Crítica de teatro “Caballo de feria”: Un acontecimiento teatral

Por Ana Catalina Castillo I.

En uno de los pasajes de la autobiografía de Héctor Noguera (2021) se lee: “El teatro se siente más como una necesidad que una decisión”. Esta reflexión suya se hace patente cuando se tiene la preciosa ocasión de ver el recién estrenado montaje de Teatro Camino, Caballo de feria, pues la obra refleja el proceso interno de un actor cuando una idea pasa de la cabeza al corazón.

Todo comienza cuando Sánchez (Ignacio Massa), un joven actor, visita a don Arturo (Héctor Noguera), un actor veterano ya retirado, con la intención de convencerlo de volver a las tablas. En esta interacción entre dos seres separados por la diferencia de edad, pero teatristas, al fin y al cabo, se despliega ante el público ese milagro que el estudioso Jorge Dubatti llama acontecimiento teatral: “Uno de los tesoros culturales de la humanidad”. Porque en ese instante, que solo existe frente a los espectadores, se construye un mundo imaginado que nos permite ver, desde otro lugar y gracias a la mediación del arte teatral, que las personas mayores no son desechables y que unidas a la sangre joven pueden lograr lo que se propongan.

Así, la sabiduría de uno y la pasión del otro generan momentos brillantes en el desarrollo de la obra, donde se alternan sentimientos diversos. Todo ello se desarrolla en una atmósfera que conmueve por su autenticidad y transita por un mosaico de emociones, combinando humor y nostalgia. Los diálogos fluyen con naturalidad, a lo cual contribuye también el realismo del trabajo de arte, tan cotidiano para el espectador.

Lo que presenciamos, por lo tanto, es una instancia de ‘teatro en el teatro’, con el joven Sánchez estimulando a don Arturo a recordar los caminos andados y evocar experiencias del corazón, conduciéndolo a parte de la esencia del quehacer teatral: establecer un puente para la conexión con las emociones. La acción dramática principal se ve enriquecida por el relato paralelo de un hecho del que solo tenemos conocimiento a través de lo que comentan los personajes cada vez que miran por la ventana. Desde allí, un lugar cercano a una feria libre, Sánchez y don Arturo observan el maltrato propinado a un caballo ya muy viejo y cansado, uno de esos que arrastran un carretón.

Para don Arturo, ese caballo es Rocinante, el fiel corcel de don Quijote. Y es justamente este elemento el que oficia de bisagra entre el personaje don Arturo y el de Cervantes. Este traslape entre los dos planos de lo representado se ve reforzado por el adecuado diseño sonoro de Damián Noguera. Así, la acción dramática avanza en paralelo: por un lado, la lucha de Sánchez por convencer a don Arturo y, por otro, la débil condición del caballo, cuyo deterioro también se refleja en el actor veterano y su entorno.

La obra también ofrece la posibilidad de acercarse a textos clásicos con ojos renovados, puesto que ellos resisten el paso del tiempo. En una de las muchas ocasiones en que Noguera ha llevado a escena a Don Quijote, afirmó: “Leyendo el Quijote he descubierto nuevos incentivos para la vida”. Podríamos afirmar que ese descubrimiento constituye también el núcleo emocional de Caballo de feria. Y así como hace un tiempo, en la obra de la misma compañía, Hamlet deambula en círculos, veíamos la fusión entre el actor Tito Noguera y el personaje de Shakespeare, aquí vemos cómo se amalgama el actor real con el de Cervantes y resultan análogos en el arrojo y la persecución de sueños.

La puesta en escena de Caballo de feria resulta ampliamente satisfactoria además gracias a la armonía en las actuaciones, generando una sensación de ternura y empatía que atraviesa toda la propuesta. Asimismo, se incorporan elementos escenográficos interesantes, como una gotera que no solo evidencia el deterioro del lugar donde habita don Arturo, sino que, al mantenerse durante toda la obra, puede entenderse quizás como la presencia del tiempo, el que avanza inexorablemente, pero no detiene la creación artística.

Ficha artística

Dramaturgia, dirección y actuación: Héctor Noguera e Ignacio Massa

Diseño sonoro: Damián Noguera

Diseño de vestuario: Laura Galaz

Apoyo escénico: Catalina Stuardo

Diseño de iluminación y técnica: Nicolás González

Técnico de sonido: Octavio Oshee

Producción general: Piedad Noguera

Producción ejecutiva: Alexis García

Diseño gráfico: Andrés Cariaga

Difusión: Soledad Gómez

Coordenadas

Hasta el 8 de junio

Teatro Camino

Antupirén 9400, Peñalolén.

Funciones sábados a las 20 y domingos a las 19 horas.

Venta de entradas en teatrocamino.cl o en la boletería del teatro.

 

Loading

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *