Por Javiera Hojman
El documental alemán La guardiana es parte de la categoría “Visiones de mundo” en el SANFIC17, donde los espectadores podemos acceder a cosmovisiones que pueden abrir nuestras mentes a distintos espacios. Con esta expectativa entré a ver el documental, sin ver el trailer ni leer la descripción. Se trata, por supuesto, de un documental histórico, de drama, en que aparecen las crudas consecuencias de las oposiciones religiosas en un sector al sudeste de Turquía desde la perspectiva de Dayrayto, una monja siria ortodoxa que ha pasado los últimos 18 años haciéndose cargo de una iglesia.
La película empieza muy lento, con la protagonista limpiando, ordenando, vistiéndose, y en absoluto silencio, absolutamente sola. Suena una campana. Toda esa es la introducción a la vida dura de una persona que tiene que tratar de defender su religión en un entorno de adversidad total. Se trata de una mujer mayor, tosiendo, haciendo esfuerzo, y que claramente no está disfrutando sus condiciones de vida, y en este documental la elección de recursos técnicos para mostrar esta soledad fue el silencio total. Falta de música, muy pocos diálogos en la primera media hora (solamente de la protagonista con alguno de sus animales), y absolutamente nada de acción.
Tuve que retroceder varias veces para asegurarme de que no me había perdido nada, porque, a ratos, una misma imagen duraba varios minutos en la pantalla y me sorprendió que efectivamente no hubiera ningún cambio. A los 18 minutos parece que va a empezar el diálogo, pero es solo la protagonista diciéndole un par de frases a su perro y comentando sobre sus dolores musculares, para luego volver al silencio total y a las imágenes repetitivas de esta mujer haciendo el aseo de la gran iglesia que cuida.
El perro es, de hecho, de los pocos elementos de la película que me pareció realmente interesante. Es un animal grande y muy inactivo, claramente deprimido y probablemente también enfermo, y la información empieza cuando la protagonista cuenta que sus vecinos trataron de amedrentarla envenenando a dos de sus perros previamente. También hay un tema de empatía personal vinculada con mi amor a los perros, pero desde ahí empecé a tener una perspectiva un poco más clara de la historia que me estaban contando y de la violencia de la que esta mujer era víctima todos los días.
En la cinta La guardiana las imágenes son constantemente del interior de esta gran iglesia y con muchas tomas de enormes territorios desiertos, podría perfectamente estar ambientada en la Edad Media. La monja, tapada desde la cabeza hasta los pies, también combinaba perfectamente con esta imagen, y cada cierto rato algunos elementos modernos recuerdan que es una visión de mundo actual: un veterinario, un encendedor, un momento en que la protagonista pide que apaguen la cámara.
La protagonista destaca por la profundidad de esas emociones. A pesar de la casi absoluta falta de trama, los pocos momentos en que ella habla hacia la cámara o recuerda cosas son emotivos, y conversa con algunos visitantes para explicarles el origen de su reclusión. Su temor a morir sola, su sensación de ser una rehén en un lugar que para ella misma es sagrado, y su sensación de abandono en la medida en que los personajes de su vida morían son factores que la afectan, y ella permite que la pantalla capture su dolor por algunos breves momentos.
Aún así, los instantes de conexión entre la historia y el espectador, entre esta monja que vive sufriendo y la persona que está aprendiendo sobre su historia, son muy breves y se cortan abruptamente, interrumpidos por muchas imágenes en que no pasa absolutamente nada. Si bien es claro que se están tratando de retratar las condiciones rutinarias y de abandono en que vive esta mujer, me parece que se abusa un poco de la rutina, y mi sensación final fue de haber pasado gran parte de los 97 minutos de documental viendo a esta mujer limpiar, caminar, dormir y reflexionar en silencio absoluto.
La historia que se intenta mostrar en esta película es muy potente, es una historia de mucha violencia y de una persecución religiosa que tiene lugar en la actualidad, en un lugar donde las mismas autoridades dan autoridades de atacar a la protagonista. A mi parecer, el documental no le hace justicia a esta historia tan interesante, y basta con leer la descripción o con ver el trailer para manejar toda la información que se quiere contar y para acceder a toda la “visión de mundo” que la película transmite. Hay un gran esfuerzo por ambientar, pero, en mi humilde opinión, esta vez el ambiente se vuelve tedioso toma tanto protagonismo que la terrible historia queda muy en el fondo, sin dejarnos ver lo suficiente.
Ficha técnica
Título original: Die Wächterin
Duración: 97 min
Dirección: Martina Priessner
País: Alemania
Festival SANFIC17, categoría “Visiones de mundo”
Fecha de estreno: 2020
Plataforma: Sanfic