Oleanna, la esencia de Mamet

Oleanna, la esencia de Mamet
Este fin de semana termina esta temporada de la obra “Oleanna” en el Teatro UC. Es una obra escrita por el gran dramaturgo norteamericano David Mamet, dirigida por Rodrigo Bazaes y protagonizada por Marcial Tagle y Catalina Martín.
La obra se centra en un profesor universitario (Tagle) y una alumna (Martín) quien va a la oficina de este profesor a hacerle algunas preguntas, pero esta inocente reunión se convierte en un espiral de enredos, dramas, enfrentamientos para desencadenar un grave malentendido, aunque eso depende de la interpretación que se le haga.
Yo he sido una fanática de David Mamet hace años, y esta obra no me sorprendió, ya que él siempre usa el diálogo para generar confusión, provocación, dramas, anécdotas, y finalmente el choque y el conflicto.
Conocí a Mamet cuando vivía en Nueva York y fui a un Q&A (conversatorio) donde el respondía preguntas de un entrevistador y del público. A pesar de que conocía su obra, en esa instancia descubrí su personalidad que tenía sentido  con su trabajo. Es un personaje potente, muy frontal, directo, con un punto de vista claro, con opinión, con inteligencia y eso lo plasma en cada una de sus obras. Por eso creo que “Oleanna” es una obra muy él, y a la vez muy gringa.
La obra comienza con este profesor empoderado, a quien acaban de ascender, y gracias a eso se está comprando una casa en un barrio acomodado, de acuerdo a lo que se da a entender en la obra. Está ascendiendo, algo que es muy normal en Estados Unidos, ya que un profesor puede moverse socialmente y puede ganar suficiente dinero para poder comprarse una casa en un barrio ABC1. Pero acá en Chile eso es impensado. Un profesor que se dedica solamente a dar clases jamás va a poder ascender demasiado manteniendo esa posición y menos aumentar mucho su status económico.
Luego, la alumna comienza muy tímida, nerviosa, no se atreve a preguntar mucho ni a debatir mucho sus ideas, y le tiene mucho respeto al profesor, pero de a poco, los roles se van cambiando y esta alumna se va empoderando mientras acusa a su profesor de acoso sexual.
Este cambio de actitud de ambos personajes se va notando en el escenario mientras se van cambiando de ropa entre escena y escena; él bajando en el nivel de formalidad y elegancia, y ella, vistiéndose cada vez mejor, demostrando que va adquiriendo personalidad y fuerza. Además, gracias a este recurso del cambio de vestuario en escena, se va mostrando el paso del tiempo, ya que comienzan muy abrigados, en invierno y termina con ropa de verano. Ese es un gran aporte del director, Rodrigo Bazaes, que tiene mucha experiencia como director de arte en cine y TV. Otro gran logro es en la escenografía, que está ubicada al medio del teatro, donde las sillas están dispuestas alrededor y los actores se van moviendo en 360 grados. Este elemento hace que la obra se vuelva más dinámica y cercana, ya que da la sensación de estar ahí mismo en la oficina del profesor.  Además uno puede observar a los otros espectadores, sus reacciones, como que también estuvieran presentes en el lugar, lo que genera una sensación de estar en un juicio público, literalmente.
Mientras ambos personajes van cambiando a medida que avanza la obra, el profesor va perdiendo poder, fuerza, coraje, actitud, incluso va perdiendo voz en su relación con su mujer (a través de llamadas telefónicas) ya que al comienzo él le dice qué hacer y cómo, y al final hace lo que ella dice y pierde esa fuerza y poder frente a ella. La alumna, en cambio, va tomando cada vez más fuerza, va adquiriendo herramientas para defenderse, para atacar, para generar un caso, y de a poco se va dando a entender que ella dejó de estar sola y su causa fue generando apoyo. Mientras el se va quedando sólo, ella va uniendo fuerzas y la causa se hace masiva.
Finalmente uno logra situarse en el lugar de lo que plantea la obra, de cómo hoy en día es fundamental la comunicación, y lo que puede generar la falta de ésta, además se plantean otros temas trascendentales en la sociedad actual, como son la lucha de poder, el arribismo, el machismo, las injusticias sociales y por sobre todo la importancia de la educación para una sociedad. Ese es el punto que más me llamó la atención en la obra, ya que como el autor es norteamericano, y la obra fue escrita en 1990, pareciera demasiado  distante esa realidad con la nuestra. Nuestra educación en el año 2016 pareciera estar bastante más atrasada que la de Estados Unidos en los noventa, pero además, el valor que se le da a la educación acá se refleja en la condición social en la que se encuentra el profesor, donde no sólo tiene poder económico, sino que se siente una persona valiosa y con poder social, sólo por ser profesor universitario, algo impensado en Chile, lamentablemente.

Por otra parte, el tema de la demanda por acoso sexual es mucho más común en Estados Unidos, donde no tienes que tener poder para ganar un juicio o generar una causa común en un grupo en la sociedad. Allá es muy probable que una alumna sin poder pueda ganarle a un profesor con poder. Acá en Chile, sería muy raro que una alumna logre ganar un juicio de esa envergadura, que se enfrenta a un profesor, sin que la echen de la universidad, sin que se desfinancie completamente y sin ganarse enemigos. Las realidades son muy diferentes en estos dos aspectos que abarca la obra, lo que me hace pensar que fue muy osado de parte de Bazaes montar esta obra en este momento en Chile, ya que lo que plantea puede ser un sueño para muchos, pero también una pesadilla.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *