NERUDA
Crítica a la Película de Larraín
“Todo a la Juguera”
Neruda es la historia de un policía (Gael García Bernal) que por encargo del presidente González Videla, tiene que encontrar y capturar al poeta Pablo Neruda (Luis Gnecco) en Chile en el año 1948. La historia se centra en la persecución y en la aventura que emprende Neruda mientras juega con la idea de ser perseguido. Vive huyendo y escondiéndose en casas de amigos junto a su mujer Delia del Carril (Mercedes Morán), mientras va armando estrategias burlándose de sus captores. Para él nada es tan grave y todo parece un chiste. Aunque su mujer y amigos están asustados, para Neruda esto es más un juego que una verdadera orden de captura.

Lo que realmente me pasa con su cine es que es todo lo contrario a lo que técnicamente se podría catalogar como “buena dirección”, de acuerdo a lo que aprendimos en la escuela.
Larraín siempre trabaja con los mejores guionistas, actores, productores, publicistas, etc. El guión de Guillermo Calderón está muy bueno, así como la actuación de Luis Gnecco y la Producción Ejecutiva de Juan de Dios Larraín siempre impecable. Todo lo que lo que no es la dirección misma es maravilloso. Pero el trabajo de Pablo Larraín me parece realmente insólito.
Aquí una lista de todo lo que Larraín hizo en “Neruda” y que al igual que en sus demás películas, las echa a perder. Para mi, estos son los graves errores de esta película, y que todas tienen que ver sólo con la dirección:
1- Imagen fuera de foco: Insoportable a la vista, y lo peor es que parece pretencioso. Es como hacerlo a propósito para darle un sentido artístico, pero no aporta al relato, ya que lo usa en todas sus películas y nunca ha sido congruente con el argumento, ni con el sentido que se quiere proyectar. Siempre se usa como “choreza” sin más sentido que eso, porque lo usa SIEMPRE. Es incómodo a la vista y eso distrae.
2- Imagen reventada: lo que técnicamente significa que la luz está tan contrastada que el blanco literalmente se revienta y no se ve nada. En Neruda usa este “efecto” todo el rato y es realmente agotador, y no cumple ninguna función. Sólo logra cansar la vista y produce desconexión con la pantalla.
3- Personajes con poca profundidad: En Neruda sobre todo, más que en cualquiera de sus otras películas, Pablo Neruda se muestra solo superficialmente, y como hay tantos personajes secundarios, no se logra desarrollar ninguno bien, y se convierte en un desfile de grandes personajes. Cabe destacar que algunos secundarios son brillantes, y se roban la película, como Amparo Noguera y Roberto Farías. Una de las grandes gracias de la narrativa dramática es que el protagonista cambie, que empiece en un punto A y termine en uno B. Tiene que pasarle algo para que al final se genere un cambio. En ninguna de las películas de Larraín pasa eso, y menos en esta, que con tanto personaje secundario, no da espacio ni tiempo para conocer a los protagonistas, entrar en sus mentes, identificarse, conmoverse y cruzar el puente con ellos, lo que genera una sensación de poco apego con la historia, y lo que les pase a los personajes nos da lo mismo, porque no los alcanzamos a conocer, ni a entender que los mueve, que quieren, que necesitan. No alcanzamos a entender sus deseos ni necesidades. Creo que esa es la base de cualquier historia y Larraín una vez más se cae en eso. Además quiero aclarar que no es un tema de guión, sino que de dirección, ya que el plano nunca nos deja entrar, de hecho todo lo contrario, con esas imágenes reventadas, y fuera de foco, sólo hace que nos alejemos y mantengamos la distancia.
4- “Efectos Defectos”: En Neruda se utilizan muchas tomas como del cine de los años 50, como los efectos de esa época, pero que parecen defectos, ya que no tiene ningún sentido usarlos, como es el caso de las tomas en el auto, con el fondo de mentira. En los años 50’ funcionaba, y en el cine actual que imita ese cine también, pero Larraín lo hace de tal forma que parece un error, más que una gracia, y además, nuevamente, no se justifica. Es mucho.
5- Usarlo todo: Larraín usa todos los elementos que el cine puede utilizar y los mete todos a la juguera y los revuelve hasta que terminamos viendo una mescolanza de elementos, estilos, historias, demasiado de todo. Toma estos efectos/defectos, movimientos de cámara, zoom in y zoom out extremos, la luz reventada, fuera de foco, imagen oscura, baja exposición, sobre exposición, etc. Es demasiado, y no entiendo el sentido de usar todo eso en una historia como esta. Si quieres dar una sensación de persecución constante, utiliza el movimiento, o algo que refleje esa sensación, pero no todos los recursos habidos y por haber a nivel audiovisual.
6- La música: En Nerudala música instrumental es intensa, está muy presente, muy fuerte. Una de las cosas que uno aprende en la escuela de cine es que la música incidental va de fondo, no debe escucharse, debe darte una sensación, una atmósfera, pero no debiera hacerte pensar en ella, ni poner atención a ella. La música debe acompañar la escena, no la escena acompañar a la música. En esta película la música está demasiado por encima de todo lo que pasa, lo que hace que uno no logro involucrarse en la historia, porque la música te saca del estado de contemplación y te remece, te provoca y te distrae. Recurso muy mal utilizado.

8- Neruda es un dato: Esta película, al igual que las otras de Larraín, utiliza y explota a un gran personaje, para contar otra historia. Acá da lo mismo que el perseguido sea Neruda, ya que no habla nada de él, no conocemos su historia, ni su personalidad, ni sus miedos o dolores. No sabemos nada de él a nivel profundo, sólo podemos notar su carácter, un poco, y su egocentrismo. Pero no conocemos al verdadero personaje, entonces me parece insólito que se use su nombre para el título siendo que no es una biografía, simplemente es una historia de persecución, de un policía a un tipo x. Podría ser cualquiera. Nuevamente el abuso de un tema interesante, despreciado, desaprovechado.

A fin de cuentas, me parece que Neruda es nuevamente una película que Larraín desaprovecha por usar literalmente todos los elementos disponibles en el cine, meterlos a la juguera, y así obtener una película ridícula, superficial, poco creíble y que no te deja nada. Es una película que no trasciende, como si lo hizo el gran poeta.