Por Juan Marín
Junto a Jaques Audiard, Celine Sciamma, François Ozon y Bruno Dumont, Bertrand Bonello es uno de los cineastas franceses más interesantes del último tiempo. Algunas películas como Nocturama (2016), Saint Laurent (2014) y L´Apollonide (2011) demuestran su heterogeneidad temática y su seductora puesta en escena. Es un cine difícil de entrar, te sometes por completo o lo dejas, pero sin duda es imposible quedar indiferente. En La bete (2023) ocurre algo similar, la odias o la amas, no existe punto medio. En mi caso quedé maravillado con esta genialidad.
Es una adaptación sumamente libre del clásico de la literatura de Henry James The beast in the jungle (1903). Curiosamente se realizó otra adaptación francesa del libro ese mismo año, una película homónima dirigida por Patric Chiha. A la de Bertrand Bonello le fue mucho mejor en críticas y terminó siendo más conocida.
La película está ambientada en un futuro cercano, donde la inteligencia artificial domina y las emociones se han convertido en una amenaza. Para eximirse de ellas, Gabrielle (Lea Seydoux) decide purificar su ADN en una máquina que la sumergirá en sus vidas pasadas, en las que se reencuentra con Louis (George McKay), su gran amor. La historia se cuenta en tres periodos distintos: 1910, 2014 y 2044.
La película es una mezcla extraña entre ciencia ficción, romance y thriller. Quizás para algunos puede resultar pretenciosa y excesiva, pero creo que más bien se trata de una película arriesgada y de cierto modo eso es lo que la hace admirable. La obra es muy original en varias dimensiones, incluso, en la manera en la que se presentan los créditos finales que, debido a la extensa duración que tiene (2 horas 24), se pueden ver a través de un código QR.
La cinta también funciona como una advertencia al riesgo de la inteligencia artificial en el futuro. No solo en la catástrofe de desempleos que se pueden generar por culpa de la IA, sino que también como una amenaza para los vínculos humanos. Como señala el director en una entrevista: “Muestro un futuro en el que la Inteligencia Artificial controla los sentimientos”. Incluso en la cinta aparece una frase que resuena mucho en este contexto y que de alguna manera explica la sensación de desconexión que existe en la sociedad: “Solo he hecho el amor en los sueños”. La deshumanización a causa del avance tecnológico.
Asimismo, es una obra con bastante profundidad que plantea preguntas sobre los verdaderos miedos de la humanidad. El temor a la soledad, al amor, a la vida-muerte, a los recuerdos, a los sentimientos, al destino, al paso del tiempo, etc. Es un filme que elabora un análisis social-tecnológico sobre el presente caótico que estamos viviendo y cómo estos desarrollos afectan a la experiencia humana. El miedo a expresar sentimientos es uno de los temas centrales de la película, asunto que construye poéticamente a través de una paradoja, ya que el miedo también es un sentimiento. Pero es uno de los únicos que puede controlar a los demás sentimientos. La bestia tal vez simbolice eso, nuestros propios miedos y recuerdos. Hay que aprender a domarla.
La bete es una cinta intensa en la que se abordan varias temáticas. Quizás una de las más significativas es el retrato del peligro de la tecnología y su capacidad para crear monstruos. Esto se ve reflejado en uno de los personajes que interpreta George McKay (Louis), quien es un “incel” (célibe involuntario) que fomenta su misoginia a través de videos que sube a un blog. Claramente es una alusión a Elliot Rodgers, uno de los “incels” más famosos de Youtube, que cometió una matanza bajo el argumento de que las mujeres lo rechazaban y por eso las iba a castigar, dejando en evidencia la peligrosidad que tiene un narcisismo extremo. La cinta también contiene varias metáforas y símbolos, por ejemplo el rostro neutral de las muñecas que representa el no mostrar sentimiento alguno. Además, agrega algunos guiños, el más sorprendente es la referencia explícita a la rareza de Harmony Korine Trash Humpers (2009). Se trata de un lindo reconocimiento, porque Bonello junto a Korine son dos de los bichos raros del cine actual.
Las actuaciones son extraordinarias. Es el segundo trabajo de Lea Seydoux con Bonello y lo que hace es verdaderamente fenomenal. George McKay y Lea Seydoux hacen una dupla explosiva. Sus personajes de motricidad robótica muestran una frialdad distante que se evidencia en pantalla. Se aman pero sin demostrar sentimientos. Antes de McKay, el que iba a interpretar a Louis era el actor francés Gaspard Ulliel, quien ya había trabajado anteriormente con el director, pero lamentablemente murió en un accidente de ski a los 37 años de edad. Bonello decidió que el actor que remplazaría a Ulliel no sería francés para evitar la comparación con el recién fallecido, por eso pensó en el actor británico George McKay, pero él no hablaba francés en absoluto, por lo que lo aprendió sólo para el papel. Encuentro un gran gesto que el cineasta le haya rendido un homenaje al actor fallecido al final del film.
La fotografía, la puesta en escena y el diseño de vestuario son formidables. La mano directoral de Bonello tiene una aptitud impresionante para adaptar tres épocas distintas (pasado-presente-futuro) de una forma tan elegante y cuidadosa. El croma, las fiestas antiguas-modernas, la mansión, la tienda de muñecas y hasta los videos para internet, todo está sutilmente pensado. La estética del film es de una belleza inexplicable.
Al igual que la obra maestra de Radu Jude Do not expect too much from the end of the world Cannes rechazó el estreno de La bete en su certamen. Dos graves errores de los organizadores del famoso festival. Posteriormente, la película se exhibió en el festival de Venecia. Esta suerte de versión posmoderna y experimental de Eterno resplandor de una mente sin recuerdos, está destinada a convertirse en una obra de culto contemporánea. De lo mejor que he visto en SANFIC.
Ficha técnica
Título original: “La bete”
Año: 2023
Duración: 146 min
Dirección: Bertrand Bonello
Guion: Bertand Bonello
Reparto: Lea Seydoux, George McKay, Dasha Nekrasova, Julia Faure, Guslagie Malanda.
País: Francia
Vista: SANFIC