Por Juan José Jordán
Lars Norén fue un dramaturgo sueco considerado como una de las voces más relevantes de la dramaturgia contemporánea. Fallecido el 2021 por complicaciones del Covid 19, esta obra le permite al director Marcos Guzmán, quien ya había dirigido la obra Demonios del mismo autor, seguir profundizando en el universo de Norén.
Un video del viaje de un auto en el trayecto desde el aeropuerto a la ciudad, con un jazz tranquilo de fondo, permite llegar a la puesta en escena en un estado de ánimo particular. Es diferente ver ese paisaje en una obra, abstraerse de preocupaciones y fijarse en detalles. Además, esa música le da un toque nostálgico a la situación; es la filmación de un auto que hace ese trayecto, uno entre los miles que hace y seguirá haciendo ese recorrido.
Toda la narración está teñida de una pátina de violencia y sometimiento. Un padre abusador que regresa a su casa, alterando la cotidianidad; una profesora acosada y agredida por su alumno, una taxista migrante que tiene a su madre en un hospital público que sufre constantes abusos de un enfermero. De alguna forma estos relatos se entrecruzarán.
Hay un entrecruce de lenguajes, integrando satisfactoriamente lo audiovisual, utilizando para ello una pantalla en la que se proyectan videos grabados en otros momentos o bien, la aparición de camarógrafos que van grabando y proyectando lo que filman, recordando un poco a lo que sucedía en la obra Desierto, montaje del año pasado de Sala Mori. Esto es una interesante herramienta que logra que actores que no están físicamente en escena puedan de todas formas desempeñar un papel, como es el caso de Sergio Hernández que aparece acostado en su lecho de muerte, interpretando al padre del abusador. Pero a ratos no está bien balanceado, como sucede con la aparición de la actriz Luz Jiménez, quien interpreta a la madre recluida en el hospital. Se trata de un video con un primer plano asfixiante, en el que llora amargamente porque nadie escucha sus gritos de auxilio. Como el video se alarga más de la cuenta, es probable que al espectador deje de empatizar con la suerte del personaje y el recurso se vuelva tedioso. Llama la atención que Jiménez no aparezca en los créditos de la obra, como sí ocurre en el caso de Sergio Hernández en la categoría “participación especial”.
Hay un erotismo agresivo. Como el hijo del abusador que en toda la obra anda sin polera, exhibiendo de forma casi desafiante su cuerpo, un poco como sucedía en la película Tenemos que hablar de Kevin con la forma en que el muchacho usaba su torso desnudo como forma particular de agresión. Los vínculos se mantienen en base a la violencia, el sometimiento y el miedo. Ingredientes para tener a la familia asustada y sometida, pero en donde todo se va acumulando como en una olla a presión y hasta esa madre que pareciera aguantar todo terminará llegando a su límite.
Las actuaciones son intensas, utilizando el cuerpo como un todo. Desagradables en ocasiones, el espectador no tiene problemas en prestar toda su atención por el modo envolvente en que se despliegan en escena, como sucede con Guilherme Sepúlveda en su papel del padre abusador.
Una obra que permite reflexionar en la violencia soterrada de las grandes ciudades y cómo los destinos de una u otra forma se cruzan. Una mirada pesimista sobre la vida contemporánea y extraña pensar que haya surgido en Suecia. La idea de país de primer mundo no es incompatible a una violencia corrosiva.
Ficha técnica
Título: Fragmentos
Autor: Lars Norén
Puesta en escena y diseño escénico: Marcos Guzmán
Elenco: Francisca Márquez, Verónica Medel, Luciando Reinoso y Guilherme Sepúlveda | Participación especial: Sergio Hernández |
Director de fotografía: Alex Waghorn
Dirección de arte: Francisca Márquez
Diseño Iluminación: Andrés Poirot
Diseñador multimedia: Pablo Mois
Cámara: Alejandro Chaparro
Equipo técnico: Valentina Guerrero, Javiera Liberona, Tomás Piña y Rodrigo Valenzuela
Producción general: Sociedad de Sonámbulos
Comunicaciones y prensa: Sol Márquez.
Coordinadas
Del 04 al 21/04
Matucana 100
Mié a sáb – 20 hrs
Dom – 19 hrs