grande. Cada función es adrenalínica. ¿Sabes que pasa algo con esta obra?, que siempre salimos con miedo a escena. Nos sentimos seguros porque hay cosas que podemos llegar a controlar, pero al estar también una hora, 40 arriba del escenario, todo el tiempo los dos, sin poder salir. Hay dos lugares específicos para poder hacerle una marcación a nuestro director musical, a nivel técnico y si vos sigues, y necesitas una marcación, es porque está todo bien entonces es muy adrenalínica. Es una obra que todo el tiempo te hace caminar sobre una cuerda floja. Hay muchísima cantidad de texto, es tremenda la cantidad de texto que tiene. Como actor, fue un desafío muy grande. De hecho, me costaba tanto memorizar los textos que empecé a dibujármelos. A partir de dibujármelos, me los empecé a memorizar mucho más fácil y un día me vio el director esos dibujos, mientras estudiaba, y me hizo una propuesta: “¿Me mandas los dibujos que quiero verlos?” Le mandé los dibujos y a raíz de eso la escenógrafa se basó en esos dibujos y por eso es que está todo el piso dibujado con garabatos. Sin quererlo, un día me los pidió y cuando llegamos al ensayo me dijo: ¿”Viste el piso?” “Está buenísimo” “Se basaron en tus dibujos” yo yo ¿qué?”. Fue muy lindo.
¿Cuál fue el mayor desafío de interpretar este personaje?

Mariano: A mi me cuesta mucho retener texto. Es algo con lo que realmente lidio cuando vienen este tipo de proyectos. Yo tuve que empezar mucho antes que el resto, porque me cuesta mucho retener el texto. La verdad es que si, me he encontrado con ese tipo de desafíos. Lo vocal quizás lo puedo manejar mucho mejor, porque me han pedido, en 14 años como locutor, me han pedido que haga las cosas más extrañas que te puedas imaginar, precisamente por eso me conocen en Argentina. Por la ductilidad, por la versatilidad por cambiar la voz y para poder hacer la voz de un tipo super (hace voz ronca), pero a eso sumarle la emoción de lo que te pasa adentro, y que en la última escena, estamos temblando literalmente. Hay una dirección que es: contengan cualquier tipo de llanto, hasta el final, aguanta, aguanta, y eso lo vas viendo, lo vas viendo, en el cúmulo, y los dos estamos que no podemos más. Eso hace que sea un desafío también muy grande.
¿Cuánto tiempo de ensayo tuvieron?
Natalia: Entre dos y tres meses.
Natalia: Estrenamos en septiembre del 2015, en el marco de la Bienal, que fue la que nos dio la estructura para poder hacerlo, ganamos un concurso, los autores, y de ahí fuimos convocados nosotros, y ahí no paramos más. Pensamos que iba a ser una temporada, en el marco de esto, y cuando terminó, dos meses eran, nos fue tan bien, que dijimos bueno, continuamos solos. Nos arriesgamos y nos fue increíble.
¿Han hecho gira por varios países?
Natalia: Chile es el primer país al que vamos. Tenemos mucha expectativa. En Argentina fuimos a varios lugares pero primera vez que salimos así.
¿Qué esperas del público chileno? ¿Cómo crees que se lo va a tomar?
Natalia: No sé, yo creo que somos muy parecidos. También pasa en Argentina, que hay público que es un poco pacato y que le parece una obra un poco fuerte, que toca un tema y desborda hacia el final. Tiene una dramaturgia muy intensa, casi violenta. Los personajes se van desbordando a medida que pasa la obra, entonces tiene que ser un público que esté muy activo, porque es una obra donde nosotros no estamos solos en términos actorales porque yo, por ejemplo, le hablo muchas a mi hija, o le hablo al director, le hablo a personajes imaginarios, y si vos no estás atenta, o te sientas y es un recital o lo que fuere, te pierdes la mitad. Entonces tiene que ser un público re contra activo que esté pensando qué le dijo, por qué ella está respondiendo eso. Yo te dejo los puntos suspensivos y vos tienes que rellenar.
Mariano: Ojalá que les encante. Yo creo que les va a gustar mucho. Me ha pasado, por ejemplo, de ir a México, y conocer la idiosincracia del mexicano, conozco la idiosincracia del brasilero, por ejemplo, y me hablaron tanto de Chile, que vengo con mucho respeto, Me han hablado: “Si, esta todo bien pero no te hagas el canchero, te pegan un cachetazo”. Entonces vengo con mucha expectativa, pero tranquilo, porque también tener la expectativa muy abierta, no sabes. Cada función en Buenos Aires era diferente. Había gente que se mataba de la risa en algunos lugares, había gente que en la función después no se ríe.
¿Cómo describirías la obra, género, estilo, temática?

Mariano: Es una obra, si se quiere, dramática con tintes de mucho humor, y es teatro musical. No es una comedia musical. Hay un montón de cosas que no cumplo como estructura de comedia musical. No hay una canción de obertura, no hay una canción de héroe (canta) no ocurre nada de eso. Creo que eso es lo que la hace diferente. De hecho, recibió tanta cantidad de premios porque rompió la estructura de lo que la gente estaba acostumbrada a ver en Buenos Aires. No es la típica obra con 15 actores que cantan, bailan y zapatean. Está buenísimo eso, pero creo que apareció en un momento de necesidad de dame algo que me llene. En las redes sociales y todo, hemos recibido comentarios de todo tipo como: “Tengo la panza llena de teatro, gracias”. El periodismo la ha catalogado de “urticante” de “incómoda”, de “increíblemente bella”. Esta obra depende mucho de la historia de cada espectador, y de que te haya pasado a vos.
¿Tiene algo la obra de “Los Padres Terribles” de Jean Cocteau?

¿Cómo fue la relación entre el equipo, con el director, con tu compañero/a actor/actriz?
Natalia: Es muy amoroso, nos queremos mucho, mucho respeto. Emiliano es un director muy obsesivo, que todos los días, hasta el día de hoy, que vamos a cumplir dos años, nos da notas, y está todo el tiempo tratando de que nosotros no nos corramos del eje. Es una obra muy desbordante, entonces puede ser que uno la vuelva cotidiana, la vuelva relajada, la naturalizo. Él todo el tiempo dice no son naturales, no están cómodos. Hay tensión permanente, a lo que uno dice, ya lo sé, ya lo digo bien, ya lo digo natural, ya lo digo creíble, si bien tiene que suceder eso, porque tiene que ser creíble todo, tiene que haber permanentemente el pensamiento y la tensión de no estamos midiendo todo el tiempo en los encuentros. Es un director muy joven, muy inteligente, que ha sabido también darnos la posibilidad y el camino abierto para que nosotros podamos construirlo, desde lo que podríamos y más o menos tenemos. Como nosotros venimos del musical, si bien esto no es un musical, pero trató de que nosotros pudiéramos poner nuestro lenguaje corporal al servicio de la música. El fue muy abierto. Era tan difícil y a mi me angustiaba mucho la letra, y a Mariano también, el tuvo mucha paciencia, si bien es exigente, chao, la letra es esta y no hay otra palabra, es ésta, y quiero que sea esta y que esté al lado de esta otra porque yo sé que quiero este fenómeno, producir éste efecto. Si vos lo dices remarcándolo, por ejemplo, pierde efecto. Si vos dramatizas el drama, pierde efecto. Entonces todo el tiempo hay que estar atento a cómo uno se enfrenta con ese texto, todo el tiempo. Muy interesante, re difícil.
Mariano: La relación siempre fue impecable. Siempre. Yo conocí a Natalia, de haber trabajado en una obra hace muchos años, yo hacía un personaje que era árbol 32, por decirte algo, porque ves cuando aparece el elenco y dice: Príncipe, maestro, director, árbol, árbol 1, 2, yo era el 32. Natalia hacía un destacado y yo era árbol 32 en ese momento, la conocí ahí, y cuando me dijeron que iba a ser ella, también habló de otra actriz, y finalmente cuando me dijeron “Lo va a hacer Natalia Cociuffo” fue como ¡wow! No lo podía creer. No solamente es súper talentosa sino que es super hermosa, nos hicimos muy amigos. De hecho nos hablamos y nos tratamos como si fuésemos dos hermanos. Son muchas horas y es mucho tiempo juntos entonces nos llevamos con todos muy bien. Algo que me gustaría remarcar es que los músicos están todo el tiempo en escena y son tan respetuosos. Los músicos no se mueven, están quietos sin moverse. Eso también habla del respeto que se tiene por el laburo. Yo he trabajado en comedias musicales donde tienes a muchos músicos, tienes la escena y los músicos, que están más atrás, toman agua, destapan la gaseosa, es como “dale! Estoy haciendo una escena!” Nos encontramos con un respeto inigualable. El director, dramaturgo y el director musical son super jóvenes. Martín tiene apenas 27 años, que es el director musical, que está a cargo de dirigir la orquesta, y toca la guitarra. Son super talentosos. Todos.
¿Te gusta cantar? ¿Has hecho musicales?
Mariano: Si, yo empecé en Argentina haciendo musicales, compré los derechos de un musical que se llamaba “Avenida Q” que era un musical hecho con títeres. Lo hice en Argentina, lo produje en Argentina. Yo ya venía cantando y haciendo voces. Yo trabajo como locutor en Argentina hace 14 años. Grabé para Disney, fui la voz de Barney durante muchos años para Latinoamérica (imita voz de Barney) No lo pongo en el curriculum porque a veces me da un poco de vergüenza. Me encanta. Pero esta obra no se basa en la perfección cantada, como puede ocurrir con cualquier obra musical, sino que es más lo que vos transmitas como actor, que se le da esa prioridad. No quiero que sea perfecta la nota, es que te pasa en ese momento, y cómo la cantarías vos si la tuvieras que cantar y fueses un padre. Las emociones sobrepasan la perfección técnica vocal. Obviamente cuando la veas, hay escenas donde estoy llorando completamente y hago un esfuerzo tremendo para poder mantener la nota perfecta, en medio del llanto, pero bueno, es un desafío.
Martín Rodríguez, director musical
Mariano me comentó que los músicos tenían un gran respeto por los actores durante las escenas, manteniéndose en escena durante la hora 40, sin moverse. ¿Cómo enfrentas ese desafío?

¿Cómo describes la música? ¿Cuál fue el pedido?
La obra surge de un seminario que se hizo en Buenos Aires, La Bienal de Arte Joven. Yo cursé este seminario con Emiliano Dionisi, que es el dramaturgo y el director, y estuvimos, por suerte, los dos a la par en la creación. Emiliano hacía sus textos, sus escenas, me las mandaba y yo hacía la música en pos de esas escenas que iban apareciendo. Es una forma de laburo muy linda porque no es que te manden un material entero y vos tienes que ver donde meter, sino que fue todo mucho más orgánico el proceso. De esa forma creo también que por eso la música terminó siendo lo que es. Obviamente el músico siempre hace música en base a lo que él escucha, de su bagaje musical, de lo que viene trayendo, y por suerte el mundo que yo entendía, lo que yo entendía por teatro musical era también lo que entendía Emiliano, entonces la conjunción de las cosas es fuerte, y se ve potenciada. Uno puede decir mi obra es la mejor del mundo, pero si el público y la crítica no la recibe bien, no lo va a ser. Así que estamos muy contentos con esa fusión. La música es una conjunción de géneros y de lo que uno viene escuchando, y lo que uno entiende por teatro musical, obviamente adaptado al mismo género de teatro musical.
¿Qué fue lo más interesante y el mayor desafío para ti de estar en esta obra?
La verdad es que este fue mi primer trabajo en cuanto a hacer la dirección musical, y toda la música y gran parte de las letras. La verdad es que fue un desafío profesional, más que nada por todo lo que hay que hacer para que eso se ponga en escena, la puesta, y que los músicos toquen lo que uno pretende que toquen. Tuvimos que hacer partituras para todos los músicos, de toda la obra, hemos tenido que preparar reemplazos, fue todo difícil y nuevo, porque no era algo de lo que estoy habituado a hacer. Ojalá que los años me dejen seguir trabajando en esto, pero todo fue un desafío y todo fue tomado con la mejor de las predisposiciones, porque es una manera de crecer, y uno crece de los desafíos. Es más, cuanto más difícil es, mejor, y encima si puedes salir victorioso de eso, aún mejor.
FICHA TÉCNICA
Intérpretes: Natalia Cociuffo y Mariano Chiesa
Músicos en vivo: Juan Pablo Schapira (teclado y guitarra electroacústica), Matías Menarguez (batería), Martín Rodríguez (guitarra), Gianluca Bonfanti Mele (bajo)
Dramaturgia: Emiliano Dionisi
Música y letras: Martín Rodríguez
Vestuario: Marisol Castañeda
Asesor de arte en fotos y vestuario: Ezequiel Galeano
Realización escenográfica: Compañía Criolla
Arte en Escenografía: María Chevalier
Diseño de iluminación: Claudio Del Bianco
Asistencia de iluminación: Martín Fernández Paponi
Fotografía: Akira Patiño
Directores asistentes: Juan José Barocelli y Julia Gárriz
Producción ejecutiva: Sebastián Ezcurra
Desarrollo de proyecto: Compañía Criolla
Tutores: Joaquín Bonet y Pablo Gorlero
Dirección musical: Martín Rodríguez
Dirección general: Emiliano Dionisi
Prensa y comunicación: Tommy Pashkus Agencia
Teatro Municipal de Las Condes
Presenta
LOS MONSTRUOS
Fechas
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9 de marzo
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domingo
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12 de marzo
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Miércoles
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Jueves
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Sábado
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domingo
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19 de marzo
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