Por Galia Bogolasky
Durante el conversatorio post función en Sanfic conversamos con el director argentino, sobre su película en competencia en la categoría internacional del festival de cine santiaguino. Esto fue lo que nos contó.
¿Cómo fue el trabajo con los actores?
En el caso de los chicos fue bastante particular el trabajo porque bueno los dos chicos venían de mundos actorales muy distintos. Tomás venía de una comedia musical, de un lugar mucho más histriónico y mucho más de la composición del personaje, como cosas que a mí no me interesaban tanto para el tema de la película y Laila todo lo opuesto, ella venía de la improvisación, el freestyle absoluto. Ella nunca había trabajado con un guion y en ese sentido también era una cosa muy extrema y lo que yo buscaba para la película era un tono bastante específico. Tuvimos varios meses de ensayo con ellos dos, tuvimos tres meses y pico de ensayos, tres, cuatro veces por semana, que sirvió para ir agarrando el tono de la película y trabajar los personajes con ellos, pero también para que empiecen a generar un poco la confianza y la dinámica que después se ve en la película. En paralelo a eso y algo interesante, que también vale la pena destacar, es que Tomás no estaba en el estado físico que se ve en la película entonces hizo un trabajo durante cuatro meses con un físico culturista, que es una preparación física muy, muy intensa, que lo fue armando. La idea era que el tuviera el cuerpo más armado pero que no fuera musculoso y para llegar a eso fue como un poco una tortura, cuatro veces por semana, cuatro horas, durante tres o cuatro meses, no recuerdo cuánto fue y tomaba esas proteínas de suero, unos polvos horribles el pobre, más polvos que tuvimos que comprar. En ese sentido, fue un compromiso de una entrega absoluta a la película y que hasta el día de hoy le sigo muy agradecido por eso.
Como queda el final abierto ¿Habrá parte dos?
Creo que no, creo en lo que puedan pensar ustedes de la película. A mí me gusta eso, que la película deja algunas situaciones abiertas para que puedan seguirla. Me gusta que a partir de ahora la película es de todos y todas ustedes, cada uno puedo armar su parte dos en su cabeza, como sea. Creo que también la película no termina acá.
¿Cómo fue trabajar el tono de humor de la película?
Lo que yo buscaba, lo que a mí me interesaba era trabajar un tono de comedia muy seca, de tono medio de volumen bajo y para eso lo que quería, era por un lado que los momentos donde había humor fueran con la cara muy seria, pero también una composición con los tiempos del ritmo, de la carencia en la que ellos se dicen algunas cosas que por momentos era inspirarme en el trabajo con el guion porque me acuerdo de mí mismo, gritándole a los chicos de cómo tenía que sonar una frase y en ese sentido, quizás era demasiado específico pero sentía que encontrar este humor y también esta relación con el personaje de Guido que tiene una forma muy distinta a la de ellos, que me interesaba que fuera más fresco, que destaca mucho la diferencia a la situación de ellos. Había que trabajar con detalles muy finitos.
¿De dónde nace la idea de la película?
Siempre que me preguntan eso, es difícil encontrar la génesis de una idea. La película nace más o menos en 2015, yo venía trabajando su toque con los hermanos, ya había hecho dos cortometrajes que trabajan el tema de los hermanos. Había uno que era dos hermanos de 60 años, que son dos varones que era «El ser magnético» y otro, que eran dos chicos, una chica de 11 años con un chico de 18. Tenía ganas de seguir, me lo había imaginado siempre como una trilogía, más una historia de largometraje y tenía ganas de hacer algo para adolescentes. Partiendo un poco de esa base, apareció la idea de trabajar el duelo, que también era un tema que me interesaba mucho, que sentía muy parecido, como muy cercano a la adolescencia como procesos que son bastantes caóticos como muy confusos. Fui montando la película, y también fui entendiendo lo que pedía el guion, las necesidades que iban apareciendo. Había un montón de escenas que fueron quedando fuera, al principio parecía que funcionaban y después no, cuando fueron tomando cierto rumbo, se fueron armando de otra manera, y un poco así creció. Los chicos cuando los encontré, hice el casting 6 meses antes de filmar la película, y también fueron agregando cosas ellos. Fuimos encontrando cuestiones del personaje, y ahí se volvió a modificar. El Genesis fue ese, pero después fue creciendo, fue armándose de cita manera.
¿Cuáles son los cineastas que te han influido?
Son muchos, pienso, justo ayer me hicieron una pregunta parecida, pensaba en tradiciones que influenciaran la película. Hay algo que hablaba hace poco, muy de que yo siento que asociar, el quehacer cinematográfico, un constantemente va teniendo que racionalizar un montón de cosas. Al momento de filmar la película quizás no pensaba tanto eso, uno aplica fondos, y un monton de cuestiones, de oficina, de escritura con respecto del proyecto, que lo obligan a uno a pensar, cuáles son las referencias, a qué se parece, a que me interesa. Dentro del nuevo cine argentino hay una tradición de trabajar este humor absurdo, pienso en Martin Rejtman, el padre del nuevo cine argentino, me encantan sus películas, lo admiro muchísimo. Rodrigo Moreno, también, pienso en el nuevo cine rumano, Cristian Mungiu, directores que trabajan con cierto humor, con una cadencia, con los tiempos, situaciones relacionadas a los vínculos, Pienso en otros directores, Todd Haynes, norteamericanos, que me gustan mucho lo que hacen. Se me ocurren más y más, pero la película tiene un poco de todo eso. Eso mezclado con la tradición que la antecede, son 125 años de la historia del cine. Hay un montón de cosas e influencias.
Tu usas mucho los planos simétricos. ¿Fue una decisión estética?
Si, absolutamente. Hay algo de la simetría, de la idea del plano, como una unidad más pictórica que me interesa. No me gusta mucho usar movimientos de cámara, tiene que ver con cierta tradición, es curioso, tiene que ver con este tipo de películas, cosas que me interesa, Wes Anderson. En ese sentido, hay un trabajo con el fotógrafo, con Roman Kasseroller, llevamos años trabajando juntos, este es el tercer proyecto que trabajamos juntos. Esta idea de la imagen surge de esta colaboración que tenemos y este lenguaje común que llevamos trabajando, se ve acá y se ve en mis películas anteriores, los cortometrajes, está todo pir ateado en internet, fácil de encontrar. Es una idea que se repite, los planos fijos, la imagen simétrica, planos fijos, uno lo racionaliza mucho, es que gusta y me siento cómodo con eso.
Producción: Agustina Costa Varsi
Guion: Mateo Bendesky
Dirección de arte: Mirella Hoijman
Música: Santiago Palenque
Actores: Tomás Wicz, Laila Maltz, Alejandro Russek
Edición: Ana Godoy
Trabajos Anteriores: Acá adentro (2013)
Año: 2019
Formato: DCP