Película chilena ‘Blanco en blanco’, Mejor dirección de la sección Orizzonti en Venecia

El largometraje hispano-chileno Blanco en blanco de Théo Court, obtuvo este sábado el Premio al Mejor Director de la Sección Orizzonti -otorgado por el Jurado compuesto por Susanna Nicchiarelli, Álvaro Brechner, Mark Adams, Rachid Bouchareb y Eva Sangiorgi- en la 76 edición de la Mostra de Venecia, convirtiéndose en la única producción latinoamericana distinguida en la ceremonia. Esto se suma al Premio FIPRESCI de las Secciones Paralelas (al que optaban las películas de Orizzonti y la Semana de la Crítica), anunciado el viernes por el Jurado de la Federación Internacional de la Prensa Cinematográfica, que lo distinguió por el acercamiento único a un viaje hacia la modernidad y la locura en una parte remota del mundo, que combina el duro retrato de un genocidio con la expresión del alma de un artista. La película brinda hermosas imágenes y una delicada interpretación de Alfredo Castro.

UN FASCINANTE DRAMA HISTÓRICO, CON ECOS DE WESTERN PATAGÓNICO

El galardonado intérprete chileno Alfredo Castro -también presente en esta edición de Venecia con otra película chilena, El Príncipe, actor habitual de Pablo Larraín, con el que ha colaborado en films como Tony Manero, No, El Club y Neruda, y que fue el actor principal de la ganadora del León de Oro Desdé allá, de Lorenzo Vigas- protagoniza este fascinante drama histórico, con ecos de western patagónico. Durante el certamen italiano Castro recibió además en estos días el premio Starlight International Cinema Award por su destacada trayectoria, primera vez que este reconocimiento era recibido por un artista latinoamericano.

También destaca en su reparto el prestigioso intérprete alemán Lars Rudolph, que ha desarrollado su carrera de la mano de cineastas como Bela Tarr (Las Armonías de Werckmeister), Alexander Sokurov (Fausto) o Fatih Akin (Al otro lado) y que ha participado, al mismo tiempo, en películas con gran éxito de público como Corre Lola, corre de Tom Tykwer. La magnética actriz española Lola Rubio (Complejo dinero, Derechos del hombre), que cuenta con una larga carrera teatral, cierra este enigmático círculo. Inspirado en las fotos de la matanza del pueblo Selknam a finales del s. XIX, Blanco en blanco es un film inquietante, con una belleza perturbadora, filmado en el último rincón del planeta.

SINOPSIS:

En el preludio del siglo XX, Pedro (Alfredo Castro) llega a Tierra del Fuego, un territorio hostil y violento, para fotografiar el matrimonio del poderoso latifundista, Mr Porter. La futura esposa, apenas una niña, se convierte en su obsesión. Tratando de capturar su belleza, traiciona al poder que domina el territorio. Descubierto y castigado, Pedro no puede escapar y acaba siendo partícipe y cómplice de una sociedad que convive con el genocidio de los nativos Selknam.

En el equipo técnico de Blanco en blanco destacan las aportaciones de José Alayón, que compatibiliza su labor de productor con la director de fotografía y que obtuvo el Premio en esa categoría en el Festival de Cine Europeo de Sevilla por La ciudad oculta de Víctor Moreno-; Manuel Muñoz Rivas -director del film premiado en Cinespaña El mar nos mira de lejos y habitual colaborador de cineastas como Mauro Herce-, como responsable del montaje; Carlos E. García, diseñador de sonido de El abrazo de la serpiente de Ciro Guerra y Pájaros de Verano de Ciro Guerra y Cristina Gallego o Ninphomaniac de Lars Von Trier; y Jonay Armas -compositor e intérprete, que ha creado una singular partitura-.

Blanco en blanco es una coproducción hispano-chilena entre El Viaje Films (España) y Don Quijote Films (Chile), que cuenta así mismo con la producción asociada de las compañías Filmkundschafter Filmproduktion (Alemania) y Blond Indian Films (Colombia). El film, que en su fase de desarrollo obtuvo el premio Work in Progress otorgado por Euroimage en el Festival de Les Arcs, ha contado además con el apoyo de MEDIA, ICAA -Ministerio de Cultura y Deporte, World Cinema Fund, Gobierno de Canarias y TEA (Tenerife Espacio de las Artes). Su rodaje fue una auténtica proeza, que se desarrolló a lo largo de cuatro semanas y se dividió en dos etapas: una en el frío e inhóspito territorio de Tierra del Fuego (Chile) y otra, en Tenerife.

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