QUBIT Crítica de Cine “Doce hombres en pugna”: La duda razonable

 

Paula Frederick

Al igual que otros grandes, se dice que el actor Henry Fonda siempre evitó verse en pantalla y jamás asistía al cine a ver sus películas. Sin embargo, frente al estreno de su rol protagónico en Doce hombres en pugna de Sidney Lumet, decidió encararse a sí mismo en la penumbra por solo 10 minutos. Se quedó más de una hora. Cuando quedaba poco para el final, el actor se levantó, se acercó al director y le dijo: “Sidney, es simplemente magnífica”. Luego, abandonó la sala en silencio. La sensación de encierro era algo que Fonda detestaba, pero fue precisamente lo que Lumet trató de acentuar al máximo en su primer largometraje, que según él fue también su obra maestra. Doce hombres en pugna había sido escrita para televisión por el estadounidense Reginald Rose y posteriormente adaptada al teatro, por lo que su génesis estaba en los ambientes cerrados, en la unicidad del espacio, en la sobriedad de la forma a favor de la riqueza del fondo.

Lejos de encandilarse con las posibilidades del cine como arte en movimiento, Lumet se empeñó en respetar esa génesis, la retrató con blanco y negro y se cobijó en el poder de la palabra sencilla que puede doblegar cualquier argumento de apariencia irrompible. Decisiones que, sin duda, fueron acertadas: el film recibió el Oso de Oro en el Festival de Cine de Berlín, tres nominaciones al Oscar y más tarde fue seleccionado por la biblioteca del Congreso de Estados Unidos para su preservación, por ser ”cultural, histórica y estéticamente significativa”.

La historia la cuentan doce hombres miembros de un jurado, en el “día más caluroso del año”. Ellos deben decidir si el acusado en cuestión- un joven latino de 18 años- es culpable o no de asesinar a su propio padre. En un principio, su importancia solo radica en ser las piezas correctas de un engranaje que debe funcionar rápido y fácil; pero cuando la razón se diluye entre las emociones, la humanidad se cuela en el ambiente y todo lo que se consideraba seguro empieza a relativizarse. Una duda que pone en juego la vida o muerte de un hombre.

A corto andar, el “courtroom drama” de Lumet se transforma en un clásico precoz y deja de manifiesto las destrezas del director, que en su primera película es capaz de revelar todo sobre un personaje con un solo movimiento de cámara. Su manera de filmar sigue el pulso de la narración en una simbiosis perfecta, que capta cada detalle, gesto y sutileza de los rostros, consciente de que ahí se encuentra la fortaleza de la película. Mientras los hombres entran en pugna entre ellos y consigo mismos, la cámara se interna en el mundo del juicio como un infiltrado silente, los recorre cauta, lejana, subrayando una distancia intencional que permite que los acontecimientos se desarrollen sin su interferencia. Entonces, se encapricha con cierta expresión y clava un primer plano en el rostro del jurado 8 (Henry Fonda), el único de los doce que pone en tela de juicio la culpabilidad del acusado.

Para el jurado 8, así como para Lumet, la duda razonable es más fuerte que la premura por alcanzar la coherencia, y nace desde el sentimiento; he ahí su paradoja, pero también su valor. Su sospecha se despierta producto de la simpleza y pulcritud que lo rodea, de la indolencia racional de sus compañeros, de la incomodidad que causa el tener que decidir el destino de una vida en cinco minutos. En especial, al ver que esa vida depende de la alineación consciente de los argumentos hacia la postura conveniente. Quizás, porque es el único que conoce el verdadero peligro: que la “verdad” a secas, no sea otra cosa que la verdad que cada cual quiere ver.

Título original: 12 Angry Men 
Año: 1957
Duración: 95 min.
País: Estados Unidos 
Dirección: Sidney Lumet
Guion: Reginald Rose (Obra: Reginald Rose)
Música: Kenyon Hopkins
Fotografía: Boris Kaufman (B&W)
Reparto: Henry Fonda, Lee J. Cobb, Jack Warden, E.G. Marshall, Martin Balsam, Ed Begley, John Fiedler, Robert Webber, Jack Klugman, George Voskovec, Joseph Sweeney, Edward Binns, Billy Nelson, John Savoca, Rudy Bond, James Kelly
Plataforma: Qubit

 

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