QUBIT Crítica de cine ‘’Al este del paraíso’’: El único camino para crecer es afrontar lo que duele

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Por Vanessa Vidal Durán

East of Eden (título original) es una película dirigida por Elia Kazan, escrita por Paul Osborn. Protagonizada por James Dean. Es uno de sus tres largometrajes estrenados en 1955, pero la única que estrenó en vida. El resto fueron estrenadas de manera póstuma, luego de su trágica muerte a sus apenas 24 años. Me es imposible no mencionarlo, pues pareciera que aporta un sentimiento especial a la película, que por cierto no necesita un elemento extra para valerse por sí misma. Solo alcanzó a trabajar como actor en seis películas y por su increíble trabajo y belleza, fue una de aquellas tempranas pérdidas que se sentirán por siempre, pues al momento de dejar este mundo, comenzó una leyenda.

Al este del paraíso es una de las muchas películas disponibles en la plataforma QUBIT que certifican la selección que tienen de grandes títulos. Muchas son las que he visto y no me he decepcionado de ninguna. Por el contrario, es ‘’irse a la segura’’ con buenas películas. Lo digo en serio.

En California de 1917 Cal (James Dean) vive con su hermano Aron (Richard Davalos) y su padre Adam Trask (Raymond Massey), fiel estudioso y seguidor de la biblia. Cal y Aron son dos jóvenes muy distintos, el primero es problemático y el segundo es tranquilo. Esta brecha es clave en el trato del padre con uno y con otro, haciendo diferencias en cuanto al trato pero por sobre todo, de amor, negándoselo a uno de sus hijos. El trabajo es algo esencial y necesario para esta familia que no tiene comodidades de sobra. Abra (Julie Harris) es novia de Aron y gran compañera para esta familia. Según Adam, la madre de sus hijos falleció, pero Cal descubre que está viva, es dueña de un burdel en Monterrey, a poca distancia de ellos. Su padre decide emprender un trabajo que fracasa, lo que los pone en dificultades emocionales y económicas. Sin embargo, Cal con su inteligencia y valentía, decide emprender un negocio de frijoles aprovechando su alza debido a la llegada de la segunda guerra mundial. Su principal es objetivo es realizar un acto de amor para su padre, devolviéndole todo lo que perdió en su producción de lechugas. Este momento es clave en la relación de absolutamente todos los personajes de esta historia. La figura de la madre que en realidad está con vida, ronda las vida de los personajes con una presión, queriendo salir a la luz.

Eliza Kazan no solo realiza una selección y dirección perfecta en cuanto a los actores, sino que cohesiona distintos tópicos, tales como la búsqueda de identidad, Caín y Abel, la granja, el abandono, los distintos tipos de amor y relaciones, la comunidad, la vida mientras hay guerra, entre otros, sumando el hecho que es una representación en un tiempo pasado. Se transforma en uno de sus trabajos emblemáticos, sumando un gran filme a la lista de grandes clásicos del cine. Al este del paraíso trabaja la tensión, potenciándola y sumergiéndonos en ella con planos desequilibrados en momentos difíciles pero claves. Seguimos esta historia en exteriores, interiores; de día y de noche; en soledad y con multitudes; luz y sombra: la dualidad hecha película. Podemos estar en una escena entre flores, a corazón abierto en un día soleado, y en otro dentro de casa de noche, con escasa iluminación viviendo episodios violentos. Nuestro campo visual aumentando por el Cinemascope derrocha de composiciones que, cuadro a cuadro, nos dicen en qué posición se encuentra cada personaje, que sienten y cómo son las relaciones entre ellos.

La película tiene una fortaleza y distinción en su guion. Posee un profundo trabajo no solo en la narrativa, si no con los personajes, desde su ángulo social al personal, siendo este último lo que más me fascinó. Si bien es cierto que es un drama familiar, este tipo de caso particular o los mismos personajes, se pueden extrapolar a diversas aristas de la vida. Pudiendo incluso, hacernos sentir que ha sido personificado por algún actor o hecho puntual. No es necesario buscar que esta representación sea una alabanza o alimente nuestro ego, cuan superhéroe; sino conectándonos con nuestros más profundos enigmas, secretos y oscuridades. Sí, debo aclarar que el encuentro con éstos y su resolución, conllevan un profundo camino de sanación, reconciliación y empoderamiento con uno mismo y nuestro entorno, nuestra historia, nuestro pasado y con nuestro futuro. Pero eso sí, esto solo se puede llevar a cabo con valentía.

Lo maravilloso aquí, es que (casi) nadie es quien parece. No me refiero al plot twist donde el asesino es quien menos pensábamos; me refiero a que conocemos capa por capa a los personajes y el camino que recorren cuando viven momentos cruciales en la historia de su vida, teniendo que tomar decisiones importantes frente a verdades claves y grandes sentimientos. Quienes se presentan como los bondadosos y perfectos son los más imperfectos y crueles. Mientras tanto, quien se presenta como herido y rebelde, es quien busca la verdad y el amor paternal. Mientras unos buscan ser amados, otros buscan dañar y coartar con mentiras, vidas ajenas.

Enfrentarse a la verdad a veces no es fácil. La libertad conlleva a tomar decisiones y es difícil cuando modifican nuestro entorno más cercano. Amar es enfrentarse también a nuestros padres cuando hieren y mienten. Amar es ser fiel a nuestros sentimientos, a la verdad. Es posible recomenzar con quienes están preparados para ello. El resto debe vivir su propio camino. Hay que dejarlos recorrerlo y también soltar, incluso con quienes compartimos sangre, si así lo quieren.

Sin soltar esta idea, me refugio en lo que para mí significó un momento de profunda catarsis. Cuando los personajes, humanos interpretando roles en la ficción, se encuentran y transitan por lugares complejos humanos, pareciera que se prende una ampolleta dentro de mí. Quizás, influye en mí la triste pérdida del joven James Dean, pero las actuaciones del elenco completo me inundan de amor por películas como éstas. Emociones genuinas son representadas a la perfección, y es tanto así, que se convierte en uno de mis títulos favoritos.

Título original: East of Eden

Dirección: Elia Kazan

Producción: Elia Kazan 

Guion: Paul Osborn 

Basada en: «Al este del Edén» de John Steinbeck 

Música: Leonard Rosenman

Fotografía: Ted D. McCord

Montaje: Owen Marks 

Elenco: James Dean, Raymond Massey, Julie Harris, Burl Ives, Richard Davalos, Jo Van Fleet, Albert Dekker

País: Estados Unidos 

Año: 1955

Género: Drama, clásico, de autor 

Duración: 117 minutos

Idioma: Inglés

Formato: CinemaScope

Plataforma: Qubit.tv

 

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